Los clientes pueden clasificarse en tres tipos: clientes leales, clientes indiferentes y clientes insatisfechos. Los clientes leales son los más valiosos ya que repiten compras y recomiendan la marca. Los clientes indiferentes no muestran preferencia y son fáciles de ganar o perder. Los clientes insatisfechos deben ser recuperados para evitar que se conviertan en detractores.