Este documento describe la importancia de la imaginación controlada por el Espíritu Santo y las visiones que produce. Explica que la imaginación mal canalizada puede ser dañina, mientras que la imaginación guiada por el Espíritu Santo permite formar cuadros mentales y visiones positivas que reemplazan esquemas mentales negativos. También señala que al unir el conocimiento de Dios, su Palabra y nuestra imaginación, nace nuestro mayor poder creativo para alcanzar grandes cosas a través de las visiones que tengamos.