Los clientes comerciales se dividen en tres categorías principales: clientes de consumo, clientes empresariales y clientes institucionales. Los clientes de consumo son individuos que compran bienes y servicios para su propio uso, mientras que los clientes empresariales son empresas que compran bienes y servicios para revenderlos o usarlos en la producción. Los clientes institucionales son organizaciones sin fines de lucro como hospitales, escuelas y gobiernos.