La micropigmentación se utiliza para disimular las cicatrices dejadas por múltiples cirugías de reducción de senos al aplicar pigmento en la areola para darle el mismo tono que el resto de la piel. Otra opción es crear un tatuaje cosmético sobre la cicatriz de una cesárea para transformar la marca en lugar de esconderla, como propone un instituto en Barcelona, cuyos precios van desde 600 a 1.800 euros.