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CONGREGACIÓN
INTERNACIONAL
S A C E R D O TA L
Monseñor Andrés Tirado Pérez
Congregación Sacerdotal Internacional
CONGREGACIÓN
INTERNACIONAL
S A C E R D O TA L
Monseñor Andrés Tirado Pérez
Corrección ortográfica y gramática
Fernando Soto Aparicio
Edwin Leonardo Avendaño, Pbro.
Edison Blanco Pedraza, Pbro.
Diagramación, estilo y diseño de carátula
EB Ediciones E.U.
contacto@ebediciones.com.co
Edición Web
© Andrés Tirado Pérez. Reservados todos los derechos.
Derechos de Autor – Ministerio del Interior.
Bogotá – Colombia.
websites:
www.padreandrestirado.co
www.congregacioninternacional.org
www.exorcistasinternacionales.org
e– mail: padreandrestirado@gmail.com
Monseñor Andrés Tirado ha tenido el
alor de escribir este libro. Porque valor,
alidad humana, sinceridad, voluntad
de ayuda, capacidad de comprensión
amor hacia el prójimo, es lo que se
necesita para plasmar en estas páginas
una serie de tópicos difíciles de tratar.
Primero, aceptar su condición de exor-
ista en un mundo en donde las creen-
ias espirituales y la existencia de fuerzas
que se escapan a la cotidiana compren-
ión del común de la gente, ya es un
paso difícil. Y lo es todavía más la fran-
u vida, la desnudez con que muestra su
s, su acercamiento a Dios, su pelea con
camino arduo y a veces tenebroso que
a vencerlos.
stamos solos. No somos máquinas sufri-
las limitaciones, vicisitudes y preguntas
Hay algo superior a nosotros, una fuerza
consuela, un camino con un principio y
ena en el silencio interior con que nos
e existir, y que nos lleva a cambiar ese
ue produce el hecho de estar en la vida,
a vida como territorio de nuestra experi-
cial de nuestra unicidad.
n de fe que hace monseñor, hasta los
de la iglesia respecto –por ejemplo- al
ones y fórmulas de su trabajo de exor-
os múltiples testimonios de su inmensa
an a este libro una identidad personal, y
un remanso de paz para el espíritu, sino
te.
Fernando Soto Aparicio CONGREGACIÓN
INTERNACIONAL
S A C E R D O TA L
Monseñor Andrés Tirado Pérez
Congregación Sacerdotal Internacional
Cada hombre construye su destino. Gracias a Cristo
fuimos creados liberes. Pero el ‘enemigo’ siempre asecha,
siempre propone caminos. Más Dios también propone
senderos, y, totalmente, los caminos de Dios son perfectos;
son de triunfo y prosperidad.
Todo, indiscutiblemente es creado por Dios, todo es,
está y se mueve por Él y para Él.
La ciencia es la herramienta iluminada por Dios y
creada por los hombres, en la que nos muestra el diseño y
origen de todo lo existente, de todo su Obra.
Monseñor Andrés Tirado
“Hijo mío, si tratas de servir al Señor, prepárate para
la prueba. Fortalece tu voluntad y sé valiente, para no
acobardarte cuando llegue la calamidad. Aférrate al
Señor, y no te apartes de Él; así, al final tendrás prospe-
ridad. Acepta todo lo que te venga, y sé paciente si la
vida te trae sufrimientos. Porque el valor del oro se
prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno
del sufrimiento. Confía en Dios, y Él te ayudará; procede
rectamente y espera en Él. Ustedes, los que honran al
Señor, confíen en su misericordia; no se desvíen del
camino recto, para no caer.
Los que honran al Señor, confíen en Él, y no queda-
rán sin recompensa. Los que honran al Señor, esperen la
prosperidad, la felicidad eterna y el amor de Dios”.
Eclesiástico 2, 4 – 10
7
Introducción
La escritura es arte; el lenguaje es la expresión y facultad
más maravillosa que existe en el ser humano.
Es poder de expresar, comunicar, desarrollar nuestra liber-
tad, es dar a conocer nuestro pensamiento a toda la humani-
dad, en ella hay sentimientos, y sobre todo, ideas que mueven
el universo.
Profundizando en este escrito se irá interiorizando y cono-
ciendo en detalle mi vida como exorcista, la vida de una per-
sona que todos los días se dedica a confrontar y enfrentar la
fuerza de Dios y sus poderes sobrenaturales sobre las fuerzas
del mal, ¿Cómo llego a esto? ¿Cómo es la vida de un exorcista?
¿Cómo fue mi infancia? ¿Y mi juventud y adultez? Y cómo
Dios me fue llevando a su servicio de forma particular y espe-
cial, ¿Cómo llegó un ex – pandillero, un niño sobrevivientes
de las calles de Bogotá, a ser uno de los exorcistas más recono-
cidos a nivel mundial?
Estas son preguntas que todos los días me hago como sa-
cerdote y exorcista, cómo fue que Dios me tenía para éste
servicio particular.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
8
Para llegar a ser un excelente exorcista hay que seguir unos
parámetros, es decir, unos requisitos, que son difíciles de reu-
nir, juntarlos y poder así desarrollar el servicio: el don, lo in-
telectual o el estudio y la experiencia, los tres son pilares del
éxito en el ministerio de la liberación y el exorcismo.
A través de estos capítulos conocerán mi vida, también la
vida de varias personas que han encontrado su liberación es-
piritual y material.
Casos insólitos, donde la realidad supera la ficción, donde
se observa la mano poderosa de Dios en cientos de personas y
de historias de las que he que he podido ser parte fundamen-
tal como protagonista de hechos y acontecimientos, –han
sido cambiados nombre y otros datos que puedan dar indicios
de las personas que vivieron estas experiencias y estos testimo-
nios, algunos si quisieron que sus nombres se hicieran públi-
cos como testimonio de amor a Dios y a la humanidad–.
En el descubrimiento de estos casos podemos encontrar
enseñanzas constantes, ver el mundo con los ojos de otros y
así poder comprender mejor y con una visión integral como
individuos y como personas, a la colectividad que llamamos
humanidad.
Son testimonios reales, que han quedado en mi mente,
pero es importante que salgan de allí y sean consignados como
referentes históricos pues ellos dan luz sobre el asunto del que
versa este libro, visto que a cualquiera puede suceder, ninguno
de nosotros está libre de llegar a estas realidades.
¿Sobre mi quehacer? ¿Sobre el exorcismo?
Materia difícil de relatar o explicar. Digamos que es un
estilo de vida y una convicción segura y total de que lo que se
hace es por el poder de Dios, es Dios el que actúa, uno es una
simple herramienta en esta realidad, esta primicia es la fe, una
fe absoluta y a prueba de fuego que se consigue con grandes
pruebas y lágrimas de sangre, pero a su vez grandes alegrías y
triunfos.
9
Llegó a mis manos hace muchos años uno de los libros
más famosos sobre el tema, “Habla un exorcista” del padre
Gabriele Amorth1
, uno de los más reconocidos exorcistas
mundiales.
Por los años 90 llegó a mis manos uno de los primeros
ejemplares del mencionado libro que se vendió en Colombia.
El tema me cautivó y me dio un mejor enfoque, lo que yo
nunca me imaginé es cómo más adelante también llegaría a
ser exorcista.
Me interesaba mucho el tema, aunque era escéptico e in-
crédulo, pues me dedique mucho a la teología científico críti-
ca, que es el modelo teológico de vanguardia en la actualidad.
Esta teología propone que todo tiene una causa científica,
que todo es un producto mental, que todo tiene una explica-
ción material, por ejemplo:
Jesús, cuando caminó sobre las aguas se explica como un
haz de luz que se proyectó en el lago y eso creó en la mente de
los apóstoles una proyección preconsciente que estableció la
imagen de que Jesús caminó sobre el mar de Galilea.
Los milagros de sanación de Jesús se dieron porque las per-
sonas se sugestionaron y eso hizo que la mente realizara la sa-
nación, no Dios, no Jesús, sino la mente y así va relativizando
esa nueva teología va dando una explicación fuera de lo espi-
ritual, yo comparto que la fe y la razón2
, lo espiritual y la
1	 Nació en Módena, Emilia, (Italia) el 1°de mayo de 1925, reconocido conocido exorcista
de la diócesis de Roma. Fue ordenado sacerdote en 1954 y se convirtió en exorcista oficial
en junio de 1986, bajo la dirección de Candido Amantini. Es miembro de la Sociedad de
San Pablo, la congregación fundada por el beato Santiago Alberione en 1914. En 1986
hizo su primer exorcismo bajo la tutela del padre Amantini y en octubre de 2000 (según
su libro), señaló haber realizado personalmente alrededor de 50.000 exorcismos, que iban
desde “unos minutos” a “varias horas” de duración. Lo que significa que realizó un prome-
dio de aproximadamente diez exorcismos al día durante su carrera hasta el año 2000.
Amorth fundó la Asociación Internacional de Exorcistas en 1990 y fue presidente hasta
su retiro a los 75 años de edad, en el año 2000. Actualmente ha sido declarado presidente
honorario de por vida de la Asociación.
2	 “La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer
Monseñor Andrés Tirado Pérez
10
ciencia son complementarias y se necesitan, pero el problemas
está cuando se llega al extremo, no sólo lo espiritual o sólo lo
material o científico, me llevó mucho tiempo entender esto y
saber que en la vida la clave es tener un punto de equilibrio.
Mi vida tiene dos partes muy importantes, la primera: mi
conversión, y la segunda: el encontrar el maravillosos mundo
de la sanación, la liberación, el progreso, y la prosperidad;
gracias a Dios no sólo me dedico al hermoso oficio de la libe-
ración y los exorcismos, sino que he buscado seguir el camino
de la imitación de Cristo y ser más integral.
Recordemos que Jesús sanaba, liberaba, daba de comer al
hambriento y predicaba el reino de su Padre Dios; la sanación
física, la sanación interior, el progreso, la prosperidad, la res-
tauración de hogares, la ayuda espiritual y el crecimiento per-
sonal, la medicina natural; son sólo algunas áreas en las que
me siento feliz en poder ayudar y Dios me ha dado la capaci-
dad de desarrollarlas, pero sin duda mi fuerte o mi especiali-
zación es el ministerio de liberación y exorcismo.
He escrito varios libros que han tenido bastante impacto a
nivel mundial, tengo misiones en varios países y en el hermo-
so y muy amado territorio colombiano, tengo una escuela en
alta espiritualidad, esta escuela se convirtió en una gran ale-
gría y manifestación del amor de Dios, donde se enseñan y se
desarrollan las diferentes áreas en que trabajo, estamos en pro-
ceso de fundar la primera escuela internacional de exorcistas a
nivel mundial ya que no existe, será presencial y virtual.
Tengo una fundación sin ánimo de lucro donde por más
de 5 años tuvimos un comedor para más de 120 niños que
encontraban su alimentos espiritual y material diariamente,
la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda
alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8–9; 63 [62],
2–3; Jn. 14, 8; 1 Jn. 3, 2)”. De la encíclica “Fides et ratio” del beato Juan Pablo II, publi-
cada el 14 de septiembre 1998.
11
niños, madres cabeza de hogar y hombres y mujeres de la
tercera edad, donde se compartieron más de 56.000 almuer-
zos y diferentes ayudas, en la página Web pueden encontrar
fotos y videos; cada día me exijo en la búsqueda de nuevas
metas y proyectos, pues es extraordinario ver la obra del Señor
en mi y en lo que realizo y proyecto, esto hace que me com-
prometa más con lo que hago y cuestione mi poca labor y
siempre quiera mucho más, pero con una visión de ganancia
social, material y espiritual; ganar en doble partida, pues lo
material es muy importante y Dios lo da para que sus hijos
nos encontremos bien, pero el mejor y más grande tesoro es el
espiritual, es lo que nos llevaremos, es como dice nuestro
amado Señor Jesucristo a nosotros y a los apóstoles, “No os
amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrum-
bre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amonto-
naos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni he-
rrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque
donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Mt. 6,
19 – 21.
Este es nuestro gran tesoro, el que llevaremos para la eter-
nidad, para el reino de los cielos y disfrutaremos de verdad,
pues estamos en este mundo de paso, esto no fue fácil de en-
tender pues mi mente estaba en el mundo, pertenecía al mun-
do y me gustaba, así como a cualquier ser humano, hombres
y santos que tuvieron una vida mundana y materialista como
san Pablo, san Mateo, san Agustín, san Francisco de Asís, san
Francisco de Sales, san Ignacio de Loyola y muchos más que
tuvieron un encuentro personal y místico con Cristo, así me
sucedió, pero esto no fue fácil, como por lo general sucede
probados en el fuego para así madurar y crecer en gracia, pen-
samientos y conceptos. Cientos de respuestas que ahora veo
con claridad que a lo largo de mi vida no comprendía y no
quería tampoco saber nada, pues cuando estamos entregados
Monseñor Andrés Tirado Pérez
12
al mundo no pensamos en Él, pero cuando tenemos una ex-
periencia trascendental y llegamos al despertar espiritual, es
cuando entendemos nuestro lugar en el cosmos, en el univer-
so, el por qué, el para qué y para dónde, estas experiencias y
testimonios de vida los han experimentado cientos de perso-
nas, durante siglos y en todas las religiones; disfruto mucho
del mundo y lo disfruto con moderación y límites, con liber-
tad, pero no con libertinaje, con errores y pecados y dificulta-
des, pero siempre buscando levantarme del lodo, del abismo
y buscando mi propia superación personal y espiritual con
Cristo, no exclusivamente para mí sino para muchas personas
que buscan ayuda para solucionar sus problemas, y Dios se
sigue manifestado de forma maravillosa y sorpréndete.
Los invito a que me acompañen a profundizar en mi vida
y en mis experiencias.
13
Mi primer exorcismo
Amo lo que hago, me siento feliz y realizado pues Dios a tra-
vés de mí, un siervo inútil como dice el Evangelio, devuelve la
paz, la alegría y la felicidad de vivir; muy pocos en el mundo
tienen esa dicha, es una profesión arriesgada, peligrosa y de
mucha persecución del “enemigo” a quien conocemos con
muchos nombres, pero familiarmente el de Satanás que no es
uno sino muchos, pues ellos son legión.
Para los sacerdotes y los acéticos, nosotros los exorcistas,
somos perseguidos, calumniados y menos comprendidos, nos
miran como seres extraños y nos tienen desconfianza y temor,
todo esto por la ignorancia espiritual.
Recordemos que legión – en la época imperial de la antigua
Roma – eran más de 6.000 hombres hablando en términos
militares. En el Evangelio se utiliza para dar a entender que
son muchos los espíritus que tienen dominada a una persona.
El Demonio, Satanás, Lucifer; todos uno pero a su vez
diferentes, son espíritus reales que buscan destruirnos, y su
única misión y propósito es la de dañar una de las obras más
maravillosas de la creación, que es el hombre.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
14
En el corazón del hombre coexisten el Demonio más terri-
ble o el Ángel más maravilloso.
Depende de cómo se encamine, pero siempre el mal, el
Demonio estará al asecho. San Pedro nos mostraba la analogía
con el león rugiente, y tiene mucha razón: “anda listo y presto
para atacar al menor descuido y sus ataques siempre son devo-
radores”.
Llegar a estas conclusiones tomó tiempo y reflexión. En-
tenderlas y asimilarlas en mi corazón y en mi mente no fue
una tarea cómoda, pues no creía; como se nos enseña en teo-
logía, sociología, antropología, psicología, filosofía, que estas
realidades no son más que un mito, una leyenda urbana a la
vez antigua y moderna.
En realidad es, existe y se mueve entre nosotros, no es un
simple concepto o pensamiento humano, así como Dios exis-
te, existe el mal y su dirigente, Satanás.
Pero para encontrar esta revelación divina se debe experi-
mentar, son experiencias de alto nivel y extremas, para poder
entender y creer en esto. Si no hay esta vivencia, sería una idea
más, una metáfora más en el vacío cósmico del ser humano.
Así fue mi primer exorcismo…
Lo recuerdo con estupor, pues me tocó enfrentar a un de-
monio terrible, estaba sólo enfrentado a tan malvado y des-
tructivo enemigo.
Dios me trasmitió coraje y una fe poderosa y fuerza, porque
de mi no había nada, un poco de espiritualidad, pero no los
conocimientos ni el saber y menos el poder, eso sólo vino de
Dios, de la Santísima Trinidad, es en la actualidad que he visto
tantas cosas sorprendentes y sobre naturales que sigo pensando
lo mismo, que todo el poder y la ayuda vienen de Dios.
Me da tristeza recordar estos acontecimientos, por que ob-
servar el mal y sus actuaciones y ver como es real y como hace
daño es espantoso, mucho más si esta cerca, muy cerca de
nosotros.
15
Podríamos clasificar en dos variantes claras los tipos de po-
sesión.
Sobre las posesiones, no siempre son de demonios o de
Satanás o Lucifer, hay dos clases, tipo A y tipo B: el tipo A son
espíritus desencarnados, que vivieron y que están en algo que
se llama mundo intermedio, en muchas religiones y creencias
le tienen otros nombres, el valle de los muertos, limbo, otra
dimensión, etc. Son espíritus que por varias razones no se fue-
ron de este mundo terrenal y han entrado a una materia o
cuerpo, siendo este el caso más común de posesión.
Hay los de tipo B que son los más difíciles, que no son
frecuentes, que son los más complicados y terroríficos, que
son los propiamente llamados demonios.
A mí me tocó de iniciación en este camino de liberación y
exorcismo directamente un tipo B, el cual me costó mucho
para poder vencerlo y a la vez expulsarlo con la autoridad y
poder de Jesucristo.
Después de leer con interés de curioso aquel libro mencio-
nado antes del padre Amorth, creía, ¡fantasías de ayer y de
hoy!; pero tendría que bajar mi orgullo y con amor, paciencia
y sencillez, estudiar este y otros libros, y los muchos conoci-
mientos que encontraría.
Por eso me interesó este tema ¿Por qué? ¿Cómo se dio?
¿Por qué sucede? Como es una característica en mi vida, la de
investigar, la de buscar insaciablemente el por qué de las cosas,
esas cualidades de niño, no descansé hasta encontrar las res-
puestas y otras que sigo buscando, ésta experiencia con otras
de sanación fueron las que me iniciaron en el mundo espiri-
tual verdadero, en el mundo de lo paranormal, de lo trascen-
dente, y, como ya dije anteriormente así pude ver que no son
cuentos o ficción o ¡fantasías de ayer y de hoy!
Pero antes de este proceso maravilloso de conocimientos,
de crecimiento en la fe y experimentación tenía frente a mí
una liberación, un exorcismo real, un demonio terrorífico y
Monseñor Andrés Tirado Pérez
16
despiadado que quería acabar con un ser querido muy cercano
a mí. Hasta que la dificultad y la desgracia no llegan a nuestra
puerta no la aceptamos y le buscamos solución; como yo me
decía: ¡eso le pasa a otros, a mí no! Pero llegó a mi puerta.
Lanzado al fuego sin previo aviso y preparación, no hay
tiempo para dudar, sino para actuar, por eso digo que todo
viene de Dios, porque en mi no estaba esto.
Para seguir la narración de mi primer exorcismo, debo re-
troceder un poco y comentar la primera experiencia que me
cambio la forma de ver la teología. De profesar una gran de-
voción y credibilidad a la teología científico crítica, que en el
fondo de mi ser buscaba hambriento y sediento del conoci-
miento profundo de Dios, pasé a la teología que amo y que
todos los días desarrollo, la teología vivencial o carismática.
Esta es mi historia.
Todos pensarán o se imaginarán que mi historia de vida es
como la de la mayoría de sacerdotes o de santos, que nacen
con una predisposición a la santidad, nacen con el circuito
integrado incorporado de la vocación sacerdotal y con un gra-
do altísimo de espiritualidad y de piedad de una gracia espe-
cial, nacido para ser un ministro de Dios.
Este no es mi caso, en la Sagrada Escritura encontramos
que Dios actúa de formas misteriosas, para mí ultra misterio-
sas, cada día nos sorprende el misterio divino, cuando era
niño y joven quería o me proyectaba para tener una vida muy
diferente no se me ocurría ser sacerdote y menos exorcista, no
me gustaba la misa, entraba a la misa y sentía un gran aburri-
miento, no me gustaba estar cerca a los curas y se lo decía,
creía en un Dios a mí manera, desde niño tenía un amor es-
pecial a la Virgen María, pero no me gustaba orar el rosario o
asistir a actos de piedad; observaba la imagen de María y me
generaba sensaciones especiales, pero no me dejaba seducir
por su amor, en ese momento tenía un corazón que vivía en
rebeldía.
17
De niño, como a los 9 años, robaba las flores de los jardi-
nes para ponérselas en las manos a María, a una imagen; éste
es un recuerdo hermoso. Recolectaba en un jardín a la entrada
de una Iglesia las flores y ahora llega a mí el olor de los poma-
res que cogía en mis manos y regresan a mi todas esas sensa-
ciones y me generan mucha paz.
Todo fue de un momento a otro, como si estuviera dormi-
do y despertara y aun siguiera dormido y perdido en el mismo
sueño.
De niño y de joven buscaba a Dios, sentía un amor muy
profundo y especial de Él y en los momentos más difíciles lo
buscaba, lo llamaba a gritos, pero eran momentos pasajeros
como las olas del mar que bien y van.
Como expuse anteriormente sobre la teología científico
crítica, ahora le toca el turno a la teología vivencial o carismá-
tica en la cual está todo lo que creo, sé y practico la cual expe-
rimento todos los días, la que afianzo como roca sólida y po-
derosa e indomable, la fe en lo que creo y lo que puedo hacer
y aún más lo que Dios puede hacer por todos.
En esta teología creemos fielmente, sin fanatismo ni obse-
siones ni fundamentalismos, sabemos que Jesucristo es El Se-
ñor, que con el Hijo y él gran Espíritu Santo crearon todo;
que en el estamos, vivimos y somos.
Para poder entender es necesaria la gracia de vivencias más
que de conocimientos, por eso se llama teología vivencial, es
la misma teología que vivieron y desarrollaron los apóstoles y
la iglesia primitiva y todo aquel que abren su corazón a Jesu-
cristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Así mismo lo que nuestro amado Jesucristo realizó en su
ministerio es verdad y que dejó unos poderes a todos los que
tienen fe y creen en Él, aun más en los sacerdotes para hacer
milagros y expulsar al demonio.
Una tarde normal cuando sucedió el primer acontecimien-
to de mi conversión de la teología científico crítica a la viven-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
18
cial o carismática, –esto es importante porque en este relato le
da más sentido y compresión de como Dios fue ordenando las
cosas–, no me imaginaba como están de bien organizadas y
como Dios todo lo fue organizando, emparejando y pulien-
do, porque en todo Dios tiene un propósito.
Antes de comentar como fue el primer exorcismo, contaré
como fue este cambio de teología que es bien sorprendente.
Era un día común, asfixiado por la rutina, yo era semina-
rista de una comunidad católica romana, a la cual quiero y
estimo mucho, pues ellos creyeron en mi vocación sin que yo
supiera ni sospechara que este en verdad era mi camino, y un
camino tan particular, pero Dios me llevaría por otros sende-
ros y no seguiría con ellos, pasaría por varias comunidades
para poder buscar el verdadero sentido a mi vocación y mi
sacerdocio.
Una tarde gris, en Bogotá, estábamos en misa, al terminar
se acercó una mujer, ya entrada en años y de aspecto caucási-
co, me dijo: ¿Padre me puede ayudar?
–Yo no soy padre, soy seminarista, – le respondí mirándo-
la a los ojos –.
– No importa, para mí es padre, ¿me puede hacer el favor
de hacer oración?
Esto me sorprendió, pues no todos los días siendo semina-
rista te piden una oración, bueno, por lo menos a mí no.
– Sí, claro, como no, le respondí con amabilidad, ¿y por
qué quiere que oremos?
– Familia, salud, prosperidad, etc. me respondió con ale-
gría y decisión.
Empezamos a orar, ella me dijo: ¿padre me puede imponer
las manos?
Yo me sorprendí y le dije:
– ¿Y eso cómo es?
Ella se sonrojó y me dijo: padre coloque su mano derecha
en mi frente y ore por mí.
19
Coloqué mi mano derecha en su frente y oramos, los dos
orábamos por bastantes cosas, llegamos a un momento en que
sentimos un calor especial, se terminó la oración y ella me dio
las gracias y se fue.
No le presté atención a la situación, seguí mis actividades
cotidianas, en ese tiempo sólo era estudiar.
Los días continuaron sin ninguna novedad.
Pasaron dos o tres días, otra vez al finalizar la misa, llegó la
misma mujer, lo primero que imaginé es que me pediría otra
oración, yo pensé, ella vuelve para que oremos.
Efectivamente llegó con una alegría resplandeciente en su
rostro.
En sus manos llevaba una carpeta llena de hojas de color
marón, me saludo con mucha alegría. Me entrego la carpeta
que llevaba, abro la carpeta y empiezo a mirar, cantidad y
cantidad de hojas con códigos, reflexionaba, –definitivamente
no entiendo nada, pero fingía que sí, cuando ella me empezó
a decir: –Sí mira padre… Sí ve…
Lo decía con energía… le pregunté ¿qué pasó?
–Padre en los exámenes dicen que me sané…
–Cómo así que se sanó, no entiendo
–Resulta padre que hace unos días tenían que hacerme
una cirugía, me tenían que sacar la matriz y los ovarios, cuan-
do regresé me examinaron y vieron que estaba sana, que no
tenía miomas.
– Gracias a Dios y a usted me sané… me sané… me sané…
repetía con bastante alegría y fuerza.
Este hecho real, esta realidad, es algo que te cambia la vida,
gira tu entorno 180°, pues todo lo que hasta ese momento
consideraba como verdad, como lo único y que todo estaba
escrito, revolucionó, como una convulsión; sucedió así un
corto circuito en mi mente y en mi espíritu, los pensamientos
y supuestos teológicos y físicos que tenía en mis manos se
fueron desmoronando como un castillo de arena, nacía un
Monseñor Andrés Tirado Pérez
20
transformador, comenzó una nueva vida y una nueva forma
de ver y entender el mundo y la teología.
Muchos tenemos que ver para creer y vivir estos milagros,
para entender verdaderamente el propósito de Dios en nues-
tra vida.
Tenemos que caernos del caballo, como san Pablo, para
poder juzgar y ver, la realidad del mundo espiritual y material,
del mundo paranormal.
A mis estudiantes de diferentes cursos, siempre les digo
que todo lo que se manifiesta en el mundo espiritual repercu-
te en el mundo material, esta es una máxima que utilizo, una
frase que siempre reflexiono y ha sido el pensamiento que se
convierte en llave maestra abriendo todas las puertas del éxito
y la prosperidad, esta máxima la he aprendido de la experien-
cia personal y con ella he obtenido muchos logros.
Como se puede colegir, esta manifestación de sanación,
cambió mi vida y la forma de coexistir mi espiritualidad.
Entraría a un mundo totalmente desconocido y novedoso,
un mundo lleno de cosas sorprendentes, por eso repito que
Dios actúa de forma misteriosa.
En la vida de una persona hay muchos acontecimientos
que lo marcan o lo trasforman, sea buenos o no tan buenas,
en especial en las primeras semana de gestación del niño, su
niñez y su juventud y también su adultez.
En mí vida podríamos decir el antes y el después, dos he-
chos muy importantes, mi conversión a Cristo y el entrar en
el proceso vocacional de ser un ministro de Dios –ser sacerdo-
te–. Ya en el camino espiritual y en el proceso de formación
sacerdotal, se da el segundo hecho más importante que fue la
sanación, que marcaría mi destino al servicio de la humani-
dad y de los más necesitados material y espiritualmente.
Mi vida es muy parecida a las de toda persona, un poco
más dura tal vez, pero como digo en mis predicaciones, siem-
pre habrá altos y bajos.
21
Por eso entiendo cómo fue mi vida y como se desarrolló y
como la mano poderosa de Dios me dio la oportunidad tan
grande de seguirlo y amarlo, en el momento preciso se dio esa
opción de cambio, de conversión, y yo la tomé y fue la mejor
decisión, sin ni siquiera mirar a dónde me llevaría o como
terminaría, este es un verdadero salto de fe.
He tenido muchas dificultades no porque el demonio se
aparezca y me de tres vueltas en el aire y me envié al suelo y
no me deje escribir, sino porque he tenido pereza intelectual y
más que pereza intelectual es como poder escribir o cómo
plasmar de qué forma mi pasado, mi vida antes de encontrar
los caminos de Dios, pues muchos no saben lo que en estos
momentos estoy escribiendo, algunas personas conocieron
ciertas facetas o tenían un leve conocimiento de varias cosas,
pero no como fue la realidad sobre lo que ahora escribo.
Me ven con esa cara de gringo, como algunos me han di-
cho, mi rostro a primera vista no demuestra el sufrimiento y
situaciones que he tenido que enfrentar en mi vida, “las apa-
riencias engañan” dice el viejo refrán, es así, pero si miras mu-
cho mas a profundidad podrás ver lo vivido y recorrido así
como cuando partes un árbol a la mitad y se ven los círculos
que nos indican muchas cosas que él tuvo que vivir, hay que
profundizar, romper el árbol para saber que hay por dentro,
esas misma situación ocurre conmigo, recordar y escribir estas
experiencias no es tarea sencilla pero sí fructífera.
Hablamos del perdón, Jesús siempre habló del perdón, de
la reconciliación y de la sanación de nuestra mente y de los
recuerdos, pero la verdad esta tarea no es fácil. Habiendo ayu-
dado a muchos a solucionar cientos de problemas en los que
está enraizado el rencor y los traumas de la vida, buscando la
sanación y el perdón y aun hoy en día en mi interior sigo
trabajando en la obra de la reconciliación, para restaurarme y
sanar, este es un camino largo y para toda la vida siendo un
compromiso continuo, pues en nuestro corazón quedan mar-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
22
cas muy profundas, estas heridas se abren cuando entramos a
la biblioteca de nuestros recuerdos, al corazón de nuestro pasa-
do, eso nos sucede a todos, nos duele el recuerdo; cada vez que
me sumerjo en el pantano de mis recuerdos negativos del pasa-
do, tengo que hacer limpieza. A eso lo llamo auto – liberación,
un gran exorcismo personal para vencer y sanar mi corazón y
mi mente, pues estos fantasmas del pasado acuden siempre
para atormentarnos y regresan con fuerza, envenenan, ahogan
nuestros espíritus con cientos de reflexiones renegadas, en estos
momentos aconsejo como técnica efectiva para encontrar paz
y superar esas realidades que nos atormentan hacer catarsis y
poner en manos del Señor lo pasado como un aprendizaje, es
decir, como una escuela de vida; de esa aula he tomado leccio-
nes para poder escribir algunos pasajes de mi vida en estas lí-
neas, porque “recordar es vivir”, más a veces quisiéramos que
muchas cosas nunca hubiesen pasado, sin embargo, son hue-
llas que quedan en lo profundo del alma, esta técnica que es
simple ayudará muchísimo en el proceso de cada persona en
busca de la paz y la felicidad, es de esta manera:
Cerremos nuestros ojos, respiremos profundo y digamos:
“Dios de amor, Dios de poder, Dios misericordioso, dame
paz, dame libertad, dame el poder del perdón, dame sanación,
dame resignación, sana mi corazón, borra de mi mente, cuer-
po y espíritu todo rencor, rabia, dolor, sufrimientos y vengan-
za y lléname de sanación y de tu paz y de liberación y el pode-
roso Espíritu Santo me llene de amor”.
Repetir esta oración y reflexionarla con fe nos ayudará a
superar todo lo que nos perturba y nos hace daño, especial-
mente lo que nos envenena el alma.
Este libro es una síntesis de mi vida, he escrito lo más so-
bresaliente y espero pueda ser tomado como una enseñanza
substancial.
23
Infancia
La infancia es la época y la etapa más importante de toda
persona, desde el vientre hasta los 10 años estamos predis-
puestos para aprender.
Algunos de los recuerdos más trascendentales están en la
infancia, pues se empieza a formar la personalidad del ser hu-
mano; desde la concepción, desde el vientre se va fraguando el
carácter, pero se acentúa y se define más fuerte en la infancia.
Nací gracias a la voluntad divina, pues como cientos de
niños en el mundo fui procreado en un momento de pasión y
no gracias a una planificación o proyecto.
Nací en el Hospital San Ignacio del Loyola, dirigió por los
jesuitas; vine al mundo sano, por bendición de Dios, pero por
cosas de la vida, varias veces estuve enfermo, por lo cual espo-
rádicamente visitaba el mismo Hospital en el que vi la luz por
vez primera.
Mi familia gozaba de estabilidad económica, pues mi
abuelo materno tenía un restaurante, varios negocios de bas-
tante importancia y llegó a tener una muy buena fortuna, la
Monseñor Andrés Tirado Pérez
24
que después perdería por los caminos del juego y las apuestas,
lo cual, en efecto, asfixió mucho la estabilidad familiar, su
economía y el entorno.
De los cuatros hermanos con mi madre todos tenían su
propia historia, pero mi madre se dedicó a viajar, a bailar, a
pasarla bueno como decimos nosotros, era la épocas de los 60
y 70, la revolución mundial, el nuevo pensamiento y otras
cosas que atrajeron a muchos en esa época; mi madre, mujer
muy hermosa, pero que no quiso trabajar ni estudiar, viajó a
varios países de Europa, desafortunadamente no tenía visión
de salir adelante o progresar, sólo quería vivir el día a día, siem-
pre pensó como muchos que aquella felicidad sería eterna.
Mi abuelo administraba un hotel de bastante reconoci-
miento en esa época, también el restaurante, en este hotel fue
donde se dio el encuentro que Dios organizaría para que yo
llegara a este mundo; mi padre, un argentino que trabajaba en
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tenía un cargo
muy importante y viajaba a varios países del mundo en busca
del asesoramiento en inversión de proyectos económicos de la
banca al estado; indudablemente una persona brillante, radi-
cado en Washington, era escritor internacional y desarrolló
varios proyectos, modelos económicos para Estados Unidos y
varios países y en especial para Suramérica, más adelante ha-
blaremos de él.
De vez en cuando y de cuando en ves, mi madre iba al
hotel con el pretexto de ayudar, cierto día, todo planeado y
orquestado por Dios se encontraron los dos. Mi madre y mi
padre y de su encuentro fortuito nací yo.
Mi padre por su oficio tenía que estar viajando constante-
mente, asesorando los ministerios de cada país en el área fi-
nanciera.
En esos viajes, de un momento a otro, todos cambio; murió
mi abuela que era una matrona nortesantandereana quien des-
de pequeña, con mi bisabuela, lucharon por salir adelante, con
25
independencia, administraron restaurantes y hasta trabajaron
como contrabandistas, por eso estuvieron en prisión. El padre
desapareció y mi bisabuela tenía 12 hermanos a los 12 años se
fugó de la casa materna, y empezó a recorrer la vida a su ley,
luego quedaría embarazada, en ese momento nace su única
hija, pero su padre como muchos otros no se hizo responsable
de la manutención de la madre y la creatura; mi abuela creció
y se convirtió en una mujer guerrera y excelente negociante,
llegó a ser reina regional, su belleza era impactante.
Mi abuela, de carácter fuerte pues la vida deja sus huellas,
era el centro de la familia, era el eslabón que la unía, y murió
tras un ataque al corazón; y allí inicia el gran desastre, mi
abuelo se arraigó al juego y al licor y murió de la melancolía
que le dejó la pena de amor, igual que ella, de un paro cardía-
co dos meses después.
La unidad, la solidaridad, el cariño, todo se perdió; la frac-
tura del núcleo familiar fue algo contundente.
De las deudas que existían y de lo poco que quedaba que
el abuelo no se jugó o mi abuela no facilitó, pues era presta-
mista, cuando ella murió tenía bastante dinero en préstamos,
pero nunca se firmaron letras de cambio ya que en ese tiempo
no era necesario ningún documento, y se creía en la palabra,
pero desafortunadamente ese dinero también se perdió, todo
lo que quedó se lo repartieron entre los cuatro hermanos.
Y aquí empieza mi clavario…
Con el dinero entregado a mi madre vivimos un tiempo,
después de esto empezamos a pasar apuros, pues mi madre
nunca se preparó para trabajar o estudiar, nunca pensó en el
futuro.
Vivíamos los tres hermanos, uno mayor, otro menor, to-
dos de diferentes padres, “mi madre fue muy responsable, a cada
uno le puso un padre”…
Quiero aclarar que no le guardo resentimientos ni la juzgo,
pues Dios realizó en mi una limpieza espiritual y sanación
Monseñor Andrés Tirado Pérez
26
interior, también debemos entender que Dios actúa de formas
misteriosas y que Él en todo tiene un propósito; todo ser hu-
mano que llega a este mundo viene a cumplir un plan divino,
de eso yo doy testimonio, lo que para el ser humano es impo-
sible, para Dios no lo es, Dios toma de lo más bajo y menos-
preciable para mostrar su poder y su infinita misericordia.
Varias veces, nos tocó vivir en lo que se llama inquilinatos
“de mala muerte”, verdaderas pocilgas, casas donde varias fa-
milia conviven, siempre en los lugares a donde llegábamos no
nos querían, siempre nos hacían a un lado y siempre buscaban
hacerme daño; también había gente buena y allí empecé a ver
la misericordia divina en acción.
Yo era un niño inquieto como todo los demás niño, pero
era noble; por lo general donde vivíamos los vecinos me cul-
paban de todo lo malo, otros me defendían, claro, mi madre
arremetía contra mí, a veces era justo la más de las veces injus-
to, desde allí empecé a comprende el mundo al que llegue, o
eres fuerte o te destruyen.
Este –por decirlo de alguna manera– es el lema de la calle,
el lema de la vida ruda.
Dormimos en la calle, pero siempre Dios a través de un
Ángel que era alguna persona, nos ayudaba, aguantamos
hambre y humillaciones, mis ropas eran viejas, sucias, rotas y
los zapatos destruidos, zapatos tan gastados que tocaba meter-
les cartón por dentro para que no les entrara mugre, o agua; a
veces una tía que estaba muy bien económicamente enviaba
ropa que mis primos dejaban, también a veces me llevaba a su
casa o finca, contraste tremendo, pues vivían muy bien, era
como un espacio de liberación.
Eran tres primos, el menor de ellos me hacía la vida impo-
sible tanto así que deseaba regresar a mi realidad de dejar esa
fantasía a un lado.
Donde estaba no encontraba paz ni tranquilidad, pero
Dios me dio unos nervios de acero, todo esto y lo que sucede-
27
ría más adelante en mi vida era para que estuviera mal psico-
lógicamente, con problemas pavorosos de salud, muchas per-
sona no aguantan, no soportan las pruebas, se alejan de la
realidad y terminan aislándose de ella para no sufrir, se desco-
nectan.
Siempre en estos lugares habían ratas, malos olores, peleas,
maltrato intrafamiliar; como se vivía tan cerca uno se entera-
ba de muchas cosas, especialmente de los malos ejemplos.
En ese tiempo y durante la muerte de mis abuelos se per-
dió por completo la comunicación con mi padre, yo desde
muy niño comprendía las cosas, vivía entre la alegría, el dolor
y el sufrimiento.
Mi madre me quería, no lo niego, pero a veces me maltra-
taba bastante, como en muchos casos los niños se convierten
en el desfogue de las frustraciones y necesidades de los padres,
y sin serlo, en nuestro caso, los culpables de su pésima situa-
ción financiera.
Todo esto hacía que creciera un resentimiento muy pro-
fundo, una furia muy grande, por esta realidad siempre estuve
en contra de mi padre, pues lo colocaba como causante prin-
cipal de nuestra desgracia.
Mi madre no conseguía trabajo, tampoco su perfil laboral
le servía pues no tenía estudios profesionales o superiores y
menos experiencia laboral ni recomendaciones, ¿Cómo po-
dría conseguía algún trabajo para poder llevar el pan a la casa?
Muchas veces me dejaba encerrado todo el día en un cuar-
to donde había ratas y no podía pararme de la cama por mie-
do a que alguna me mordiera, temía hasta a los ratones más
insignificantes, esto me creó una fobia profunda a estos ani-
males; mi mamá dejaba un juego y se iba todo el día, en la
noche regresaba y me daba la cena; pasaba todo el tiempo sin
hacer nada, esperando y con pánico.
Por un tiempo mis hermanos mayores vivieron con noso-
tros; también mi bisabuela, mi tía ayudaba económicamente
Monseñor Andrés Tirado Pérez
28
y mi bisabuela tenía algo de dinero, pero seguíamos coexis-
tiendo en los inquilinatos de mala muerte, mi madre conoció
muchos señores, entre ellos al padre de mi hermano, un cerra-
jero alcohólico y violento; recuerdo que una noche llegó ha-
ciendo escándalo, rompiendo los vidrios y quería entrar a la
fuerza al apartamento, recuerdo muy bien que había tres
cuartos contiguos, en uno dormíamos mi mamá, mi hermano
mayor y menor y yo y en el otro mi bisabuela que ya era ma-
yor, ella tenía 85 años.
Ese señor llegó supremamente enloquecido, borracho en
extremo, empezó a romper los vidrios y lo dejaron entrar en
el inquilinato, mi hermano mayor que tenía como 17 años
salió y se enfrentó a él, pero se ganó una golpiza sin preceden-
tes, el cerrajero era un hábil boxeador.
Yo me desperté algo confundido y por medio de una ven-
tana que comunicaba los cuartos pase a la habitación donde
se encontraba mi bisabuela, ella estaba sentada en la puerta
pues ese personaje la había empujado; yo estaba detrás de ella
con un palo y dispuesto a salir a defender a mi familia, pero
gracias a Dios no sucedió, tendría unos siete años; más la
monstruosidad de la pelea entre el pugilista improvisado y mi
pobre hermano quedó grabado en mi mente para toda la vida.
Sentí mucha tristeza, fue un intenso dolor, yo dormía con
mi hermano mayor, lo quería mucho, él se fue de la casa des-
pués de este suceso. Mi madre, por cualquier peso que recibía
de él le permitía quedarse y muchas veces ocurrió lo mismo,
escándalos, pelas, etc.
Mi tercer hermano, el menor tenía para aquella época dos
años de vida.
Mi hermano mayor era mi soporte, la figura paterna que
no tuve; los dos nos queríamos muchísimo, recuerdo cuando
me alzaba y me tiraba al cielo, eso me producía miedo pero lo
aceptaba.
29
Entiendo perfectamente la decisión que tomó mi herma-
no al huir de la casa, yo hubiera hecho lo mismo.
Quedé solo, – en otras ocasiones me iba unos días a casa
de mi tía–, seguramente ellos esperaban de mí mejores com-
portamientos pues su estilo de vida por la holgura económica
era distinto.
Como gustaría, como a muchas personas, regresar al pasa-
do y cambiar la historia.
Por la mala alimentación sufría mucho de la salud, defen-
sas bajas, –me enfermada muy seguido–, la famosa amigdali-
tis hacía que me llevaran a urgencias al hospital San Ignacio o
al Lorencita Villegas de Santos, donde permanecía bastante
tiempo en sala de espera, con muchos síntomas terribles, ma-
reo, un terrible decaimiento y dolor, allí miraba con desgano
las paredes que estaban pintadas con dibujos infantiles, paisa-
jes, animales, etc.
Sólo observaba, me tenían que coger entre tres o cuatro
enfermeros porque desarrollaba muchísima fuerza y era escu-
rridizo, eran agujas grandísimas, las que al aplicar el antibióti-
co producían mucho dolor el que no me dejaba caminar por
varios días, pero era la única solución, como sabía cuál era la
terapia, me resistía con todas mis fuerzas, pero siempre perdía.
Caminar mucho, meternos por detrás o debajo de la regis-
tradora, pedir para poder comer y mendigar era tarea diaria.
Después del golpe emocional tan terrible de la partida de
mi hermano, murió mi bisabuela, casi no la recuerdo, pero la
fuimos a visitar al hospital donde estaba, ya estaba ancianita.
Todo lo que empieza mal seguirá mal hasta que no ocurra
algo que lo cambie. En el área académica fui un completo
desastre, pues mi madre trataba de matricularme en colegios
costosos, sabiendo que eso no se podría pagar y terminaban
expulsándome, poniéndome en otros cursos, de esto me que-
dó la dislexia que he ido superando con el tiempo, pero es
algo tan profundo y muchas veces actúa de forma inconscien-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
30
te proyectándose en la mente. Aún, hay momentos en que
escribo bien y en otros resulta casi imposible.
Después de leer atento y estudiar tanto he mejorado bas-
tante, pero siempre quedan las huellas, sin embargo, he escri-
to varios libros; grandes escritores, artistas, políticos, empresa-
rios, científicos son o han sido disléxicos como nuestro premio
Nobel Gabriel García Márquez.
Desde muy pequeño me gustó escribir y componer can-
ciones y poemas, desafortunadamente de esos escritos no exis-
te nada.
Fui muy curioso, me interesó mucho la ciencia, la música,
la cultura, el arte.
Algo en mí siempre me impulsaba a buscar, investigar, a
no conformarme con una simple explicación o un no, estu-
diaba como podía, en un tiempo en un colegio y después en
otro, estudié en muchos colegios, siempre no faltaba el que
quería aprovecharse y salía el león rugiente que habitaba en
mi y se encontraba dormido, eso me causó muchos proble-
mas, sanciones y regaños, llegué hasta el punto de enfrentar-
me en batalla campal con ocho ó más niños o preadolescen-
tes, tenía una furia incontenible, era el resultado de años de
acumular necesidades e injusticias y sufrimientos.
31
Juventud
Como la infancia fue pavorosa, también lo fue la juventud.
Empecemos por decir que en la infancia vivimos un años en
la casa del padre de mi hermano menor, un hombre con gra-
ves problemas de alcoholismo, pero de joven, desafortunada-
mente y por necesidad tuvimos que regresar a esa casa que se
estaba cayendo a pedazos, el lugar es importante y nosotros
los seres humanos nos adaptamos a las condiciones, más nun-
ca nos adaptaremos a la injusticias y maltratos.
Muchas noches ya olvidadas, pasadas las dos o tres de la
madrugada, llegaba el señor alicorado, enfurecido y rabioso a
romper todo lo que se le atravesaba, los vecinos no podían
dormir por sus gritos, injurias y maldiciones y el sinnúmero
de palabras grotescas.
Todas las noches persistía en mi una zozobra, un miedo
infernal, un pánico que me hacia sufrir y me quitaba el sosie-
go, ya vencido por el sueño caía refugiado en los brazos de
Morfeo, sin embargo, cuando de pronto mi madre con vos
temblorosa y angustia me despertaba pues sabía que el mons-
truo llegaba a casa y se repetía la misas historia noche tras
Monseñor Andrés Tirado Pérez
32
noche, la agonía era constante, rápido bajaba las escaleras y
me escondía en un cuartico pequeño, me encerraba allí tras
una puerta de madera que cerraba y protegía ese espacio, en
ese lugar en el que casi ni cabía, pues sólo podía estirar medio
cuerpo, tembloroso oraba a un Dios “que no me escuchaba”,
cuando llegaba el monstruo mi madre trataba de alivianar su
furia hablando y sirviéndole alguna bebida, pero él respondía
con gritos, yo me sentía morir del susto, cientos de noches
ocurrió así, en otras ocasiones en un descuido rápido salía en
pijama o en pantaloneta y una camisa a enfrentarme al peligro
de la calle y el frío que carcomían mis huesos, piel y carne,
esperando que el bárbaro se durmiera para poder entrar.
Expuesto a cientos de peligros sufría mucho y lloraba en
silencio pues maltrataba a mi madre, a mi hermano menor
que era su propio hijo y a mí también; varias veces me insultó,
me maltrató y me pegó, llegué a sentir un resentimiento tan
terrible que pensé en matarlo varias veces, en mi mente lo
mate millones de veces y de formas horribles, quise poder
cobrar venganza con mis propias manos y quietarle la vida,
pero gracias a Dios me contuve, todavía me persigue ese ren-
cor, pero oro y pido a Dios.
Una noche no alcancé a esconderme o salir a la calle, el su-
bía por las escaleras gritando y buscando pelea, siempre busca-
ba pelar conmigo, me armé de valor y me levante de mi cama;
a veces era un colchón o sofá cama donde pernoctaba, pero
sentí cómo se me subía la sangre a la cabeza y me lance con
todas mis fuerzas, imaginen a un niño de 13 años pelear con
un hombre mayor, le di un puñetazo con todas las fuerzas de
mi ser, cerré mis ojos con bastante energía no vi ni donde se lo
pegue, más atiné, le di en un ojo y se tambaleo, luego se sentó
en las escaleras, la prueba saltó al canto, se le renegreo el ojo
con una mancha morada alrededor de la cara, desde ese día ya
no intentó sacarme de la casa o pelear, pero seguía siendo un
infierno pues todo el tiempo reinaban las discusiones y golpes.
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La vergüenza de aquel hombre debió ser grande pues no
podía explicar que un niño le había golpeado.
Recuerdo también que en uno de los tantos inquilinatos
en que vivimos, una tarde, unos hombre querían golpear a mi
madre, yo tenía un cuchillo grande guardado en mi brazo ta-
pado por la manga de una chaqueta, cuando me percaté de la
agresión salte lleno de ira irracional, ya no recuerdo si tenía 11
ó 12 años; saqué mi cuchillo e intenté clavárselo en el corazón
al agresor, el bellaco quedó pálido sólo se tocaba el pecho, su
reacción después de ese momento fue empujarme y darme
patadas, pero entre más patadas me daba yo trataba de asestar-
le con el cuchillo en las piernas, por lo que sintiendo los pun-
zones del cuchillo decidió retirarse de mí, yo estaba todo con-
mocionado, agitado y con una ira sobre humana; él se revisaba
las piernas y el pecho, gracias a Dios el cuchillo no tenía el filo
suficiente y sólo lo araño, pero desde ese día me tuvieron res-
peto y no se metieron mas con mi madre.
En varias oportunidades también supe que es estar solo
pues a mi madre la detuvieron en varias oportunidades, por
estafa y robo, cosa que nunca se comprobaban y salía después
de unos días de la cárcel, para mí era un gran sufrimiento, yo,
encargado de mi hermano menor y sin nadie que nos ayudara
y estando en la casa del horror con mi padrastro.
Nuevamente, días muy difíciles, días de angustia sufri-
miento y dolor.
Por eso en ese momento mis reclamos a Dios, mi pelea con
Dios, pero, sin embargo, Dios no me abandonó.
Varias veces tenía que buscar recursos a cualquier costo
para sacar a mi madre de las estaciones de policía.
Los colegios por los que pasé eran unos privados y otros de
sacerdotes, en los cuales estaba un tiempo por problemas eco-
nómicos; era un buen estudiante, me gustaba mucho la cien-
cia, era inquieto; algunos dicen que la diferencia entre clases
sociales y económicas no importa, pero la verdad es que sí,
Monseñor Andrés Tirado Pérez
34
porque muchos tenían cientos de cosas que yo no tenía, yo
callaba para que no me rechazarán, pero varios me apreciaban
mucho, otros no; me llenaba de cólera al ver que alguien –
como decimos nosotros los colombianos–, se la monte, se
aproveche de los más pequeños y se formaban esas peleas
campales con muchos jóvenes, –el toma y deme–, pero yo
salía perdiendo.
Uno de mis refugios eran mis amigos, pero no precisamente
los del colegio, algunos sí, yo empecé a relacionarme desde
niño con gente mayor y de calle, personas del infortunio de la
vida que compartían muchas de estas experiencias de pobreza y
miseria y maltrato, de niño probé el alcohol y por él y sus efec-
tos varias veces fui internado en el hospital por intoxicación.
Luego fui escalando pociones en cada pandilla a la que
pertenecía y pasé por varias, así era aceptado y obtenía reco-
nocimiento.
Como no me daba miedo nada y a todo me enfrentaba,
tomábamos bastante licor, pasábamos en fiestas, nos metíamos
a los almacenes a robar, atracábamos, etc. Gracias a Dios, acla-
ro: no estuve en una secta satánica o pactos con demonios, es
más, no me gustaba el diablo, creía en Dios a mi manera, no
me gustaban los curas y cuando entraba a misa me desespera-
ba, tenía mi propia forma de ver las cosas, tampoco llegué a
utilizar o a probar drogas pues veía el reflejo de varios que lle-
garon a ser indigente, pordioseros, mendigos o como le deci-
mos “desechables”, me daba miedo, los demás si hacían y des-
asían, todos creíamos en Dios a nuestra manera, pero un Dios
muy diferente, en ese tiempo, 80 y 90 donde el narcotráfico
llegó a tener tanto poder en el mundo y de forma especial en
Colombia, todo se fue corrompiendo con el dinero y sed de
venganza, tener un arma para matar a alguien era común en
esa época, trabajar para los duros del narcotráfico era un sueño.
Paralelamente yo llevaba doble vida, estudiaba donde se
podía, estaba en un grupo scout, donde nunca supieron todo
35
lo que estoy narrando, a veces no me entendían, a veces aflo-
raban comportamientos agresivos, el estar con los scout era
desconectarme de mi vida, de mi realidad y respirar un mo-
mento, grandes amigos que llegaron a mí, que siguen siendo
mis amigos de los varios grupos scout en los que estuve, los
scout fueron uno de los primeros que me ayudaron a ver la luz
en el fondo del túnel, pero en realidad lo que me acercó a
Dios de formas más plena fue una vez que en un evento al que
asistí por interés sobre una chica que me gustaba, a conocer
personas que pertenecían a grupos de catequesis, juveniles, de
la Iglesia Católica, me invitaron y empecé a hacer buenas
amistades, debo confesarlo, era más por ver las chicas que por
otra cosa, pero en esos grupos Dios empezó a transformar mi
vida, de repente ya no veía las cosas tan lejanas de Dios o de
la Iglesia, eso me extrañaba, me desconocía por que el poder
estar en una oración, una misa completa era una proeza; lue-
go, los que me conocían menos, grandes amigos ahora y que
amo mucho les encontré en estos grupos parroquiales, ellos
tampoco sabían de mi situación, de mi doble vida, tal vez lo
sospechaban, como un muchacho perdido, confundido como
tantos, uno más o uno menos que, más da.
Pero Dios iría haciendo su obra pues en mi corazón germi-
naba una semilla de cambio y conversión, de alejarme de todo
lo mundano, de esas pandillas, de tantas cosas que eran mi
mundo, empecé a tener sanación, mi vida cambió, pero fue
un proceso, recuerdo y me da risa, porque en eso grupos lle-
gue a ser líder de catequesis, de juventudes, etc., y también me
enamore de algunas chicas.
Empecé a integrarme más y más a los sacerdotes de estas
iglesias, comunidades religiosas muy prestigiosas, donde me
abrieron las puertas de su confianza, corazón y ayuda; me die-
ron trabajo de vez en cuando y como veían que muchas veces
me iba a estar todo el día a las afuera de las puertas de la Igle-
sia, pues algunos jóvenes a ciertas horas estaban allí, me ofre-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
36
cieron un proceso vocacional para entrar en una comunidad
religiosa, inicié el proceso, estuve con ellos por un tiempo,
después conocí otra comunidad y luego otras, veía cosas muy
interesantes en cada comunidad y me cambiaba, todavía me
faltaba madurez espiritual, pero la diversidad me ayudaría a
tener mejores criterios, por último pasé por el seminario dio-
cesano, durante ese período de enamoramiento de Cristo y la
Iglesia se dio la sanación de aquella mujer y mi vida cambio de
nuevo tomando un nuevo rumbo, hice muchos cursos, validé
el bachillerato por varios meses a estudiar de cinco a siete ho-
ras diarias de forma autodidacta, donde las bibliotecas se con-
virtieron en un paraíso, gracia a Dios saque muy buenas notas,
permanecía sólo con un jugo de tomate de árbol todo el día,
pero no sentía hambre, también fue un maravilloso refugio.
En las comunidades y seminarios hice mis estudios religio-
sos.
En este proceso dure 10 años de formación religiosa, tanto
en comunidad como en diócesis o secular.
Dios se me convirtió en un goce, entre la suma teológica
de santo Tomas de Aquino y la visión cósmica integrada del
universo y la teología de Pierre Teilhard de Chardin S.J., se
desarrollaba mi mente.
Al conocer la historia de la Iglesia la cual me fascinó, cono-
cí que existían otras corrientes también católicas, pero más
abiertas y que se adaptaban mejor a mi pensamiento y al pro-
ceso que venía desarrollando, conocí muchas, entré en una
que se llama misioneros Vetero de Nuestra Señora de la ale-
gría allí estuve ocho años.
En los espacios de cambio de comunidad y demás, viaje en
auto stop, recorriendo toda Colombia, sólo con 500 pesos en
el bolsillo, también trabajé en muchas cosas y en muchos lu-
gares, en muchos oficios. Dibujaba y una vez en las escaleras
saliendo del túnel de una universidad, me puse a vender los
dibujos, no eran grandes obras de arte pero gustaban, iba to-
37
dos los días, algo que Dios medió fue perseverancia, a veces
llegaba la policía y tenía que salir corriendo, sólo un amigo
me compró un dibujo, un gran amigo que precisamente tra-
bajaba hoy en esa universidad, al lado estaban artesanos con-
sumidores de drogas, eran hippies con cientos de historias, y
viendo que no vendía nada, me enseñaron a hacer manillas,
como en los scout se aprenden a hacer diversos nudos yo fu-
sioné las dos, y fue un éxito total, vendía y vendía y los hippies
que estaban cerca se debatían entre la envidia o la ayuda, esto
me sirvió muchísimo, pues en los eventos scout era todo un
éxito, yo siempre fui lo que llamamos “rebuscador”, siempre
me movía en busca del pan de cada día.
En varios momentos de crisis me sirvieron las artesanías, es
un mundo difícil, pero ayudó muchísimo.
Al estar en estos grupos de iglesia y de scout y de comuni-
dades religiosas, me abrió varias puertas para estar en grupos
políticos, grupos humanitarios internacionales, etc.
Como en la actualidad en aquella época hacía varias cosas
al tiempo, y hasta grabé un CD, que en esa época era costosí-
simo y un video de composiciones inéditas de mi autoría de
género baladas pop; me dedicaba a escribir cuentos, poesía, a
pintar, sigo pintando y estuve en varios cursos de pintura,
cosas maravillosas que me llenan de lindos recuerdos.
Muchas experiencias, mi vida siempre ha sido muy inten-
sa, muy apasionada, el querer conocer ¿Él por qué? ¿El para
qué? ¿Cómo funcionan las cosas?, eso ha estado desde siempre
en el fondo de mi corazón.
Empezaba una etapa muy diferente en mi vida, la cual era
estar en una iglesia u organización católica que NO era Roma-
na, en esos años no se sabía casi nada de esto, aunque por lla-
mado de Dios seguía con ellos como lo escribí, estuve con ellos
por unos años y termine de estudiar y llevaba varios proyectos,
me ordenaron de diácono y después presbítero o sacerdote.
Seguía estudiando por mi cuenta y haciendo varios cursos.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
38
Pero ya no estaba inclinado a la teología como tal, sino a
todo lo que era el tema de fenómenos paranormales, sana-
ción, liberación y exorcismo, siempre atendía gente, durante
varios años, era en secreto y poca gente atendía porque no
quería hacerme notar en ningún lado y de ninguna forma, me
enfoque más en el trabajo social.
Quiero compartir la siguiente información para que nos
podamos dar cuenta a través de la historia y de la investiga-
ción por qué hay iglesias autónomas o nacionales; somos lla-
mados así por el Vaticano que tiene su propia estructura y
desarrollo.
Estar en estas iglesias me permitía seguir ayudando a los
demás en todas estas áreas que me fascinan y tener autono-
mía.
El estudio, la investigación y experimentación es lo que
nos forma como verdaderos maestro en cada área, todos los
días aprendemos cosas nuevas y llegan acciones más intere-
santes.
Los temas de que en todo hay que pedir permiso, que todo
es prohibido y el celibato, fueron algo con lo que nunca estu-
ve conforme. Esta información puede ser consultada.
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Historia del celibato
en la Iglesia Católica Romana
Establecer una fecha exacta de imposición del celibato en la
Iglesia Católica Romana es difícil, los historiadores no han
unificado los criterios, pero podemos determinar que bajo el
papado de Hildebrando Aldobrandeschi (san Gregorio VII
O.S.B), (año de pontificado de 1075 al 1085). A este Papa se le
atribuye que tanto los obispos, sacerdotes y clérigos no siguie-
ran con la tradición del clero casado. En un sentido, para que
los grados eclesiásticos no fueran de carácter hereditario, y en
segundo lugar por los bienes de la Iglesia, ya que un sacerdote
casado, con familia, podía aportar menos a la Iglesia econó-
micamente, que un sacerdote soltero o célibe. Al mismo tiem-
po la ciudad del Vaticano se desprendió de Roma convirtien-
do su soberanía en un Estado independiente y su máximo
dirigente sería el Papa, de esta separación quedó el Derecho
Canónico rigiendo a la Ciudad del Vaticano y a la Iglesia Ca-
tólica Apostólica Romana, el derecho civil tendría efecto para
toda Italia.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
40
Estipulado por la ley de patrimonio familiar, que la familia
era también heredera y parte de los vienen que pertenecen a la
familia, este hecho hizo poner en más de una vez al Papa y al
papado en serios problemas económicos y legales. Por estas
razones él papa Benedicto VIII, instauró el celibato, aunque
varios papas trataron de imponerlo, pero sin éxito.
Celibato.
La palabra celibato viene del latín célibe, que quiere decir sol-
tero. Desde los 12 apóstoles y los 72 discípulos de Jesús y
después todos los seguidores de los apóstoles siendo la mayo-
ría casados. Es así como nuestro Señor Jesucristo sanó de una
enfermedad a la suegra de Pedro. Hasta el años de 1012 obli-
garon a los sacerdotes y obispo a que fueran solteros, por cues-
tiones políticas, económicas y legales.
En la actualidad el papado, en cabeza del papa Francisco,
lleva el proceso de anular el celibato, pero antes tienen que
hacer un presupuesto con los bienes pontificios y mirar las
condiciones económicas y legales.
Les presento uno de los mejores documentos que se han
encontrado sobre la historia del celibato, tanto en libros como
en Internet3
.
Siglo I. San Pedro y los apóstoles escogidos por Jesús eran
en su gran mayoría hombres casados. El Nuevo Testamento
sugiere que las mujeres presidían la comida eucarística en la
Iglesia primitiva.
Siglos II y III. Edad del Gnosticismo: la luz y el espíritu
son buenos, la oscuridad y las cosas materiales son malas. Una
persona no puede estar casada y ser perfecta. No obstante ello,
la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados.
3	 Fuente: Folleto original diseñado por Corpus Canadá.
41
Siglo IV. “Concilio de Elvira del año 306, España, Decre-
to 43: todo sacerdote que duerma con su esposa la noche an-
tes de dar misa perderá su trabajo”.
Concilio de Nicea, año 325: se decreta que una vez orde-
nados, los sacerdotes no pueden casarse. Se proclama el Credo
de Nicea.
Concilio de Laodicea, año 325: las mujeres no pueden ser
ordenadas. Esto sugiere que antes de esta fecha se realizaba la
ordenación de mujeres.
Año 385: el Papa Siricio, abandona a su esposa para con-
vertirse en Papa. Se decreta que los sacerdotes ya no pueden
dormir con sus esposas.
Siglo V. Año 401: San Agustín escribe que “Nada hay tan
poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias
de una mujer”.
Siglo VI. Año 567: El Concilio de Tours II establece que
todo clérigo que sea hallado en la cama con su esposa será
excomulgado por un año y reducido al estado laico.
Año 580, el Papa Pelagio II: Su política fue no meterse con
sacerdotes casados en tanto no pasaran la propiedad de la Igle-
sia a sus esposas o hijos.
Año 590 a 604: El Papa Gregorio, llamado “el Grande”
dice que todo deseo sexual es malo en sí mismo ¿quiere decir
que el deseo sexual es intrínsecamente diabólico?
SigloVII. Francia: los documentos demuestran que la ma-
yoría de los sacerdotes eran hombres casados.
Siglo VIII. San Bonifacio informa al Papa que en Alema-
nia casi ningún obispo o sacerdote es célibe.
Siglo IX. Año 836: El Concilio de Aix–la–Chapelle admi-
te abiertamente que en los conventos y monasterios se han
realizado abortos e infanticidio para encubrir las actividades
de clérigos que no practican el celibato.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
42
San Ulrico, obispo, argumenta que basándose en el senti-
do común y la escritura, la única manera de purificar a la
Iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacer-
dotes que se casen.
Siglo XI. Año 1045: El papa Bonifacio IX se dispensa a sí
mismo del celibato y renuncia al papado para poder casarse.
Año 1074: El papa Gregorio VII dice que toda persona
que desea ser ordenada debe hacer primero un voto de celiba-
to: “Los sacerdotes [deben] primero escapar de las garras de sus
esposas”.
Año 1095: El papa Urbano II hace vender a las esposas de
los sacerdotes como esclavas y sus hijos son abandonados.
Siglo XII. Año 1123. Papa Calixto II: El Concilio de Le-
trán I decreta que los matrimonios clericales no son válidos.
Año 1139. Papa Inocencio II: El Concilio de Letrán II
confirma el decreto del anterior Concilio.
Siglo XIV. El obispo Pelagio se queja de que las mujeres
son aún ordenadas y administran confesiones.
Siglo XV. Transición; 50% de los sacerdotes son hombres
casados y como tal, aceptados por la gente.
“El celibato no es esencial para el sacerdocio; no es una ley
promulgada por Jesucristo.” Declaración del Papa Juan Pablo II
en julio de 1993.
Siglo XVI. 1545 a 1563: El Concilio de Trento establece
que el celibato y la virginidad son superiores al matrimonio.
1517: Martín Lutero.
1530: Enrique VIII.
Siglo XVII. Inquisición. Galileo. Newton.
Siglo XVIII. 1776: Declaración de Independencia de los
Estados Unidos.
1789: Revolución Francesa
Siglo XIX.
1804: Napoleón.
1882: Darwin.
43
1847: Marx, Manifiesto Comunista.
1858: Freud.
1869: El Concilio Vaticano I establece la infalibilidad del
Papa.
Siglo XX.
1930. Papa Pío XI: el sexo puede ser bueno y santo.
1951. Papa Pío XII: un pastor luterano casado es ordena-
do como sacerdote Católico en Alemania.
1962: Papa Juan XXIII: Concilio Vaticano II; vernáculo;
el matrimonio es equivalente a la virginidad.
1966: Papa Pablo VI: dispensas al celibato. Década de
1970. Ludmilla Javorova y otras mujeres checas son ordena-
das para atender las necesidades de las mujeres prisioneras de
los comunistas.
1983: Nueva legislación canónica.
1980: Se realiza la ordenación de pastores anglicanos y
episcopales casados como sacerdotes Católicos en los Estados
Unidos; en 1994, esto también sucede en Canadá e Inglaterra.
Papas que estuvieron casados.
San Pedro, Apóstol
San Félix III 483–492 (2 hijos)
San Hormidas 514–523 (1 hijo)
San Silverio (Antonia) 536–537
Adriano II 867–872 (1 hija)
Clemente IV 1265–1268 (2 hijas)
Félix V 1439 1449 (1 hijo)
Monseñor Andrés Tirado Pérez
44
Papas que fueron hijos de otros papas
u otros miembros del clero
Nombre del Papa Papado Hijo de
San Damasco I 366–348 San Lorenzo, sacerdote
San Inocencio I 401–417 Anastasio I
Bonifacio 418–422 Hijo de un sacerdote
San Félix 483–492 Hijo de un sacerdote
Anastasio II 496–498 Hijo de un sacerdote
San Agapito I 535–536 Gordiano, Papa
San Silverio 536–537 San Hormidas, Papa
Marino 882–884 Hijo de un sacerdote
Bonifacio VI 896–896 Adrián, obispo
Juan XI 931–935 Papa Sergio III
Juan XV 989–996 León, sacerdote
Papas que tuvieron hijos ilegítimos después de 1139
Nombre del Papa Papado Padre de
Inocencio VIII 1484–1492 varios hijos
Alejandro VI 1492–1503 varios hijos
Julio 1503–1513 3 hijas
Pablo III 1534–1549 3 hijos, 1 hija
Pío IV 1559–1565 3 hijos
Gregorio XIII 1572–1585 1 hijo
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Mitos y hechos reales
Mito: Todos los sacerdotes realizan un voto de celibato.
Hecho: La mayoría de los sacerdotes no hacen un voto de
celibato. Es sólo una promesa hecha ante un Obispo.
Mito: El celibato no es la razón de la falta de vocaciones.
Hecho: Una encuesta realizada entre las iglesias protestan-
tes durante 1983 muestra un excedente de miembros del cle-
ro; solamente la Iglesia Católica tiene carencia de sacerdotes.
Mito: El celibato eclesiástico ha sido norma desde el Con-
cilio de Letrán II, celebrado en 1139.
Hecho: Los sacerdotes y hasta los papas continuaron ca-
sándose y teniendo hijos durante varios siglos después de esa
fecha. De hecho, la Iglesia Católica Oriental todavía tiene sa-
cerdotes casados. En la Iglesia Latina, un sacerdote puede ser
casado sí:
•	 primero fue pastor protestante; o
•	 si ha sido Católico durante toda su vida pero promete
no tener nunca más relaciones sexuales con su propia
esposa.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
46
Mito: La falta de vocaciones se debe al materialismo y la
falta de fe.
Hecho: Investigación (legado Lilly 1985): “no hay ninguna
evidencia que sostenga que la falta de fe ocasiona la falta de vo-
caciones... los ministerios en las universidades y entre voluntarios
jóvenes están floreciendo”.
Nosotros creemos que los sacerdotes debieran estar autori-
zados a casarse, y que las mujeres tienen iguales derechos a
demostrar la veracidad de su llamado al sacerdocio junto con
los candidatos hombres.
Nosotros creemos que el celibato es un don del Espíritu,
tal como lo es la vocación de matrimonio y la vocación a per-
manecer soltero. Los dones no pueden ser obligatorios, por
eso es que con un profundo respeto por el don del celibato
solicitamos que se lo decrete opcional y no se lo imponga so-
bre aquellos que no han sido llamados a permanecer en ese
estado.
47
Adultez
Sigue el proceso. En el año 2003 recibí un don maravilloso al
ser recompensado en el área afectiva, pues si bien se siembra
bien se recoge y todo está concatenado, todo está conectado
en el universo.
Una mujer a la que ayudé en liberación y prosperidad, me
presentó a una de sus amiga, la que se convertiría en la mujer
más importante en mi vida; demostró ser una líder y una per-
sona que me ayudó, su apoyo en todos los proyectos que Dios
nos iba entregando fue incondicional, con Stella, –como se
llama– nació una sana mistad y una ayuda espiritual para am-
bos, ella atravesaba dificultades humanas, tenía un año de se-
parada de su esposo y después de una tormentosa experiencia
matrimonial, en medio del autoconocimiento y los consejos
empezamos a conocernos y sin falta, sin error, las flechas cer-
teras de Cupido aparecieron y empezaron a entrelazarse senti-
mientos muy fuertes entre los dos.
Cada día que pasaba se acrecentaba la confianza, la ilusión
y el amor fuerte e indomable.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
48
A través de ella Dios me socorrió para ser mejor persona,
mejor ministro suyo. Siempre una mujer puede hacer que un
hombre progrese o se destruya. Yo había llegado al borde de
los abismos, pero mi carácter y empeño fueron más enérgicos.
Nunca sabemos cómo van a terminara las cosas, y las cosas
más inciertas son las del corazón, las del sentimiento, pero los
caminos de Dios son insondables, misteriosos y sorprendentes.
No imaginaba ni esperaba que esta mujer fuera una luz en
todo mi proyecto de vida y en mi tarea ministerial.
Stella, quien en la actualidad es mi esposa, me llevaría a
conocer a otra gran mujer, amiga de ella, una líder maravillo-
sa, muy preparada y dedicada al servicio, a la cual quisimos
muchísimo y admiramos mutuamente.
Libia, una mujer de 70 años, pero con una vitalidad sor-
prenden, un razonamiento de todas las realidades de la vida y
con un corazón dispuesto a dar todo por los más necesitados,
nunca dijo no al que pedía, ayudaba hasta a sus propios de-
tractores.
Todavía en mi mente está fresco su recuerdo; cierta vez Ste-
llita me llevó a conocerla en la casa de uno de sus hijos, estaba
enferma pues padecía cáncer, enfermedad violenta, que sabía
llevar con mucha dignidad. Dios le dio una fuerza de voluntad
indomable y un poder sobre natural para realizar las cosas.
En este momento estaba decaída y ella quería que orára-
mos por su sanación, hicimos la oración, tenía un proyecto de
hacía muchos años, deseaba sostener varias obras sociales, en-
tre ellas un comedor infantil comunitario, en ese tiempo exis-
tían muy pocos y se estaban abriendo otros, pero no estaba
desarrollado a la plenitud la ejecución de estos proyectos a
través del Estado, sino a través de fundaciones, empresas pri-
vadas y personas de buen corazón.
Yo le dije que no se preocupara, que Dios le ayudaría en la
realización de su sueño, lo que no sabía era que en ese proyec-
to yo estaría involucrado.
49
Días después, con otras personas, con pocas ollas y algunas
mínimas ayudas en la casa de Libia abrimos el comedor con
ocho niños, fue en ciudad bolívar, en el barrio Perdomo, de
Bogotá; niños y familias desplazadas, la mayoría en la miseria
absoluta.
Económicamente yo estaba muy mal, pues venía de un
proceso de búsqueda de trabajo remunerado fallido y de estar
en varias comunidades religiosas que me ayudaban y al elegir
una iglesia NO romana, las puertas se cierran y ya no existen
las ayudas y todo me era difícil, tanto así que me tocó regresar
a vivir con mi madre, por un tiempo, en la casa del padre de
mi hermano menor.
De la nada empezamos el proyecto del comedor y de la
Corporación sin ánimo de lucro que bautizamos “Tu corazón
y el mío para la humanidad”. Fueron varios años muy espino-
sos, de pruebas en la fe, desiertos y luchas, salíamos todos los
días a muchos lugares, tiendas, casas, plazas de mercado para
recabar alimentos para los niños, el grupo empezó a crecer,
12, 24, 30, 50, hasta 120, y agreguémosle a las madres cabeza
de hogar y ancianos.
A través del comedor se evangelizaba y se ayudaba a los
niños de diferentes formas, esto me apasionaba pues recorda-
ba mi infancia; siempre una mano amistosa hace que tenga-
mos en nuestra mente que existe Dios, que hay misericordia y
que sí existe la compasión; así se ayudaba, así fuera poco, pero
ese granito de arena tan pequeño ayudaría a muchos de eso
niños a cambiar su mundo y a sembrar la semilla del surgir
como personas de bien en la sociedad.
Trascurrido el tiempo me fui del lado de mi madre y de mi
hermano menor, en una caja puse algunas ropas, anteriormen-
te realicé un viaje misionero y en ese viaje regalé todo lo que
tenía. La situación económica era paupérrima, se sobrevivía.
Pero me recibió con los brazos abiertos la señora Libia,
otra gran mujer en mi devenir histórico, creyó en mí, y recí-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
50
procamente yo en ella, llegamos al acuerdo de ayudarnos mu-
tuamente, pues yo no tenía con que pagar un arriendo así
fuera el de un cuarto, pero aportaba con los gastos de los ser-
vicios y de alimentación. No era un palacio, más bien la casa
proyectaba abandono, de cariño la llamaba “La laguna”, pues
cuando llovía el agua entraba para hacer sus desastres y pare-
cía una piscina, era una casa muy humilde, repleta de senci-
llez, pero colmada de amor y cariño, el derroche de lo más
importante.
Siempre encontré una sonrisa y una palabra de aliento de
parte de la señora Libia.
Fue una persona muy especial, varias carreras académicas y
una historia larga en las lides políticas y el servicio a la comu-
nidad de la cual aprendí varias cosas muy valiosas.
Mientras seguíamos luchando con el comedor, cada día
era más difícil el sostenimiento, nos cortaban el agua y la luz
eléctrica, por falta de pago.
Teníamos que pedir nos donaran cartón, aluminio, chata-
rra, mercado en las tiendas y en muchos lugares, para susten-
tar los gastos diarios del comedor.
Sentía una felicidad muy grade al ver como esos niños lle-
gaban con tanta alegría a recibir su almuerzo diario o una
palabra de Dios quien en últimas todo lo ofrecía, fueron mo-
mentos muy hermosos, pero a la vez muy complicados por la
situación económica tan compleja; mis únicas propiedades,
aparte de tener una fe inquebrantable, eran: dos pantalones,
dos camisas, y unos zapatos casi rotos, no tenía ni una mone-
da, iba a pie a todas partes sin importar la distancia.
Pero Dios tiene un plan, me irían presentando a personas
de un corazón muy generoso que se convertirían en grandes
amigos y colaboradores de la obra.
Pasaban cosas insólitas, por ejemplo, un gran amigo, lla-
mado Luis Fernando, gerente los fines de semana de un ce-
menterio, al que fui a sacar un entierro, –una brujería–, los
51
celadores del lugar dieron aviso y me llamaron para esta tarea,
tenía susto, y él me empezó a hacerme un interrogatorio y
más me preocupaba, pero así se manifiesta Dios y el cielo
quería que yo conociera a una excelente persona en el camino
espiritual, él nos ayudó muchísimo en el comedor y nos visi-
taba con frecuencia.
El grupo que inició el comedor era disímil en pensamiento
y eso ocasionaba problemas, pero siempre se buscaba orden y
Dios siempre organizaba todo, llegaba el que tenía que llegar
y se iba el que debía.
Oraba noche y día, pidiéndole al Señor que nos sacara ade-
lante, que nos sacara de la miseria, de la pobreza, esto duró
bastante tiempo hasta que fueron escuchadas mis oraciones.
Trabajando en el comer, creciendo a cada momento, Ste-
llita estaba vadeando duras penurias económicas, y le ofreci-
mos que viniera a vivir a la casa de la señora Libia, lugar en
donde funcionaba el comedor, pues tenía que arreglar todo lo
de la separación de bienes, tenerla en la casa fue una alegría
muy grande para todos y en especial para mí, pues con su risa
y alegría nos alegraba los días.
Vivíamos como en la primera comunidad cristiana, todos
nos ayudábamos, orábamos mucho y todo era de todos, esto
hizo que nuestra amistad se convirtiera en cariño y del cariño
al amor, siendo bendecido al conocer un día que Stellita esta-
ba embarazada, ya desde hacía mucho, en mis oración pedía
tener un hijo, tiempo después y como profético nació el deseo
de pedir una niña, y así fue, una alegría supremamente pro-
funda, el ser padre sólo lo puede saber y experimental quién
lo es, pero con responsabilidad, esto era toda una revolución,
en especial por el problema económico que parecía insalvable,
pero también nos llenó de alegría y felicidad la nueva vida que
se proyectaba, no obstante volvieron la angustia y el temor, a
su vez el regocijo –mezcla extraña– pues mi hija llegaría a este
mundo y ni siquiera tenía como comprarle la primera muda
Monseñor Andrés Tirado Pérez
52
de ropa, el comedor con más problemas, queríamos cerrarlo,
atendía personas en la tarde pues en la mañana estaba en el
servicio del comedor, escuchaba algunos casos de personas,
eran pocos, pero casos muy complejos y no me atrevía a hacer
publicidad porque no tenía los documentos, como el acta de
ordenación de sacerdote, en ese mismo año en la Iglesia en
que estaba me ordenaron sacerdote y poco apoco eso me ayu-
dó a mejorar, a tener algún ingreso extra, buscaba trabajo de
lo que fuera, con amigos, y hasta familiares; ya todo estaba
listo para entrar a trabajar a cualquier trabajo como obrero
raso, pero a la postre y en el último minuto siempre pasaba
algo que por fuerzas misteriosas no lo permitía. Hasta las per-
sonas que me ayudaban quedaban extrañadas, hasta en los
trabajos anteriores fui a rogar casi de rodillas que me dieran
una nueva oportunidad pero de verdad, no me podían ayu-
dar, la situación económica no lo permitía, es más, con un
primo en un proyecto fui a ayudarle, pero fueron más la hu-
millación y las diferencias que tuvimos, por el pasado de mi
madre que decidí soportar un tiempo, hasta quise vengarme
como cuando era un joven, pero gracias a Dios me contuve.
En varias oportunidades me enfermaba de los bronquios y
tos, amigdalitis como cuando niño y mi decaimiento no me
dejaba hacer nada y sólo quería dormir y no había medica-
mento efectivo.
Tiempo después entendí que Dios me tenía reservado para
su servicio, para vivir y trabajar en el ministerio, si me hubie-
ra quedado en un trabajo, en esa época no hubiera podido
hacer nada más, pues estaría esclavo de ese trabajo convertido
en un conformista, pero eso no lo entendía en ese lapso, roga-
ba, lloraba, hacía de todo para conseguir un trabajo, hasta una
vez un día me fui a trabajar a la rusa en construcción, por
supuesto me fue mal.
Desesperado de ver mi situación, fabrique algunas artesa-
nías, manillas, y de nuevo salí a la calle, pero no vendía nada,
53
algunos amigos cercamos me ayudaron comprando, pero eso
no era suficiente.
Era tan exagera la situación, que de las ayudas que llegaban
de ropa de segunda y demás teníamos que vestirnos.
No quería eso para mi hija, no quería que ella sufriera lo
que yo sufrí, una noche en un sueño un ser de luz me dijo: –
Andrés, no tenga miedo a su hija no le faltará nada. Y así ha
sido hasta el día de hoy.
La llegada de Melania fue todo un acontecimiento, me
llenó de vida, sanó mis heridas y empecé a perdonar muchas
cosas de mi infancia y juventud, el nacimiento de ella, la espe-
ra para que naciera, cada gesto, cada movimiento eran algo
sublime para mí, la energía que se siente, la transmisión de la
sangre es algo inenarrable. Recuerdo cuando la recibí en mis
brazos, no olvido sus primeros gestos, lo sentido es maravillo-
so, poco a poco con la llegada de Melania fueron mejorando
las cosas, ella fue, es y seguirá siendo una bendición, y a través
de ella se abrió el progreso.
Seguíamos trabajando en el comedor, al principio nos ha-
bían prestado unas meses y sillas, después nos las pidieron
pues las necesitaban, luego de una construcción nos reglaron
unas tablas muy pesadas, las cuales se convertirían en nuevas
mesas. Haciendo varias actividades y buscando en un lado y
otro empezaron a mejorar las cosas, implementamos el plan
padrino, rifas y tocamos a muchas puertas y mejoró todo;
cuando la gestión de una empresa que conllevó mucho traba-
jo y por muchísimo tiempo se cristalizó se dio la oportunidad
que también otras empresas se animaran a ayudar y una muy
importante proporcionara su ayuda a la Corporación y al co-
medor.
Empecé a escribir varios libros, los cuales me dieron reco-
nocimiento nacional e internacional, seguí atendiendo gente
y ya tenía varias misiones en diferentes lugares, con la ordena-
ción sacerdotal recibí mas unción del Espíritu Santo, empecé
Monseñor Andrés Tirado Pérez
54
a trabajar públicamente la ayuda integral a las personas, la
sanación, liberación y progreso; cada día venía más gente, em-
pecé a hacer mis primeras misiones y viajes a nivel nacional, a
dar conferencias y a atender gente muy prestigiosa; simultá-
neamente a la gente más humilde y sencilla, pues son los mis-
mos problemas y la mismas circunstancias, todos somos per-
sonas tengamos dinero o posición o prestigio, somos iguales.
Empezaron a suceder diverso milagros en sanción física, sana-
ción interior, restauración de hogares, prosperidad, liberación
y exorcismos, mi trabajo desde ese entonces ha sido y será
personalizado, pues cada caso es único y se debe ayudar de la
mejor forma para que sea la más precisa.
Una de las tareas que más me gusta es ir a las casas a libe-
rarlas, pues nuestros hogares y casa son lugares que recogen
muchas energías malignas, se descubren muchas cosas que
afectan a las familias, la mayoría de las veces salía y me enfer-
maba a fuerzas maléficas, contando con la protección de Dios,
la ayuda divina en los exorcismos es imprescindible; muchas
veces me atormentan en las noche, sueños con demonios, que
me querían destruir, que me botan de la cama, etc.
Siempre resulta una consecuencia, pero el poder ayudar a
los demás, me hace sentir muy bien y es una obra espiritual-
mente para el Reino de los Cielos.
Varios casos milagrosos, me dieron prestigio gracias a Dios
no por mi propia soberbia, sino para que la humanidad en-
tienda que existen estos fenómenos y que hay gente que nece-
sita ayuda.
No todos se sanaban, no todos se liberaban o prosperaban,
eso depende de cada situación, de cada persona, de Dios y de
la fe de cada cual.
Entrevistas en radio, televisión, periódicos y revistas nacio-
nales y después llegarían las internacionales.
Con el tiempo se darían misiones en varios países que han
fortalecido mi ministerio.
55
De los viajes más complicados e importante y donde recibí
bastante unción del Espíritu Santo fue el primero que hice a
Estados Unidos de América.
En ese momento ya no estábamos viviendo en el comedor
ni en la casa de la señora Libia, pero seguíamos con ella y el
comedor. Gracias a algunos amigos a nivel internacional con-
seguimos tener mayor estabilidad con la fusión de otras acti-
vidades ya alcanzábamos una estabilidad, y sin embargo, a
veces las estabilidad económica volvía a tambalear.
Todo esto fue un milagro. ¿Visa? ¿Conseguir los recursos?,
sí, todo se dio tras seguir cuidadosamente el proceso de un
año y medio, de oración y lucha, gracias al padre Miguel, fue
posibles el primer viaje y los posteriores, viajaba y me quedaba
un tiempo, siempre llegar a un país totalmente desconocido
es complicado, es caótico, pero Dios nos abrió los caminos,
Estados Unidos me dio una visión mucho más amplia y mejor
de las cosas; también tuve pensamientos negativos de que era
difícil, imposible; pero sí se podía, fue de gran crecimiento
espiritual y material, porque en todos los países, en todo el
mundo, se encuentra gente buena o no tan buena.
De los viajes a Estados Unidos y sus diversas ciudades se
prepararon otros viajes, por ejemplo el regalo maravilloso que
Dios me tenía guardado de encontrar a mi padre, algo que
también cambiaría mi vida.
Siempre fue mi obsesión saber cómo era físicamente mi
papá, pues me decían tantas cosas y sin tener ni una foto, todo
causaba caos en mi mente; de niño le tenía un rencor muy
profundo a causa de mis grandes problemas y necesidades;
posteriormente Dios fue sanándome, liberándome de esa
pena y dolor que atribuía en mi corazón por la ausencia de mi
padre.
En varias oportunidades intente buscarlo sin encontrar
ninguna señal positiva, oré como todo lo que se ha dado en
mi vida, siempre con mucha oración, mucha espera; estando
Monseñor Andrés Tirado Pérez
56
en unos de los viajes a Estados Unidos, viajes que no fueron
fáciles, pero cada vez se abrían más al progreso y crecía bastan-
te mi visión sobre el mundo y mis proyectos, también la un-
ción del Espíritu Santo, los dones que Dios me regaló fueron
aumentando.
Tuve previamente varios sueños; desde niño tenía este don
de ver las cosas futuras en los sueños, y a medida que me en-
tregué más a Dios y al ir creciendo se fueron desarrollando
más, donde de diversas formas veía que nos encontrábamos
con mi padre, pues en mi corazón siempre quedó la inquietud
de poder por lo menos conocerlo físicamente, pues de niño
tenía una fijación muy fuerte a todo hombre que veía con los
rasgos que me habían descrito de mi padre, lo buscaba y creía
que era él y que vendría a rescatarme de tantas cosas funestas,
cosa que nunca pasó.
Empecé a buscar gracias a la tecnología de la Internet, ar-
chivos del banco interamericano, personas que trabajaron con
él, y empecé a escribirles, Dios los bendiga porque ellos fue-
ron muy ambles y me respondieron con bastante efecto.
Al recibir esta ayuda fue más fácil tener contacto e infor-
mación de Carlos Pagano, mi padre, una persona que quiso
borrarse del mapa, para que nadie lo encontrara.
El apellido que tengo en la actualidad, Tirado, fue de un
amigo de mi madre, un gran señor que nos ayudó muchísi-
mo, como fueron pocos y cortos los momentos en que me
encontré con mi padre aún siendo un bebé, después se realizó
la separación, pues me quedé con el apellido Tirado que llevo
con mucho orgullo y cariño, ya no es posible cambia el apelli-
do pues acarraría un sin número de inconveniente legales in-
necesarios.
Cada correo que me llegaba me emocionaba mucho mas
pues estaba cada vez más cerca de encontrar a mi padre; pero
ese empeño tuvo su premio, por fin, después de tantos años
podía conocerlo, diferentes personas me estaban ayudando,
57
hasta que después de buscar por cielo y tierra, conseguir sus
datos, su teléfono y su correo, paradójicamente, el vivía seis
meses en Washington y los otros seis meses en Buenos Aires.
Cuando yo llegué en ese viaje a Estados Unidos el salía a
Buenos Aires, se iba y yo llegaba.
Nos empezamos a comunicar, a escribir cientos de correos,
de día y de noche y fue una euforia, fue muy emocionante.
Era increíble, muchas cosas que él había realizado yo las había
realizado sin que el supiera de mí ni yo de él.
La misma forma de pensar, de ser, ¿genética? un amigo de
él me envió una foto y somos idénticos como si fuéramos dos
gotas de agua.
Se organizó el viaje de encuentro a Buenos Aires, coordi-
namos estar 10 días en su apartamento.
Este fue un premio maravilloso, grande, mi padre se portó
muy bien conmigo, a veces con un temperamento duro, pero
debo entenderlo pues él vivía como un ermitaño, alejado de
todo el mundo.
En la época que era bebé, se le desarrollo un tumor cere-
bral que le afecto muchísimo sus capacidades; esto produjo
que del Banco lo pensionaran por invalides.
Su hogar, con sus hijas o sea mis hermanas, se destruyó,
me contó una infinidad de cosas del gran economista interna-
cional ya no quedaba mucho. Esto fue un gran dolor para él,
hizo un esfuerzo para compartir esos días conmigo, me los
dedicó con amor, yo respondí con el mismo afecto. Hablamos
de nuestros antepasados, de la vida, la sangre permanece.
Físicamente éramos parecidos, pensábamos parecido, gus-
tos parecidos, muy espiritual, proyectos y cosas que hacíamos
con la misma disciplina, frases, forma de ser y de hablar, y eso
que yo sólo compartí algunas minutos con él en mi etapa de
bebé.
Argentina se abría a mí como una nación llena de cultura,
de diversos colores, donde Dios expandió mi mente, era co-
Monseñor Andrés Tirado Pérez
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nocer otra orilla, gran regalo para mi vida y lo que sería más
adelante, la cultura, el pensamiento renovador. Quedé ena-
morado de Argentina, mas adelante iría a tender casos de libe-
ración a varias ciudades de ese país y esporádicamente viajo a
Buenos Aires, y con mi padre continuamos la comunicación,
aun que él sigue siendo un eremita y eso lo respeto.
Al regresar a Colombia de algunos viajes que hice misio-
nando, en varias lugares de Bogotá abrí misiones y la oficina
donde diariamente atiendo todo tipo de casos, algunos casos
difíciles, son muchos los retos, pues son casos donde la mayo-
ría ha experimentado con médicos, psicólogos, psiquiatras,
chamanes, médiums, parapsicólogos, videntes, exorcistas, sa-
cerdotes, etc.
Muchos llegan sin esperanza o ven lejana la solución, pero
empezamos el proceso de ayuda integral y según el tiempo de
Dios se dan los milagros y mejorías.
Me empezaron a llamar para varios programas en radio
que fueron muy exitosos en los temas paranormales, para te-
levisión se grabaron programas donde en vivo y en directo se
realizaron exorcismos, se desarrollaron varios programas in-
ternacionales, en especial “Puerta al más allá”, de Dicovery
Channel, el cual me hizo conocer a nivel internacional.
Viendo que las personas querían capacitarse y saber más de
estos temas, que la Iglesia Católica Romana maneja con bas-
tante sigilo, creé la única Escuela en Alta Espiritualidad que
tiene a nivel internacional un diplomado en demonología,
liberación y exorcismo, es presencial y virtual, y ha tenido
gran éxito, los que hacen este diplomado sienten cambios en
sus vida, muchos testimonios hermosos, tanto de los que lo
hacen presencial como virtual en distintos países, varios cur-
sos nacieron también para desarrollarlos a través de la Escuela,
en el momento seguimos capacitando a las personas, el gran
beneficio está en primer lugar el auto crecimiento personal y
espiritual y lo segundo es que conozcan estos fenómenos.
59
Quede claro y es bueno que se diga que con el diplomado
no se convierte en un exorcista especializado, pero se plantea
en el futuro hacer una especialización en exorcismos para que
los sacerdotes puedan llegar a ser exorcistas o personas que
estén capacitadas en esta área.
En este momento hemos desarrollo de varios proyectos: el
primero fue el Congreso Internacional de Exorcistas Ecumé-
nicos que se realizó en mayo de 2013, en Bogotá – Colombia,
el único y primero en el planeta, ecuménico que quiere decir
que es para todos en el mundo, con los expositores organiza-
remos una asociación internacional de exorcistas ecuménicos,
la cual está abierta para todos los que quieran hacer parte de
este movimiento, a través de la asociación seguiremos apoyan-
do eventos internacionales y dando a conocer a la humanidad
estos temas que son de crecimiento personal.
Dios en su infinita misericordia medio la gracia de fundar
un proyecto espiritual que se llama: Congregación Sacerdotal
Internacional, donde se fusiona a los laicos con lo eclesial o
clero, todos al mismo nivel donde cada uno puede ser autó-
nomo en su trabajo pero estar bajo la cobertura de la Congre-
gación, un proyecto grande y bonito, el cual me fue revelado
en un sueño cuando estaba en Estados Unidos hace cinco
años, lo presento para que ustedes mismos puedan hacer su
propio análisis y desarrollar sus conclusiones.
En la actualidad la Congregación está fundada y funcio-
nando con miembros y representantes en varios países y en
nuestra amada Colombia, estamos en el plan de expansión y
estructuración de la Congregación, un gran regalo que Dios
también me dio.
Por este motivo viaje a Costa Rica el 28 de marzo del 2013
para recibir la gran bendición de ser consagrado Obispo de
manos del arzobispo Higinio Alas y los obispos Dixon Zúñiga
y Rodrigo López, lo cual me llenó de muchísima alegría y de
más fuerza y carácter ministerial e incrementó la unión del
Monseñor Andrés Tirado Pérez
60
Espíritu Santo, ser consagrado Obispo para el mismo proyec-
to fundado por mi e iluminado por Dios es un acontecimien-
to inédito.
Hasta este día así es mí historia, ya llegaran nuevas aventu-
ras, pero lo más importante es que Dios ha realizado una obra
grande en mi, siendo quien era, estando en lo que estaba Dios
siempre confió en mí, tenía un plan, un propósito, si Dios
hizo esto en mi siendo un pobre ¿Cuánto no hará Dios en tu
vida si lo recibes y pones de tu parte?
Abramos nuestras manos y nuestro corazón a Dios y con-
fiemos en Él que es el único que no nos defraudará.
Soy un hombre feliz, realizado en la vida, con muchos sue-
ños y proyectos, pero ya he encontrado la felicidad completa,
no ha sido ni será fácil, pero en todas la áreas he tenido éxito,
gracias a Dios. Mucho me decían: abandone ese proyecto, no
siga, eso no va a salir, eso es imposible, no se puede, pero
siempre les contestaba que lo que para nosotros como seres
humano es imposible para Dios no lo es, el creó el universo y
todo en cuanto existe y claro que se puede, algunos me quie-
ren otros no, pero soy un triunfado, soy victorioso gracias a la
misericordia divina de Dios y de su amor.
¡Así se levanten los mil infiernos en contra de nosotros, si
estamos cogidos de la mano de Dios triunfaremos; sin duda,
venceremos!
61
Sueño de la proyección de la
Congregación Sacerdotal Internacional
al Padre Andrés Tirado
22 de junio del 2009 – 1:45 a.m. Aurora (Colorado) – Den-
ver, Estados Unidos.
Trascrito textualmente de su manuscrito original:
“Estaba en un lugar bonito y hablaba con varias personas,
en especial un hombre de camiseta blanca, de uno 40 años,
pelo negro, piel blanca.
El me decía que no me preocupara por la organización,
pues Dios a través del camino la convertiría en un movimien-
to grande e internacional.4
Que lo que sí me decía es que era polifacético y ecuméni-
co. Que muchas personas la conformarían5
.
4	 Nuca había planeado cosa semejante ni había pensado en una de una congregación o
movimiento internacional.
5	 En esto está la síntesis de la proyección de la Congregación Sacerdotal Internacional.
Monseñor Andrés Tirado Pérez
62
Me volvió a repetir que sería un movimiento grande, al
padre Miguel Bonilla6
lo veía con camiseta blanca7
y está en el
grupo.
También me dijo que la decisión de regresar a Colombia
fue muy buena y me mostró que me iría muy bien y un dine-
ro que ganaría (una cifra) que tendría que atender cosas nue-
vas.8
Me mostró que yo seguiría viajando y que también regre-
saría a USA.9
Este sujeto miraba al padre Miguel Bonilla mostrándole
como Francia10
, no sé que era, pero tenía que ver con el mo-
vimiento, también señalaba América del Sur y USA.11
Como para que yo entendiera que el movimiento crecería
y sería fuerte. Estábamos muy contentos, muy felices”.
Mas dormido que despierto me siento en la cama y busco
mi teléfono móvil para saber la hora, porque tengo que salir
temprano a acompañar al padre Miguel Bonilla a una diligen-
cia12
, me siento semi dormido y pienso en el sueño que debo
6	 El padre Miguel Bonilla, es un gran sacerdote y amigo, el ha sido uno de las personas que
mas me colaboró para ir a Estados Unidos, fue el mejor instrumento del que Dios se sirvió
para que yo estuviera en ese País y creyó en mí, me ayudó en muchos momentos difíciles.
7	 El usar camisa blanca con el Escudo o logo de la Congregación tanto para miembros di-
rectivos, como miembros activos está fundamentada en este punto.
8	 Estaba en una gran confusión, muy mal económicamente y no sabía si quedarme o regre-
sar, pero al volver a Colombia me empezó a ir de maravilla, un cambio de 180°, una in-
usitada prosperidad; no recuerdo bien el dinero que se me mostros en el sueño, la canti-
dad en números, pero sobre pasó esa cantidad, tenía muchísimas deudas y ninguna
entrada económica, estaba en las manos de la misericordia divina, cosas nuevas y proyec-
tos empezarían.
9	 Gracias a la Divina Providencia se abrieron las puertas a muchos viajes y tiempo después
regresé a Estados Unidos, cosa que en ese momento se veía imposible, “hombre de poca
fe”.
10	Me refiero al País europeo.
11	Uno de los grandes sueños del padre Miguel Bonilla era conocer Francia, cosa que se le
haría realidad mucho antes de tener la dicha de conocerle, sin embargo, muestra la pro-
yección a futuro del plan de expansión de la Congregación, por eso es internacional.
12	Este escrito narra un hecho real, pues estaba en la casa del padre Miguel Bonilla hospeda-
do, al despertar del sueño y por el golpe –del que estuve adolorido por varios días–, re-
cuerdo que al estruendo del golpe, el padre Miguel y su esposa Irma fueron presurosos a
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Libro mi vida como exorcista 2014

  • 1. CONGREGACIÓN INTERNACIONAL S A C E R D O TA L Monseñor Andrés Tirado Pérez Congregación Sacerdotal Internacional
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  • 3. CONGREGACIÓN INTERNACIONAL S A C E R D O TA L Monseñor Andrés Tirado Pérez
  • 4. Corrección ortográfica y gramática Fernando Soto Aparicio Edwin Leonardo Avendaño, Pbro. Edison Blanco Pedraza, Pbro. Diagramación, estilo y diseño de carátula EB Ediciones E.U. contacto@ebediciones.com.co Edición Web © Andrés Tirado Pérez. Reservados todos los derechos. Derechos de Autor – Ministerio del Interior. Bogotá – Colombia. websites: www.padreandrestirado.co www.congregacioninternacional.org www.exorcistasinternacionales.org e– mail: padreandrestirado@gmail.com Monseñor Andrés Tirado ha tenido el alor de escribir este libro. Porque valor, alidad humana, sinceridad, voluntad de ayuda, capacidad de comprensión amor hacia el prójimo, es lo que se necesita para plasmar en estas páginas una serie de tópicos difíciles de tratar. Primero, aceptar su condición de exor- ista en un mundo en donde las creen- ias espirituales y la existencia de fuerzas que se escapan a la cotidiana compren- ión del común de la gente, ya es un paso difícil. Y lo es todavía más la fran- u vida, la desnudez con que muestra su s, su acercamiento a Dios, su pelea con camino arduo y a veces tenebroso que a vencerlos. stamos solos. No somos máquinas sufri- las limitaciones, vicisitudes y preguntas Hay algo superior a nosotros, una fuerza consuela, un camino con un principio y ena en el silencio interior con que nos e existir, y que nos lleva a cambiar ese ue produce el hecho de estar en la vida, a vida como territorio de nuestra experi- cial de nuestra unicidad. n de fe que hace monseñor, hasta los de la iglesia respecto –por ejemplo- al ones y fórmulas de su trabajo de exor- os múltiples testimonios de su inmensa an a este libro una identidad personal, y un remanso de paz para el espíritu, sino te. Fernando Soto Aparicio CONGREGACIÓN INTERNACIONAL S A C E R D O TA L Monseñor Andrés Tirado Pérez Congregación Sacerdotal Internacional
  • 5. Cada hombre construye su destino. Gracias a Cristo fuimos creados liberes. Pero el ‘enemigo’ siempre asecha, siempre propone caminos. Más Dios también propone senderos, y, totalmente, los caminos de Dios son perfectos; son de triunfo y prosperidad. Todo, indiscutiblemente es creado por Dios, todo es, está y se mueve por Él y para Él. La ciencia es la herramienta iluminada por Dios y creada por los hombres, en la que nos muestra el diseño y origen de todo lo existente, de todo su Obra. Monseñor Andrés Tirado
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  • 7. “Hijo mío, si tratas de servir al Señor, prepárate para la prueba. Fortalece tu voluntad y sé valiente, para no acobardarte cuando llegue la calamidad. Aférrate al Señor, y no te apartes de Él; así, al final tendrás prospe- ridad. Acepta todo lo que te venga, y sé paciente si la vida te trae sufrimientos. Porque el valor del oro se prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno del sufrimiento. Confía en Dios, y Él te ayudará; procede rectamente y espera en Él. Ustedes, los que honran al Señor, confíen en su misericordia; no se desvíen del camino recto, para no caer. Los que honran al Señor, confíen en Él, y no queda- rán sin recompensa. Los que honran al Señor, esperen la prosperidad, la felicidad eterna y el amor de Dios”. Eclesiástico 2, 4 – 10
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  • 9. 7 Introducción La escritura es arte; el lenguaje es la expresión y facultad más maravillosa que existe en el ser humano. Es poder de expresar, comunicar, desarrollar nuestra liber- tad, es dar a conocer nuestro pensamiento a toda la humani- dad, en ella hay sentimientos, y sobre todo, ideas que mueven el universo. Profundizando en este escrito se irá interiorizando y cono- ciendo en detalle mi vida como exorcista, la vida de una per- sona que todos los días se dedica a confrontar y enfrentar la fuerza de Dios y sus poderes sobrenaturales sobre las fuerzas del mal, ¿Cómo llego a esto? ¿Cómo es la vida de un exorcista? ¿Cómo fue mi infancia? ¿Y mi juventud y adultez? Y cómo Dios me fue llevando a su servicio de forma particular y espe- cial, ¿Cómo llegó un ex – pandillero, un niño sobrevivientes de las calles de Bogotá, a ser uno de los exorcistas más recono- cidos a nivel mundial? Estas son preguntas que todos los días me hago como sa- cerdote y exorcista, cómo fue que Dios me tenía para éste servicio particular.
  • 10. Monseñor Andrés Tirado Pérez 8 Para llegar a ser un excelente exorcista hay que seguir unos parámetros, es decir, unos requisitos, que son difíciles de reu- nir, juntarlos y poder así desarrollar el servicio: el don, lo in- telectual o el estudio y la experiencia, los tres son pilares del éxito en el ministerio de la liberación y el exorcismo. A través de estos capítulos conocerán mi vida, también la vida de varias personas que han encontrado su liberación es- piritual y material. Casos insólitos, donde la realidad supera la ficción, donde se observa la mano poderosa de Dios en cientos de personas y de historias de las que he que he podido ser parte fundamen- tal como protagonista de hechos y acontecimientos, –han sido cambiados nombre y otros datos que puedan dar indicios de las personas que vivieron estas experiencias y estos testimo- nios, algunos si quisieron que sus nombres se hicieran públi- cos como testimonio de amor a Dios y a la humanidad–. En el descubrimiento de estos casos podemos encontrar enseñanzas constantes, ver el mundo con los ojos de otros y así poder comprender mejor y con una visión integral como individuos y como personas, a la colectividad que llamamos humanidad. Son testimonios reales, que han quedado en mi mente, pero es importante que salgan de allí y sean consignados como referentes históricos pues ellos dan luz sobre el asunto del que versa este libro, visto que a cualquiera puede suceder, ninguno de nosotros está libre de llegar a estas realidades. ¿Sobre mi quehacer? ¿Sobre el exorcismo? Materia difícil de relatar o explicar. Digamos que es un estilo de vida y una convicción segura y total de que lo que se hace es por el poder de Dios, es Dios el que actúa, uno es una simple herramienta en esta realidad, esta primicia es la fe, una fe absoluta y a prueba de fuego que se consigue con grandes pruebas y lágrimas de sangre, pero a su vez grandes alegrías y triunfos.
  • 11. 9 Llegó a mis manos hace muchos años uno de los libros más famosos sobre el tema, “Habla un exorcista” del padre Gabriele Amorth1 , uno de los más reconocidos exorcistas mundiales. Por los años 90 llegó a mis manos uno de los primeros ejemplares del mencionado libro que se vendió en Colombia. El tema me cautivó y me dio un mejor enfoque, lo que yo nunca me imaginé es cómo más adelante también llegaría a ser exorcista. Me interesaba mucho el tema, aunque era escéptico e in- crédulo, pues me dedique mucho a la teología científico críti- ca, que es el modelo teológico de vanguardia en la actualidad. Esta teología propone que todo tiene una causa científica, que todo es un producto mental, que todo tiene una explica- ción material, por ejemplo: Jesús, cuando caminó sobre las aguas se explica como un haz de luz que se proyectó en el lago y eso creó en la mente de los apóstoles una proyección preconsciente que estableció la imagen de que Jesús caminó sobre el mar de Galilea. Los milagros de sanación de Jesús se dieron porque las per- sonas se sugestionaron y eso hizo que la mente realizara la sa- nación, no Dios, no Jesús, sino la mente y así va relativizando esa nueva teología va dando una explicación fuera de lo espi- ritual, yo comparto que la fe y la razón2 , lo espiritual y la 1 Nació en Módena, Emilia, (Italia) el 1°de mayo de 1925, reconocido conocido exorcista de la diócesis de Roma. Fue ordenado sacerdote en 1954 y se convirtió en exorcista oficial en junio de 1986, bajo la dirección de Candido Amantini. Es miembro de la Sociedad de San Pablo, la congregación fundada por el beato Santiago Alberione en 1914. En 1986 hizo su primer exorcismo bajo la tutela del padre Amantini y en octubre de 2000 (según su libro), señaló haber realizado personalmente alrededor de 50.000 exorcismos, que iban desde “unos minutos” a “varias horas” de duración. Lo que significa que realizó un prome- dio de aproximadamente diez exorcismos al día durante su carrera hasta el año 2000. Amorth fundó la Asociación Internacional de Exorcistas en 1990 y fue presidente hasta su retiro a los 75 años de edad, en el año 2000. Actualmente ha sido declarado presidente honorario de por vida de la Asociación. 2 “La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer
  • 12. Monseñor Andrés Tirado Pérez 10 ciencia son complementarias y se necesitan, pero el problemas está cuando se llega al extremo, no sólo lo espiritual o sólo lo material o científico, me llevó mucho tiempo entender esto y saber que en la vida la clave es tener un punto de equilibrio. Mi vida tiene dos partes muy importantes, la primera: mi conversión, y la segunda: el encontrar el maravillosos mundo de la sanación, la liberación, el progreso, y la prosperidad; gracias a Dios no sólo me dedico al hermoso oficio de la libe- ración y los exorcismos, sino que he buscado seguir el camino de la imitación de Cristo y ser más integral. Recordemos que Jesús sanaba, liberaba, daba de comer al hambriento y predicaba el reino de su Padre Dios; la sanación física, la sanación interior, el progreso, la prosperidad, la res- tauración de hogares, la ayuda espiritual y el crecimiento per- sonal, la medicina natural; son sólo algunas áreas en las que me siento feliz en poder ayudar y Dios me ha dado la capaci- dad de desarrollarlas, pero sin duda mi fuerte o mi especiali- zación es el ministerio de liberación y exorcismo. He escrito varios libros que han tenido bastante impacto a nivel mundial, tengo misiones en varios países y en el hermo- so y muy amado territorio colombiano, tengo una escuela en alta espiritualidad, esta escuela se convirtió en una gran ale- gría y manifestación del amor de Dios, donde se enseñan y se desarrollan las diferentes áreas en que trabajo, estamos en pro- ceso de fundar la primera escuela internacional de exorcistas a nivel mundial ya que no existe, será presencial y virtual. Tengo una fundación sin ánimo de lucro donde por más de 5 años tuvimos un comedor para más de 120 niños que encontraban su alimentos espiritual y material diariamente, la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8–9; 63 [62], 2–3; Jn. 14, 8; 1 Jn. 3, 2)”. De la encíclica “Fides et ratio” del beato Juan Pablo II, publi- cada el 14 de septiembre 1998.
  • 13. 11 niños, madres cabeza de hogar y hombres y mujeres de la tercera edad, donde se compartieron más de 56.000 almuer- zos y diferentes ayudas, en la página Web pueden encontrar fotos y videos; cada día me exijo en la búsqueda de nuevas metas y proyectos, pues es extraordinario ver la obra del Señor en mi y en lo que realizo y proyecto, esto hace que me com- prometa más con lo que hago y cuestione mi poca labor y siempre quiera mucho más, pero con una visión de ganancia social, material y espiritual; ganar en doble partida, pues lo material es muy importante y Dios lo da para que sus hijos nos encontremos bien, pero el mejor y más grande tesoro es el espiritual, es lo que nos llevaremos, es como dice nuestro amado Señor Jesucristo a nosotros y a los apóstoles, “No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrum- bre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amonto- naos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni he- rrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Mt. 6, 19 – 21. Este es nuestro gran tesoro, el que llevaremos para la eter- nidad, para el reino de los cielos y disfrutaremos de verdad, pues estamos en este mundo de paso, esto no fue fácil de en- tender pues mi mente estaba en el mundo, pertenecía al mun- do y me gustaba, así como a cualquier ser humano, hombres y santos que tuvieron una vida mundana y materialista como san Pablo, san Mateo, san Agustín, san Francisco de Asís, san Francisco de Sales, san Ignacio de Loyola y muchos más que tuvieron un encuentro personal y místico con Cristo, así me sucedió, pero esto no fue fácil, como por lo general sucede probados en el fuego para así madurar y crecer en gracia, pen- samientos y conceptos. Cientos de respuestas que ahora veo con claridad que a lo largo de mi vida no comprendía y no quería tampoco saber nada, pues cuando estamos entregados
  • 14. Monseñor Andrés Tirado Pérez 12 al mundo no pensamos en Él, pero cuando tenemos una ex- periencia trascendental y llegamos al despertar espiritual, es cuando entendemos nuestro lugar en el cosmos, en el univer- so, el por qué, el para qué y para dónde, estas experiencias y testimonios de vida los han experimentado cientos de perso- nas, durante siglos y en todas las religiones; disfruto mucho del mundo y lo disfruto con moderación y límites, con liber- tad, pero no con libertinaje, con errores y pecados y dificulta- des, pero siempre buscando levantarme del lodo, del abismo y buscando mi propia superación personal y espiritual con Cristo, no exclusivamente para mí sino para muchas personas que buscan ayuda para solucionar sus problemas, y Dios se sigue manifestado de forma maravillosa y sorpréndete. Los invito a que me acompañen a profundizar en mi vida y en mis experiencias.
  • 15. 13 Mi primer exorcismo Amo lo que hago, me siento feliz y realizado pues Dios a tra- vés de mí, un siervo inútil como dice el Evangelio, devuelve la paz, la alegría y la felicidad de vivir; muy pocos en el mundo tienen esa dicha, es una profesión arriesgada, peligrosa y de mucha persecución del “enemigo” a quien conocemos con muchos nombres, pero familiarmente el de Satanás que no es uno sino muchos, pues ellos son legión. Para los sacerdotes y los acéticos, nosotros los exorcistas, somos perseguidos, calumniados y menos comprendidos, nos miran como seres extraños y nos tienen desconfianza y temor, todo esto por la ignorancia espiritual. Recordemos que legión – en la época imperial de la antigua Roma – eran más de 6.000 hombres hablando en términos militares. En el Evangelio se utiliza para dar a entender que son muchos los espíritus que tienen dominada a una persona. El Demonio, Satanás, Lucifer; todos uno pero a su vez diferentes, son espíritus reales que buscan destruirnos, y su única misión y propósito es la de dañar una de las obras más maravillosas de la creación, que es el hombre.
  • 16. Monseñor Andrés Tirado Pérez 14 En el corazón del hombre coexisten el Demonio más terri- ble o el Ángel más maravilloso. Depende de cómo se encamine, pero siempre el mal, el Demonio estará al asecho. San Pedro nos mostraba la analogía con el león rugiente, y tiene mucha razón: “anda listo y presto para atacar al menor descuido y sus ataques siempre son devo- radores”. Llegar a estas conclusiones tomó tiempo y reflexión. En- tenderlas y asimilarlas en mi corazón y en mi mente no fue una tarea cómoda, pues no creía; como se nos enseña en teo- logía, sociología, antropología, psicología, filosofía, que estas realidades no son más que un mito, una leyenda urbana a la vez antigua y moderna. En realidad es, existe y se mueve entre nosotros, no es un simple concepto o pensamiento humano, así como Dios exis- te, existe el mal y su dirigente, Satanás. Pero para encontrar esta revelación divina se debe experi- mentar, son experiencias de alto nivel y extremas, para poder entender y creer en esto. Si no hay esta vivencia, sería una idea más, una metáfora más en el vacío cósmico del ser humano. Así fue mi primer exorcismo… Lo recuerdo con estupor, pues me tocó enfrentar a un de- monio terrible, estaba sólo enfrentado a tan malvado y des- tructivo enemigo. Dios me trasmitió coraje y una fe poderosa y fuerza, porque de mi no había nada, un poco de espiritualidad, pero no los conocimientos ni el saber y menos el poder, eso sólo vino de Dios, de la Santísima Trinidad, es en la actualidad que he visto tantas cosas sorprendentes y sobre naturales que sigo pensando lo mismo, que todo el poder y la ayuda vienen de Dios. Me da tristeza recordar estos acontecimientos, por que ob- servar el mal y sus actuaciones y ver como es real y como hace daño es espantoso, mucho más si esta cerca, muy cerca de nosotros.
  • 17. 15 Podríamos clasificar en dos variantes claras los tipos de po- sesión. Sobre las posesiones, no siempre son de demonios o de Satanás o Lucifer, hay dos clases, tipo A y tipo B: el tipo A son espíritus desencarnados, que vivieron y que están en algo que se llama mundo intermedio, en muchas religiones y creencias le tienen otros nombres, el valle de los muertos, limbo, otra dimensión, etc. Son espíritus que por varias razones no se fue- ron de este mundo terrenal y han entrado a una materia o cuerpo, siendo este el caso más común de posesión. Hay los de tipo B que son los más difíciles, que no son frecuentes, que son los más complicados y terroríficos, que son los propiamente llamados demonios. A mí me tocó de iniciación en este camino de liberación y exorcismo directamente un tipo B, el cual me costó mucho para poder vencerlo y a la vez expulsarlo con la autoridad y poder de Jesucristo. Después de leer con interés de curioso aquel libro mencio- nado antes del padre Amorth, creía, ¡fantasías de ayer y de hoy!; pero tendría que bajar mi orgullo y con amor, paciencia y sencillez, estudiar este y otros libros, y los muchos conoci- mientos que encontraría. Por eso me interesó este tema ¿Por qué? ¿Cómo se dio? ¿Por qué sucede? Como es una característica en mi vida, la de investigar, la de buscar insaciablemente el por qué de las cosas, esas cualidades de niño, no descansé hasta encontrar las res- puestas y otras que sigo buscando, ésta experiencia con otras de sanación fueron las que me iniciaron en el mundo espiri- tual verdadero, en el mundo de lo paranormal, de lo trascen- dente, y, como ya dije anteriormente así pude ver que no son cuentos o ficción o ¡fantasías de ayer y de hoy! Pero antes de este proceso maravilloso de conocimientos, de crecimiento en la fe y experimentación tenía frente a mí una liberación, un exorcismo real, un demonio terrorífico y
  • 18. Monseñor Andrés Tirado Pérez 16 despiadado que quería acabar con un ser querido muy cercano a mí. Hasta que la dificultad y la desgracia no llegan a nuestra puerta no la aceptamos y le buscamos solución; como yo me decía: ¡eso le pasa a otros, a mí no! Pero llegó a mi puerta. Lanzado al fuego sin previo aviso y preparación, no hay tiempo para dudar, sino para actuar, por eso digo que todo viene de Dios, porque en mi no estaba esto. Para seguir la narración de mi primer exorcismo, debo re- troceder un poco y comentar la primera experiencia que me cambio la forma de ver la teología. De profesar una gran de- voción y credibilidad a la teología científico crítica, que en el fondo de mi ser buscaba hambriento y sediento del conoci- miento profundo de Dios, pasé a la teología que amo y que todos los días desarrollo, la teología vivencial o carismática. Esta es mi historia. Todos pensarán o se imaginarán que mi historia de vida es como la de la mayoría de sacerdotes o de santos, que nacen con una predisposición a la santidad, nacen con el circuito integrado incorporado de la vocación sacerdotal y con un gra- do altísimo de espiritualidad y de piedad de una gracia espe- cial, nacido para ser un ministro de Dios. Este no es mi caso, en la Sagrada Escritura encontramos que Dios actúa de formas misteriosas, para mí ultra misterio- sas, cada día nos sorprende el misterio divino, cuando era niño y joven quería o me proyectaba para tener una vida muy diferente no se me ocurría ser sacerdote y menos exorcista, no me gustaba la misa, entraba a la misa y sentía un gran aburri- miento, no me gustaba estar cerca a los curas y se lo decía, creía en un Dios a mí manera, desde niño tenía un amor es- pecial a la Virgen María, pero no me gustaba orar el rosario o asistir a actos de piedad; observaba la imagen de María y me generaba sensaciones especiales, pero no me dejaba seducir por su amor, en ese momento tenía un corazón que vivía en rebeldía.
  • 19. 17 De niño, como a los 9 años, robaba las flores de los jardi- nes para ponérselas en las manos a María, a una imagen; éste es un recuerdo hermoso. Recolectaba en un jardín a la entrada de una Iglesia las flores y ahora llega a mí el olor de los poma- res que cogía en mis manos y regresan a mi todas esas sensa- ciones y me generan mucha paz. Todo fue de un momento a otro, como si estuviera dormi- do y despertara y aun siguiera dormido y perdido en el mismo sueño. De niño y de joven buscaba a Dios, sentía un amor muy profundo y especial de Él y en los momentos más difíciles lo buscaba, lo llamaba a gritos, pero eran momentos pasajeros como las olas del mar que bien y van. Como expuse anteriormente sobre la teología científico crítica, ahora le toca el turno a la teología vivencial o carismá- tica en la cual está todo lo que creo, sé y practico la cual expe- rimento todos los días, la que afianzo como roca sólida y po- derosa e indomable, la fe en lo que creo y lo que puedo hacer y aún más lo que Dios puede hacer por todos. En esta teología creemos fielmente, sin fanatismo ni obse- siones ni fundamentalismos, sabemos que Jesucristo es El Se- ñor, que con el Hijo y él gran Espíritu Santo crearon todo; que en el estamos, vivimos y somos. Para poder entender es necesaria la gracia de vivencias más que de conocimientos, por eso se llama teología vivencial, es la misma teología que vivieron y desarrollaron los apóstoles y la iglesia primitiva y todo aquel que abren su corazón a Jesu- cristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Así mismo lo que nuestro amado Jesucristo realizó en su ministerio es verdad y que dejó unos poderes a todos los que tienen fe y creen en Él, aun más en los sacerdotes para hacer milagros y expulsar al demonio. Una tarde normal cuando sucedió el primer acontecimien- to de mi conversión de la teología científico crítica a la viven-
  • 20. Monseñor Andrés Tirado Pérez 18 cial o carismática, –esto es importante porque en este relato le da más sentido y compresión de como Dios fue ordenando las cosas–, no me imaginaba como están de bien organizadas y como Dios todo lo fue organizando, emparejando y pulien- do, porque en todo Dios tiene un propósito. Antes de comentar como fue el primer exorcismo, contaré como fue este cambio de teología que es bien sorprendente. Era un día común, asfixiado por la rutina, yo era semina- rista de una comunidad católica romana, a la cual quiero y estimo mucho, pues ellos creyeron en mi vocación sin que yo supiera ni sospechara que este en verdad era mi camino, y un camino tan particular, pero Dios me llevaría por otros sende- ros y no seguiría con ellos, pasaría por varias comunidades para poder buscar el verdadero sentido a mi vocación y mi sacerdocio. Una tarde gris, en Bogotá, estábamos en misa, al terminar se acercó una mujer, ya entrada en años y de aspecto caucási- co, me dijo: ¿Padre me puede ayudar? –Yo no soy padre, soy seminarista, – le respondí mirándo- la a los ojos –. – No importa, para mí es padre, ¿me puede hacer el favor de hacer oración? Esto me sorprendió, pues no todos los días siendo semina- rista te piden una oración, bueno, por lo menos a mí no. – Sí, claro, como no, le respondí con amabilidad, ¿y por qué quiere que oremos? – Familia, salud, prosperidad, etc. me respondió con ale- gría y decisión. Empezamos a orar, ella me dijo: ¿padre me puede imponer las manos? Yo me sorprendí y le dije: – ¿Y eso cómo es? Ella se sonrojó y me dijo: padre coloque su mano derecha en mi frente y ore por mí.
  • 21. 19 Coloqué mi mano derecha en su frente y oramos, los dos orábamos por bastantes cosas, llegamos a un momento en que sentimos un calor especial, se terminó la oración y ella me dio las gracias y se fue. No le presté atención a la situación, seguí mis actividades cotidianas, en ese tiempo sólo era estudiar. Los días continuaron sin ninguna novedad. Pasaron dos o tres días, otra vez al finalizar la misa, llegó la misma mujer, lo primero que imaginé es que me pediría otra oración, yo pensé, ella vuelve para que oremos. Efectivamente llegó con una alegría resplandeciente en su rostro. En sus manos llevaba una carpeta llena de hojas de color marón, me saludo con mucha alegría. Me entrego la carpeta que llevaba, abro la carpeta y empiezo a mirar, cantidad y cantidad de hojas con códigos, reflexionaba, –definitivamente no entiendo nada, pero fingía que sí, cuando ella me empezó a decir: –Sí mira padre… Sí ve… Lo decía con energía… le pregunté ¿qué pasó? –Padre en los exámenes dicen que me sané… –Cómo así que se sanó, no entiendo –Resulta padre que hace unos días tenían que hacerme una cirugía, me tenían que sacar la matriz y los ovarios, cuan- do regresé me examinaron y vieron que estaba sana, que no tenía miomas. – Gracias a Dios y a usted me sané… me sané… me sané… repetía con bastante alegría y fuerza. Este hecho real, esta realidad, es algo que te cambia la vida, gira tu entorno 180°, pues todo lo que hasta ese momento consideraba como verdad, como lo único y que todo estaba escrito, revolucionó, como una convulsión; sucedió así un corto circuito en mi mente y en mi espíritu, los pensamientos y supuestos teológicos y físicos que tenía en mis manos se fueron desmoronando como un castillo de arena, nacía un
  • 22. Monseñor Andrés Tirado Pérez 20 transformador, comenzó una nueva vida y una nueva forma de ver y entender el mundo y la teología. Muchos tenemos que ver para creer y vivir estos milagros, para entender verdaderamente el propósito de Dios en nues- tra vida. Tenemos que caernos del caballo, como san Pablo, para poder juzgar y ver, la realidad del mundo espiritual y material, del mundo paranormal. A mis estudiantes de diferentes cursos, siempre les digo que todo lo que se manifiesta en el mundo espiritual repercu- te en el mundo material, esta es una máxima que utilizo, una frase que siempre reflexiono y ha sido el pensamiento que se convierte en llave maestra abriendo todas las puertas del éxito y la prosperidad, esta máxima la he aprendido de la experien- cia personal y con ella he obtenido muchos logros. Como se puede colegir, esta manifestación de sanación, cambió mi vida y la forma de coexistir mi espiritualidad. Entraría a un mundo totalmente desconocido y novedoso, un mundo lleno de cosas sorprendentes, por eso repito que Dios actúa de forma misteriosa. En la vida de una persona hay muchos acontecimientos que lo marcan o lo trasforman, sea buenos o no tan buenas, en especial en las primeras semana de gestación del niño, su niñez y su juventud y también su adultez. En mí vida podríamos decir el antes y el después, dos he- chos muy importantes, mi conversión a Cristo y el entrar en el proceso vocacional de ser un ministro de Dios –ser sacerdo- te–. Ya en el camino espiritual y en el proceso de formación sacerdotal, se da el segundo hecho más importante que fue la sanación, que marcaría mi destino al servicio de la humani- dad y de los más necesitados material y espiritualmente. Mi vida es muy parecida a las de toda persona, un poco más dura tal vez, pero como digo en mis predicaciones, siem- pre habrá altos y bajos.
  • 23. 21 Por eso entiendo cómo fue mi vida y como se desarrolló y como la mano poderosa de Dios me dio la oportunidad tan grande de seguirlo y amarlo, en el momento preciso se dio esa opción de cambio, de conversión, y yo la tomé y fue la mejor decisión, sin ni siquiera mirar a dónde me llevaría o como terminaría, este es un verdadero salto de fe. He tenido muchas dificultades no porque el demonio se aparezca y me de tres vueltas en el aire y me envié al suelo y no me deje escribir, sino porque he tenido pereza intelectual y más que pereza intelectual es como poder escribir o cómo plasmar de qué forma mi pasado, mi vida antes de encontrar los caminos de Dios, pues muchos no saben lo que en estos momentos estoy escribiendo, algunas personas conocieron ciertas facetas o tenían un leve conocimiento de varias cosas, pero no como fue la realidad sobre lo que ahora escribo. Me ven con esa cara de gringo, como algunos me han di- cho, mi rostro a primera vista no demuestra el sufrimiento y situaciones que he tenido que enfrentar en mi vida, “las apa- riencias engañan” dice el viejo refrán, es así, pero si miras mu- cho mas a profundidad podrás ver lo vivido y recorrido así como cuando partes un árbol a la mitad y se ven los círculos que nos indican muchas cosas que él tuvo que vivir, hay que profundizar, romper el árbol para saber que hay por dentro, esas misma situación ocurre conmigo, recordar y escribir estas experiencias no es tarea sencilla pero sí fructífera. Hablamos del perdón, Jesús siempre habló del perdón, de la reconciliación y de la sanación de nuestra mente y de los recuerdos, pero la verdad esta tarea no es fácil. Habiendo ayu- dado a muchos a solucionar cientos de problemas en los que está enraizado el rencor y los traumas de la vida, buscando la sanación y el perdón y aun hoy en día en mi interior sigo trabajando en la obra de la reconciliación, para restaurarme y sanar, este es un camino largo y para toda la vida siendo un compromiso continuo, pues en nuestro corazón quedan mar-
  • 24. Monseñor Andrés Tirado Pérez 22 cas muy profundas, estas heridas se abren cuando entramos a la biblioteca de nuestros recuerdos, al corazón de nuestro pasa- do, eso nos sucede a todos, nos duele el recuerdo; cada vez que me sumerjo en el pantano de mis recuerdos negativos del pasa- do, tengo que hacer limpieza. A eso lo llamo auto – liberación, un gran exorcismo personal para vencer y sanar mi corazón y mi mente, pues estos fantasmas del pasado acuden siempre para atormentarnos y regresan con fuerza, envenenan, ahogan nuestros espíritus con cientos de reflexiones renegadas, en estos momentos aconsejo como técnica efectiva para encontrar paz y superar esas realidades que nos atormentan hacer catarsis y poner en manos del Señor lo pasado como un aprendizaje, es decir, como una escuela de vida; de esa aula he tomado leccio- nes para poder escribir algunos pasajes de mi vida en estas lí- neas, porque “recordar es vivir”, más a veces quisiéramos que muchas cosas nunca hubiesen pasado, sin embargo, son hue- llas que quedan en lo profundo del alma, esta técnica que es simple ayudará muchísimo en el proceso de cada persona en busca de la paz y la felicidad, es de esta manera: Cerremos nuestros ojos, respiremos profundo y digamos: “Dios de amor, Dios de poder, Dios misericordioso, dame paz, dame libertad, dame el poder del perdón, dame sanación, dame resignación, sana mi corazón, borra de mi mente, cuer- po y espíritu todo rencor, rabia, dolor, sufrimientos y vengan- za y lléname de sanación y de tu paz y de liberación y el pode- roso Espíritu Santo me llene de amor”. Repetir esta oración y reflexionarla con fe nos ayudará a superar todo lo que nos perturba y nos hace daño, especial- mente lo que nos envenena el alma. Este libro es una síntesis de mi vida, he escrito lo más so- bresaliente y espero pueda ser tomado como una enseñanza substancial.
  • 25. 23 Infancia La infancia es la época y la etapa más importante de toda persona, desde el vientre hasta los 10 años estamos predis- puestos para aprender. Algunos de los recuerdos más trascendentales están en la infancia, pues se empieza a formar la personalidad del ser hu- mano; desde la concepción, desde el vientre se va fraguando el carácter, pero se acentúa y se define más fuerte en la infancia. Nací gracias a la voluntad divina, pues como cientos de niños en el mundo fui procreado en un momento de pasión y no gracias a una planificación o proyecto. Nací en el Hospital San Ignacio del Loyola, dirigió por los jesuitas; vine al mundo sano, por bendición de Dios, pero por cosas de la vida, varias veces estuve enfermo, por lo cual espo- rádicamente visitaba el mismo Hospital en el que vi la luz por vez primera. Mi familia gozaba de estabilidad económica, pues mi abuelo materno tenía un restaurante, varios negocios de bas- tante importancia y llegó a tener una muy buena fortuna, la
  • 26. Monseñor Andrés Tirado Pérez 24 que después perdería por los caminos del juego y las apuestas, lo cual, en efecto, asfixió mucho la estabilidad familiar, su economía y el entorno. De los cuatros hermanos con mi madre todos tenían su propia historia, pero mi madre se dedicó a viajar, a bailar, a pasarla bueno como decimos nosotros, era la épocas de los 60 y 70, la revolución mundial, el nuevo pensamiento y otras cosas que atrajeron a muchos en esa época; mi madre, mujer muy hermosa, pero que no quiso trabajar ni estudiar, viajó a varios países de Europa, desafortunadamente no tenía visión de salir adelante o progresar, sólo quería vivir el día a día, siem- pre pensó como muchos que aquella felicidad sería eterna. Mi abuelo administraba un hotel de bastante reconoci- miento en esa época, también el restaurante, en este hotel fue donde se dio el encuentro que Dios organizaría para que yo llegara a este mundo; mi padre, un argentino que trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tenía un cargo muy importante y viajaba a varios países del mundo en busca del asesoramiento en inversión de proyectos económicos de la banca al estado; indudablemente una persona brillante, radi- cado en Washington, era escritor internacional y desarrolló varios proyectos, modelos económicos para Estados Unidos y varios países y en especial para Suramérica, más adelante ha- blaremos de él. De vez en cuando y de cuando en ves, mi madre iba al hotel con el pretexto de ayudar, cierto día, todo planeado y orquestado por Dios se encontraron los dos. Mi madre y mi padre y de su encuentro fortuito nací yo. Mi padre por su oficio tenía que estar viajando constante- mente, asesorando los ministerios de cada país en el área fi- nanciera. En esos viajes, de un momento a otro, todos cambio; murió mi abuela que era una matrona nortesantandereana quien des- de pequeña, con mi bisabuela, lucharon por salir adelante, con
  • 27. 25 independencia, administraron restaurantes y hasta trabajaron como contrabandistas, por eso estuvieron en prisión. El padre desapareció y mi bisabuela tenía 12 hermanos a los 12 años se fugó de la casa materna, y empezó a recorrer la vida a su ley, luego quedaría embarazada, en ese momento nace su única hija, pero su padre como muchos otros no se hizo responsable de la manutención de la madre y la creatura; mi abuela creció y se convirtió en una mujer guerrera y excelente negociante, llegó a ser reina regional, su belleza era impactante. Mi abuela, de carácter fuerte pues la vida deja sus huellas, era el centro de la familia, era el eslabón que la unía, y murió tras un ataque al corazón; y allí inicia el gran desastre, mi abuelo se arraigó al juego y al licor y murió de la melancolía que le dejó la pena de amor, igual que ella, de un paro cardía- co dos meses después. La unidad, la solidaridad, el cariño, todo se perdió; la frac- tura del núcleo familiar fue algo contundente. De las deudas que existían y de lo poco que quedaba que el abuelo no se jugó o mi abuela no facilitó, pues era presta- mista, cuando ella murió tenía bastante dinero en préstamos, pero nunca se firmaron letras de cambio ya que en ese tiempo no era necesario ningún documento, y se creía en la palabra, pero desafortunadamente ese dinero también se perdió, todo lo que quedó se lo repartieron entre los cuatro hermanos. Y aquí empieza mi clavario… Con el dinero entregado a mi madre vivimos un tiempo, después de esto empezamos a pasar apuros, pues mi madre nunca se preparó para trabajar o estudiar, nunca pensó en el futuro. Vivíamos los tres hermanos, uno mayor, otro menor, to- dos de diferentes padres, “mi madre fue muy responsable, a cada uno le puso un padre”… Quiero aclarar que no le guardo resentimientos ni la juzgo, pues Dios realizó en mi una limpieza espiritual y sanación
  • 28. Monseñor Andrés Tirado Pérez 26 interior, también debemos entender que Dios actúa de formas misteriosas y que Él en todo tiene un propósito; todo ser hu- mano que llega a este mundo viene a cumplir un plan divino, de eso yo doy testimonio, lo que para el ser humano es impo- sible, para Dios no lo es, Dios toma de lo más bajo y menos- preciable para mostrar su poder y su infinita misericordia. Varias veces, nos tocó vivir en lo que se llama inquilinatos “de mala muerte”, verdaderas pocilgas, casas donde varias fa- milia conviven, siempre en los lugares a donde llegábamos no nos querían, siempre nos hacían a un lado y siempre buscaban hacerme daño; también había gente buena y allí empecé a ver la misericordia divina en acción. Yo era un niño inquieto como todo los demás niño, pero era noble; por lo general donde vivíamos los vecinos me cul- paban de todo lo malo, otros me defendían, claro, mi madre arremetía contra mí, a veces era justo la más de las veces injus- to, desde allí empecé a comprende el mundo al que llegue, o eres fuerte o te destruyen. Este –por decirlo de alguna manera– es el lema de la calle, el lema de la vida ruda. Dormimos en la calle, pero siempre Dios a través de un Ángel que era alguna persona, nos ayudaba, aguantamos hambre y humillaciones, mis ropas eran viejas, sucias, rotas y los zapatos destruidos, zapatos tan gastados que tocaba meter- les cartón por dentro para que no les entrara mugre, o agua; a veces una tía que estaba muy bien económicamente enviaba ropa que mis primos dejaban, también a veces me llevaba a su casa o finca, contraste tremendo, pues vivían muy bien, era como un espacio de liberación. Eran tres primos, el menor de ellos me hacía la vida impo- sible tanto así que deseaba regresar a mi realidad de dejar esa fantasía a un lado. Donde estaba no encontraba paz ni tranquilidad, pero Dios me dio unos nervios de acero, todo esto y lo que sucede-
  • 29. 27 ría más adelante en mi vida era para que estuviera mal psico- lógicamente, con problemas pavorosos de salud, muchas per- sona no aguantan, no soportan las pruebas, se alejan de la realidad y terminan aislándose de ella para no sufrir, se desco- nectan. Siempre en estos lugares habían ratas, malos olores, peleas, maltrato intrafamiliar; como se vivía tan cerca uno se entera- ba de muchas cosas, especialmente de los malos ejemplos. En ese tiempo y durante la muerte de mis abuelos se per- dió por completo la comunicación con mi padre, yo desde muy niño comprendía las cosas, vivía entre la alegría, el dolor y el sufrimiento. Mi madre me quería, no lo niego, pero a veces me maltra- taba bastante, como en muchos casos los niños se convierten en el desfogue de las frustraciones y necesidades de los padres, y sin serlo, en nuestro caso, los culpables de su pésima situa- ción financiera. Todo esto hacía que creciera un resentimiento muy pro- fundo, una furia muy grande, por esta realidad siempre estuve en contra de mi padre, pues lo colocaba como causante prin- cipal de nuestra desgracia. Mi madre no conseguía trabajo, tampoco su perfil laboral le servía pues no tenía estudios profesionales o superiores y menos experiencia laboral ni recomendaciones, ¿Cómo po- dría conseguía algún trabajo para poder llevar el pan a la casa? Muchas veces me dejaba encerrado todo el día en un cuar- to donde había ratas y no podía pararme de la cama por mie- do a que alguna me mordiera, temía hasta a los ratones más insignificantes, esto me creó una fobia profunda a estos ani- males; mi mamá dejaba un juego y se iba todo el día, en la noche regresaba y me daba la cena; pasaba todo el tiempo sin hacer nada, esperando y con pánico. Por un tiempo mis hermanos mayores vivieron con noso- tros; también mi bisabuela, mi tía ayudaba económicamente
  • 30. Monseñor Andrés Tirado Pérez 28 y mi bisabuela tenía algo de dinero, pero seguíamos coexis- tiendo en los inquilinatos de mala muerte, mi madre conoció muchos señores, entre ellos al padre de mi hermano, un cerra- jero alcohólico y violento; recuerdo que una noche llegó ha- ciendo escándalo, rompiendo los vidrios y quería entrar a la fuerza al apartamento, recuerdo muy bien que había tres cuartos contiguos, en uno dormíamos mi mamá, mi hermano mayor y menor y yo y en el otro mi bisabuela que ya era ma- yor, ella tenía 85 años. Ese señor llegó supremamente enloquecido, borracho en extremo, empezó a romper los vidrios y lo dejaron entrar en el inquilinato, mi hermano mayor que tenía como 17 años salió y se enfrentó a él, pero se ganó una golpiza sin preceden- tes, el cerrajero era un hábil boxeador. Yo me desperté algo confundido y por medio de una ven- tana que comunicaba los cuartos pase a la habitación donde se encontraba mi bisabuela, ella estaba sentada en la puerta pues ese personaje la había empujado; yo estaba detrás de ella con un palo y dispuesto a salir a defender a mi familia, pero gracias a Dios no sucedió, tendría unos siete años; más la monstruosidad de la pelea entre el pugilista improvisado y mi pobre hermano quedó grabado en mi mente para toda la vida. Sentí mucha tristeza, fue un intenso dolor, yo dormía con mi hermano mayor, lo quería mucho, él se fue de la casa des- pués de este suceso. Mi madre, por cualquier peso que recibía de él le permitía quedarse y muchas veces ocurrió lo mismo, escándalos, pelas, etc. Mi tercer hermano, el menor tenía para aquella época dos años de vida. Mi hermano mayor era mi soporte, la figura paterna que no tuve; los dos nos queríamos muchísimo, recuerdo cuando me alzaba y me tiraba al cielo, eso me producía miedo pero lo aceptaba.
  • 31. 29 Entiendo perfectamente la decisión que tomó mi herma- no al huir de la casa, yo hubiera hecho lo mismo. Quedé solo, – en otras ocasiones me iba unos días a casa de mi tía–, seguramente ellos esperaban de mí mejores com- portamientos pues su estilo de vida por la holgura económica era distinto. Como gustaría, como a muchas personas, regresar al pasa- do y cambiar la historia. Por la mala alimentación sufría mucho de la salud, defen- sas bajas, –me enfermada muy seguido–, la famosa amigdali- tis hacía que me llevaran a urgencias al hospital San Ignacio o al Lorencita Villegas de Santos, donde permanecía bastante tiempo en sala de espera, con muchos síntomas terribles, ma- reo, un terrible decaimiento y dolor, allí miraba con desgano las paredes que estaban pintadas con dibujos infantiles, paisa- jes, animales, etc. Sólo observaba, me tenían que coger entre tres o cuatro enfermeros porque desarrollaba muchísima fuerza y era escu- rridizo, eran agujas grandísimas, las que al aplicar el antibióti- co producían mucho dolor el que no me dejaba caminar por varios días, pero era la única solución, como sabía cuál era la terapia, me resistía con todas mis fuerzas, pero siempre perdía. Caminar mucho, meternos por detrás o debajo de la regis- tradora, pedir para poder comer y mendigar era tarea diaria. Después del golpe emocional tan terrible de la partida de mi hermano, murió mi bisabuela, casi no la recuerdo, pero la fuimos a visitar al hospital donde estaba, ya estaba ancianita. Todo lo que empieza mal seguirá mal hasta que no ocurra algo que lo cambie. En el área académica fui un completo desastre, pues mi madre trataba de matricularme en colegios costosos, sabiendo que eso no se podría pagar y terminaban expulsándome, poniéndome en otros cursos, de esto me que- dó la dislexia que he ido superando con el tiempo, pero es algo tan profundo y muchas veces actúa de forma inconscien-
  • 32. Monseñor Andrés Tirado Pérez 30 te proyectándose en la mente. Aún, hay momentos en que escribo bien y en otros resulta casi imposible. Después de leer atento y estudiar tanto he mejorado bas- tante, pero siempre quedan las huellas, sin embargo, he escri- to varios libros; grandes escritores, artistas, políticos, empresa- rios, científicos son o han sido disléxicos como nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez. Desde muy pequeño me gustó escribir y componer can- ciones y poemas, desafortunadamente de esos escritos no exis- te nada. Fui muy curioso, me interesó mucho la ciencia, la música, la cultura, el arte. Algo en mí siempre me impulsaba a buscar, investigar, a no conformarme con una simple explicación o un no, estu- diaba como podía, en un tiempo en un colegio y después en otro, estudié en muchos colegios, siempre no faltaba el que quería aprovecharse y salía el león rugiente que habitaba en mi y se encontraba dormido, eso me causó muchos proble- mas, sanciones y regaños, llegué hasta el punto de enfrentar- me en batalla campal con ocho ó más niños o preadolescen- tes, tenía una furia incontenible, era el resultado de años de acumular necesidades e injusticias y sufrimientos.
  • 33. 31 Juventud Como la infancia fue pavorosa, también lo fue la juventud. Empecemos por decir que en la infancia vivimos un años en la casa del padre de mi hermano menor, un hombre con gra- ves problemas de alcoholismo, pero de joven, desafortunada- mente y por necesidad tuvimos que regresar a esa casa que se estaba cayendo a pedazos, el lugar es importante y nosotros los seres humanos nos adaptamos a las condiciones, más nun- ca nos adaptaremos a la injusticias y maltratos. Muchas noches ya olvidadas, pasadas las dos o tres de la madrugada, llegaba el señor alicorado, enfurecido y rabioso a romper todo lo que se le atravesaba, los vecinos no podían dormir por sus gritos, injurias y maldiciones y el sinnúmero de palabras grotescas. Todas las noches persistía en mi una zozobra, un miedo infernal, un pánico que me hacia sufrir y me quitaba el sosie- go, ya vencido por el sueño caía refugiado en los brazos de Morfeo, sin embargo, cuando de pronto mi madre con vos temblorosa y angustia me despertaba pues sabía que el mons- truo llegaba a casa y se repetía la misas historia noche tras
  • 34. Monseñor Andrés Tirado Pérez 32 noche, la agonía era constante, rápido bajaba las escaleras y me escondía en un cuartico pequeño, me encerraba allí tras una puerta de madera que cerraba y protegía ese espacio, en ese lugar en el que casi ni cabía, pues sólo podía estirar medio cuerpo, tembloroso oraba a un Dios “que no me escuchaba”, cuando llegaba el monstruo mi madre trataba de alivianar su furia hablando y sirviéndole alguna bebida, pero él respondía con gritos, yo me sentía morir del susto, cientos de noches ocurrió así, en otras ocasiones en un descuido rápido salía en pijama o en pantaloneta y una camisa a enfrentarme al peligro de la calle y el frío que carcomían mis huesos, piel y carne, esperando que el bárbaro se durmiera para poder entrar. Expuesto a cientos de peligros sufría mucho y lloraba en silencio pues maltrataba a mi madre, a mi hermano menor que era su propio hijo y a mí también; varias veces me insultó, me maltrató y me pegó, llegué a sentir un resentimiento tan terrible que pensé en matarlo varias veces, en mi mente lo mate millones de veces y de formas horribles, quise poder cobrar venganza con mis propias manos y quietarle la vida, pero gracias a Dios me contuve, todavía me persigue ese ren- cor, pero oro y pido a Dios. Una noche no alcancé a esconderme o salir a la calle, el su- bía por las escaleras gritando y buscando pelea, siempre busca- ba pelar conmigo, me armé de valor y me levante de mi cama; a veces era un colchón o sofá cama donde pernoctaba, pero sentí cómo se me subía la sangre a la cabeza y me lance con todas mis fuerzas, imaginen a un niño de 13 años pelear con un hombre mayor, le di un puñetazo con todas las fuerzas de mi ser, cerré mis ojos con bastante energía no vi ni donde se lo pegue, más atiné, le di en un ojo y se tambaleo, luego se sentó en las escaleras, la prueba saltó al canto, se le renegreo el ojo con una mancha morada alrededor de la cara, desde ese día ya no intentó sacarme de la casa o pelear, pero seguía siendo un infierno pues todo el tiempo reinaban las discusiones y golpes.
  • 35. 33 La vergüenza de aquel hombre debió ser grande pues no podía explicar que un niño le había golpeado. Recuerdo también que en uno de los tantos inquilinatos en que vivimos, una tarde, unos hombre querían golpear a mi madre, yo tenía un cuchillo grande guardado en mi brazo ta- pado por la manga de una chaqueta, cuando me percaté de la agresión salte lleno de ira irracional, ya no recuerdo si tenía 11 ó 12 años; saqué mi cuchillo e intenté clavárselo en el corazón al agresor, el bellaco quedó pálido sólo se tocaba el pecho, su reacción después de ese momento fue empujarme y darme patadas, pero entre más patadas me daba yo trataba de asestar- le con el cuchillo en las piernas, por lo que sintiendo los pun- zones del cuchillo decidió retirarse de mí, yo estaba todo con- mocionado, agitado y con una ira sobre humana; él se revisaba las piernas y el pecho, gracias a Dios el cuchillo no tenía el filo suficiente y sólo lo araño, pero desde ese día me tuvieron res- peto y no se metieron mas con mi madre. En varias oportunidades también supe que es estar solo pues a mi madre la detuvieron en varias oportunidades, por estafa y robo, cosa que nunca se comprobaban y salía después de unos días de la cárcel, para mí era un gran sufrimiento, yo, encargado de mi hermano menor y sin nadie que nos ayudara y estando en la casa del horror con mi padrastro. Nuevamente, días muy difíciles, días de angustia sufri- miento y dolor. Por eso en ese momento mis reclamos a Dios, mi pelea con Dios, pero, sin embargo, Dios no me abandonó. Varias veces tenía que buscar recursos a cualquier costo para sacar a mi madre de las estaciones de policía. Los colegios por los que pasé eran unos privados y otros de sacerdotes, en los cuales estaba un tiempo por problemas eco- nómicos; era un buen estudiante, me gustaba mucho la cien- cia, era inquieto; algunos dicen que la diferencia entre clases sociales y económicas no importa, pero la verdad es que sí,
  • 36. Monseñor Andrés Tirado Pérez 34 porque muchos tenían cientos de cosas que yo no tenía, yo callaba para que no me rechazarán, pero varios me apreciaban mucho, otros no; me llenaba de cólera al ver que alguien – como decimos nosotros los colombianos–, se la monte, se aproveche de los más pequeños y se formaban esas peleas campales con muchos jóvenes, –el toma y deme–, pero yo salía perdiendo. Uno de mis refugios eran mis amigos, pero no precisamente los del colegio, algunos sí, yo empecé a relacionarme desde niño con gente mayor y de calle, personas del infortunio de la vida que compartían muchas de estas experiencias de pobreza y miseria y maltrato, de niño probé el alcohol y por él y sus efec- tos varias veces fui internado en el hospital por intoxicación. Luego fui escalando pociones en cada pandilla a la que pertenecía y pasé por varias, así era aceptado y obtenía reco- nocimiento. Como no me daba miedo nada y a todo me enfrentaba, tomábamos bastante licor, pasábamos en fiestas, nos metíamos a los almacenes a robar, atracábamos, etc. Gracias a Dios, acla- ro: no estuve en una secta satánica o pactos con demonios, es más, no me gustaba el diablo, creía en Dios a mi manera, no me gustaban los curas y cuando entraba a misa me desespera- ba, tenía mi propia forma de ver las cosas, tampoco llegué a utilizar o a probar drogas pues veía el reflejo de varios que lle- garon a ser indigente, pordioseros, mendigos o como le deci- mos “desechables”, me daba miedo, los demás si hacían y des- asían, todos creíamos en Dios a nuestra manera, pero un Dios muy diferente, en ese tiempo, 80 y 90 donde el narcotráfico llegó a tener tanto poder en el mundo y de forma especial en Colombia, todo se fue corrompiendo con el dinero y sed de venganza, tener un arma para matar a alguien era común en esa época, trabajar para los duros del narcotráfico era un sueño. Paralelamente yo llevaba doble vida, estudiaba donde se podía, estaba en un grupo scout, donde nunca supieron todo
  • 37. 35 lo que estoy narrando, a veces no me entendían, a veces aflo- raban comportamientos agresivos, el estar con los scout era desconectarme de mi vida, de mi realidad y respirar un mo- mento, grandes amigos que llegaron a mí, que siguen siendo mis amigos de los varios grupos scout en los que estuve, los scout fueron uno de los primeros que me ayudaron a ver la luz en el fondo del túnel, pero en realidad lo que me acercó a Dios de formas más plena fue una vez que en un evento al que asistí por interés sobre una chica que me gustaba, a conocer personas que pertenecían a grupos de catequesis, juveniles, de la Iglesia Católica, me invitaron y empecé a hacer buenas amistades, debo confesarlo, era más por ver las chicas que por otra cosa, pero en esos grupos Dios empezó a transformar mi vida, de repente ya no veía las cosas tan lejanas de Dios o de la Iglesia, eso me extrañaba, me desconocía por que el poder estar en una oración, una misa completa era una proeza; lue- go, los que me conocían menos, grandes amigos ahora y que amo mucho les encontré en estos grupos parroquiales, ellos tampoco sabían de mi situación, de mi doble vida, tal vez lo sospechaban, como un muchacho perdido, confundido como tantos, uno más o uno menos que, más da. Pero Dios iría haciendo su obra pues en mi corazón germi- naba una semilla de cambio y conversión, de alejarme de todo lo mundano, de esas pandillas, de tantas cosas que eran mi mundo, empecé a tener sanación, mi vida cambió, pero fue un proceso, recuerdo y me da risa, porque en eso grupos lle- gue a ser líder de catequesis, de juventudes, etc., y también me enamore de algunas chicas. Empecé a integrarme más y más a los sacerdotes de estas iglesias, comunidades religiosas muy prestigiosas, donde me abrieron las puertas de su confianza, corazón y ayuda; me die- ron trabajo de vez en cuando y como veían que muchas veces me iba a estar todo el día a las afuera de las puertas de la Igle- sia, pues algunos jóvenes a ciertas horas estaban allí, me ofre-
  • 38. Monseñor Andrés Tirado Pérez 36 cieron un proceso vocacional para entrar en una comunidad religiosa, inicié el proceso, estuve con ellos por un tiempo, después conocí otra comunidad y luego otras, veía cosas muy interesantes en cada comunidad y me cambiaba, todavía me faltaba madurez espiritual, pero la diversidad me ayudaría a tener mejores criterios, por último pasé por el seminario dio- cesano, durante ese período de enamoramiento de Cristo y la Iglesia se dio la sanación de aquella mujer y mi vida cambio de nuevo tomando un nuevo rumbo, hice muchos cursos, validé el bachillerato por varios meses a estudiar de cinco a siete ho- ras diarias de forma autodidacta, donde las bibliotecas se con- virtieron en un paraíso, gracia a Dios saque muy buenas notas, permanecía sólo con un jugo de tomate de árbol todo el día, pero no sentía hambre, también fue un maravilloso refugio. En las comunidades y seminarios hice mis estudios religio- sos. En este proceso dure 10 años de formación religiosa, tanto en comunidad como en diócesis o secular. Dios se me convirtió en un goce, entre la suma teológica de santo Tomas de Aquino y la visión cósmica integrada del universo y la teología de Pierre Teilhard de Chardin S.J., se desarrollaba mi mente. Al conocer la historia de la Iglesia la cual me fascinó, cono- cí que existían otras corrientes también católicas, pero más abiertas y que se adaptaban mejor a mi pensamiento y al pro- ceso que venía desarrollando, conocí muchas, entré en una que se llama misioneros Vetero de Nuestra Señora de la ale- gría allí estuve ocho años. En los espacios de cambio de comunidad y demás, viaje en auto stop, recorriendo toda Colombia, sólo con 500 pesos en el bolsillo, también trabajé en muchas cosas y en muchos lu- gares, en muchos oficios. Dibujaba y una vez en las escaleras saliendo del túnel de una universidad, me puse a vender los dibujos, no eran grandes obras de arte pero gustaban, iba to-
  • 39. 37 dos los días, algo que Dios medió fue perseverancia, a veces llegaba la policía y tenía que salir corriendo, sólo un amigo me compró un dibujo, un gran amigo que precisamente tra- bajaba hoy en esa universidad, al lado estaban artesanos con- sumidores de drogas, eran hippies con cientos de historias, y viendo que no vendía nada, me enseñaron a hacer manillas, como en los scout se aprenden a hacer diversos nudos yo fu- sioné las dos, y fue un éxito total, vendía y vendía y los hippies que estaban cerca se debatían entre la envidia o la ayuda, esto me sirvió muchísimo, pues en los eventos scout era todo un éxito, yo siempre fui lo que llamamos “rebuscador”, siempre me movía en busca del pan de cada día. En varios momentos de crisis me sirvieron las artesanías, es un mundo difícil, pero ayudó muchísimo. Al estar en estos grupos de iglesia y de scout y de comuni- dades religiosas, me abrió varias puertas para estar en grupos políticos, grupos humanitarios internacionales, etc. Como en la actualidad en aquella época hacía varias cosas al tiempo, y hasta grabé un CD, que en esa época era costosí- simo y un video de composiciones inéditas de mi autoría de género baladas pop; me dedicaba a escribir cuentos, poesía, a pintar, sigo pintando y estuve en varios cursos de pintura, cosas maravillosas que me llenan de lindos recuerdos. Muchas experiencias, mi vida siempre ha sido muy inten- sa, muy apasionada, el querer conocer ¿Él por qué? ¿El para qué? ¿Cómo funcionan las cosas?, eso ha estado desde siempre en el fondo de mi corazón. Empezaba una etapa muy diferente en mi vida, la cual era estar en una iglesia u organización católica que NO era Roma- na, en esos años no se sabía casi nada de esto, aunque por lla- mado de Dios seguía con ellos como lo escribí, estuve con ellos por unos años y termine de estudiar y llevaba varios proyectos, me ordenaron de diácono y después presbítero o sacerdote. Seguía estudiando por mi cuenta y haciendo varios cursos.
  • 40. Monseñor Andrés Tirado Pérez 38 Pero ya no estaba inclinado a la teología como tal, sino a todo lo que era el tema de fenómenos paranormales, sana- ción, liberación y exorcismo, siempre atendía gente, durante varios años, era en secreto y poca gente atendía porque no quería hacerme notar en ningún lado y de ninguna forma, me enfoque más en el trabajo social. Quiero compartir la siguiente información para que nos podamos dar cuenta a través de la historia y de la investiga- ción por qué hay iglesias autónomas o nacionales; somos lla- mados así por el Vaticano que tiene su propia estructura y desarrollo. Estar en estas iglesias me permitía seguir ayudando a los demás en todas estas áreas que me fascinan y tener autono- mía. El estudio, la investigación y experimentación es lo que nos forma como verdaderos maestro en cada área, todos los días aprendemos cosas nuevas y llegan acciones más intere- santes. Los temas de que en todo hay que pedir permiso, que todo es prohibido y el celibato, fueron algo con lo que nunca estu- ve conforme. Esta información puede ser consultada.
  • 41. 39 Historia del celibato en la Iglesia Católica Romana Establecer una fecha exacta de imposición del celibato en la Iglesia Católica Romana es difícil, los historiadores no han unificado los criterios, pero podemos determinar que bajo el papado de Hildebrando Aldobrandeschi (san Gregorio VII O.S.B), (año de pontificado de 1075 al 1085). A este Papa se le atribuye que tanto los obispos, sacerdotes y clérigos no siguie- ran con la tradición del clero casado. En un sentido, para que los grados eclesiásticos no fueran de carácter hereditario, y en segundo lugar por los bienes de la Iglesia, ya que un sacerdote casado, con familia, podía aportar menos a la Iglesia econó- micamente, que un sacerdote soltero o célibe. Al mismo tiem- po la ciudad del Vaticano se desprendió de Roma convirtien- do su soberanía en un Estado independiente y su máximo dirigente sería el Papa, de esta separación quedó el Derecho Canónico rigiendo a la Ciudad del Vaticano y a la Iglesia Ca- tólica Apostólica Romana, el derecho civil tendría efecto para toda Italia.
  • 42. Monseñor Andrés Tirado Pérez 40 Estipulado por la ley de patrimonio familiar, que la familia era también heredera y parte de los vienen que pertenecen a la familia, este hecho hizo poner en más de una vez al Papa y al papado en serios problemas económicos y legales. Por estas razones él papa Benedicto VIII, instauró el celibato, aunque varios papas trataron de imponerlo, pero sin éxito. Celibato. La palabra celibato viene del latín célibe, que quiere decir sol- tero. Desde los 12 apóstoles y los 72 discípulos de Jesús y después todos los seguidores de los apóstoles siendo la mayo- ría casados. Es así como nuestro Señor Jesucristo sanó de una enfermedad a la suegra de Pedro. Hasta el años de 1012 obli- garon a los sacerdotes y obispo a que fueran solteros, por cues- tiones políticas, económicas y legales. En la actualidad el papado, en cabeza del papa Francisco, lleva el proceso de anular el celibato, pero antes tienen que hacer un presupuesto con los bienes pontificios y mirar las condiciones económicas y legales. Les presento uno de los mejores documentos que se han encontrado sobre la historia del celibato, tanto en libros como en Internet3 . Siglo I. San Pedro y los apóstoles escogidos por Jesús eran en su gran mayoría hombres casados. El Nuevo Testamento sugiere que las mujeres presidían la comida eucarística en la Iglesia primitiva. Siglos II y III. Edad del Gnosticismo: la luz y el espíritu son buenos, la oscuridad y las cosas materiales son malas. Una persona no puede estar casada y ser perfecta. No obstante ello, la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados. 3  Fuente: Folleto original diseñado por Corpus Canadá.
  • 43. 41 Siglo IV. “Concilio de Elvira del año 306, España, Decre- to 43: todo sacerdote que duerma con su esposa la noche an- tes de dar misa perderá su trabajo”. Concilio de Nicea, año 325: se decreta que una vez orde- nados, los sacerdotes no pueden casarse. Se proclama el Credo de Nicea. Concilio de Laodicea, año 325: las mujeres no pueden ser ordenadas. Esto sugiere que antes de esta fecha se realizaba la ordenación de mujeres. Año 385: el Papa Siricio, abandona a su esposa para con- vertirse en Papa. Se decreta que los sacerdotes ya no pueden dormir con sus esposas. Siglo V. Año 401: San Agustín escribe que “Nada hay tan poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias de una mujer”. Siglo VI. Año 567: El Concilio de Tours II establece que todo clérigo que sea hallado en la cama con su esposa será excomulgado por un año y reducido al estado laico. Año 580, el Papa Pelagio II: Su política fue no meterse con sacerdotes casados en tanto no pasaran la propiedad de la Igle- sia a sus esposas o hijos. Año 590 a 604: El Papa Gregorio, llamado “el Grande” dice que todo deseo sexual es malo en sí mismo ¿quiere decir que el deseo sexual es intrínsecamente diabólico? SigloVII. Francia: los documentos demuestran que la ma- yoría de los sacerdotes eran hombres casados. Siglo VIII. San Bonifacio informa al Papa que en Alema- nia casi ningún obispo o sacerdote es célibe. Siglo IX. Año 836: El Concilio de Aix–la–Chapelle admi- te abiertamente que en los conventos y monasterios se han realizado abortos e infanticidio para encubrir las actividades de clérigos que no practican el celibato.
  • 44. Monseñor Andrés Tirado Pérez 42 San Ulrico, obispo, argumenta que basándose en el senti- do común y la escritura, la única manera de purificar a la Iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacer- dotes que se casen. Siglo XI. Año 1045: El papa Bonifacio IX se dispensa a sí mismo del celibato y renuncia al papado para poder casarse. Año 1074: El papa Gregorio VII dice que toda persona que desea ser ordenada debe hacer primero un voto de celiba- to: “Los sacerdotes [deben] primero escapar de las garras de sus esposas”. Año 1095: El papa Urbano II hace vender a las esposas de los sacerdotes como esclavas y sus hijos son abandonados. Siglo XII. Año 1123. Papa Calixto II: El Concilio de Le- trán I decreta que los matrimonios clericales no son válidos. Año 1139. Papa Inocencio II: El Concilio de Letrán II confirma el decreto del anterior Concilio. Siglo XIV. El obispo Pelagio se queja de que las mujeres son aún ordenadas y administran confesiones. Siglo XV. Transición; 50% de los sacerdotes son hombres casados y como tal, aceptados por la gente. “El celibato no es esencial para el sacerdocio; no es una ley promulgada por Jesucristo.” Declaración del Papa Juan Pablo II en julio de 1993. Siglo XVI. 1545 a 1563: El Concilio de Trento establece que el celibato y la virginidad son superiores al matrimonio. 1517: Martín Lutero. 1530: Enrique VIII. Siglo XVII. Inquisición. Galileo. Newton. Siglo XVIII. 1776: Declaración de Independencia de los Estados Unidos. 1789: Revolución Francesa Siglo XIX. 1804: Napoleón. 1882: Darwin.
  • 45. 43 1847: Marx, Manifiesto Comunista. 1858: Freud. 1869: El Concilio Vaticano I establece la infalibilidad del Papa. Siglo XX. 1930. Papa Pío XI: el sexo puede ser bueno y santo. 1951. Papa Pío XII: un pastor luterano casado es ordena- do como sacerdote Católico en Alemania. 1962: Papa Juan XXIII: Concilio Vaticano II; vernáculo; el matrimonio es equivalente a la virginidad. 1966: Papa Pablo VI: dispensas al celibato. Década de 1970. Ludmilla Javorova y otras mujeres checas son ordena- das para atender las necesidades de las mujeres prisioneras de los comunistas. 1983: Nueva legislación canónica. 1980: Se realiza la ordenación de pastores anglicanos y episcopales casados como sacerdotes Católicos en los Estados Unidos; en 1994, esto también sucede en Canadá e Inglaterra. Papas que estuvieron casados. San Pedro, Apóstol San Félix III 483–492 (2 hijos) San Hormidas 514–523 (1 hijo) San Silverio (Antonia) 536–537 Adriano II 867–872 (1 hija) Clemente IV 1265–1268 (2 hijas) Félix V 1439 1449 (1 hijo)
  • 46. Monseñor Andrés Tirado Pérez 44 Papas que fueron hijos de otros papas u otros miembros del clero Nombre del Papa Papado Hijo de San Damasco I 366–348 San Lorenzo, sacerdote San Inocencio I 401–417 Anastasio I Bonifacio 418–422 Hijo de un sacerdote San Félix 483–492 Hijo de un sacerdote Anastasio II 496–498 Hijo de un sacerdote San Agapito I 535–536 Gordiano, Papa San Silverio 536–537 San Hormidas, Papa Marino 882–884 Hijo de un sacerdote Bonifacio VI 896–896 Adrián, obispo Juan XI 931–935 Papa Sergio III Juan XV 989–996 León, sacerdote Papas que tuvieron hijos ilegítimos después de 1139 Nombre del Papa Papado Padre de Inocencio VIII 1484–1492 varios hijos Alejandro VI 1492–1503 varios hijos Julio 1503–1513 3 hijas Pablo III 1534–1549 3 hijos, 1 hija Pío IV 1559–1565 3 hijos Gregorio XIII 1572–1585 1 hijo
  • 47. 45 Mitos y hechos reales Mito: Todos los sacerdotes realizan un voto de celibato. Hecho: La mayoría de los sacerdotes no hacen un voto de celibato. Es sólo una promesa hecha ante un Obispo. Mito: El celibato no es la razón de la falta de vocaciones. Hecho: Una encuesta realizada entre las iglesias protestan- tes durante 1983 muestra un excedente de miembros del cle- ro; solamente la Iglesia Católica tiene carencia de sacerdotes. Mito: El celibato eclesiástico ha sido norma desde el Con- cilio de Letrán II, celebrado en 1139. Hecho: Los sacerdotes y hasta los papas continuaron ca- sándose y teniendo hijos durante varios siglos después de esa fecha. De hecho, la Iglesia Católica Oriental todavía tiene sa- cerdotes casados. En la Iglesia Latina, un sacerdote puede ser casado sí: • primero fue pastor protestante; o • si ha sido Católico durante toda su vida pero promete no tener nunca más relaciones sexuales con su propia esposa.
  • 48. Monseñor Andrés Tirado Pérez 46 Mito: La falta de vocaciones se debe al materialismo y la falta de fe. Hecho: Investigación (legado Lilly 1985): “no hay ninguna evidencia que sostenga que la falta de fe ocasiona la falta de vo- caciones... los ministerios en las universidades y entre voluntarios jóvenes están floreciendo”. Nosotros creemos que los sacerdotes debieran estar autori- zados a casarse, y que las mujeres tienen iguales derechos a demostrar la veracidad de su llamado al sacerdocio junto con los candidatos hombres. Nosotros creemos que el celibato es un don del Espíritu, tal como lo es la vocación de matrimonio y la vocación a per- manecer soltero. Los dones no pueden ser obligatorios, por eso es que con un profundo respeto por el don del celibato solicitamos que se lo decrete opcional y no se lo imponga so- bre aquellos que no han sido llamados a permanecer en ese estado.
  • 49. 47 Adultez Sigue el proceso. En el año 2003 recibí un don maravilloso al ser recompensado en el área afectiva, pues si bien se siembra bien se recoge y todo está concatenado, todo está conectado en el universo. Una mujer a la que ayudé en liberación y prosperidad, me presentó a una de sus amiga, la que se convertiría en la mujer más importante en mi vida; demostró ser una líder y una per- sona que me ayudó, su apoyo en todos los proyectos que Dios nos iba entregando fue incondicional, con Stella, –como se llama– nació una sana mistad y una ayuda espiritual para am- bos, ella atravesaba dificultades humanas, tenía un año de se- parada de su esposo y después de una tormentosa experiencia matrimonial, en medio del autoconocimiento y los consejos empezamos a conocernos y sin falta, sin error, las flechas cer- teras de Cupido aparecieron y empezaron a entrelazarse senti- mientos muy fuertes entre los dos. Cada día que pasaba se acrecentaba la confianza, la ilusión y el amor fuerte e indomable.
  • 50. Monseñor Andrés Tirado Pérez 48 A través de ella Dios me socorrió para ser mejor persona, mejor ministro suyo. Siempre una mujer puede hacer que un hombre progrese o se destruya. Yo había llegado al borde de los abismos, pero mi carácter y empeño fueron más enérgicos. Nunca sabemos cómo van a terminara las cosas, y las cosas más inciertas son las del corazón, las del sentimiento, pero los caminos de Dios son insondables, misteriosos y sorprendentes. No imaginaba ni esperaba que esta mujer fuera una luz en todo mi proyecto de vida y en mi tarea ministerial. Stella, quien en la actualidad es mi esposa, me llevaría a conocer a otra gran mujer, amiga de ella, una líder maravillo- sa, muy preparada y dedicada al servicio, a la cual quisimos muchísimo y admiramos mutuamente. Libia, una mujer de 70 años, pero con una vitalidad sor- prenden, un razonamiento de todas las realidades de la vida y con un corazón dispuesto a dar todo por los más necesitados, nunca dijo no al que pedía, ayudaba hasta a sus propios de- tractores. Todavía en mi mente está fresco su recuerdo; cierta vez Ste- llita me llevó a conocerla en la casa de uno de sus hijos, estaba enferma pues padecía cáncer, enfermedad violenta, que sabía llevar con mucha dignidad. Dios le dio una fuerza de voluntad indomable y un poder sobre natural para realizar las cosas. En este momento estaba decaída y ella quería que orára- mos por su sanación, hicimos la oración, tenía un proyecto de hacía muchos años, deseaba sostener varias obras sociales, en- tre ellas un comedor infantil comunitario, en ese tiempo exis- tían muy pocos y se estaban abriendo otros, pero no estaba desarrollado a la plenitud la ejecución de estos proyectos a través del Estado, sino a través de fundaciones, empresas pri- vadas y personas de buen corazón. Yo le dije que no se preocupara, que Dios le ayudaría en la realización de su sueño, lo que no sabía era que en ese proyec- to yo estaría involucrado.
  • 51. 49 Días después, con otras personas, con pocas ollas y algunas mínimas ayudas en la casa de Libia abrimos el comedor con ocho niños, fue en ciudad bolívar, en el barrio Perdomo, de Bogotá; niños y familias desplazadas, la mayoría en la miseria absoluta. Económicamente yo estaba muy mal, pues venía de un proceso de búsqueda de trabajo remunerado fallido y de estar en varias comunidades religiosas que me ayudaban y al elegir una iglesia NO romana, las puertas se cierran y ya no existen las ayudas y todo me era difícil, tanto así que me tocó regresar a vivir con mi madre, por un tiempo, en la casa del padre de mi hermano menor. De la nada empezamos el proyecto del comedor y de la Corporación sin ánimo de lucro que bautizamos “Tu corazón y el mío para la humanidad”. Fueron varios años muy espino- sos, de pruebas en la fe, desiertos y luchas, salíamos todos los días a muchos lugares, tiendas, casas, plazas de mercado para recabar alimentos para los niños, el grupo empezó a crecer, 12, 24, 30, 50, hasta 120, y agreguémosle a las madres cabeza de hogar y ancianos. A través del comedor se evangelizaba y se ayudaba a los niños de diferentes formas, esto me apasionaba pues recorda- ba mi infancia; siempre una mano amistosa hace que tenga- mos en nuestra mente que existe Dios, que hay misericordia y que sí existe la compasión; así se ayudaba, así fuera poco, pero ese granito de arena tan pequeño ayudaría a muchos de eso niños a cambiar su mundo y a sembrar la semilla del surgir como personas de bien en la sociedad. Trascurrido el tiempo me fui del lado de mi madre y de mi hermano menor, en una caja puse algunas ropas, anteriormen- te realicé un viaje misionero y en ese viaje regalé todo lo que tenía. La situación económica era paupérrima, se sobrevivía. Pero me recibió con los brazos abiertos la señora Libia, otra gran mujer en mi devenir histórico, creyó en mí, y recí-
  • 52. Monseñor Andrés Tirado Pérez 50 procamente yo en ella, llegamos al acuerdo de ayudarnos mu- tuamente, pues yo no tenía con que pagar un arriendo así fuera el de un cuarto, pero aportaba con los gastos de los ser- vicios y de alimentación. No era un palacio, más bien la casa proyectaba abandono, de cariño la llamaba “La laguna”, pues cuando llovía el agua entraba para hacer sus desastres y pare- cía una piscina, era una casa muy humilde, repleta de senci- llez, pero colmada de amor y cariño, el derroche de lo más importante. Siempre encontré una sonrisa y una palabra de aliento de parte de la señora Libia. Fue una persona muy especial, varias carreras académicas y una historia larga en las lides políticas y el servicio a la comu- nidad de la cual aprendí varias cosas muy valiosas. Mientras seguíamos luchando con el comedor, cada día era más difícil el sostenimiento, nos cortaban el agua y la luz eléctrica, por falta de pago. Teníamos que pedir nos donaran cartón, aluminio, chata- rra, mercado en las tiendas y en muchos lugares, para susten- tar los gastos diarios del comedor. Sentía una felicidad muy grade al ver como esos niños lle- gaban con tanta alegría a recibir su almuerzo diario o una palabra de Dios quien en últimas todo lo ofrecía, fueron mo- mentos muy hermosos, pero a la vez muy complicados por la situación económica tan compleja; mis únicas propiedades, aparte de tener una fe inquebrantable, eran: dos pantalones, dos camisas, y unos zapatos casi rotos, no tenía ni una mone- da, iba a pie a todas partes sin importar la distancia. Pero Dios tiene un plan, me irían presentando a personas de un corazón muy generoso que se convertirían en grandes amigos y colaboradores de la obra. Pasaban cosas insólitas, por ejemplo, un gran amigo, lla- mado Luis Fernando, gerente los fines de semana de un ce- menterio, al que fui a sacar un entierro, –una brujería–, los
  • 53. 51 celadores del lugar dieron aviso y me llamaron para esta tarea, tenía susto, y él me empezó a hacerme un interrogatorio y más me preocupaba, pero así se manifiesta Dios y el cielo quería que yo conociera a una excelente persona en el camino espiritual, él nos ayudó muchísimo en el comedor y nos visi- taba con frecuencia. El grupo que inició el comedor era disímil en pensamiento y eso ocasionaba problemas, pero siempre se buscaba orden y Dios siempre organizaba todo, llegaba el que tenía que llegar y se iba el que debía. Oraba noche y día, pidiéndole al Señor que nos sacara ade- lante, que nos sacara de la miseria, de la pobreza, esto duró bastante tiempo hasta que fueron escuchadas mis oraciones. Trabajando en el comer, creciendo a cada momento, Ste- llita estaba vadeando duras penurias económicas, y le ofreci- mos que viniera a vivir a la casa de la señora Libia, lugar en donde funcionaba el comedor, pues tenía que arreglar todo lo de la separación de bienes, tenerla en la casa fue una alegría muy grande para todos y en especial para mí, pues con su risa y alegría nos alegraba los días. Vivíamos como en la primera comunidad cristiana, todos nos ayudábamos, orábamos mucho y todo era de todos, esto hizo que nuestra amistad se convirtiera en cariño y del cariño al amor, siendo bendecido al conocer un día que Stellita esta- ba embarazada, ya desde hacía mucho, en mis oración pedía tener un hijo, tiempo después y como profético nació el deseo de pedir una niña, y así fue, una alegría supremamente pro- funda, el ser padre sólo lo puede saber y experimental quién lo es, pero con responsabilidad, esto era toda una revolución, en especial por el problema económico que parecía insalvable, pero también nos llenó de alegría y felicidad la nueva vida que se proyectaba, no obstante volvieron la angustia y el temor, a su vez el regocijo –mezcla extraña– pues mi hija llegaría a este mundo y ni siquiera tenía como comprarle la primera muda
  • 54. Monseñor Andrés Tirado Pérez 52 de ropa, el comedor con más problemas, queríamos cerrarlo, atendía personas en la tarde pues en la mañana estaba en el servicio del comedor, escuchaba algunos casos de personas, eran pocos, pero casos muy complejos y no me atrevía a hacer publicidad porque no tenía los documentos, como el acta de ordenación de sacerdote, en ese mismo año en la Iglesia en que estaba me ordenaron sacerdote y poco apoco eso me ayu- dó a mejorar, a tener algún ingreso extra, buscaba trabajo de lo que fuera, con amigos, y hasta familiares; ya todo estaba listo para entrar a trabajar a cualquier trabajo como obrero raso, pero a la postre y en el último minuto siempre pasaba algo que por fuerzas misteriosas no lo permitía. Hasta las per- sonas que me ayudaban quedaban extrañadas, hasta en los trabajos anteriores fui a rogar casi de rodillas que me dieran una nueva oportunidad pero de verdad, no me podían ayu- dar, la situación económica no lo permitía, es más, con un primo en un proyecto fui a ayudarle, pero fueron más la hu- millación y las diferencias que tuvimos, por el pasado de mi madre que decidí soportar un tiempo, hasta quise vengarme como cuando era un joven, pero gracias a Dios me contuve. En varias oportunidades me enfermaba de los bronquios y tos, amigdalitis como cuando niño y mi decaimiento no me dejaba hacer nada y sólo quería dormir y no había medica- mento efectivo. Tiempo después entendí que Dios me tenía reservado para su servicio, para vivir y trabajar en el ministerio, si me hubie- ra quedado en un trabajo, en esa época no hubiera podido hacer nada más, pues estaría esclavo de ese trabajo convertido en un conformista, pero eso no lo entendía en ese lapso, roga- ba, lloraba, hacía de todo para conseguir un trabajo, hasta una vez un día me fui a trabajar a la rusa en construcción, por supuesto me fue mal. Desesperado de ver mi situación, fabrique algunas artesa- nías, manillas, y de nuevo salí a la calle, pero no vendía nada,
  • 55. 53 algunos amigos cercamos me ayudaron comprando, pero eso no era suficiente. Era tan exagera la situación, que de las ayudas que llegaban de ropa de segunda y demás teníamos que vestirnos. No quería eso para mi hija, no quería que ella sufriera lo que yo sufrí, una noche en un sueño un ser de luz me dijo: – Andrés, no tenga miedo a su hija no le faltará nada. Y así ha sido hasta el día de hoy. La llegada de Melania fue todo un acontecimiento, me llenó de vida, sanó mis heridas y empecé a perdonar muchas cosas de mi infancia y juventud, el nacimiento de ella, la espe- ra para que naciera, cada gesto, cada movimiento eran algo sublime para mí, la energía que se siente, la transmisión de la sangre es algo inenarrable. Recuerdo cuando la recibí en mis brazos, no olvido sus primeros gestos, lo sentido es maravillo- so, poco a poco con la llegada de Melania fueron mejorando las cosas, ella fue, es y seguirá siendo una bendición, y a través de ella se abrió el progreso. Seguíamos trabajando en el comedor, al principio nos ha- bían prestado unas meses y sillas, después nos las pidieron pues las necesitaban, luego de una construcción nos reglaron unas tablas muy pesadas, las cuales se convertirían en nuevas mesas. Haciendo varias actividades y buscando en un lado y otro empezaron a mejorar las cosas, implementamos el plan padrino, rifas y tocamos a muchas puertas y mejoró todo; cuando la gestión de una empresa que conllevó mucho traba- jo y por muchísimo tiempo se cristalizó se dio la oportunidad que también otras empresas se animaran a ayudar y una muy importante proporcionara su ayuda a la Corporación y al co- medor. Empecé a escribir varios libros, los cuales me dieron reco- nocimiento nacional e internacional, seguí atendiendo gente y ya tenía varias misiones en diferentes lugares, con la ordena- ción sacerdotal recibí mas unción del Espíritu Santo, empecé
  • 56. Monseñor Andrés Tirado Pérez 54 a trabajar públicamente la ayuda integral a las personas, la sanación, liberación y progreso; cada día venía más gente, em- pecé a hacer mis primeras misiones y viajes a nivel nacional, a dar conferencias y a atender gente muy prestigiosa; simultá- neamente a la gente más humilde y sencilla, pues son los mis- mos problemas y la mismas circunstancias, todos somos per- sonas tengamos dinero o posición o prestigio, somos iguales. Empezaron a suceder diverso milagros en sanción física, sana- ción interior, restauración de hogares, prosperidad, liberación y exorcismos, mi trabajo desde ese entonces ha sido y será personalizado, pues cada caso es único y se debe ayudar de la mejor forma para que sea la más precisa. Una de las tareas que más me gusta es ir a las casas a libe- rarlas, pues nuestros hogares y casa son lugares que recogen muchas energías malignas, se descubren muchas cosas que afectan a las familias, la mayoría de las veces salía y me enfer- maba a fuerzas maléficas, contando con la protección de Dios, la ayuda divina en los exorcismos es imprescindible; muchas veces me atormentan en las noche, sueños con demonios, que me querían destruir, que me botan de la cama, etc. Siempre resulta una consecuencia, pero el poder ayudar a los demás, me hace sentir muy bien y es una obra espiritual- mente para el Reino de los Cielos. Varios casos milagrosos, me dieron prestigio gracias a Dios no por mi propia soberbia, sino para que la humanidad en- tienda que existen estos fenómenos y que hay gente que nece- sita ayuda. No todos se sanaban, no todos se liberaban o prosperaban, eso depende de cada situación, de cada persona, de Dios y de la fe de cada cual. Entrevistas en radio, televisión, periódicos y revistas nacio- nales y después llegarían las internacionales. Con el tiempo se darían misiones en varios países que han fortalecido mi ministerio.
  • 57. 55 De los viajes más complicados e importante y donde recibí bastante unción del Espíritu Santo fue el primero que hice a Estados Unidos de América. En ese momento ya no estábamos viviendo en el comedor ni en la casa de la señora Libia, pero seguíamos con ella y el comedor. Gracias a algunos amigos a nivel internacional con- seguimos tener mayor estabilidad con la fusión de otras acti- vidades ya alcanzábamos una estabilidad, y sin embargo, a veces las estabilidad económica volvía a tambalear. Todo esto fue un milagro. ¿Visa? ¿Conseguir los recursos?, sí, todo se dio tras seguir cuidadosamente el proceso de un año y medio, de oración y lucha, gracias al padre Miguel, fue posibles el primer viaje y los posteriores, viajaba y me quedaba un tiempo, siempre llegar a un país totalmente desconocido es complicado, es caótico, pero Dios nos abrió los caminos, Estados Unidos me dio una visión mucho más amplia y mejor de las cosas; también tuve pensamientos negativos de que era difícil, imposible; pero sí se podía, fue de gran crecimiento espiritual y material, porque en todos los países, en todo el mundo, se encuentra gente buena o no tan buena. De los viajes a Estados Unidos y sus diversas ciudades se prepararon otros viajes, por ejemplo el regalo maravilloso que Dios me tenía guardado de encontrar a mi padre, algo que también cambiaría mi vida. Siempre fue mi obsesión saber cómo era físicamente mi papá, pues me decían tantas cosas y sin tener ni una foto, todo causaba caos en mi mente; de niño le tenía un rencor muy profundo a causa de mis grandes problemas y necesidades; posteriormente Dios fue sanándome, liberándome de esa pena y dolor que atribuía en mi corazón por la ausencia de mi padre. En varias oportunidades intente buscarlo sin encontrar ninguna señal positiva, oré como todo lo que se ha dado en mi vida, siempre con mucha oración, mucha espera; estando
  • 58. Monseñor Andrés Tirado Pérez 56 en unos de los viajes a Estados Unidos, viajes que no fueron fáciles, pero cada vez se abrían más al progreso y crecía bastan- te mi visión sobre el mundo y mis proyectos, también la un- ción del Espíritu Santo, los dones que Dios me regaló fueron aumentando. Tuve previamente varios sueños; desde niño tenía este don de ver las cosas futuras en los sueños, y a medida que me en- tregué más a Dios y al ir creciendo se fueron desarrollando más, donde de diversas formas veía que nos encontrábamos con mi padre, pues en mi corazón siempre quedó la inquietud de poder por lo menos conocerlo físicamente, pues de niño tenía una fijación muy fuerte a todo hombre que veía con los rasgos que me habían descrito de mi padre, lo buscaba y creía que era él y que vendría a rescatarme de tantas cosas funestas, cosa que nunca pasó. Empecé a buscar gracias a la tecnología de la Internet, ar- chivos del banco interamericano, personas que trabajaron con él, y empecé a escribirles, Dios los bendiga porque ellos fue- ron muy ambles y me respondieron con bastante efecto. Al recibir esta ayuda fue más fácil tener contacto e infor- mación de Carlos Pagano, mi padre, una persona que quiso borrarse del mapa, para que nadie lo encontrara. El apellido que tengo en la actualidad, Tirado, fue de un amigo de mi madre, un gran señor que nos ayudó muchísi- mo, como fueron pocos y cortos los momentos en que me encontré con mi padre aún siendo un bebé, después se realizó la separación, pues me quedé con el apellido Tirado que llevo con mucho orgullo y cariño, ya no es posible cambia el apelli- do pues acarraría un sin número de inconveniente legales in- necesarios. Cada correo que me llegaba me emocionaba mucho mas pues estaba cada vez más cerca de encontrar a mi padre; pero ese empeño tuvo su premio, por fin, después de tantos años podía conocerlo, diferentes personas me estaban ayudando,
  • 59. 57 hasta que después de buscar por cielo y tierra, conseguir sus datos, su teléfono y su correo, paradójicamente, el vivía seis meses en Washington y los otros seis meses en Buenos Aires. Cuando yo llegué en ese viaje a Estados Unidos el salía a Buenos Aires, se iba y yo llegaba. Nos empezamos a comunicar, a escribir cientos de correos, de día y de noche y fue una euforia, fue muy emocionante. Era increíble, muchas cosas que él había realizado yo las había realizado sin que el supiera de mí ni yo de él. La misma forma de pensar, de ser, ¿genética? un amigo de él me envió una foto y somos idénticos como si fuéramos dos gotas de agua. Se organizó el viaje de encuentro a Buenos Aires, coordi- namos estar 10 días en su apartamento. Este fue un premio maravilloso, grande, mi padre se portó muy bien conmigo, a veces con un temperamento duro, pero debo entenderlo pues él vivía como un ermitaño, alejado de todo el mundo. En la época que era bebé, se le desarrollo un tumor cere- bral que le afecto muchísimo sus capacidades; esto produjo que del Banco lo pensionaran por invalides. Su hogar, con sus hijas o sea mis hermanas, se destruyó, me contó una infinidad de cosas del gran economista interna- cional ya no quedaba mucho. Esto fue un gran dolor para él, hizo un esfuerzo para compartir esos días conmigo, me los dedicó con amor, yo respondí con el mismo afecto. Hablamos de nuestros antepasados, de la vida, la sangre permanece. Físicamente éramos parecidos, pensábamos parecido, gus- tos parecidos, muy espiritual, proyectos y cosas que hacíamos con la misma disciplina, frases, forma de ser y de hablar, y eso que yo sólo compartí algunas minutos con él en mi etapa de bebé. Argentina se abría a mí como una nación llena de cultura, de diversos colores, donde Dios expandió mi mente, era co-
  • 60. Monseñor Andrés Tirado Pérez 58 nocer otra orilla, gran regalo para mi vida y lo que sería más adelante, la cultura, el pensamiento renovador. Quedé ena- morado de Argentina, mas adelante iría a tender casos de libe- ración a varias ciudades de ese país y esporádicamente viajo a Buenos Aires, y con mi padre continuamos la comunicación, aun que él sigue siendo un eremita y eso lo respeto. Al regresar a Colombia de algunos viajes que hice misio- nando, en varias lugares de Bogotá abrí misiones y la oficina donde diariamente atiendo todo tipo de casos, algunos casos difíciles, son muchos los retos, pues son casos donde la mayo- ría ha experimentado con médicos, psicólogos, psiquiatras, chamanes, médiums, parapsicólogos, videntes, exorcistas, sa- cerdotes, etc. Muchos llegan sin esperanza o ven lejana la solución, pero empezamos el proceso de ayuda integral y según el tiempo de Dios se dan los milagros y mejorías. Me empezaron a llamar para varios programas en radio que fueron muy exitosos en los temas paranormales, para te- levisión se grabaron programas donde en vivo y en directo se realizaron exorcismos, se desarrollaron varios programas in- ternacionales, en especial “Puerta al más allá”, de Dicovery Channel, el cual me hizo conocer a nivel internacional. Viendo que las personas querían capacitarse y saber más de estos temas, que la Iglesia Católica Romana maneja con bas- tante sigilo, creé la única Escuela en Alta Espiritualidad que tiene a nivel internacional un diplomado en demonología, liberación y exorcismo, es presencial y virtual, y ha tenido gran éxito, los que hacen este diplomado sienten cambios en sus vida, muchos testimonios hermosos, tanto de los que lo hacen presencial como virtual en distintos países, varios cur- sos nacieron también para desarrollarlos a través de la Escuela, en el momento seguimos capacitando a las personas, el gran beneficio está en primer lugar el auto crecimiento personal y espiritual y lo segundo es que conozcan estos fenómenos.
  • 61. 59 Quede claro y es bueno que se diga que con el diplomado no se convierte en un exorcista especializado, pero se plantea en el futuro hacer una especialización en exorcismos para que los sacerdotes puedan llegar a ser exorcistas o personas que estén capacitadas en esta área. En este momento hemos desarrollo de varios proyectos: el primero fue el Congreso Internacional de Exorcistas Ecumé- nicos que se realizó en mayo de 2013, en Bogotá – Colombia, el único y primero en el planeta, ecuménico que quiere decir que es para todos en el mundo, con los expositores organiza- remos una asociación internacional de exorcistas ecuménicos, la cual está abierta para todos los que quieran hacer parte de este movimiento, a través de la asociación seguiremos apoyan- do eventos internacionales y dando a conocer a la humanidad estos temas que son de crecimiento personal. Dios en su infinita misericordia medio la gracia de fundar un proyecto espiritual que se llama: Congregación Sacerdotal Internacional, donde se fusiona a los laicos con lo eclesial o clero, todos al mismo nivel donde cada uno puede ser autó- nomo en su trabajo pero estar bajo la cobertura de la Congre- gación, un proyecto grande y bonito, el cual me fue revelado en un sueño cuando estaba en Estados Unidos hace cinco años, lo presento para que ustedes mismos puedan hacer su propio análisis y desarrollar sus conclusiones. En la actualidad la Congregación está fundada y funcio- nando con miembros y representantes en varios países y en nuestra amada Colombia, estamos en el plan de expansión y estructuración de la Congregación, un gran regalo que Dios también me dio. Por este motivo viaje a Costa Rica el 28 de marzo del 2013 para recibir la gran bendición de ser consagrado Obispo de manos del arzobispo Higinio Alas y los obispos Dixon Zúñiga y Rodrigo López, lo cual me llenó de muchísima alegría y de más fuerza y carácter ministerial e incrementó la unión del
  • 62. Monseñor Andrés Tirado Pérez 60 Espíritu Santo, ser consagrado Obispo para el mismo proyec- to fundado por mi e iluminado por Dios es un acontecimien- to inédito. Hasta este día así es mí historia, ya llegaran nuevas aventu- ras, pero lo más importante es que Dios ha realizado una obra grande en mi, siendo quien era, estando en lo que estaba Dios siempre confió en mí, tenía un plan, un propósito, si Dios hizo esto en mi siendo un pobre ¿Cuánto no hará Dios en tu vida si lo recibes y pones de tu parte? Abramos nuestras manos y nuestro corazón a Dios y con- fiemos en Él que es el único que no nos defraudará. Soy un hombre feliz, realizado en la vida, con muchos sue- ños y proyectos, pero ya he encontrado la felicidad completa, no ha sido ni será fácil, pero en todas la áreas he tenido éxito, gracias a Dios. Mucho me decían: abandone ese proyecto, no siga, eso no va a salir, eso es imposible, no se puede, pero siempre les contestaba que lo que para nosotros como seres humano es imposible para Dios no lo es, el creó el universo y todo en cuanto existe y claro que se puede, algunos me quie- ren otros no, pero soy un triunfado, soy victorioso gracias a la misericordia divina de Dios y de su amor. ¡Así se levanten los mil infiernos en contra de nosotros, si estamos cogidos de la mano de Dios triunfaremos; sin duda, venceremos!
  • 63. 61 Sueño de la proyección de la Congregación Sacerdotal Internacional al Padre Andrés Tirado 22 de junio del 2009 – 1:45 a.m. Aurora (Colorado) – Den- ver, Estados Unidos. Trascrito textualmente de su manuscrito original: “Estaba en un lugar bonito y hablaba con varias personas, en especial un hombre de camiseta blanca, de uno 40 años, pelo negro, piel blanca. El me decía que no me preocupara por la organización, pues Dios a través del camino la convertiría en un movimien- to grande e internacional.4 Que lo que sí me decía es que era polifacético y ecuméni- co. Que muchas personas la conformarían5 . 4  Nuca había planeado cosa semejante ni había pensado en una de una congregación o movimiento internacional. 5  En esto está la síntesis de la proyección de la Congregación Sacerdotal Internacional.
  • 64. Monseñor Andrés Tirado Pérez 62 Me volvió a repetir que sería un movimiento grande, al padre Miguel Bonilla6 lo veía con camiseta blanca7 y está en el grupo. También me dijo que la decisión de regresar a Colombia fue muy buena y me mostró que me iría muy bien y un dine- ro que ganaría (una cifra) que tendría que atender cosas nue- vas.8 Me mostró que yo seguiría viajando y que también regre- saría a USA.9 Este sujeto miraba al padre Miguel Bonilla mostrándole como Francia10 , no sé que era, pero tenía que ver con el mo- vimiento, también señalaba América del Sur y USA.11 Como para que yo entendiera que el movimiento crecería y sería fuerte. Estábamos muy contentos, muy felices”. Mas dormido que despierto me siento en la cama y busco mi teléfono móvil para saber la hora, porque tengo que salir temprano a acompañar al padre Miguel Bonilla a una diligen- cia12 , me siento semi dormido y pienso en el sueño que debo 6 El padre Miguel Bonilla, es un gran sacerdote y amigo, el ha sido uno de las personas que mas me colaboró para ir a Estados Unidos, fue el mejor instrumento del que Dios se sirvió para que yo estuviera en ese País y creyó en mí, me ayudó en muchos momentos difíciles. 7 El usar camisa blanca con el Escudo o logo de la Congregación tanto para miembros di- rectivos, como miembros activos está fundamentada en este punto. 8 Estaba en una gran confusión, muy mal económicamente y no sabía si quedarme o regre- sar, pero al volver a Colombia me empezó a ir de maravilla, un cambio de 180°, una in- usitada prosperidad; no recuerdo bien el dinero que se me mostros en el sueño, la canti- dad en números, pero sobre pasó esa cantidad, tenía muchísimas deudas y ninguna entrada económica, estaba en las manos de la misericordia divina, cosas nuevas y proyec- tos empezarían. 9 Gracias a la Divina Providencia se abrieron las puertas a muchos viajes y tiempo después regresé a Estados Unidos, cosa que en ese momento se veía imposible, “hombre de poca fe”. 10 Me refiero al País europeo. 11 Uno de los grandes sueños del padre Miguel Bonilla era conocer Francia, cosa que se le haría realidad mucho antes de tener la dicha de conocerle, sin embargo, muestra la pro- yección a futuro del plan de expansión de la Congregación, por eso es internacional. 12 Este escrito narra un hecho real, pues estaba en la casa del padre Miguel Bonilla hospeda- do, al despertar del sueño y por el golpe –del que estuve adolorido por varios días–, re- cuerdo que al estruendo del golpe, el padre Miguel y su esposa Irma fueron presurosos a