1.
El Realismo Fantástico toma la realidad
cotidiana, la plasma con el mayor tinte de realismo
posible y, en ella, inserta un acontecimiento que
los personajes no pueden explicar con el uso de la
razón, sino que los hechos en los que se ven
inmersos los lleva a buscar otros rumbos que, a
simple vista, parecen irreales aunque ellos mismos
no puedan aceptarlos ni estén dispuestos a hacerlo.
En este caso los personajes son centrales… por lo
pronto, sus vivencias, sus creencias y sus
sentimientos son los que prevalecen en el relato y
lo llevan adelante.

2.
Los textos abundan en cambios (a veces
abruptos), sin embargo, siempre entran en un juego
con los sentimientos y las sensaciones del lector.
De este modo, cada acontecimiento dice cómo
quiere ser contado… cada momento del hecho
literario indica, también, cómo quiere ser leído. Ese
mundo interior que vivencian los personajes los
hacen tan únicos como tremendamente visceral
resultó su composición: el relato en primera
persona no es otra cosa que el autor poniéndose en
la piel de otro a quien ha modelado, a quien ha
formado desde la nada como a un hijo y con quien
interactúa más allá de la ficción.

3.
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