Roger Schank argumenta que el objetivo de la educación no debería ser las notas de los exámenes, sino la felicidad de los estudiantes. Schank, quien ha enseñado en prestigiosas universidades durante 35 años, cree que pasamos demasiado tiempo memorizando cosas que luego olvidamos, lo que es una pérdida de tiempo y recursos cognitivos. Ahora está trabajando para crear nuevas escuelas que formen a ciudadanos útiles en lugar de intelectuales, donde los estudiantes sean más felices y aprendan a entender