Si un trabajador sospecha que padece un trastorno musculoesquelético relacionado con el trabajo, debe notificar a su empleador personalmente o por escrito, ver a un médico lo antes posible explicando el tipo de trabajo que realiza, y registrar detalles relacionados como gastos médicos o conversaciones mantenidas para utilizarlos en un posible litigio. El trabajador también debe evaluar si su trabajo implica movimientos repetitivos que puedan causar lesiones y comunicárselo a su sindicato y empleador.