PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN1.pdf
475 Aniversario
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo 16
de agosto
del 2015
475 ANIVERSARIO
En el mes de agosto,Arequipa se viste de fiesta.
Los que nos sentimos arequipeños, sea por
haber nacido acá o, como es mi caso, por
descender de arequipeños y llevar esa sangre en
las venas, o simplemente por haber sido
acogidos en esta bella Arequipa, celebramos el
475° aniversario de la fundación española de
nuestra blanca y heroica ciudad. Son días
propicios para renovar nuestro amor por esta
tierra y nuestra autocomprensión como pueblo
porque, junto con la grandeza de ser
arequipeños, nos toca una no menos grande
responsabilidad que deriva de aquello que es
Arequipaenelámbitonacionaleinternacional.
En primer lugar, hemos de ser conscientes de
que la ciudad de Arequipa forma parte del
Patrimonio Mundial. No son muchas las
ciudades que gozan de este reconocimiento
internacional. Son poco más de doscientas en
todo el mundo y nosotros formamos parte de
una de ellas. Esto constituye un honor y una
responsabilidad, porque nos corresponde no
sólo gozar de la belleza de nuestra ciudad, que
cautiva a cuantos nos visitan, sino también la
tarea de preservar lo mejor posible este
patrimonio que hemos recibido gratuitamente
de nuestros antepasados, de modo que podamos
entregarlo también gratuitamente a las
próximas generaciones. Conviene entonces que
cada uno se pregunte cómo trata a esta bella
ciudad de Arequipa en la que nos ha tocado
vivir. ¿Mantenemos la limpieza en las calles,
cuidamos el ornato, damos el debido
mantenimiento a los inmuebles, preservamos
las áreas verdes, conducimos los vehículos con
cuidado, evitamos la contaminación visual,
sonoraymedioambientalengeneral?
En segundo lugar, a nivel nacional Arequipa
siempre ha sido ejemplo de amor a la patria y
defensa de la democracia, cuna de grandes
hombres y mujeres que han aportado mucho en
las distintas dimensiones de nuestra vida
republicana, gracias a los principios y valores
morales y cívicos que la han caracterizado.
Arequipa no es sólo un lugar geográfico o un
patrimonio inmueble, es un pueblo que, desde
su propia historia e identidad local, ha sabido
ser parte activa en la vida de nuestro Perú. Un
pueblo no es una realidad estática sino que es
una comunidad dinámica, así como una cultura
no es la mera repetición de las mismas
costumbres. La identidad de un pueblo se forja
día a día, gracias a la creatividad de las nuevas
generaciones que construyen a partir de aquello
quehanrecibidodelageneraciónanterior.
Lugar geográfico y comunidad de personas,
Arequipa está en un proceso constante de
cambio, causado en parte por el alto porcentaje
de la población que ha venido de otros lugares
del Perú, especialmente del sur andino. Nuestro
futuro depende, en gran parte, de la capacidad
que ellos tengan de asimilar nuestros principios
y valores, así como de apreciar nuestra
identidad local; pero también depende de la
capacidad que nosotros tengamos de acogerlos
a fin de que no se sientan meros habitantes de un
lugar ajeno. Pidámosle a la Virgen María, en
cuya fiesta de la Asunción se fundó nuestra
ciudad, que Arequipa sea una casa y escuela de
comunión, en la que todos vivamos unidos en la
búsquedadelbiencomún.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba