3. COMUNIÓN MISIÓN COMUNIDAD MISIONERA PARA EL MUNDO Es, en Cristo, el sacramento o instrumento de la unión con Dios y de la unidad de todo el género humano. Está al servicio del Reino de Dios. Esta misión es responsabilidad de todos los miembros de la Iglesia. La misión de la Iglesia es reunir al pueblo: en la escucha de la palabra, en comunión fraterna, en la fracción del pan. La Iglesia es misterio: sacramento de Dios, fuerza del Espíritu en el mundo, en la historia.
4. Con el nombre de laico se designan a todos los fieles cristianos, es decir incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes. Existe una doble delimitación o está recortada por dos: no sacerdote y no religioso. Creyente no ordenado Creyente no religioso El laico es un creyente no ordenado; el está incapacitado para realizar la ordenación sacramental. El laico trabaja para abrir el mundo al Reino, el religioso se afana por transparentar el Reino en el mundo, quiere ser el signo luminoso de lo venidero aquí y ahora, ya.
5. Historia Fidelidad Dignidad En el N.T el término laico no aparece. Entonces laico será lo mismo que decir: perteneciente al pueblo de Dios o miembro suyo en sentido activo . Los fieles laicos deben tener conciencia no solo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia, la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe común. Los propios laicos han de tomar conciencia de la gloria y de la dignidad derivada del bautismo, y han de asumir el compromiso de participar en la vida y misión de la Iglesia.
6. MISION El bautismo y la confirmación lo incorporan a Cristo y lo hacen miembro de la Iglesia . Participa, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo y la ejerce en su condición propia. La fidelidad y la coherencia con las riquezas y exigencias de su ser le dan su identidad de hombre de Iglesia en el corazón del mundo.
7. Participación de los Laicos Elaboración, realización y revisión Las Iglesias particulares impulsarán los organismos colegiales, consejos de pastoral en la misión evangelizadora y animarán la participación activa de los hombres y mujeres, individual y asociadamente. Los laicos, individual y asociadamente, participarán en la elaboración, realización y revisión de los planes de acción, a fin de garantizar la comunión en la misión y la unidad de acción.
8. Las familias, los grupos y comunidades eclesiales, las asociaciones y movimientos han de ser sensibles y considerar propias las necesidades de la Iglesia universal y promoverán de entre sus miembros vocaciones para la misión "ad gentes", animando el verdadero sentido misionero en sus tareas comunes.