2. La leyenda del callejón del beso:
Había una vez, una hermosa joven
llamada Ana, hija única de un hombre
duro y exigente. Ana contaba con Doña
Brícia como su dama de compañía.
3. Ana tenía un pretendiente de nombre
Carlos. Al ser descubierta por su
enérgico padre, inmediatamente
llegaron los problemas, al encerrarla
de por vida en un Convento,
alejándola de su verdadero
amor, para posteriormente mandarla
a España y casarla con un viejo noble
pero de buena posición económica,
muy conveniente para su padre para
aumentar los dominios de su
hacienda.
4. Al hacer esto, Ana y Doña Brícia lloraron inconsolablemente
e imploraron que los planes de su padre no se llevarán a
cabo, pero no sirvió de nada.
A pesar de ello, Doña Brícia le envío a Don Carlos
una carta de parte de su amada, para contarle de
su trágica situación.
5. La mente de Carlos voló y se hizo mil
cuestionamientos, pero de repente se
dio cuenta que no todo era tan grave
como él creía así que le respondió a
Ana, preguntándole cuál sería la
solución. Sin embargo, se le ocurrió
adquirir la casa de al lado, sin que ella ni
su familia se enterara.
6. Un día, Ana salió a asomarse
al balcón y su sorpresa fue
encontrarse con su amado.
¿Quién lo iba a decir, tan cerca
y a la vez, tan lejos? Pero
hubo otra sorpresa, no tan
grata para ambos; el padre de
Ana se dio cuenta de las
visitas misteriosas de su hija
con Carlos, pero Doña Brícia
trató de impedir toda costa la
entrada del violento señor.
7. Su ira fue más grande así
que sin pensarlo se dirigió al
joven novio para clavarle
una daga, sin percatarse que
fue a su propia hija a quien
hirió en el pecho. Al darse
cuenta de lo que había
hecho, Carlos enmudeció y
con un tierno beso se
despidió de Ana, ya sin vida.
9. Cuentan que medusa era una mujer
mortal, hermosa y tentadora como el
más dulce de los pecados.
Tanta era su belleza que
Poseidón,
dios
del
mar, queda prendado de ella
y
no
descansa
hasta
conseguir
satisfacer
su
deseo, contra voluntad de la
muchacha, en el templo de
Atenea.
10. Atenea, diosa de
la pureza, se ve
terriblemente ofendida y
castiga a Medusa pues
simbolizaba todo lo
contrario a
ella...deseo...carnalidad...v
oluptuosidad.
11. Los cabellos de la joven se vuelven incesantes
serpientes, sus ojos de una intensidad tal que si los miras
fijamente, te vuelves de piedra. Medusa se había
transformado en un monstruo pero aún se hacía valer por su
andar provocador
12. Atenea, viendo que su castigo no había
tomado los tintes que ella esperaba,
envió al valeroso Perseo a que cortara
esa inmunda cabeza.
Éste, muy
inteligentemente, usó su
escudo a modo de espejo para
que Medusa se reflejara en él y
de este modo pudiera vencerla
y entregarla a la diosa.
13. Desde entonces la cabeza de Medusa fue imagen del escudo de la
casta Atenea como instrumento para atemorizar al enemigo.