El Arzobispo de Arequipa expresa su preocupación por una convocatoria a una marcha de orgullo LGBT en la ciudad, señalando que la circular advierte a los asistentes que se abstengan de consumir alcohol y drogas o portar armas durante el evento, lo que sugiere que esas prácticas son comunes entre muchos participantes. También critica que los organizadores no alerten a los asistentes, usualmente jóvenes, sobre los daños de esas conductas. El Arzobispo concluye que la pérdida de valores mor
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
5 de julio
del 2015
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba
HOMOSEXUALIDAD - DROGAS - VIOLENCIA
Hace un par de semanas recibí, vía internet, una
circular de convocatoria a la Marcha del orgullo
lésbico, gay, travesti, transgénero, transexual,
intersexual y queer de Arequipa. Si usted no sabe
lo que significan cada uno de esos términos, le
recomiendo que lo averigüe porque es lo que
cierta corriente quiere imponer como derecho
humano fundamental, junto con el aborto, la
eutanasia y otras formas de asesinato de los más
débiles y desprotegidos. Lo más grave es que lo
hacen a través de una estrategia que va dando
resultados en otros países, especialmente entre la
juventud que no termina de darse cuenta de la
gravedaddeestehecho.
Entre otras cosas, la mencionada convocatoria
dice: “Por razones de seguridad, está prohibido
durante toda la marcha el consumo de licor,
sustancias alucinógenas y psicoactivas, como el
porte de armas y elementos corto punzantes;
favor abstenerse de consumir y/o portar dichos
elementos. Recuerde que usted puede ser
requisado/a en cualquier momento por
miembros de la Policía Nacional, por tal motivo
recuerde evitar llevar elementos que le impidan
el libre acceso, movimiento, que le puedan ser
decomisados y/o que puedan generar su
retención privándole de su libertad”. No puedo
ocultar que este párrafo me ha causado mucha
preocupación, porque lleva a pensar que el
común de las personas convocadas, o al menos
un número considerable de ellas, son asiduos
consumidores de alcohol y drogas, así como
portadores de elementos punzocortantes y otras
armas. Pone de manifiesto, entonces, que en no
pocos casos el ejercicio desordenado de la
sexualidad va de la mano con el alcohol, las
drogas y laviolencia.
Me ha llamado también la atención que quienes
emitieron la convocatoria no hayan alertado a los
usuarios de esos elementos, que por lo general
son jóvenes, sobre el daño que les hace
embriagarse, drogarse o usar armas para dañar a
otras personas, ni sobre las consecuencias
sociales de esas prácticas. Como se puede leer en
el texto antes citado, únicamente les piden que
durante la marcha se abstengan de eso para evitar
que tales objetos sean decomisados por la Policía
y que ellos sean detenidos. Se puede concluir,
entonces, que la pérdida de valores morales en
materia sexual conduce también a la pérdida de
valores morales en otros aspectos de la vida. Muy
lamentable, por cierto, para aquellos que
promueven esa pérdida de valores, pero también
para toda la sociedad que carga con las
consecuenciasdesus actos.
Gracias a Dios, el movimiento al que me estoy
refiriendo tiene muy pocos seguidores en
Arequipa. De hecho a la marcha materia de estas
líneas acudieron sólo algunas decenas de
personas, lo que contrasta con los ciento
cincuenta mil que acudieron al Corso por la Vida
que, en nuestra misma ciudad, se realizó hace
algunos meses. Por cierto, también recibí la
circular de convocatoria a ese Corso y en ella no
se pedía que la gente no se drogue ni deje de
llevar armas, porque quienes amamos la vida
sabemos respetarla, empezando por la nuestra, y
no usamos drogas ni agredimos a los demás con
armas. Por ello, quisiera pedir a los padres de
familia que sepan transmitir a sus hijos este amor
por la vida, el matrimonio y la familia, y que los
alerten respecto a las verdaderas metas que
persiguen esos movimientos que, en el fondo,
pretendencrearunasociedadinhumana.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa