MINERÍA Y OTRAS POSIBILIDADES DE DESARROLLO EN APURÍMAC
1. Sociólogo, Alexander Bustinza Vilca
abustinzavilca@gmail.com
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Av. D. Samanez Ocampo N° 117
Abancay- Apurímac
Web: www.iisotec.org
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MINERÍA Y OTRAS POSIBILIDADES DE DESARROLLO EN APURÍMAC
En nuestra región, durante los últimos años la política y los políticos regionales han
reducido toda la discusión del desarrollo regional al tema minero, viendo a ésta como
la única actividad para desarrollar la región, creer en esto puede ser desacertado y
perjudicial para nuestra región, como lo que acaba de ocurrir con el mega proyecto las
Bambas. Que se tenía previsto su explotación para este año, según el Ministerio de
Energía y Minas uno de los proyectos de cobre más importantes del país, con una
inversión de 5 mil millones de dólares y como canon Apurímac hubiera recibido el
próximo año en junio la suma de 700 a 1000 millones de soles, y esto no va ocurrir,
porque los dueños de las Bambas estarían viendo cómo se mueve la política nacional,
es decir, que están esperando que gane un candidato que promueva y dé estabilidad
política y jurídica en lo referente a proyectos mineros. En ese sentido podemos darnos
cuenta perfectamente que las decisiones de los empresarios, no, es solamente una
decisión de carácter económico, sino, también es una decisión política. Por ejemplo, si
en el año 2016 ganase un candidato que no congenie con la minería, seguramente
muchos proyectos mineros en la zona se paralizarían y en consecuencia no se
cumplirían los planes de gobierno que últimamente se han ‘’mineralizado’’, es decir que
todo aquello que se promete, propone o se piensa realizar está hecha tomando como
punto de partida los recursos que se obtendrían de la actividad minera (CANON
MINERO).
‘’La mineralización de la política regional’’ se debe mucho a que somos una región
privilegiada por contar con los recursos minerales que se encuentran en el subsuelo
regional, según las estimaciones del Ministerio de Energía y Minas, muestran que
nuestra región lideraría las inversiones en minería con más de 12 mil millones de
dólares de inversión, que representaría el 21% de la inversión nacional de este sector,
pero éstas son estimaciones tomando en cuenta básicamente a los grandes proyectos
mineros que se encuentran en exploración, y muchos de ellos con problemas sociales
complejos que arrastran de varios años, tal es el caso del Proyecto los Chancas,
Apurímac Ferrum y Proyecto Haquira entre otros proyectos mineros en la región. Lo
concreto es, que en Apurímac, solamente el proyecto Anama que está ubicada en
Huaquirca-Antabamba, sería el único que entraría en producción, cuya inversión es
mínima de (40 millones de dólares) en comparación a otros proyectos mineros de mayor
envergadura. Entonces la ‘’mineralización’’ de la discusión sobre el desarrollo regional,
no puede depender de estas externalidades que cambian la política regional y nacional.
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En ese sentido, los retos de las nuevas autoridades son inmensos. Sí, se quiere sacar
adelante los proyectos mineros en la región, se tendría que trabajar temas
fundamentales como: el ordenamiento territorial, delimitación de las comunidades
campesinas, conflictos sociales que últimamente se hacen mucho más visibles que en
otras regiones del país (Reporte de conflictividad de la Defensoría del Pueblo), nuevas
formas de distribución del Canon Minero, y capacitación a los actores locales, todo ello
conllevaría a un dialogo equilibrado entre el Estado, la Empresa y la Comunidad. Esta
triada tendría la responsabilidad de fortalecer la institucionalidad en sus ámbitos de
competencia, y para lograr eso se requiere de mucha voluntad y trabajo de parte del
estado, la empresa y de la comunidad.
Este panorama poco alentador del sector minero en la región, condicionaría
inevitablemente a cambiar el accionar de las nuevas autoridades y para muchos de
ellos será un reto y una oportunidad pensar en otro tipo de posibilidades como:
proyectos de turismo, proyectos ambientales, proyectos de energías renovables,
proyectos de hidroeléctricas, proyectos de siembra y cosecha de agua y proyectos
culturales, siendo estos proyectos inclusivos socialmente y amigables con el ambiente.
Cuyo financiamiento se pueden conseguir en los ministerios o en la cooperación
internacional.
En ese sentido una de las actividades que pueden desarrollar las nuevas autoridades
de la región sería el turismo en sus distintas variantes: turismo ecológico, turismo
cultural, turismo vivencial, turismo rural comunitario y el turismo arqueológico. Pues la
importancia del turismo radica en valorar muchos aspectos de la vida social local, que
muchas veces son debilitados por algunas actividades económicas exógenas. Pues la
contaminación social en las comunidades que tienen relación con la actividad minera,
serian producidos principalmente por estas empresas. Pues la queja constante de las
comunidades es que ven afectadas su identidad, sus valores colectivos, sus normas de
convivencia, sus actividades locales, su gastronomía local, sus tradiciones y otros
propios de los estilos de vida local. Una de las actividades que revaloraría toda esta
complejidad social, sería el turismo, pues fortalece y pone en valor a las costumbres,
tradiciones y las actividades propias de la zona. Estas se traducirían en oportunidades
de carácter social, económico y cultural. Así se fortalecerían los lazos de cohesión
social, asimismo se beneficiarían económicamente los actores locales en los distintos
pueblos de nuestra región.
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Debemos reconocer que en Apurímac todas las provincias tienen potencialidades
turísticas inmensas, las cuales deberían convertirse en productos turísticos, para ello
se necesita voluntad política de nuestras autoridades. Por ejemplo: en Abancay se
puede desarrollar un corredor de turismo local, que puede estar conformado por la
siguiente ruta: Santuario Nacional de Ampay, Taraccasa, la ciudad de Abancay, el valle
de Pachachaca, el puente colonial de Pachachaca y las aguas termales de Santo
Tomas. Esta ruta sería muy importante, pues la ciudad de Abancay no cuenta con
muchos espacios de esparcimiento que promueva la integración familiar y social. Pero
vemos que las autoridades no muestran interés en desarrollar esta actividad, y esto es
claro por el abandono absoluto de nuestros lugares turísticos y culturales, por ejemplo:
el puente colonial de Pachachaca, se encuentra en condiciones lamentables. Este
puente tan imponente está deteriorada principalmente la parte central de la columna y
las partes laterales están rotas, sí no se cuida este patrimonio, posiblemente en pocos
años no tengamos ya este puente y con ello se perdería una gran parte de nuestra
historia e identidad. Por ello su importancia no radica solamente, porque es un símbolo
cultural, sino es el puente que une los valles cercanos de la zona, sirve como vía de
comunicación para las personas que viven en la área y conecta con las aguas termales
de Santo Tomas. Por todo ello cumple una función social determinante, por eso, es
necesario su cuidado, conservación y preservación permanente.
La ruta de Cotabambas y Grau es una potencia sin precedentes, pues estas dos
provincias tienen lugares exóticos poco difundidos, que pueden ser una posibilidad para
el desarrollo local. Por ejemplo: la provincia de Cotabambabas tiene el Qaqa cárcel, las
iglesias coloniales y las chulpas, asimismo la provincia de Grau tiene la Iglesia de
Chuquibambilla, el qapaq ñan que se pierde en el tiempo por el desinterés de nuestras
autoridades, la Iglesia de Mamara, que es una joya en el país, la laguna de Lliullita y el
puente colonial del valle de Vilcabamba. En la provincia de Antabamba igualmente hay
lugares turísticos como las aguas termales de Ccocho, la iglesia colonial de Antabamba,
el cañon de Maras, la fortaleza de Sonqo Raqay, la fortaleza de Chihuarmarca, la
laguna de Matara y las aguas termales de Yumiri, Ampacho, Wakullo y Kilkata.
Asimismo Andahuaylas cuenta con muchos recursos, laguna de Pacucha, Sondor,
Aguas termales de Pampa Chiri, los baños termales de Hualalachi, El valle del rio
Pasaje. Finalmente Aymaraes cuenta con hermosas andenerías en Caraybamba, y el
río Chalhuanca- Santa Rosa que son propicios para el canotaje.
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También nuestra región es rica, milenaria en danzas, bailes, cantos; que son el acervo
de nuestra pluralidad social y muchas de ellas, son poco conocidas, se necesita
preservar para que nuestros pueblos tengan memoria e identidad, que son rasgos
fundamentales de un pueblo, de una sociedad en un mundo tan cambiante y
vertiginoso, esto es posible con una política regional de turismo y cultura, que proteja,
difunda nuestros recursos turísticos tanto materiales e inmateriales, las que puedan ser
difundidas a nivel local, regional, nacional e internacional. Pues en nuestra región hay
carnavales, toriles, huaylias únicos en su género, que concitan presencia de turistas y
visitantes locales, tal es el caso del gran Pukllay en Andahuaylas, el carnaval
abanquino, el famoso T’ikapallana que se realiza en Huanacopampa en Cotabambas,
también tenemos fiestas taurinas de reconocimiento internacional como el Señor de
Animas de Challhuanca( sirvió de inspiración para la novela de Yawar Fiesta del escritor
y antropólogo andahuaylino José María Arguedas), Virgen del Rosario en Antabamba
y el Señor de Exaltación en Grau, asimismo la región de Apurímac, es muy reconocido
por sus huaylias, y una muestra de ella es la huaylia antabambina encantador y
colorido.
Todas las fiestas que acabamos de mencionar generan una dinámica económica en
beneficio de la población local, pero si esto estaría en la agenda de nuestros gobiernos
locales y del gobierno regional, se podría desarrollar aún mucho más, y se convertiría
en una actividad constante, que beneficiaría a una buena parte de apurimeños. Lograr
esto es un reto que está en cancha de nuestras autoridades, creo que si ellos ponen
sus esfuerzos en esa dirección, Apurímac sería una región con memoria e identidad, y
con muchas posibilidades de autogenerase su desarrollo.