Este documento describe los diferentes tipos de bordes tectónicos, incluyendo bordes divergentes donde ocurre expansión del fondo oceánico y creación de corteza, bordes convergentes donde ocurre subducción generando fosas, arcos de islas, cordilleras, y orógenos, y bordes pasivos a lo largo de fallas transformantes. Explica los procesos de vulcanismo, metamorfismo, plegamiento, elevación, y sismicidad asociados con cada tipo de borde.
La convergencia de dos células convectivas contiguas hace que una de ellas se "doble" por debajo de la otra ("subducción") generando una depresión en el fondo oceánico a todo lo largo del límite, las fosas oceánicas, que pueden llegar a adquirir profundidades de más de 11.000 metros bajo el nivel del mar.
Si la colisión se produce entre dos placas oceánicas, se origina una fosa oceánica, zona de gran profundidad donde se hunde una de las placas bajo la otra. Muchas veces asociadas a este tipo de límite, se crean arcos islas, generados a partir de los materiales que se acumulan en el choque y a algunos materiales volcánicos que provienen de la placa que se hunde, ya que se funde parcialmente y parte de esos materiales fundidos vuelven a ascender a través de fracturas. Los arcos islas se caracterizan por una gran actividad volcánica y sísmica. Ejemplos: arco isla del Pacífico (Filipinas y la fosa de las Marianas) Cuando la colisión es entre una placa oceánica y una placa continental, la placa oceánica se hunde con facilidad porque es más densa que la continental. Uno de los rasgos más característicos de estas zonas es la formación de una cordillera pericontinental alargada, siguiendo la zona de choque, como consecuencia de la acumulación y plegamiento de sedimentos acumulados en las fosas oceánicas. En estas cordilleras hay un gran número de volcanes, formados como consecuencia del ascenso de parte del magma que producido en la subducción de la placa. También son zonas sísmicamente activas, debido a las tensiones que se acumulan en el choque (Andes).
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Orogénesis: cuando una de las dos placas que convergen en una fosa portan corteza continental, el prisma de acreción y el arco volcánico se adosan a la masa continental originando un orógeno marginal como los Andes. Si la segunda placa lleva también corteza continental y de que colisionen dos continentes se forma un orógeno de colisión como el Himalaya.
La colisión entre dos placas continentales. Se produce en los últimos estadios de choque entre dos placas mixtas, ya que la litosfera oceánica va desapareciendo, el océano que separa las dos zonas continentales, entre las cuales hay una zona de subducción, se va estrechando poco a poco hasta que desparece y colisionan las zonas continentales, formando una cordillera intracontinental. Los materiales que forman estas cordilleras provienen de la acumulación, fractura y plegamiento de todos los sedimentos que, anteriormente, estaban en la zona oceánica. Primero se acumulan en el océano, formando un prisma de acreción, pero conforme se reduce el océano, esos materiales emergen y formarán la cordillera intracontinental. Parte de los materiales que subducen se funden pero no pueden salir al exterior (debido al mayor grosor de la corteza continental); por eso son característicos en estas cordilleras los materiales plutónicos, pero no hay volcanes. Las grandes tensiones que se generan en el choque producen una gran actividad sísmica (Himalaya, Pirineo, Alpes).
Orogénesis: cuando una de las dos placas que convergen en una fosa portan corteza continental, el prisma de acreción y el arco volcánico se adosan a la masa continental originando un orógeno marginal como los Andes. Si la segunda placa lleva también corteza continental y de que colisionen dos continentes se forma un orógeno de colisión como el Himalaya.
La colisión entre dos placas continentales. Se produce en los últimos estadios de choque entre dos placas mixtas, ya que la litosfera oceánica va desapareciendo, el océano que separa las dos zonas continentales, entre las cuales hay una zona de subducción, se va estrechando poco a poco hasta que desparece y colisionan las zonas continentales, formando una cordillera intracontinental. Los materiales que forman estas cordilleras provienen de la acumulación, fractura y plegamiento de todos los sedimentos que, anteriormente, estaban en la zona oceánica. Primero se acumulan en el océano, formando un prisma de acreción, pero conforme se reduce el océano, esos materiales emergen y formarán la cordillera intracontinental. Parte de los materiales que subducen se funden pero no pueden salir al exterior (debido al mayor grosor de la corteza continental); por eso son característicos en estas cordilleras los materiales plutónicos, pero no hay volcanes. Las grandes tensiones que se generan en el choque producen una gran actividad sísmica (Himalaya, Pirineo, Alpes).
Cuando el límite entre dos placas contiguas no es ni constructivo (dorsal) ni destructivo (fosa), hablamos de límite transformante. En este caso las placas pueden ir paralelas o formando cierto ángulo entre ellas.
El rozamiento entre las placas en este tipo de límites genera, básicamente, procesos sísmicos, que serán tanto más fuertes o más débiles según la particular relación entre ambas placas:
* En Gibraltar la placa Eurasiática y la Africana son paralelas, con desplazamiento en el mismo sentido. El rozamiento no es muy grande y los terremotos son de baja o media intensidad (terremotos de Granada, Almería, Murcia).
* En el Mediterráneo oriental, estas dos mismas placas siguen siendo paralelas, pero el desplazamiento es en sentido contrario. Los terremotos son de alta intensidad (terremotos de Turquía).
* En la costa pacífica de Norteamérica, la placa Pacífica y la Americana "chocan" en ángulo recto, formando la falla de San Andrés, origen de los terremotos de California, de alta intensidad.