1. La televisión no es como la pintan.
Tecnologías de la información
Profa. Figueroa Rochin Claudia
1er Semestre
Comunicación
Aripez Gómez Erica Michelle
Bernal Bibiano Simon
Barraza Álvaro Raúl
Cabanillas Vázquez Laura Edith
Díaz Ramírez Yeslie Marle
Introducción.
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Tecnologías de la Información.

2. La televisión no es como la pintan.
Nos encontramos en plena revolución multimedia, la cual avanza rápidamente.
La revolución multimedia, refiriéndonos a la televisión, se caracteriza por un
común denominador: tele-ver, y como consecuencia, nuestro video-vivir. En
esta trabajo centraremos nuestra atención en la pantalla chica, y la tesis de
fondo es que la video esta transformado al Homo sapiens, producto de la
cultura escrita, en un homo videns por la cual la palabra está destronada por
la imagen.
Son pocas las personas capases de sustraerse a la fascinación de las imagen
televisiva y la seducción de sus mensajes.
El poder de este medio para controlar la conciencia masiva y someterla al
interés comercial del sistema libre de comercio mundial es tan grande como
las necesidades de educación y divulgación cultural en nuestro país. De ahí la
importancia de que el televidente aprenda a ser un receptor analítico y critico
frente a los programas que ofrece la televisión.
Desarrollo.
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Tecnologías de la Información.

3. La televisión no es como la pintan.
La televisión como su propia nombre lo indica es ver desde lejos (tele), es
decir, llevar ante los ojos de un público de espectadores cosas que puedan
ver en cualquier sitio, refiriéndonos, ya sea lugar o distancia.
En la televisión el hecho de ver prevalece sobre el hecho de hablar, en el
sentido de que la voz del medio, o de un hablante, es secundaria, esta en
función de la imagen, y como consecuencia el telespectador es más un
animal vidente que un animal simbólico, para él las cosas representadas en
imágenes cuentan o de otra manera dicho pesan más que la cosas dichas con
palabras. Y esto es un cambio radical de dirección, porque mientras que la
capacidad simbólica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver, lo
cerca más a sus capacidades ancestrales, al género al que pertenece la
especie del homo sapiens.
Los niños de hoy nacen con la televisión frente a
la cuna. Nada asume un papel tan preponderante
en la información cotidiana del infante como ese
medio que actúa no solo en etapas básicas del
desarrollo sino permanentemente, su poder es tan
imperceptible que los adultos no reparamos en el.
La televisión es una importante educadora en un sentido muy definido. Es la
temprana escuela que crea, legitima e inculca formas determinadas de
conducta, modos de concebir al hombre y a la sociedad. Por la amplitud de
sus alcances no tiene comparación con otro medio de comunicación, pues al
mismo tiempo que llega a los niños mucho antes que la escuela formal,
alcanza prácticamente a todos los sectores, tanto alfabetizados como
analfabetas. Así, la familia, la iglesia y la escuela actúan en un campo donde
la televisión ya sembró las semillas de un mundo generalizable y de
identificaciones colectivas.
La televisión alcanza al niño de dos manera: una directa y cada vez mas
temprana, através de programas no siempre intencionalmente diseñados para
sus diferentes etapas de crecimiento; y otra indirectamente, a través de la
familia, la cual al someterse a una amplia gama de discursos televisivos, actúa
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4. La televisión no es como la pintan.
como vehiculo que revierte en el pequeño, mensajes portadores de hábitos,
creencias, ideologías, formas de pensar, actuar y ser.
Entre la familia y la televisión se establece así, de modo inconsciente para el
individuo, una alianza que garantiza la eficiencia del proceso educativo
informal. Los efectos de esa pantalla a la que el niño y el adulto se exponen
directa o indirectamente inciden en la personalidad. Ese rol educativo,
obviamente, no se limita a la programación que de manera evidente se dirige
al niño, sino que se halla presente en todo el material televisivo, desde un
dibujo animado hasta una noticia.
El niño y el adolescente son los telespectadores por excelencia, sea que miren
el aparato fuera o dentro del círculo familiar. Los niños, no obstante, la ven
durante más tiempo, ya que desde el
principio de su vida consiente forma un
“ejemplo” para ellos, porque la consumen
de manera constante durante las etapas
básicas de su formación física y mental, así
como la creación de hábitos y actitudes.
Desde hace muchos años se sabe que hay niños que no han aprendido a
hablar de sus padres, sino por medio de la televisión. De hacho, actualmente
el vocabulario básico infantil proviene muy buena parte de programas,
caricaturas y publicidad. Se calcula que de 4,770 palabras adquiridas, solo
2,700 proviene de la vida extraescolar y 570 de la escuela. Este es uno de los
indicadores de la influencia del televisor en el niño.
En cambio el adolescente, de acuerdo con su medio socioeconómico y
cultural, diversifica sus formas de divertirse y divide su tiempo libre entre
convivir con los amigos y realizar actividades diversas, aunque como tiene que
ordenar y seleccionar todos los estímulos que lo rodean, el ambiente que
desempeña un papel importante en esa selección.
Así según la cultura, clase social y pasado individual, el adolescente distribuye
su tiempo en actividades, tales como o escuchar música, hacer deporte, asistir
a fiestas, conciertos, leer, ver películas o trabajar. El televisor, entonces,
ocupa un lugar secundario en su vida, sea que se dedique a estudiar o
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5. La televisión no es como la pintan.
combine estudio y trabajo, por que en tal periodo del desarrollo humano hay
nuevos medios de comunicación que ejercen influencia en la información.
Respecto a los adultos, resientes estudios realizados en ámbitos urbanos y
rurales han desbaratado de uno a uno, numerosos mitos acerca de los hábitos
de esparcimiento de los adultos en México, las actividades en que ocupamos
el tiempo libre, nuestro consumo cultural cotidiano y en particular, nuestras
preferencias en relación con los programas televisivos.
En el país hay una tendencia hacia la disminución de la asistencia a
espectáculos urbanos y un crecimiento del consumo de mensajes de los
aparatos de comunicación masiva en el escenario familiar. Es interesante
observar, por ejemplo, que contribuyen a conformar esta desigualdad del
consumo cultural cotidiano no solo las diferencias de ingresos y nivel escolar,
sino también la manera en que el irregular y complejo desarrollo urbano
agrava las distancias económicas y educativas.
El éxito de las culturas audiovisuales en los espacios de la intimidad cotidiana
es avasallante, determinando muchos hábitos de vida urbana. La televisión se
erige en el foco principal interés de numerosos adultos, por encima incluso de
la convivencia familiar, como lo indican las respuestas acerca de las
motivaciones para verla.
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
12 años o m enos 13-18 años 19-30 años 30 en adelante
Distraccion Entretenim iento Costum bre
Conclusión.
Cundo un profesor afronta el rechazo de la mayor parte de los estudiantes a
leer cualquier tipo de texto, en el aula o fuera de ella, llega a ser inquietante no
solo este desinterés generalizado, sino el deterioro de los distintos usos de la
legua hablada y escrita.
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6. La televisión no es como la pintan.
Es lamentable el hecho de que la televisión estimule la ignorancia, la violencia
y un sin fin de temas escasos de aprendizaje, con programas faltos de
inteligencia y cultura, así como noticieros escasos de critica u otros centrados
a chismes irrelevantes, sin importancia alguna.
El acto del tele-ver, lejos de proporcionar a los videntes buenas experiencias u
aprendizajes, esta cambiando la naturaleza del hombre a grado de crear seres
no pensantes del todo. Por ejemplo, en el ámbito cotidiano del adulto, se
observan los efectos mas negativos y arraigados, pues información
diversificada a través de la lectura, conforman una estrecha visión del mundo,
y de la realidad a partir de la televisión, muchas veces equivoca, con la cual
interactúan otros medios.
Índice
Introducción........................................................................................
.........................1
Desarrollo. ......................................................................................................
.............2
Conclusión.................................................................................................................5
...
Índice...........................................................................................................
...........6
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