Las pruebas preparan a los predicadores para el éxito como pastores. Moisés recibió experiencia cuidando el rebaño de Dios para estar listo para liderar a su pueblo. Los predicadores también deben beber primero de la fuente de vida para poder llevar a las almas a ella. Deben comprender el infinito sacrificio de Cristo y tener un espíritu de amor. Aunque el trabajo del ministro puede ser difícil, debe realizarse con prontitud, energía y celo, considerando que es más sagrado y sus resultados más trascendentales.