1. Marco teórico
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, la libertad de expresión “Es un elemento crítico para la democracia, el
desarrollo y el diálogo – sin ella ninguna de estas palabras podría funcionar o
prosperar. La libertad de expresión es un derecho universal que todo el mundo
debe gozar. Todos tienen el derecho a la libertad de opinión y de expresión; éste
incluye el derecho a mantener una opinión sin interferencias y a buscar, recibir y
difundir información e ideas a través de cualquier medio de difusión sin limitación
de fronteras, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos
Humanos”, Y teniendo en cuenta que es un Derecho Humano no se le debería
negar a nadie.
Anteriormente hemos mencionado los DH (Derechos Humanos) que según las
Naciones Unidas “Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los
seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico,
lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los derechos humanos se
incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a
torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre
otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin
discriminación alguna.”.
Esto nos llevaría a pensar que es un derecho que nadie vulnera ya que es
primordial pero según la revista semana “El idealismo y las buenas intenciones de
esta declaración con efectos internacionales hoy vuelve a ser tema de debate y
discusión por la aparición de las nuevas tecnologías y la transformación de las
relaciones humanas a raíz de su expansión. No podía ser de otra forma: con el
surgimiento de redes sociales como Twitter, Facebook, YouTube e Instagram,
donde hay una tendencia en exceso a las opiniones y los juicios de valor, la
cuestión ahora es cuál es el límite de la libertad de expresión.”.
Como pudimos ver en la cita anterior la libertad de expresión se puede ver
vulnerada por personas que quieren imponer sus opiniones pasando por encima
de la de los demás, habitualmente estas personas quieren regir bajo dictaduras y
quien se oponga es discriminado, que según la Universidad de Jaén es “El
componente comportamental del prejuicio, y por lo tanto, su manifestación externa
(revisado en Simpson & Yinger, 1965, Racial attitudes and cultural minorities,
Haper-Row, Nueva York). Los científicos sociales han conceptualizado la
discriminación tradicionalmente como el tratamiento desigual desfavorecedor a un
2. sujeto o grupo, como consecuencia del prejuicio. Otros autores acentúan la
importancia de la discriminación llegando a afirmar que el prejuicio sólo será
relevante cuando desemboque en discriminación (revisado en Wunthnow, R.,
Antisemitism and stereotyping. En: In the eye of the beholder, 1982, Praeger,
Nueva York, United States, pp. 137-187).”. Esto causa que estos individuos o
grupos se sientan oprimidos y se limiten a aceptar estas opiniones sin criticarlas ni
oponerse.
En la misma publicación de la revista Semana se expresa: “En tiempos de la
posverdad, las fake news y el apogeo de las redes sociales, se hace necesario
entender qué es opinión y qué es agresión para prevenir el acoso y el matoneo
sistemático.”Esto nos genera una pregunta ¿Cómo puedo saber si estoy
vulnerando o no el derecho a la libertad de expresión?, por lo cual debemos tener
en cuenta que aunque tengamos libertad de expresión eso no significa que
podamos expresar todo lo que queramos, por lo cual tenemos ciertas limitaciones,
esto es lo que expreso la revista Semana “Y es que, como enunció Sartre, cada
uno de los derechos fundamentales a nivel personal encuentra su límite en los
derechos fundamentales de los demás. Para la Corte, “la libertad de expresión no
puede convertirse en una herramienta para vulnerar los derechos de los otros o
para incentivar la violencia”. La Constitución colombiana de 1991 también coincide
con este epígrafe y estipula, por ejemplo, que “no se pueden realizar insinuaciones
sobre una persona ajenas a la realidad, con el único propósito de fomentar el
escándalo público”. Opinar se convierte entonces en un derecho y respetar, en un
deber. Y no por ello el debate y la controversia son situaciones que haya que
evitar. “Los colombianos deben aprender a convivir a pesar de que sus opiniones
sean contrarias. La discrepancia es una fuente inagotable de enriquecimiento en la
medida que se manifieste y se acepte. Tener a alguien delante, poder expresar
una opinión y que esta sea escuchada y se reciba con respeto y prudencia es un
auténtico tesoro”, sentenció el gurú y maestro espiritual Ravi Shankar cuando
visitó Colombia durante la Macrorrueda para la Reconciliación, un evento para
gestionar conocimientos y recursos en pro de la reconstrucción del tejido social en
el país.
Otras posturas más radicales sugieren la censura para evadir el derecho a la
libertad de expresión. Lo vemos en canales de televisión y emisoras de radio que
cancelan programas. Pero en anular al otro no está la respuesta. Para Catalina
Botero, exrelatora para la Libertad de Expresión en la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y profesora de la Universidad Externado de Colombia, los
gobiernos en América Latina no están respondiendo como se debería respecto a
este derecho. “Si bien regular a los medios de comunicación es una necesidad de
hoy, tenemos que escuchar a quien no queremos hacerlo. Pasa lo mismo con los
3. gobiernos, pues ellos deben aprender a tolerar y no censurar las ideas, como, por
ejemplo, pasa en Ecuador”. Lo mejor es saber convivir con el otro a pesar de las
diferencias, pues es ahí donde los límites se anulan. Ya desde el siglo XVIII el
filósofo e iluminista francés Voltaire lo defendía desde su moral: “No comparto tus
ideas, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlas”.”.
Para concluir podríamos comentar que no es necesario recurrir a situaciones tan
extremas como censurar, ni eliminar el derecho a la libertad de expresión, solo
debemos ser más consientes acerca de lo que expresamos y tener cuidado de no
ofender a nadie o imponerle nuestros ideales, ya que cada persona es libre de
expresarse y opinar con ciertas limitaciones que permiten mantener un orden y
evitar conflictos entre un grupo de individuos.