El templo viviente: Nuestro cuerpo transformado por el fuego apostólico
1.
2. Hemos aprendido que antes nuestro
espíritu estaba muerto en nuestros delitos
y pecados, es decir que nuestro cuerpo era
un sepulcro, pero cuando nuestro espíritu
fue resucitado el cuerpo se convierte en
una cárcel pero luego nuestro cuerpo
debe ser una casa o tienda para luego ser
un templo donde habite el Espíritu, antes
de ser transformados en el palacio celestial
que el Señor tiene preparado para
nosotros.
3. Apocalipsis 21:22 TLA En la ciudad
no vi ningún templo, porque su
templo es el Señor, el Dios
todopoderoso, y también el
Cordero.
4. Jeremías 23:29 LBLA ¿No es mi
palabra como fuego--declara el
SEÑOR-- y como martillo que
despedaza la roca?
5. Levítico 1:7 LBLA "Y los hijos del
sacerdote Aarón pondrán fuego
en el altar, y colocarán leña sobre
el fuego.
6. Éxodo 27:3 LBLA Harás asimismo
sus recipientes para recoger las
cenizas, y sus palas, sus tazones,
sus garfios y sus braseros. Todos
sus utensilios los harás de bronce.
7. La palabra brasero es el makjtá H4289
significa tiesto para brasas encendidas,
viene de la H4288 mekjittá que
significa quebrantamiento. La
revelación apostólica produce
quebrantamiento, así que debemos
preguntarnos ¿Hace cuánto nuestro
corazón no es quebrantado delante de
la presencia de Dios?
8.
9. Esta misma palabra viene de la raíz
H2846 que quiere decir echar mano
de, avivar el fuego. Por lo que
podemos decir que el ministerio
apostólico aviva el fuego en nosotros,
así como Pablo le dijo a Timoteo, que
debía avivar el fuego de Dios que había
en el.
10. Lamentaciones 1:13 KDSH "Desde Su
habitación Kadosh, El mandó fuego
profundo en mis huesos; El extendió
una red para atrapar mis pies; El me
devolvió; El me dejó desolada,
llorando todo el día.
11. Apocalipsis 1:1 LBLA La revelación
de Jesucristo, que Dios le dio, para
mostrar a sus siervos las cosas que
deben suceder pronto; y la dio a
conocer, enviándola por medio de
su ángel a su siervo Juan,
12.
13. Apocalipsis 1:2-3 BLA 2005 el cual
afirma que todo lo que ha visto es
palabra de Dios y testimonio de
Jesucristo. Feliz el que lea estas
palabras proféticas y felices
quienes las escuchen y hagan caso
de este mensaje, porque el tiempo
está cerca.
14. Deuteronomio 29:29 LBLA Las
cosas secretas pertenecen al
SEÑOR nuestro Dios, más las cosas
reveladas nos pertenecen a
nosotros y a nuestros hijos para
siempre, a fin de que guardemos
todas las palabras de esta ley.
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16. Efesios 2:20-21 LBLA edificados
sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo Cristo
Jesús mismo la piedra angular, en
quien todo el edificio, bien
ajustado, va creciendo para ser un
templo santo en el Señor,
17. Ezequiel 3:16-17 LBLA Y sucedió
que al cabo de los siete días vino a
mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
Hijo de hombre, te he puesto por
centinela de la casa de Israel;
cuando oigas la palabra de mi
boca, adviérteles de mi parte.
18. 1 Reyes 18:38 LBLA Entonces cayó
el fuego del SEÑOR, y consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el
polvo, y lamió el agua de la zanja.
Notas del editor
Juan en medio de la revelación que recibió, quiso ver dónde se encontraba el templo celestial, pero se dio cuenta de que no había ninguno porque en el cielo el Templo es el mismo Dios y el Cordero. Pero para que seamos transformados en templo debemos tener altar, un altar que debe ser restaurado, pero debemos entender que de nada nos serviría reconstruir y reedificar el altar si no hay fuego de Dios en el.
Hemos aprendido muchas cosas sobre el altar, debía tener cuatro cuernos y debía ser construido de madera de acacia. La acacia es un árbol que crece en los pantanos, son como bejucos que se mezclan entre sí para formar nudos y los hombres que lo debían trabajar tenían que ser sabios y entendidos en estas artes, esto es figura que nosotros como humanos tenemos muchos problemas pero como a Dios le plació escogernos, nos tenemos que dejar trabajar por nuestras coberturas para que ya trabajados podamos trabajar a otros. Esto le sucedió al Apóstol Pedro que fue formado en la zaranda, pero luego pudo formar a otros por la experiencia que tenía.
En este verso vemos que el fuego es la palabra que sale de la boca de Dios.
El altar es nuestro corazón, así que esto nos habla de que en nuestro corazón debe haber palabra, porque de la abundancia del corazón habla la boca. La leña es figura de nuestra humanidad, que tiene que ser consumida por completo, porque debemos ser bautizados en la palabra.
En total son cinco instrumentos que se utilizaban en el altar, cada uno figura de los 5 ministerios: los ceniceros son figura de los evangelistas, las palas figura de los pastores, los tazones son figura de los maestros, los garfios de los profetas y los braseros figura de los apóstoles.
¿Hace cuánto no doblamos nuestras rodillas para orar? ¿Hace cuánto no tenemos un devocional para nosotros? Esto es lo que hace el fuego en el altar, es decir la palabra revelada que viene del corazón de Dios nos quebranta, porque aunque no seamos apóstoles, si somos apostólicos y si nuestro padre espiritual tiene revelación, nosotros también la tendremos.
La palabra revelada (fuego) sale desde la habitación santa de Dios. El Señor ha enviado palabra revelada para este tiempo y es por eso que vemos prosperidad y abundancia en nuestras vidas, pero debemos saber que si queremos tener buena pesca debemos meternos en la profundidad, en lo profundo de la palabra del Señor, porque si nos acercamos al Señor, vendrán las añadiduras.
Esto quiere decir que si queremos tener revelación, debemos seguir el orden divino con respecto a las jerarquías y a la autoridad y someternos a ella, tomando en cuenta que una de las formas en que reconocemos autoridad es a través de dar nuestros diezmos, como una prueba de fidelidad.
Somos felices porque sabemos que nuestra redención esta cerca.
La palabra revelación en el griego se dice apokalupsis G601, que viene de la raíz G602 apokalupto que quiere decir quitar la cubierta. Esto nos habla de disfrutar de la revelación que el Señor está destapando y nos está dando. Esta revelación también es para nuestros hijos, tanto biológicos como espirituales, porque lo que recibimos lo podemos transmitir cuando hablamos, pero debemos tomar en cuenta que esto es para lo positivo pero también en lo negativo, así que si nosotros estamos mal, también lo transmitimos y lo ministramos a los que nos oyen.
Debemos edificar sobre la base de la buena doctrina, no sobre falsas doctrinas de libertinaje, para así perfeccionar a los santos (Efesios 4.12), esto quiere decir que el perfeccionamiento no es para todos sino que solo para los que se santifican y se apartan, para ellos es el fuego que sale de la habitación de Dios.
Si Dios nos da Su palabra y revelación nuestro deber es hablarla, por pocos que sean los que nos escuchan no podemos callar, porque Dios los bendecirá y los multiplicará a través de la palabra revelada que es el fuego que debemos tener en el altar.
Este pasaje nos habla de cuando Elías hizo caer fuego del cielo, luego de que los profetas de Baal se lo pidieran también a su dios, y podemos observar varias cosas: Elías colocó 12 piedras naturales, luego abrió la zanja en que cupieran dos medidas de grano, puso el buey y la leña sobre el altar y pidió cuatro cantaros de agua para derramarla sobre el holocausto y sobre la leña; finalmente invocó a Jehová. En cada uno de estos pasos podemos encontrar muchas figuras para nosotros, pero quisiéramos destacar que nuestro clamor es muy importante para que el fuego descienda sobre el altar, debemos declarar en fe lo que Dios puede hacer y creerlo con todo nuestro corazón para que la palabra que sale de la boca de Dios descienda sobre nuestros corazones.