Este documento ofrece orientaciones sobre el discernimiento cristiano y la integración afectiva. Explica que todo ser humano tiene una dimensión espiritual compuesta por la inteligencia, afectividad y voluntad. Para una humanización plena, estas deben estar conectadas entre sí y con Dios y los demás. También presenta pautas para identificar, aceptar y expresar sentimientos de manera saludable, así como reglas para el discernimiento cristiano como un camino de liberación y conformación a Cristo.
9. NUESTRA DIMENSIÓN ESPIRITUAL
Todo ser humano tiene vida interior:
inteligencia-afectividad-voluntad
Esta vida interior es motor de humanización si
estamos conectados:
Con lo que pensamos, sentimos y actuamos
Con los demás y el mundo
Con Dios.
Debemos conectarnos con el centro de nuestra
persona, Dios nos habla a través de nuestra
afectividad (no es emotividad).
10. ORIENTACIONES PARA EL MANEJO DE LOS
SENTIMIENTOS
Los sentimientos no entran en el terreno
moral, ellos no son ni buenos ni malos, pero
hay que integrarlos con el intelecto y la
voluntad.
Pueden tener tres salidas:
verbalizarlos, actuarlos o somatizarlos.
Tomar conciencia de mis sentimientos y
aprender reconocerlos, aceptarlos e
integrarlos me hacen crecer como persona.
Puedo educar mis sentimientos.
11. INTEGRACIÓN AFECTIVA
El proceso de integración de las emociones y
sentimientos implica:
Identificarlas
Nombrarlas
Revivirlas
Preguntarme de donde vienen
Aceptarlas
Expresarlas-Orarlas
Preguntar qué debo hacer con ellos, a qué me invita
y actuar la decisión
12. ATENCIÓN A:
El grado de angustia. Si no es posible convivir
con las emociones y me perturban demasiado
debo pedir la ayuda de alguien para dialogar
acerca de ellos y sanar.
Investigar el origen de los sentimientos. ¿Por
qué estoy reaccionando así? ¿Me ilumina en
algo sobre mi vida: mi historia o situación
actual?
Ver como se expresa, forma y contenido (si es
desproporcionado)
Descubrir la fuerza liberadora y fecunda que
esa pasión esconde, para transformarla en
actitudes y gestos liberadores.
13. DISCERNIMIENTO CRISTIANO
Aprender
a distinguir la voluntad de
Dios para buscar lo que le agrada
distinguiendo lo bueno de lo
malo, teniendo el amor como
medida, con atención a no dejarse
guiar por el mal espíritu, como un
camino de liberación que nos
conforma cada día más a Cristo.
21. PAUSA DIARIA
Introducción: Calmarme…delante de Alguien… en espera de algo…
Dar gracias a Dios nuestro Padre por el regalo del día vivido…
Pedir el regalo del Espíritu Santo para poder reconocer mis
infidelidades al amor del Padre…. Se trata de revisar, con El, mis
actitudes, pensamientos, palabras, acciones y omisiones en los que
se reflejaron criterios de juicio y prioridades no evangélicas;
relaciones no acordes con Su corazón. Mis fallas en profundizar los
amores y superar los desencuentros. Esto hacerlo conversándolo
con Jesús, sin soltarme de su mano, y no como un ejercicio de
superación personal.
Pedir perdón a Dios Padre y a Jesús por mis infidelidades y faltas de
amor a ellos y a mis hermanos.
Pedir luz y fuerza al Espíritu Santo para vivir al día siguiente en
forma más amorosa y coherente con Su amor.
Terminar con un Padre Nuestro.