2. Modelos que vivieron su noche oscura y lograron una relación
íntima con Dios
Juan de la Cruz (1542-1591) Creador del simbolismo de la noche
oscura. Su tesis es que, para llenarse de Dios hay que vaciarse de
uno mismo. Antes de llegar y experimentar la felicidad de la unión con
Dios vivió momentos terribles; fue perseguido, secuestrado,
encarcelado y amenazado de muerte.
Francisco de Asís (1181-1226) Al ver el contraste de la riqueza de su
padre y la pobreza de sus trabajadores experimento crisis y
conflictos internos por lo que rompió con su padre no sin antes
repartir gran parte de la riqueza de su padre a los pobres de Asís.
Después de ser golpeado y perseguido por su padre vivió momentos
de soledad hasta encontrar la luz.
Teresa de Calcuta (1910-1997) Ella expresó en una de sus cartas:
“¡Hay tanta contradicción en mi alma, un profundo anhelo de Dios,
tan hondo que hace daño. Un sentimiento de no ser querida por
Dios, rechazada, vacía, sin fe y sin amor…” La noche oscura fue
para ella un estado permanente que vivió desde que inició su obra
de caridad hasta el fin.
3. Siddharta Gautama (563-483 a. C.) Personaje atípico con
relación con los anteriores, no tenía religión alguna ni creía
en un Dios y sin embargo alcanzó la iluminación, no sin
antes vivir experiencias de dolor. A los 29 años, hastiado de su condición
de riqueza y de príncipe y muy afectado por los sufrimientos de la
gente, decidió abandonar el palacio de su padre para entender el
porqué del dolor humano y hallar un camino hacia la libertad.
Después de varios años de infructuosa meditación, un día de luna llena se sentó bajo
una higuera sagrada a orillad del río Ganges. Se propuso no moverse hasta alcanzar el
verdadero conocimiento. Durante la noche le vino la sabiduría. Una vez superadas las
tentaciones, obtuvo la iluminación. Desde entonces se le conoce como Buda que
significa “iluminado”.
Un común denominador de los místicos que han sido modelo de iluminación y
desarrollo espiritual es que han pasado, en algún momento de su vida por
experiencias de dolor y soledad. Por buscar a Dios y vivir una relación íntima con él
tuvieron que vivir noches de oscuridad. La pregunta: ¿porqué Dios calla cuando la
gente lo busca?
Santa Rosa de Lima dijo que Jesús le confió: “Sin el peso de las aflicciones no se llega
a la cumbre de la gracia; en la medida en que crece la intensidad de los dolores,
aumenta la de los carismas.”
4. Cuando el Papa Benedicto XVI visitó el campo
de concentración nazi de Auschwitz, se
preguntó públicamente porqué Dios se mantuvo en silencio cuando
un millón y medio de víctimas, la mayoría judías,
fueron asesinadas allí. Ese día expresó:
“Tomar la palabra en este lugar de horror, de
acumulación de crímenes contra Dios y
contra el hombre que no tiene parangón en la
historia, es casi imposible; y es particularmente difícil y deprimente para un
cristiano, para un Papa que
proviene de Alemania. En un lugar
como este se queda uno sin palabras;
en el fondo sólo se puede guardar un
silencio de estupor, un silencio que es
un grito interior dirigido a Dios: ¿Por qué,
Señor, callaste? ¿Por qué toleraste
todo esto? ¿Dónde estabas Dios?”
5. Un fariseo se acercó a Jesús y le
preguntó: “Maestro, ¿cuál es el
gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente. Este es el primero y gran
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas”
Y antes de entregarse a la
muerte, dijo a sus discípulos:
“Si me amáis, guardad mis
mandamientos.”
6. Experiencias del sano y verdadero despertar espiritual
La persona fuerte, con capacidades y gran voluntad
puede llegar a tener un verdadero despertar
espiritual y esto causa en su ser:
Sentimientos de gozo e iluminación de la
mente.
La percepción del significado y finalidad de la
vida.
Un sentir de la unidad, belleza y santidad de su
existencia.
Que del alma brote una ola de amor hacia las
demás personas, al resto de las criaturas y
hacia la naturaleza.
7. Lograr el desarrollo espiritual depende sobre todo
de la disposición personal del individuo, de su
trabajo continuo y disciplinado
Entrenamiento de la voluntad.
Desidentificarse de los problemas.
Dominio de los elementos psicológicos
propios.
Imaginación y evocación.
Vivir el presente aquí y ahora.
Meditación y oración.
Purificación física y emocional.
Superar el miedo al sufrimiento.
Transformar energías negativas en creatividad.
8. Iluminación y serenidad
La iluminación es propia de la gente espiritual, de los que han
alcanzado un alto grado de espiritualidad.
La iluminación es un estado de conciencia clara, pura, radiante que
surge cuando se conoce la realidad como es, no como uno quiere
que sea.
La iluminación es un estado de energía mental y espiritual que se
manifiesta en el amor, la compasión y la energía.
A la iluminación le sigue la serenidad.
La serenidad implica un altísimo grado de perfección en todos los
sentidos, en forma integral: cuerpo, mente, emociones y espíritu.
La serenidad es la actitud del espíritu
de responder ante cualquier evento sin
dejarse arrebatar por sentimientos o
emociones desestabilizadoras.
Una persona serena es una persona
pacífica y en paz con su entorno y con
los demás.
La serenidad no es estar libre de la
tormenta, sino estar en PAZ dentro de la
tormenta.