1. Iberdrola, Endesa, Gas Natural… Todas son compañías eléctricas, ¿y qué tienen en
común? Todas engañan al consumidor. ¿Cómo? Te preguntarás. Muy simple, inflando las
facturas. Solo un 32% del importe son los gatos empleados en la obtención de la energía.
Todo lo restante son diferentes conceptos o ideas que utilizan simplemente para rellenar e
hincharse los bolsillos. La mayoría de la población no es consciente de lo que realmente
está pagando por la luz que consumen, no tienen ni idea de por qué pagan lo que pagan, ya
que se limitan a pagar la factura sin abrir siquiera el sobre. En cierta medida, este engaño
también es por causa del consumidor.
Ahora bien, podrías pensar que si un individuo paga una factura elevada de luz que se
cambie de compañía. Bien, aquí encontramos otro problema: no hay otra más económica.
Seguramente los jefazos de estas súper empresas se reunieron y pensaron en una manera
para aumentar el precio y que no nos fuésemos de la compañía. Y a la conclusión que
llegaron no era sino la acción de igualar el precio entre ellos, es decir, poner los precios de
tal manera que la diferencia sea insignificante entre unos y otros, y al no existir una cantidad
muy elevada de empresas, controlan el monopolio, no hay oferta.
Por otra parte, el gobierno no hace nada por impedirlo, sino más bien todo lo contrario, les
favorece aprobando leyes, las cuales impiden que las empresas dejen de ganar dinero. Y
¿cómo consiguen eso? Estas tienen la suficiente influencia como para controlarlos.
Un ejemplo de este tipo de conducta sería, sin ir más lejos, el denominado “impuesto al sol”.
Esta ley lo que nos exige es que, si un individua intenta autoabastecerse energéticamente
por medio de placas solares, este deberá pagar un impuesto como si se conectasen a la red
general. De este modo si cualquier persona estuviese estudiando esta posibilidad, pensara
que no le merece la pena.
En conclusión, las empresas energéticas se enriquecen mediante una serie de engaños y
sin importar la ley ya que el gobierno no hace nada para impedirlo. Pienso que un comienzo
para cambiar este hecho, podría ser animar a los consumidores a saber lo que están
pagando, para hacerse consciente. Otro posible método podría ser la creación de nuevas
empresas eléctricas, para que así la oferta crezca, y los precios varien.