2. Cuando la tarde caía y el sol se ocultaba, sentí a
lo lejos unos pasos que taconeaban al choque
del pavimento, vislumbre una silueta, que venía
hacia mí con gran prisa, me levante del banco,
solté el libro el cual entretenía mis
pensamientos, corrí de inmediato en busca de
ella, como si mi corazón alertara algún peligro,
sin darme cuenta había chocado con una bella
mujer, palidecía, sudorosa, me miro en un
instante, sentí que era preso de un mar
profundo, sus ojos de color azul me cautivaron,
deje de pensar, no podía dejar de mirarla, la
abrace sin titubear, ese abrazo me pareció
eterno ¡ya nunca la pude dejar!
3. Salí apresurada de mi oficina en busca de mi amiga María,
que había llamado hacia poco, sentí su voz temblorosa con
un matiz de dolor, preocupada, me dirigí en búsqueda de
un taxi, pero ninguno paro, aligere mi paso hacia el parque
central, oscurecía, y sin darme cuenta me había adentrado
demasiado, poco tiempo después sentí unas voces en mi
espalda, aligere aún más mi paso, sentía que me
perseguían, todo mi cuerpo se enfrió y en un momento
pensé que ya no había salida, todo terminaría aquí, la
luces eran tenues, por tanto ya no observaba lo que me
rodeaba, entonces cerré mis ojos, como si todo fuera
surrealista, de repente me encontré al frente de un joven,
¡que me miro! Sus ojos penetraron mis sentidos, mi
corazón no dejaba de latir, sudaba, pero en ese momento
todo se me olvido, era el rostro más bello que había visto,
con un abrazo quito todo mi miedo y pensé dentro de mi
¡este será el hombre de mi vida!
4. Después de que hable con Claudia, me dirigí al café sweet,
donde nos habíamos quedado de encontrar, ¡nunca llego!
algo inquieta le marque, pero no contesto, la espere un
poco más mientras tomaba mi capuchino, decepcionada
salí presa de mi tristeza por aquel hombre que había
destrozado mis sentimientos, urgida de una amiga la cual
me escuchara para que alivianara este dolor tan grande
que sentía, no estaba preparada para estar sola, más tarde
lejos de allí llegue a mi apartamento, me extendí sobre mi
cama, logre conciliar el sueño rápidamente pero entre en
pesadillas, desperté algo inquieta, ¿Qué sería de Claudia?
Tome mi celular que estaba sobre la mesa, no tenía
llamadas de ella, dormí finalmente en mi tristeza. Al día
siguiente escuche entre sueños mi teléfono de un solo
salto conteste, era ¡Claudia! Que emocionada me conto lo
que había sucedido, de su boca no salía más que su
nombre “Santiago – Santiago” el hombre de mi vida
5. El amor entre Santiago y Claudia desde el primer momento fue profundo, no se
necesitó mucho tiempo para que se consumara, en pocos meses celebraron su
boda. Ella hermosa lucía un vestido blanco estilo princesa, que dibujaba su figura
delgada y esbelta, Santiago por su lado vestía un traje formal negro combinado
con un chaleco azul marino, que hacia juego con los ojos profundos y azules de
Claudia.
Toda su familia complacía celebraron aquella unión, sus padres muy emocionados
le regalaron un cochecito pequeño de dos puertas, ellos felices agradecieron su
detalle con lágrimas en sus ojos.
Ahí empezó la historia de dos amantes, que solo les basto una mirada para
escribir una historia de amor…
6. Esta mañana Claudia y yo salimos, como siempre, rumbo a nuestros empleos en
el cochecito que mis padres nos regalaron hace diez años por nuestra boda. A
poco sentí un cuerpo extraño junto a los pedales. ¿Una cartera? ¿Un ...? De golpe
recordé que anoche fui a dejar a María a casa y el besito candoroso de siempre en
las mejillas se nos corrió, sin pensarlo, a la comisura de los labios, al cuello, a los
hombros, a la palanca de cambios, al corset, al asiento reclinable, en fin. Estás
distraído, me dijo Claudia cuando casi me pasó el semáforo. Después siguió
mascullando algo pero yo ya no la atendía. Me sudaban las manos y sentí que el
pie, desesperadamente, quería transmitir el don del tacto a la suela de mi zapato
para saber exactamente qué era aquello, para aprehenderlo sin que ella notara
nada. Finalmente logré pasar el objeto desde el lado del acelerador hasta el lado
del embrague. Lo empujé hacia la puerta con el ánimo de abrirla en forma
sincronizada para botar eso a la calle. Pese a las maromas que hice, me fue
imposible. Decidí entonces distraer a Claudia y tomar aquello con la mano para
lanzarlo por la ventana. Pero Claudia estaba arrimada a su puerta, prácticamente
mirada hacia mí. Comencé a desesperar. Aumenté la velocidad y a poco vi por el
retrovisor un carro de la policía. Creí conveniente acelerar para separarme de la
patrulla policial pues si veían que eso salía por la ventanilla podían imaginarse
cualquier cosa. -¿Por qué corres? Me inquirió Claudia, al tiempo que se
acomodaba de frente como quien empieza a presentir un choque.
7. Vi que la policía quedaba atrás por lo menos con una cuadra. Entonces aprovechando
que entrábamos al redondel le dije a Claudia saca la mano que voy a virar a la
derecha. Mientras lo hizo, tomé el cuerpo entraño: era un zapato leve, de tirillas
azules y alto cambrión. Sin pensar dos veces lo tiré por la ventanilla. Bordeé ufano el
redondel, sentí ganas de gritar, de bajarme para aplaudirme, para festejar mi hazaña,
pero me quedé helado viendo en el retrovisor nuevamente a la policía. Me pareció
que se detenían, que recogían el zapato, que me hacían señas. -¿Qué te pasa? me
preguntó Claudia con su voz ingenua. -No sé, le dije, esas chapas son capaces de
todo. Pero el patrullero curvó y yo seguí recto hacia el estacionamiento de la empresa
donde trabaja Claudia. Atrás de nosotros frenó un taxi haciendo chirriar los
neumáticos. Era otra atrasada, una de esas que se terminan de maquillar en el taxi. -
Chao amor, me dijo Claudia, mientras con su piecito juguetón buscaba inútilmente su
zapato de tirillas azules.
8. Aquella mañana , había sido un carrusel de emociones para mí, y
lo más paradójico era lo que faltaba por venir ,sin suscitar palabra
arranque en búsqueda de aquel zapato , sin excusa alguna vire mi
carrito, lo encontré a unos pocos metros de la carretera, pero
pensaba en : ¿qué le diría a Claudia?, y aún más…. ¿Qué excusa le
inventaría por haberme ido de esa manera?, bueno me tranquilice,
tome aire, subí al carro ,llegue al estacionamiento donde la había
dejado, se encontraba muy molesta por la situación, pero al
mostrarle el zapato en su cara se dibujó una leve sonrisa , ¡pero
llego lo más temido! contestarle, lo que ella me preguntaba:-Santi
¿por qué me dejaste de ese modo? nuevamente, esos ojos azules
taladraron mi alma y conciencia, calle por un momento, alterado,
respondí –Claudia tu zapato callo cuando abrí la puerta!
Perdóname!, Ella muy sobresaltada se arrojó a mis brazos y me
dijo –Santi eres lo que más quiero ,tranquilízate, nada paso ,ella se
puso el zapato rápidamente y dijo –Amor nos veremos en la tarde¡
llámame por favor! Estaré esperando tu llamada, ¡claro linda! , así
lo hare.
9. Emprendía el camino hacia mi trabajo, cuando se baja del taxi
María, se dirigió hacia mí con ese contoneo especial que solo ella
tenía, con voz suave y seductora, me dijo-por fin libre, yo me
corrí dos pasos hacia tras, con el temor de que Claudia volviera,
firme le respondí –María, ¿Qué haces aquí?,¿ no te importa lo
que pueda pasar?, de forma despectiva ella contesta:- vengo a
terminar lo empezamos ayer, algo desconcertado le dije - creo
que nada empezó y mucho menos terminara.
“AMO A CLAUDIA VERDADERAMENTE, NUNCA LA DEJARE Y CON
ELLA TERMINARE MIS DIAS”
Sentí que había quitado un gran peso a mi conciencia, me subí al
carro, dejando a María sin palabras, y entre más me alejaba de
allí, aprendí que cuando se actúa por instinto, la conciencia grita
en silencio.