Mario Molina es un químico mexicano que recibió el Premio Nobel de Química en 1995 por descubrir el papel de los gases clorofluorocarbonos en la degradación de la capa de ozono. Sus investigaciones condujeron al Protocolo de Montreal y al primer tratado internacional para abordar un problema ambiental global causado por el ser humano. A lo largo de su carrera, Molina ha recibido numerosos premios por su trabajo pionero sobre la química del agujero de ozono en la Antártida.
2. Jose Mario Molina Paquel y Henriquez
es un injeniero quimico destacado por ser uno de los descubridores de las causas del
agujero de ozono antartico fue co- recepto junto con paul j. crutzen y f. sherwood
Rowland del premio nobel de quimica de 1995 por su papel para la dilucildacion de la
amenaza ala capa de ozono de la tierra por parte de los gases clorofluorocarbonos
[CFC] convirtiendose en el primer ciudadano Mexicano en recibir el premio nobel de
asi mismo sus investigaciones sobre el tema condujeron al protocolo de montrear de
las Naciones Unidas el primer tratado internacional que ha enfrentado enefectividad
un problema ambiental de escala global y de orijen antropogenico. ya que conoce
como un Mexicano Universal.
3. Investigaciones científicas
En 1974, Rowland y Molina daban cuenta de los resultados de sus
investigaciones en un artículo publicado en la revista Nature.
4. En 1989 Mario Molina pasó a trabajar en el Departamento de Ciencias
Atmosféricas, Planetarias y de laTierra del Instituto deTecnología de
Massachusetts (MIT) como investigador y profesor.Y en 1994 su trabajo le
brindó otro reconocimiento, en este caso del presidente de Estados Unidos,
que le nombró miembro del comité que le asesora sobre asuntos de ciencia
y tecnología, al que pertenecen 18 científicos.
El 4 de diciembre de 1995, Molina, Rowland y Crutzen fueron
premiados además por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA) por su contribución a la
protección de la capa de ozono.
5. Molina posee también los premiosTyler (1983) y Essekeb (1987) que concede la
American Chemical Society, el Newcomb-Cleveland de la Asociación Estadounidense
para el Avance de la Ciencia (1987) por un artículo publicado en la revista Science que
explicaba sus trabajos sobre la química del agujero de ozono en la Antártida y la
medalla de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) (1989) en
reconocimiento a sus logros científicos. Mario Molina ha señalado en alguna ocasión
que cuando eligió el proyecto de investigar el destino de los CFC en la atmósfera lo
hizo simplemente por curiosidad científica. No consideró las consecuencias que
conllevarían sus estudios, pero cuando se dio cuenta de la envergadura de su
descubrimiento se sintió sobrecogido, porque su aporte no sólo ha contribuido a la
comprensión de la química atmosférica, sino que además ha supuesto un profundo
impacto en la conciencia ecológica de todo el mundo. Actualmente es un activista en
política de la ciencia.