El 6 de febrero de 2003, estudiantes de matemáticas de un colegio español y uno marroquí realizaron la primera práctica internacional entre los dos centros para comprobar que podían comunicarse matemáticamente a pesar de las diferencias lingüísticas. Los estudiantes resolvieron ecuaciones mediante ordenadores y programas de cálculo, demostrando que el lenguaje matemático es universal para la comprensión.