Para que Dios acepte nuestras ofrendas como un acto de adoración, debemos:
1- Presentar nuestras ofrendas en el altar. 2- Apartar lo primero y lo mejor para Dios. 3- Presentar nuestras ofrendas como Dios lo ordenó. 4- Presentarnos con humildad y reverencia. 5- Depositar la fe en Dios, y no en la ofrenda como tal.
1. La obediencia y la adoración
que dios acepta
Pr. Diego D. Doria
Ministerio de Mayordomía
Unión Colombiana del Norte
2. ”Por tanto, si traes tu ofrenda al altar,
y allí te acuerdas de que tu hermano
tiene algo contra ti, deja allí tu
ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano,
y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Mateo 5:23,24.
3. “El Señor no puede aceptar una
obediencia parcial. No bastaba
que en el solemne tiempo del
culto se hiciera casi todo como él
había ordenado. PP. 328
4. 1- ¿POR QUÉ ACEPTÓ
DIOS LA OFRENDA DE
ABEL Y NO LA DE CAÍN?
5. Y aconteció andando el tiempo, que Caín
trajo del fruto de la tierra una ofrenda a
Jehová. Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, y de su
grosura. Y miró Jehová con agrado a Abel y
á su ofrenda; mas no miró propicio a Caín y
a la ofrenda suya. Y se enojó Caín en gran
manera, y decayó su semblante. Génesis 4:3-5
6. Aconteció después de un tiempo
que Caín trajo, del fruto de la
tierra, una ofrenda a Jehová .
Génesis 4:3
La ofrenda de Caín.
7. “Y Abel fue pastor de ovejas, y
Caín fue labrador de la tierra”.
Génesis 4: 2.
La ofrenda de Caín.
8. Desde la razón humana, parecía justo y
lógico.
Caín obedeció al construir el altar.
Presentó su ofrenda como Dios les había
pedido.
Pero no trajo como ofrenda lo que Dios
había ordenado.
La ofrenda de Caín.
9. Era una ofrenda que no representaba a
Cristo.
Una ofrenda sin Cristo, carece de valor.
No es la cantidad de la ofrenda lo que le
dará valor; es la fe en el Cristo al cual va
dedicada la ofrenda, lo que le dará eficacia
y hará que sea acepta ante Dios.
10. “Presentó su ofrenda como un favor que
hacía a Dios, para conseguir la aprobación
divina. Caín obedeció al construir el altar,
obedeció al traer una ofrenda; pero rindió
una obediencia sólo parcial. Omitió lo
esencial, el reconocimiento de que
necesitaba un Salvador...” – {CV 25.2}
11. “La verdadera fe, que descansa
plenamente en Cristo, se
manifestará mediante la obediencia
a todos los requerimientos de Dios”.
PP. 53
12. La adoración que Dios acepta es aquella que se
hace conforme a su Palabra.
No es de libre elección la manera de obedecer a
Dios.
No puedes llevar tus diezmos y ofrendas por
fuera de lo que el Señor ha pedido, y pretender
que Dios lo acepte como un acto de adoración.
No podemos pretender obedecer a Dios
poniendo nosotros las condiciones.
Lecciones
14. Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo
más gordo de ellas. Y miró Jehová
con agrado a Abel y su ofrenda”.
Génesis 4: 4
15. “Abel trajo los primogénitos de su
rebaño, y de los mejores, como Dios lo
había ordenado; y con humilde
reverencia presentó su ofrenda con
plena fe en el Mesías venidero. Dios la
aceptó”. Historia de la Redención, 55.
17. a) Abel trajo la ofrenda al altar
No presentó su ofrenda en
cualquier lugar.
Como era un acto de adoración, la
presentó ante Dios a quien quería
adorar.
18. Traed todos los diezmos al alfolí y haya
alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas
de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que
sobreabunde. Malaquías 3:10
Dios ha sido específico:
19. "Ten cuidado de no ofrecer tus
olocaustos en cualquier lugar que
veas. Mas bien, sólo en el lugar
que Jehová haya escogido..."
Deuteronomio 12:13,14.
20. "Tengan cuidado de no llevar sus
ofrendas a cualquier parte, sino
sólo al lugar que Dios elija..."
(Traducción en Lenguaje Actual).
Otra versión de la Biblia dice:
21. b) Abel trajo como ofrenda
lo primero y lo mejor.
Para un buen mayordomo, Dios siempre será
primero, y Dios siempre merecerá lo mejor.
A Dios le pertenece el primer lugar siempre.
A Dios no se le adora con lo que queda.
Debemos darle los primeros minutos de nuestro
tiempo.
Debemos darle el primer lugar en nuestro
corazón.
Dios merece lo mejor de nuestro servicio.
22. “Él no quiere ocupar el segundo lugar. ¿Y
no debe Cristo recibir nuestra primera y
más alta consideración? … si nuestros
afectos se consagran enteramente a él, le
daremos el lugar supremo en todo nuestro
servicio”. Obreros Evangélicos. 449.
23. “La porción del Señor debe
separarse en primer lugar. CMC
86.2
24. “Muchas personas harán frente a
todas las exigencias y los compromisos
inferiores o secundarios, y dejarán a
Dios únicamente los restos, si es que
queda algo”. CMC 86
25. c) Como Dios lo ordenó.
“Los dos hermanos construyeron altares
semejantes, y cada uno de ellos trajo una ofrenda.
Abel presentó un sacrificio de su ganado, conforme
a las instrucciones del Señor… Pero Caín,
desobedeciendo el directo y expreso mandamiento
del Señor, presentó solamente una ofrenda de
frutos. Abel le rogó a su hermano que se acercara
a Dios en la forma que él había ordenado…” PP. 52
26. Solo aquello que se hace conforme a su
Palabra, es aceptado por Dios como un
acto de adoración.
Dios dijo cuanto era el diezmo; también
dijo a donde hay que llevarlo y cómo ha
de ser usado.
Cualquier otra orientación es intentar
repetir la ofrenda de Caín.
27. d) Con humildad y reverencia ante Dios.
Humildad y reverencia son características del
verdadero adorador.
Es el reconocimiento a aquel que todo lo
provee.
Es reconocer al autor y dueño de todo lo que
existe.
Por muy grande, materialmente hablando,
que sea nuestra ofrenda, es pequeña en
relación a lo que Dios dio por nosotros.
28. e) Con fe en Dios.
Nuestra confianza no está en el dinero que
depositamos.
No importa si es abundante o pequeño.
Nuestra fe debe fundamentarse en el Dios que
todo lo provee.
No diezmamos u ofrendamos para que Dios nos
bendiga.
Diezmamos y ofrendamos por que ya el Señor nos
bendijo.
29. “La verdadera fe, que descansa
plenamente en Cristo, se
manifestará mediante la obediencia
a todos los requerimientos de Dios”.
PP, 53
30. Caín tuvo la misma oportunidad que Abel para
aprender y aceptar estas verdades. No fue
víctima de un propósito arbitrario. No fue
elegido un hermano para ser aceptado y el otro
para ser desechado. Abel eligió la fe y la
obediencia; Caín, en cambio, escogió la
incredulidad y la rebelión. Todo dependió de
esta elección. – {PP 53.1}
32. Caín representa a todo aquel que
quiere obedecer a Dios a su manera.
Apartarse de las recomendaciones
dadas por Dios, tan solo porque la
razón humana me parece mejor, es
desobediencia pura.
Ninguno ha sido llamado para mejorar
los planes de Dios.
33.
34. Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones y te alcanzarán, si
oyeres la voz de Jehová tu
Dios. Deuteronomio. 28:2
35. Obediencia es hacer lo que Dios nos
ha pedido.
Solo la ofrenda que se lleva ante Dios,
tal como lo hizo Abel, es aceptada por
Dios como un acto de adoración.
36. La clase de adoradores que sigue el
ejemplo de Caín abarca la mayor parte del
mundo; pues casi todas las religiones
falsas se basan en el mismo principio, a
saber que el hombre puede depender de
sus propios esfuerzos para salvarse. PP 53
37. Caín y Abel representan dos clases de personas
que existirán en el mundo hasta el fin del
tiempo. Una clase se acoge al sacrificio
indicado; la otra se aventura a depender de sus
propios méritos; el sacrificio de estos no posee
la virtud de la intervención divina y, por lo
tanto, no puede llevar al hombre al favor de
Dios. PP 53.
38. Por medio de este episodio el Señor nos
enseña que su Palabra debe ser obedecida
sin reserva alguna. Caín y Abel
representan a dos clases de personas: los
impíos y los justos, los que andan según
sus propios caminos y los que andan en las
sendas del Señor y hacen juicio y justicia...
– {CT 37.5}
40. 1- Presentar nuestras ofrendas en el altar.
2- Apartar lo primero y lo mejor para Dios.
3- Presentar nuestras ofrendas como Dios
lo ordenó.
4- Presentarnos con humildad y
reverencia.
5- Depositar la fe en Dios, y no en la
ofrenda como tal.
41. Pregunté a uno de ellos por qué eran
mucho más bellos que los habitantes de la
tierra, y me respondió: “Hemos vivido en
estricta obediencia a los mandamientos de
Dios, y no incurrimos en desobediencia
como los habitantes de la tierra.” Primeros
Escritos, página 39.