1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
10 Agosto
2014
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
LA IDENTIDAD AREQUIPEÑA
El mes de agosto, con sus fiestas, nos permite
celebrar con alegría nuestra pertenencia a esta
bella Arequipa llena de historia, arte, tradiciones
y valores. Arequipa, antes que una ciudad, es
una comunidad de personas y, como tal, tiene
sus luces pero también sus sombras; porque los
seres humanos no solamente reflejamos la luz
de Dios sino que también, muchas veces,
emanamos nuestras propias sombras, las
sombras de nuestra debilidad humana, de
nuestras imperfecciones e incoherencias. Sin
embargo, con sus luces y sus sombras, creo que
todos podemos estar agradecidos a Dios de
formar parte de esta bella comunidad
arequipeña y, por tanto, celebrar con alegría un
nuevo aniversario de su fundación española.
El programa de actividades públicas para este
mes es muy rico y variado. No pudiendo
mencionarlas todas, quisiera detenerme en dos
de ellas: el paseo del Estandarte y su entrega en
custodia alArzobispo; y la Misa Te Deum.Ambas
celebraciones son muy antiguas en nuestra
ciudad y ponen de manifiesto uno de los
elementos más importantes de la identidad
arequipeña: nuestra fe católica. Arequipa fue
fundada un 15 de agosto, es decir el día en que
la Iglesia católica celebra la fiesta de laAsunción
de la Virgen María a los Cielos. Evidentemente,
no se trata de una coincidencia sino de un signo
muy claro de que, desde sus inicios, la
comunidad arequipeña ha sido siempre católica
y, por tanto, también mariana. De hecho, nuestra
Catedral, que es el principal templo de la
arquidiócesis, de la ciudad y de toda la región,
está dedicada a la Virgen María; y el templo
arequipeño que más visitas recibe a lo largo del
año es el Santuario de la Virgen de Chapi. La
entrega del Estandarte al Arzobispo es un bello
signo de esa confianza que la ciudad siempre ha
depositado en la Iglesia y en María. A lo largo de
los siglos los arequipeños se han sentido
seguros y protegidos con la presencia de
ambas, que son Madres y Maestras. La Iglesia,
de la cual María es miembro insigne, siempre ha
formado parte de la vida de nuestra Arequipa y
ha participado de sus alegrías y tristezas, de sus
temores, esperanzas y triunfos. ¡Cuánto ha
recibido Arequipa de la Iglesia, en materia de fe,
esperanza y caridad!
Así, pues, las fiestas de Arequipa configuran
también una buena oportunidad para
preguntarnos cómo estamos viviendo nuestra
identidad católica y mariana, en el hogar, en el
centro de estudios o de trabajo, en nuestro
ambiente social y en el barrio. Esto es muy
importante porque cada vez hay más corrientes,
sobre todo provenientes del extranjero, que
atentan contra nuestras raíces católicas y nos
quieren imponer una pseudo-cultura global que,
con todo acierto, san Juan Pablo II llamó “cultura
de la muerte” y el Papa Francisco llama “cultura
del descarte”. Son corrientes dirigidas por
fuertes grupos de poder económico o ideológico
que quieren imponernos sus ideas o productos a
través de la mentira de que, supuestamente, son
necesarios para entrar en la modernidad y estar
a la par con los países desarrollados. La verdad
es que cualquiera que conozca bien la
verdadera situación de esos países, con sus
altos índices de desintegración familiar,
violencia, suicidios juveniles, abandono de los
ancianos, explotación del hombre por el hombre,
etc., será consciente de que el camino seguido
por ellos, de abandono de sus raíces cristianas,
no es el más adecuado si deseamos dejar en
herencia a las nuevas generaciones esos
valores humanos y cristianos que han hecho
posible queArequipa, la Roma del Perú, se haya
distinguido siempre por sus luces y no por sus
sombras.
¡Felices fiestas de Arequipa, para todos!
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa