ACRÓNIMO DE PARÍS PARA SU OLIMPIADA 2024. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Invitados a la boda
1.
2. Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:
«El Reino de Dios es semejante a un rey que celebró el banquete de
bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda,
pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo:
Decid a los invitados: `Mirad, mi banquete está preparado, se han
matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid
a la boda.' Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el
otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron
y los mataron. Se enojó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a
aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. Entonces dice a sus
siervos: `La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id,
pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la
boda.' Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que
encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de
comensales. «Cuando entró el rey a ver a los comensales vio allí uno
que no tenía traje de boda; le dice: `Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin traje de boda?' Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los
sirvientes: `Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;
allí será el llanto y el rechinar de dientes.' Porque muchos son llamados,
mas pocos escogidos.»
3. Jesús conocía muy
bien cómo
disfrutaban los
campesinos de
Galilea en las bodas
que se celebraban
en las aldeas. Sin
duda, él mismo
tomó parte en más
de una. ¿Qué
experiencia podía
haber más gozosa
para aquellas
gentes que ser
invitados a una
boda y poder
sentarse con los
vecinos a compartir
juntos un banquete
de bodas?
4. Según Jesús, Dios está preparando un
banquete final para todos sus hijos pues
a todos los quiere ver sentados, junto a
él, disfrutando para siempre de una vida
plenamente dichosa.
5. Podemos decir que Jesús entendió su
vida entera como una gran invitación a
una fiesta final en nombre de Dios. Por
eso, Jesús no impone nada a la fuerza,
no presiona a nadie. Anuncia la Buena
Noticia de Dios, despierta la confianza
en el Padre, enciende en los corazones
la esperanza. A todos les ha de llegar su
invitación.
6.
7. Jesús era realista. Sabía que la invitación de Dios
puede ser rechazada. En la parábola de “los
invitados a la boda” se habla de diversas reacciones
de los invitados. Unos rechazan la invitación de
manera consciente y rotunda: “no quisieron ir. Otros
responden con absoluta indiferencia: “no hicieron
caso”. Les importan más sus tierras y negocios.
Pero, según la parábola, Dios no se desalienta. Por
encima de todo, habrá una fiesta final. El deseo de
Dios es que la sala del banquete se llene de
invitados. Por eso, hay que ir a “los cruces de los
caminos”, por donde caminan tantas gentes
errantes, que viven sin esperanza y sin futuro. La
Iglesia ha de seguir anunciando con fe y alegría la
invitación de Dios proclamada en el Evangelio de
Jesús.
8.
9. • ¿Cuáles son las personas que
normalmente son invitadas a nuestras
fiestas? ¿Por qué? ¿Cuáles son las
personas que no son invitadas a nuestras
fiestas? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los motivos que hoy
limitan la participación de muchas
personas en la sociedad y en la iglesia?
¿Cuáles son los motivos que ciertas
personas alegan para excluirse del
deber de participar en la comunidad?
¿Son motivos justos?
10. • ¿Cuáles son las personas que
normalmente son invitadas a nuestras
fiestas? ¿Por qué? ¿Cuáles son las
personas que no son invitadas a nuestras
fiestas? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los motivos que hoy
limitan la participación de muchas
personas en la sociedad y en la iglesia?
¿Cuáles son los motivos que ciertas
personas alegan para excluirse del
deber de participar en la comunidad?
¿Son motivos justos?