2. BIOGRAFIA:
Nació el 6 de marzo de 1475, en Caprese, una
villa de la Toscana cerca de Arezzo. Fue el
segundo de cinco hijos varones de Ludovico di
Leonardo Buonarroti di Simone y de Francesca di
Neri del Miniato di Siena. Su madre murió en
1481, cuando Miguel Ángel contaba seis años. El
padre le hizo estudiar gramática en Florencia con
el maestro Francesco da Urbino. Miguel Ángel
quería ser artista, y cuando comunicó a su padre
que deseaba seguir el camino del arte, tuvieron
muchas discusiones, ya que en aquella época era
un oficio poco reconocido.
3. APRENDIZAJE:
Desde muy joven manifestó sus dotes
artísticas para la escultura, disciplina en la
cual empezó a sobresalir. En abril de 1488,
con doce años de edad y gracias al consejo
de Francesco Granacci, otro joven que se
dedicaba a la pintura, entró en el taller de los
famosos Ghirlandaio (Domenico y Davide); su
familia y los Ghirlandaio formalizaron un
contrato de estudios durante tres años.
4. Allí permaneció como aprendiz durante un año, pasado
el cual, bajo la tutela de Bertoldo di Giovanni, empezó a
frecuentar el jardín de San Marcos de los Médicis, donde
estudió las esculturas antiguas que había allí reunidas.
Sus primeras obras artísticas despertaron la admiración
de Lorenzo el Magnífico, que lo acogió en su Palacio de la
Via Longa, donde Miguel Ángel se habría de encontrar
con Angelo Poliziano y otros humanistas del círculo de
los Médicis, como Giovanni Pico della
Mirandola y Marsilio Ficino Estas relaciones lo pusieron
en contacto con las teorías idealistas de Platón, ideas que
acabaron convirtiéndose en uno de los pilares
fundamentales de su vida y que plasmó tanto en sus
obras plásticas como en su producción poética.
5. Últimos años:
Durante los últimos veinte años de su vida,
Miguel Ángel se dedicó sobre todo a trabajos de
arquitectura: dirigió las obras de la Biblioteca
Laurenziana de Florencia y, en Roma, la
remodelación de la plaza del Capitolio, la capilla
Sforza de Santa María Mayor, la finalización
del Palacio Farnese y, sobre todo, la finalización
de la Basílica de San Pedro del Vaticano. De esta
época son las últimas esculturas como la Piedad
Palestrina o laPiedad Rondanini, así como
numerosos dibujos y poesías de inspiración
religiosa.
6. Obra:
El propio Papa Julio II le convertirá en el responsable de
un proyecto de una envergadura colosal, su tumba,
encargo que a la postre tan sólo generará disgustos y
frustración al artista. La muerte del Papa, el desinterés
de sus sucesores en la finalización del mausoleo, la
escasez de fondos para llevar a cabo el diseño original o
la propia dispersión a la que sometía Julio II a Miguel
Ángel con la encomienda de diversos encargos
solapados, dieron como resultado que la ejecución de la
obra se alargara durante décadas (1505-1550), llegando a
finalizarse tan sólo una modesta versión de la tumba
materializada en un sepulcro de pared que incluía la
escultura, entre otras (la mayoría dispersas hoy día),
del Moisés (hacia 1513-1515)
7. La superficie pintada en un día se llama
«jornada»; la escena de La Creación de Adán,
una de las más espectaculares de la bóveda,
se realizó en dieciséis jornadas. Miguel Angel
Ideó una grandiosa estructura arquitectónica
pintada, inspirada en la forma real de la
bóveda.
8. Una nueva versión del Cristo de la Minerva,
realizado para Metello Vari, es consecuencia de
la que empezó durante el año 1514, y que fue
abandonada a causa de los defectos del mármol;
en el contrato de la escultura se precisa que será
«una estatua de mármol de un Cristo, de medida
natural, desnudo, con una cruz entre los brazos y
los símbolos de la pasión, en la posición que
Miguel Ángel juzgue más adecuada». La obra se
envió a Roma en 1521, donde fue acabada por su
ayudante Pietro Urbano, el cual cambió la línea y
le dio una terminación muy diferente de la que
solía hacer Miguel Ángel.
9. Por encargo del papa Clemente VII y más
tarde confirmado por Pablo III, Miguel Ángel
aceptó pintar en la pared del altar de
la Capilla Sixtina el Juicio Final, o Juicio
Universal, iniciado en 1536 y finalizado en
1541.
10. En su vejez (1546) se hará cargo de otro
importante proyecto: la finalización de las
obras de la basílica de San Pedro del
Vaticano, cuya cúpula se convertirá
posteriormente en paradigma a seguir en
buena parte del mundo.