Este documento analiza las transformaciones contemporáneas de la idea de música y su impacto en el pensamiento filosófico, explorando cambios en la música experimental, en particular la obra de John Cage. También examina la analogía que hace Peter Sloterdijk entre la música y la vida humana. Finalmente, discute cómo la música puede invadir la psique humana ejerciendo un "secuestro del ánimo", y su potencial para transmutarnos o curarnos.
Análisis de las transformaciones de la idea de música en Peter Sloterdijk
1. 1 Sloterdijk
Peter Sloterdijk; La música de las Esferas y el olvido del ser desde
todos los altavoces.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca1
Universidad Andrés Bello - Universidad Complutense de Madrid
1
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento
de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de
Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de
Periodismo y Arquitectura UNAB Santiago. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a
dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México.
Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del
Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del
Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones
Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida
Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico
Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter
Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa |
Lisbon Architecture Triennale 2011
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
2. 2 Sloterdijk
Resumen.
Este trabajo propone un análisis de las transformaciones contemporáneas de la
idea de música y su incidencia en la evolución del pensamiento contemporáneo y
del correspondiente debate filosófico. Se exploran así las transformaciones de la
vertiente experimental de la música contemporánea -con particular atención a la
obra de John Cage- así como del cruce de discursos y disciplinas que intentan dar
cuenta del alcance estético, sociológico y terapeútico de dichas transformaciones.
Todo esto a la luz del pensamiento del filósofo alemán Peter Sloterdijk quien
esboza en sus obras una lectura del mundo como sistema polifónico de sonidos a
la vez que establece una original e interesante analogía entre la música y la vida
humana en nuestras sociedades exhaustas.
Abstract
This work sets out an analysis of the contemporary transformations of the music
idea, as well as of sociological and therapeutic the crossing of speeches and
disciplines that try to give account of the aesthetic reach, of those transformations,
those that, as it is, nourish the philosophical debate. Finally, to the light of the
thought of the German philosopher Peter Sloterdijk, will outline a reading of the
world like polyphonic system of sounds and an analogy between the music and the
human life.
Palabras claves:
Filosofía - música – metafísica – terapia – sonido – mundo - esferas
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3. 3 Sloterdijk
1.- Sobre la huida del mundo desde la perspectiva antropológica.
La música que atesoramos, que nos habita y secuestra, provoca un
ahondamiento, una receptividad hacia emociones que de otro modo nos serían
desconocidas. Los intentos de desarrollar una psicología, una neurología y una
fisiología de la influencia de la música sobre el cuerpo y la mente se remontan a
Pitágoras y la magia terapéutica, pasando por Schopenhauer y Nietzsche,
hasta llegar a Sloterdijk, quien plantea como basamento de este interrogar,
como pregunta estrictamente filosófica, exploratoria de la experiencia musical:
¿dónde estamos, cuando escuchamos música? A la que podríamos añadir ¿a
dónde nos dirigimos cuando escuchamos música? O, mejor aún, ¿hacia dónde
somos conducidos?
Se afirma generalmente que la música “se dirige al oído”. Pero esto lo hace, en
cierto modo, nada más en la medida en que el oído, como los demás sentidos,
es un órgano e instrumento perceptivo de lo intelectual. Pero en realidad, y esto
debe ser destacado, hay música que no contó nunca con ser oída; es más, que
excluye la audición. Así ocurre con un canon a seis voces de Johann Sebastian
Bach, escrito sobre una idea temática de Friedrich el grande. Se trata de una
composición que no fue escrita ni para la voz humana ni para la de ningún
instrumento, concebida al margen de toda realización sensorial, y que de todos
modos es música, tomando la música como una pura abstracción. Quién sabe,
decía Kretzschmar2, si el deseo profundo de la Música es de no ser oída, ni
2
KRETZSCHMAR, La música y lo visual, Conferencia, Traducción de Eugenio Xammar, de. Sudamericana,
Buenos Aires, pp. 92-93.
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4. 4 Sloterdijk
siquiera vista o tocada, sino percibida y contemplada, de ser ello posible, en un
más allá de los sentidos y del alma misma.
Uno de los músicos que mejor entendió esto fue, como se ha anticipado, John
Cage, quien extrema la relación -de continuidad- de la música con el ruido y el
silencio, realizando una serie de piezas compuestas aleatoriamente a partir de
fragmentos operísticos: los restos de una cultura ya imposible.
el interés experimental y rupturista, como la referida condición inarmónica hace
de la música una técnica de diseño y un modo sorpresivo de composición,
estos son algunos de los rasgos que caracterizan a la música contemporánea -
en su vertiente experimental- particularmente a la inventiva de Cage y al
serialismo o música dodecafónica3. Tal es también el caso del alemán Karlheinz
Stockhausen quien utiliza danza, discursos, canciones y sonidos de cintas
magnetofónicas pregrabadas, grandes coros y un subrayado electrónico de las
líneas instrumentales y vocales durante la representación, donde despliega
procesos de alteración -impulsos acústicos- que intentan dar cuenta del tiempo
vivencial4, elemento que significo una renovación de las concepciones
3
La música dodecafónica se escribe siguiendo el principio de que todos los doce tonos o notas son de igual
importancia, siendo la opuesta a la tonal, en la cual ciertas notas son predominantes y con una tonalidad
determinada. En la Dodecafónica no sucede esto y por eso siempre es atonal. La relación interna se establece
a partir del uso de una Note-Row (hilera de notas)compuesta por las doce notas aunque a veces sean menos.
El compositor decide el orden en que aparecen con la regla de que no se repita ninguna hasta que la serie
vuelva a empezar.
4
“El tiempo vivencial es también dependiente de la densidad de alteración: más eventos sorpresivos ocurren,
el tiempo pasa más rápidamente; más repeticiones ocurren, el tiempo pasa más lentamente. Pero hay sorpresa
únicamente cuando algo inesperado ocurre: sobre la base de eventos previos esperarnos una sucesión de
alteraciones de cierto tipo y, de pronto, ocurre algo que es totalmente distinto a lo que esperábamos. En ese
momento somos sorprendidos, pero nuestros sentidos son extremadamente receptivos para absorber la
alteración inesperada, para ajustarse a ella... El tiempo vivencial fluye alterándose de manera constante e
inesperada.” Karlheinz Stockhausen, Estructura y Tiempo vivencial.
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5. 5 Sloterdijk
tradicionales de la opera5. La decisión de componer con materiales extraídos
de los datos sonoros experimentales es una construcción que ha venido a
denominarse música concreta, a fin de subrayar nuestra dependencia, no ya
respecto de abstracciones sonoras preconcebidas, sino de fragmentos sonoros
definidos y enteros, incluso – o especialmente- cuando escapan a la definición
elemental del solfeo.
De este modo la música entra un proceso de sofisticación estética y comienza
a mostrar similitudes con las pretensiones de las artes plásticas. Así, la música
atonal, por ejemplo, surge del impulso propio de toda arte a afirmarse como
objetiva. “Liberarse de la tonalidad, que había dominado la música durante
siglos, ha sido para la pintura equivalente a liberarse de las leyes la
perspectiva o el cromatismo que la aprisionaban”6. Así la música dodecafónica
y electrónica aspira a ser música en sí, igual como la pintura informalista, que a
través de lo aleatorio, lo matérico y gestual, pretende ser no una representación
de la realidad, sino la presentación (figurativa) de esta, de la realidad en sí -si
cabe el uso de esta expresión-, aquella que se nos ofrece en su radical
impredicibilidad, mezclando de modo aleatorio la arena, el yeso, el oleo, los
relieves, agujeros, cortes y la destrucción del lienzo y arpilleras por medios
químicos, mecánicos o incorporando objetos extraplásticos que nos sorprenden
con su potencia expresiva. Aquí la pintura no aspira sino a presentarse a sí
misma. De igual modo la música experimental contemporánea no querrá
expresarse más que a sí misma.
5
ORREY, Leslie, La Ópera, .Ed. Destino, Barcelona, 1993, p. 225
6
DORFLES, Gillo, El Intervalo Perdido, Editorial Lumen, Barcelona, 1984, p.20
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6. 6 Sloterdijk
La música puede invadir y sensibilizar la psique humana ejerciendo una especie
de secuestro del ánimo, con una fuerza de penetración y éxtasis, tal vez sólo
comparable a la de los narcóticos o a la del trance referido por los chamanes,
los místicos y los santos. No es casual que la palabra alemana Stimmung
signifique “humor” y “estado de ánimo”, pero también comporte la idea de “voz”
y “sintonía”. Somos “sintonizados” por la música que se apodera de nosotros 7.
La música puede transmutarnos, puede volvernos locos a la vez que puede
curarnos. La importancia de la música en los estados de anormalidad del ánimo
es un hecho reconocido incluso en el relato bíblico donde David toca para Saúl.
Las estructuras tonales que llamamos 'música' tienen una estrecha relación con
las formas de sentimiento humano –formas de crecimiento y atenuación, de
fluidez y ordenamiento, conflicto y resolución, rapidez, arresto, terrible
excitación, calma o lapsos de ensoñación– quizás ni gozo ni pensar, sino el
patetismo de uno u otro y ambos, la grandeza y la brevedad y el fluir eterno de
todo lo vitalmente sentido. Tal es el patrón, o 'forma lógica', de la sensibilidad, y
el patrón de la música es esa misma forma elaborada a través de sonidos y
silencios. La música es así “una analogía tonal de la vida emotiva”8.
7
DORFLES, Gillo, Elogio de la Inarmonía, Editorial Lumen, Barcelona, 1989, p. 38.
8
LANGER, S. K., Sentimiento y forma, Universidad Nacional Autónoma, México, 1967, p. 35
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7. 7 Sloterdijk
La música es el arte de la personificación, de la escenificación de las
emociones. La música cumple una función política y religiosa, incluso
“sagrada”, de cohesión del cuerpo social; la utilización de medios de
amplificación del sonido se inscribe en una estrategia de ruptura con los
códigos identitarios, con la eclosión de la heterogeneidad, con la producción de
una animosidad colectiva. Los himnos han equilibrado la nostalgia, han acallado
el estupor e incluso enjugado lágrimas, evitando la disolución de los sujetos y
contribuido a la conservación de lo humano en un solo cuerpo tonal. Así, en las
edades, en la sucesión histórica, en el progresivo deterioro de las sociedades,
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
8. 8 Sloterdijk
en las épocas de fatiga y devastación, en los tiempos de asolamiento, de la
caída de imperios y la irrupción de las hordas, cuando los tiempos amenazaban
hacerse demasiado sonoros, allí irrumpía el genio, el músico que insertaba,
contra el positivismo de orquesta y la obstinación de los compositores,
recogimiento, silencio y secreto. Restaurando la armonía global.
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9. 9 Sloterdijk
2.- El metafísico animal de la ausencia.
El desarrollo sin precedentes de la música occidental sólo se puede
comprender desde la necesidad de producir un sucedáneo de amplitud cultural
convincente para el refugio perdido al que Sloterdijk refiere cuando describe
nuestra condición de expatriados que el drama de la vida supone, ese forzoso
y continuo abandono de los espacios íntimos en los que habitamos seguros,
como nuestro impremeditado surgir y afrontar el mundo fuera del seno
materno, extrañamiento difícilmente analizable por los restos de memoria
prenatales, pero que nos acompaña con su eco sordo. Todos hemos habitado
en el seno materno un continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se
sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo,
por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.
A esto apunta Sloterdijk con su Trilogía Esferas9 cuando comienza convocando
los sentidos, las sensaciones y el entendimiento de lo cercano; aquello que la
filosofía suele pasar por alto: el espacio vivido y vivenciado. La experiencia del
espacio siempre es la experiencia primaria del existir. Siempre vivimos en
espacios, en esferas, en atmósferas. Desde la primera esfera en la que
estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos los espacios de vida
humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada
de la primera esfera humana.
9
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas. Microsferología, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela,
2004.
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10. 10 Sloterdijk
Sloterdijk, dota de contenido el ser-ahí en el mundo de Heidegger. El miedo
originario es indicativo de una catástrofe de la audición; el miedo frente a la
muerte de la música congénita, el miedo al espantoso silencio del mundo tras la
separación del medio materno. Este accidente auditivo original es el fondo
sobre el que se sitúa la posibilidad de toda nueva escucha musical. Si durante
las experiencias “esporádicas” de gran miedo nos sobrecoge la presencia de la
nada, su sonido está oculto y suprimido con lo existente en general. El ser-ahí
en el mundo quiere siempre decir un ser expuesto en una esfera donde, por
primera vez, la no-música es posible. El que ha nacido ha perdido el tono del
continuum acústico profundo del instrumento -organum- materno. El
penetrante estremecimiento del miedo proviene de la pérdida de aquella música
que ya no oímos más cuando estamos en el mundo. Una lectura atenta del
enigmático discurso de Heidegger permite ver que el miedo del que se habla no
puede ser otro que el miedo a la muerte de la música congénita, el miedo al
espantoso silencio del mundo tras la separación del medio materno. Todo lo
que después haya de ser música creada proviene de una música resucitada y
reencontrada que también evidencia el continuum hacia su destrucción. Música
reencontrada es reanudación del continuum hacia su catástrofe. Cuando ya no
son audibles el latido cordial y el susurro visceral del instrumento musical
primario, entra en escena la urgencia del pánico de existir. Allá en la
suspensión vacía “en el mundo”, sólo se abre una vastedad inquietantemente
silenciosa donde se ha suprimido el continuum acústico de la musica materna.
El trauma acústico del solitario ser parido lo mantiene en una situación de
extrañamiento, de nostalgia de aquel que fue su propio y primer mundo sonoro,
interior y total. Así, con Sloterdijk, se entiende cómo es que Heidegger pudo
abrigar la convicción de que, tras los bastidores ruidosos del vivir activo,
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
11. 11 Sloterdijk
“duerme” el viejo pánico, el miedo a un silencio terrible.
Es en este sentido que la música nos asiste terapéuticamente, otorgándonos la
posibilidad del repliegue, nos abastece en nuestra necesidad de huida del
mundo. La ofensiva sonora artística contra el ruido del mundo exterior ha
alcanzado en este siglo una intensidad sin par en toda la historia de la especie.
Pero, diversamente al desierto, que ayudaba a liberar lo interior, la
musicalización mediática de todos los espacios inunda las últimas lagunas de
interioridad: olvido del ser desde todos los altavoces10, banal falta de mundo en
cada casa y a todas horas del día. Desde que hay auriculares, el principio de
desconexión del mundo progresa en el moderno consumo musical también a
escala de los aparatos. A partir de todo esto, va siendo cada vez más próxima
una evolución drogoteórica de todas las formas de ambientes más “sutiles” en
la modernidad. Hoy, difícilmente podría darse un fenómeno de cultura
contemporánea en donde no se manifestaran vestigios de técnicas cuasi
musicales de distanciamiento del mundo. El más moderno cocooning11, las
emigraciones masivas de sujetos modernos al inaccesible interior de retiros,
10
SLOTERDIJK, Peter, Extrañamiento del mundo, Editorial Pre-textos, Valencia, 2001, p. 119
11
Cocooning es el acto que aisla o oculta del ambiente social normal, que se puede percibir como perturbador,
peligroso o de alguna manera incómodo, al menos en lo inmediato. La tecnología ha posibilitado esta huida del
“cocooning” más fácilmente que antes. El teléfono y el Internet son las invenciones que hicieron posible una
clase de cocooning socializado en el cuál se puede vivir en el aislamiento físico mientras que se mantiene un tele
o ciber-contacto con otros. / El término fue popularizado en los años 90 por las palomitas de la fe del consultor
de comercialización en su libro el informe de las palomitas: El futuro de su compañía, su mundo, su vida . Las
palomitas sugirieron que el cocooning se podría analizar en tres diversos tipos: el capullo socializado, en el cual
uno retira el aislamiento de su hogar; el capullo armado, en el cual uno establece una barrera para protegerse
contra amenazas exteriores; y el capullo que vaga, en el cual uno viaja con una barrera tecnológica que sirve para
aislarlo del ambiente. / Un ejemplo común de cocooning hogar-está basado en permanecer en casa para mirar
videos en vez de ir a los cines. El cocooning que vaga es evidente en los que ejerciten o caminen alrededor de la
ciudad mientras que siguen estando conectados con los auriculares a un mundo privado, el de su personal sonido.
Las tecnologías inalámbricas como los teléfonos celulares y PDAs han agregado una nueva dimensión de
cocooning social al cocooning que vagaba permitiendo que la gente incluya selectivamente a otras en su capullo
móvil.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
12. 12 Sloterdijk
juergas y simbiosis, no sería posible sin la inmersión en el menú tonal de la
instalación sonora. Distanciamiento del mundo es el mínimo común
denominador de la sociedad poliescapista.
La era de la falta de albergue metafísico, por recordar la definición de
modernidad de Lukács, generaliza el hábito de la huida, de la evasión de no
poder o no querer escucharse. Así los hombres que no pueden escuchar su
silencio carecen de aquella música interior que vivifica de un modo
supramundano. Es un repliegue no escapista sino más bien de albergue
acústico en el regazo espiritual del eco de aquel soplo original mediante el cual
fuimos forjados.
Luego ya arrojados a un mundo que nos vela nuestra filiación, nos vemos
forzados a proveemos de nuevos pasaportes que nos permitan volver del
extrañamiento de nuestra patria, convirtiendo así la vida en viaje, en un difuso
periplo, donde el viaje mismo se torna instrumento de gracia. Somos seres
transidos, en circunstancia de viaje, de huida o retorno. En este mundo no hay
sino exiliados, de ahí el sentimiento de que que el viaje podría redimirnos, como
lo ha hecho constar el artista ruso de vanguardia Ilya Kabakow12 en una
conversación con el crítico Boris Groys.
“En mi se ha desarrollado la disposición a no encontrarme en mi sitio.
Siempre me fue una experiencia especialmente grata el no estar en
12
Escultor, instalador y artista conceptual ruso. Nació en Ucrania en 1933. Estudio artes gráficas en el Instituto
de Arte Surikov de Moscú. Su trabajo como artista plástico se inicia como ilustrador. Entre sus obras
destacan la serie de murales Schek Art. Realizó una exposición ficticia en el museo Pushkin a la que
irónicamente llamó " Volar con alas". Ha participado en varias bienales internacionales, con trabajos como
“El hombre que salto al cosmos”. En 1993 se traslada a Nueva York.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
13. 13 Sloterdijk
donde fuera. Cuando viajo, el gusto anticipado de irme de aquí ya me
hace feliz. Está claro que es un trauma infantil por la falta de deseo de
nacer. El mundo a donde vine y mi figura, en la que fui parido, no me
satisface nada. No me gusta mi aspecto y no me identifico con él.
Todavía recuerdo que, cuando vi mi hechura por primera vez en el
espejo, gemí de dolor: no podía concebir que yo fuera ése. Ése es el
deseo de largarme de mi cuerpo, de mis cosas, de mi casa [...] No
tengo casa, siempre me encuentro de paso. De alguien así se suele
decir: no se halla en ningún sitio”13.
13
KABAKOW Ilya, Boris Groys, Die Kunst des Fliebens, Munich 1991, pp. 119 – 120.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
14. 14 Sloterdijk
3.- ¿Dónde estamos, cuando escuchamos música?
¿Dónde estamos cuando escuchamos música? La presencia no tiene por qué
ser algo que demos por supuesto. El hombre, como señala Sloterdijk, es más
bien "el metafísico animal de la ausencia".
La presencia se refiere a estar en el mundo y estar en el mundo de los sentidos.
Pero para poder apreciarla es necesario haberse ausentado antes. Es como la
vuelta a la naturaleza o a la vida en el campo. No es apreciada o sentida como
tal hasta que es "regreso". Podría ser la presencia como el darse cuenta del
mundo exterior sin pantallas intermedias. ¿Hay quién soporte eso de forma
continuada? Peter Sloterdijk habla de "la autoexperiencia pánica del acto de
presencia".
Y la ausencia sería como darse cuenta del mundo interior, igualmente sin
interferencias de una capa intermedia, como si esa zona de fantasías,
anticipaciones, deseos, etc, interviniera para mitigar la intensidad de la
presencia o de la ausencia. Casi sería posible pensar en la evolución del
hombre occidental como la historia de su alejamiento del mundo externo y del
mundo interno a través de la inflación de esa capa intermedia. Esto reconocería
a esa capa una función que ha permitido el desarrollo tecnológico y científico
así como el arte, la literatura, la música, al igual que los mecanismos neuróticos
han tenido originariamente una función adaptativa.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
15. 15 Sloterdijk
En el momento actual se da una gran contradicción. No existen ritos de
ausencia validados14 -como la práctica de subirse a una columna y permanecer
ascéticamente allí y, al mismo tiempo, existe mucha mayor ausencia de uno
mismo en la vida cotidiana. ¿Cómo estar comiendo y viendo la televisión al
tiempo, por ejemplo, con imágenes de cadáveres desmembrados? No es
extraño, por tanto, que la disociación sea, en su diferentes manifestaciones,
una patología en auge.
Algo muy distinto de nuestra experiencia actual. ¿Cómo soportamos una
continua y forzada presencia en el mundo? En un mundo que aparece como
exigencia y demanda permanente. Tal vez con drogas, alcohol o música. Con
la musicalización mediática de la que habla Sloterdijk cuando anuncia el "olvido
del ser desde todos los altavoces"15.
Aún en el máximo contacto se puede tener una gran dosis de ausencia, como la
soledad de las grandes ciudades. Nos encerramos dentro de una campana
sonora específicamente humana: devenimos miembros de una secta acústica.
Vivimos en nuestro ruido y, desde siempre, el ruido común ha sido la realidad
constitutiva del grupo humano. Hoy, por primera vez en la historia, los humanos
estamos rodeados de aislantes acústicos. En otras palabras, el habitante de
cada departamento decide qué oirá o escuchará. Es una de las grandes
realidades de nuestra época.
14
Hubo tiempos en que la moda disociativa (es decir, la manera de ausentarse) era subirse a una columna y
permanecer ascéticamente allí; representaba el triunfo sobre el mundo, el hombre extasiado sobre su columna
ya estaba en otro sitio; en este caso con Dios mismo.
15
SLOTERDIJK, Peter, Extrañamiento del mundo, Editorial Pre-textos, Valencia, 2001
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
16. 16 Sloterdijk
Las drogas ofrecen una descripción de lo que sucede con la polaridad
presencia-ausencia: cada uno de los extremos de la polaridad contiene al otro.
Las drogas se utilizan en muchas culturas para intensificar la presencia. Una
utilización incompatible con la adicción. De un conjuro de un festín nórdico
recoge Sloterdijk un relato con una "bebida que tenía un hondo propósito"....
"los hombres se saturan de fuerza"... "el tiempo se dilata de manera
insoportable"...Pero nuestras drogas actuales (el alcohol, los alucinógenos), nos
sirven sobre todo para escaparnos de nosotros mismos, para ausentarnos16.
16
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Revista Zona Moebius, Año 4 / enero, 2006. y Cuaderno de Materiales, Nº22
Enero 2006, publicación oficial de la Universidad Complutense de Madrid, indexada en el registro
internacional de publicaciones seriadas con el número de ISSN: 1138-7734
http://www.filosofia.net/materiales/num/num22/Sloterdijk.htm
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
17. 17 Sloterdijk
4.- Experimentos con uno mismo; la escucha de sí.
El pensador cree que él es indudable, en cuanto y en tanto piensa. Pero no se
da cuenta que su 'llegar a sí' depende de su 'escucharse a sí'. No tiene
presente, que sólo por eso puede estar seguro de sí mismo y de su
pensamiento, porque hay un escucharse que precede a su “pensarse”. Se
queda absorto en el contenido del pensamiento, sin reparar nunca en que su
yo-pienso-existo, en verdad, significa un yo-escucho-algo-en-mí-hablar-de-mí-17.
Si esto se percibe, el sentido del cogito se altera de raíz. El mínimo sonido
interior de la voz del pensamiento, si es escuchado y, con ello, hecho íntimo, es
la primera y única certeza que puedo adquirir en mi autoexperimento.
El escucharse parece ser así, el fundamento de toda intimidad y por tanto lo
determinante de todo espacio propiamente humano.
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
17
SLOTERDIJK, Peter, Extrañamiento del mundo, Editorial Pre-textos, Valencia, 2000, p. 301
Dr. Adolfo Vásquez Rocca