Este documento discute la importancia de la comunicación y la interlocución entre los seres humanos. Argumenta que el desarrollo del lenguaje articulado permitió la formación de sociedades y la capacidad de los humanos de adaptar el medio ambiente a sus necesidades. También destaca que la capacidad de hablar y ser escuchado es un derecho fundamental del ser humano, y que la comunicación requiere reconocer la autoridad del otro y respetar sus puntos de vista. Finalmente, concluye que la interlocución solo es válida cuando se respeta al
1. LOS DERCHOS DEL OTRO
Los seres humanos a lo largo de nuestra existencia siempre hemos tenido la
necesidad de comunicarnos; en un primer momento el lenguaje se remitió a la
transmisión de señas y gestos acciones que permitieron la integración de
comunidades nómadas que buscaban a partir de ello la supervivencia, pasados
muchos años se logra desarrollar un lenguaje articulado y fonológico que va a dar
origen a la estructuración social y su posterior desarrollo y evolución; esta facultad
inherente a los seres humanos permite una marcada diferenciación con respecto
a las demás especies existentes en el mundo; tal es la lucha por la supervivencia
que los organismos se adaptan cada vez mejor al medio, sin embargo el ser
humano como ser racional capaz de transmitir lo que piensa, siente y quiere logra
tomar la delantera y adaptar el medio a sus necesidades y propósitos; en este
sentido el autor del texto dice “que en la lucha por la vida los seres humanos han
vencido a las demás especies y siguen combatiéndolas con éxito por ejemplo por
medio de la higiene, de las disposiciones sanitarias, de la protección del medio
ambiente”, este éxito lo han alcanzado gracias al desarrollo de la comunicación y
la alteridad entre seres de un mismo género o de una misma especie el homo
sapiens.
“un hombre solo tiene derechos si es algo más que un hombre. Y solo es más que
un hombre si es también el otro hombre. Sólo así los otros pueden tratarlo como
su semejante”. Esta frase de Hannah Arendt nos invita a una reflexión diría
demasiado profunda pues nosotros como seres semejantes con igualdad de
derechos tanto naturales como sociales poco a poco perdemos la conciencia de
ver en el otro nuestro reflejo ya que desde tiempos antaño nos hemos
desarrollado en comunidad y en relación a través de la interlocución con el otro y
hoy día se quiere romper ese proceso debido a que unos pocos considerados los
amos del poder económico, político o social intentan callar a los que no poseen
estas características inhibiéndolos de un derecho natural, la liberta de expresión y
la libertad de palabra. El lenguaje como tal ha sufrido una serie de modificaciones
y cada vez más se diversifica y jerarquiza es así que se encuentra una lengua
oficial, seguida por lenguas tradicionales y dialectos propios de regiones
especificas; teniendo en cuenta este fenómeno se puede decir que el poder de la
interlocución y comunicación es tan amplio que resulta inútil detener su desarrollo
ya que de hacerlo sería condenar a la especie humana a la inexistencia y por
ende al olvido.
La capacidad de interlocución no tiene un límite a priori pues esta surge de la
interacción y dinámica de seres en igualdad de condiciones; todo ser humano
puede ser un interlocutor para los otros de igual manera para sí mismo, la
comunicación exige la capacidad de entrar en dialogo con otro, dialogo que es
compartido, solo en esta medida me reconozco ante los demás y lo que
comunique tiene validez, además de esto la interlocución por si misma implica la
reciprocidad de la palabra, respeta la alteridad de la interlocución, también la
2. paridad con su compañero es decir el derecho a ser escuchado y de la misma
forma el deber de escuchar sin negar la posición de los demás para que no
puedan negar la mía.
“admitimos que la capacidad de hablar a otro es un derecho del hombre, quizá su
derecho más fundamental” Lyotard con esto nos da a entender que como derecho
natural la palabra y con ello la capacidad de hablar es indispensable para llevar a
cabo todos los procesos de desarrollo e integración de la nueva sociedad, es tan
grande la importancia de la comunicación que demanda un aprendizaje, situación
que obliga a quien ignore parte de la realidad o de los conocimientos a escuchar a
quien si conoce claro está que sin sobreponerse lo uno a lo otro, resulta de este
análisis que la capacidad de interlocución solo se muda en derecho a la palabra
es decir cuando alguien habla y yo escucho para aprender de él algo nuevo sin
condenarse a la causalidad de lo repetitivo, el derecho a la palabra supone el
deber de anunciar; con base en esto se llega a determinar tres estatutos del
derecho a la palabra: la facultad de interlocución, la legitimación de la palabra y su
legitimidad; componentes indispensables para llevar a cabo una correcta
comunicación y en consecuencia a ello reconocer en el otro la autoridad de
dirigirse a quien lo escucha.
En el proceso de interlocución no se puede negar la posibilidad o derecho de
ejercerlo a nadie porque si se expulsa a alguien de la comunidad interlocutora se
infringe un daño a aquel o aquella que lo sufre como por ejemplo en un escolar
cuando el profesor o los compañeros se burlan de lo que dice generaran un
silencio o tal vez temor a expresar lo que éste siente durante toda su vida. En
relación a esto el derecho de hacer callar que la comunidad se otorga a titulo de
sanción es siempre peligroso por la simple razón de negar un derecho natural que
es la principal diferencia entre todas las especies animales existentes en el
mundo. En su análisis del sentimiento sublime Edmund Burke llamaba horror a la
afección que golpea al alma amenazada de ser privada de la palabra compartida,
pues la palabra en su esencia comunica todo aquel mundo que vive, siente y
piensa el individuo que de alguna manera ve en el otro la posibilidad de descargar
todo lo que tiene para expresarlo por medio de la palabra; haciendo relación a
esto la religión como institución privo de la palabra a infinidad de intelectuales
logrando con ello un retroceso en la escala de la evolución del conocimiento,
cuando esto da quiebre nace en el mundo una nueva visión de la realidad
marcada con la bandera de la libertad en su máxima expresión.
En otro aparte de la lectura Lyotard menciona que “el mal que sufren las
sociedades contemporáneas, el mal postmoderno, es esta exclusión forzada
(forclusión) del otro. Es el reveso del mal de la identificación victoriosa”, quizá
aquí vale la pena menciona a Levinas uno de los teóricos que mas a trabajado el
problemas de la alteridad dentro de las sociedades y dentro del proceso de
aculturación que han sufrido los distintos pueblos del mundo; el problema no
radica en la falta de una identidad sin o más bien en la superioridad de los otros
3. quienes imponen un sistema de vida ya planificado excluyendo de paso toda una
estructura creada tras años de interacción en la comunidad a la cual llegan a
imponerse, en este aspecto el otro es visto como lo inservible por lo que se lo
calla ocasionando el estancamiento del proceso de interlocución; para finalizar
quisiera terminar con las siguientes palabras encontradas al final del texto que
además son la conclusión general “la interlocución solo se autoriza del respeto del
otro, en tu palabra y en la mía”