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Garci Lasso Ruiz de la Vega fue un poeta y militar español del
Siglo de Oro. Nació y se crió en Toledo, en el seno de una noble
familia castellana. Ya desde muy joven participó en las intrigas
políticas de Castilla hasta que en 1510 entró en la corte del rey
Carlos I, hijo de Garci Lasso, Comendador Mayor de León, y
Sancha de Guzmán. Se sabe en qué fecha falleció,
supuestamente a los 34 años, un 14 de octubre de 1536 en Niza.
Y en 1538 sus restos fueron trasladados a Toledo.
En cuanto a su nacimiento, según los datos anteriores, habría
nacido en 1501 pero esa fecha no es aceptada por unanimidad,
puesto que no se ha encontrado ningún documento que lo
acredite. Su nacimiento pudo tener lugar entre 1498 y 1503,
aunque algunos biógrafos sitúan el hecho alrededor de 1491.
El linaje del poeta era de los más ilustres del reino y se casó en
1525 con Elena de Zúñiga, dama principal, también de claro
linaje, con quien tuvo cinco hijos. Fue un matrimonio de
conveniencia a instancias del Emperador. Garcilaso ocupó el
cargo de regidor de la ciudad.
Garcilaso no fue hombre de una sola mujer, y se sabía de una
admiración femenina generalizada por el poeta. Al parecer,
Guiomar de Carrillo fue su primer amor, con quien tuvo un hijo,
Lorenzo, al que el poeta reconoció en su testamento.
Lo narraba así Guiomar, después de la muerte del poeta:
“Yo tuve amistad del muy magnífico caballero Garcilaso de la
Vega... Entre mí y el dicho Garcilaso hubo amistad y cópula
carnal mucho tiempo, de la cual cópula yo me empreñé del dicho
señor Garcilaso, y parí a don Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo
del dicho señor Garcilaso y mío, siendo asimismo el dicho señor
Garcilaso hombre mancebo y suelto, sin ser desposado ni casado
al dicho tiempo y sazón”.
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Después de la muerte de Garcilaso se empezó a leer su obra
como una biografía erótica, no se sabe bien si escribía a su
esposa Elena, a Guiomar, a Isabel Freyre, una dama portuguesa
que deslumbró a Garcilaso, o a Beatriz de Sa, otra dama
portuguesa, cuñada de Garcilaso.
En su carrera militar, Garcilaso estuvo al lado del Emperador.
Entró en la reunión del Patronato del Hospital del Nuncio en
Toledo, blandiendo su espada, y aquello le costó una sanción
económica y el destierro de la ciudad por de tres meses.
Garcilaso demostró su adhesión a Carlos V y luchó contra los
comuneros. En 1529 acompañó a Carlos V en su viaje a Italia
para coronado como Emperador por el Papa, ceremonia que tuvo
lugar el 24 de febrero de 1530. Aquellos meses fueron de vital
importancia para la formación literaria del poeta.
En febrero de 1532, el poeta recibió una de las noticias más
tristes de su vida: el Emperador mando interrogar a Garcilaso
por participar en la boda, no consentida por Carlos V, de su
sobrino con Isabel de la Cueva, celebrada en agosto de 1531.
Garcilaso terminó desterrado, primero a una isla del Danubio,
que el poeta recordó en su Canción III; y finalmente a Nápoles.
Durante un temerario asalto a una fortaleza a finales de
septiembre de 1536, sin apenas armas defensivas, Garcilaso fue
el primer hombre en trepar por la escala, y fue alcanzado por
una piedra arrojada por los defensores, cayó al foso gravemente
herido y a los pocos días falleció.
La biografía de Garcilaso oculta todavía secretos que no se han
podido desvelar.
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Garcilaso no publicó ninguna obra en vida. Su escasa obra que
se ha conservado, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada de
manera póstuma junto con la de Juan Boscán bajo el título
de Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega.
Este libro inauguraba el Renacimiento literario en las letras
españolas. La influencia de la poética y métrica italiana se
advierte abiertamente en toda su obra y Garcilaso las adaptó a
la métrica castellana con muy buenos resultados. Garcilaso
revolucionó la poesía de la época, al introducir las formas de la
lírica italiana.
En muchos de sus poemas se refleja la gran pasión de Garcilaso
por la dama portuguesa Isabel Freyre. La conoció en la corte en
1526 y su muerte en 1533 le afectó profundamente.
En el Cancionero Petrarquista la canción 5ª y última pertenecen
a un género distinto: Oda a la flor de Gaido, oda de tipo
horaciano, destaca la exploración de los estados del alma y el
gusto por la naturaleza (grandes temas desarrollados por
Petrarca). Y destaca el Soneto X y el XXV que se consideran
motivados por la muerte de Isabel Freyre.
SONETO X
De Garcilaso de la Vega
¡Oh dulces prendas, por mí mal halladas,
Dulces y alegres cuando Dios quería,
Juntas estáis en la memoria mía,
Y con ella en mi muerte conjuradas!
¿Quién me dijera, cuando las pasadas
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Horas que en tanto bien por vos me vía,
Que me habíais de ser en algún día
Con tan grave dolor representadas?
Pues en una hora junto me llevastes
Todo el bien que por términos me distes,
Llévame junto el mal que me dejastes;
Si no, sospecharé que me pusistes
En tantos bienes, porque deseastes
Verme morir entre memorias tristes.
Este poema de Garcilaso de la Vega pertenece al conjunto de 38
sonetos escritos por él, durante la primera mitad del siglo XVI.
Su obra es exclusivamente poética y está influida por los grandes
clásicos, el platonismo y Petrarca.
En 1534, con la noticia de la muerte de Isabel Freyre, empieza
un cambio de rumbo en su obra. Precisamente, este soneto fue
escrito poco después de la muerte de su amada.
Este soneto consta de dos cuartetos y dos tercetos encadenados,
de versos endecasílabos y de rima consonante
(ABBA/ABBA/CDC/DCD).
El tema principal es el gran sufrimiento ante la pérdida de su
amada. En la primera estrofa exalta el dolor que siente ante el
recuerdo de su amada. En la segunda recuerda la felicidad que
ha pasado con ella antes de su muerte y la tristeza presente.
Finalmente, en la tercera y cuarta estrofa, el autor realiza una
petición desesperada de que el dolor le abandone, y si no se
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cumple su petición pensará que toda la felicidad vivida fue para
llegar a la muerte.
En este poema se nos representan dos muertes. La de Isabel
Freyre, pero a la vez, la del autor.
La influencia renacentista se observa en el tema: el dolor por la
ausencia de su amor; y en la forma: el soneto. Aunque también
está presente la ideología teocentrista medieval (en el primer
cuarteto: dulces y alegres cuando Dios quería).
Utiliza un lenguaje sencillo y natural que se observa a través de
los contrastes que aparecen en todo el poema. Hay una
exclamación en la primera estrofa y una interrogación retórica
en la segunda.
Antítesis (dulces prendas por mi mal halladas, pasadas horas
que tanto bien, todo el bien junto el mal, tantos bienes memorias
tristes) que utiliza Garcilaso para expresar su antiguo dulce amor
y el dolor que ahora padece.
También podemos encontrar hipérbaton (Pues en una hora junto
me, que por términos, verme morir entre).
SONETO XXV
de Garcilaso de la Vega
¡Oh hado ejecutivo en mis dolores,
Cómo sentí tus leyes rigurosas!
Cortaste el árbol con manos dañosas,
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Y esparciste por tierra fruta y flores.
En poco espacio yacen los amores,
Y toda la esperanza de mis cosas
Tornados en cenizas desdeñosas,
Y sordas a mis quejas y clamores.
Las lágrimas que en esta sepultura
Se vierten hoy en día y se vertieron,
Recibe, aunque sin fruto allá te sean,
Hasta que aquella eterna noche oscura
Me cierre aquestos ojos que te vieron,
Dejándome con otros que te vean.