7. Cuando salgas para Itaca que tu viaje sea largo , lleno de aventura, lleno de descubrimiento, A Lestrigones y Cíclopes, al furioso Poseidón, no les tengas miedo, nunca los vas a encontrar en tu camino si tu pensamiento es elevado, si una especial emoción toca tu espíritu y tu cuerpo. Lestrigones y Cíclopes, el salvaje Poseidón, no vas a encontrarlos a menos que ya estén en tu alma, a menos que tu alma te los ponga delante.
8. Que tu viaje sea largo , que haya muchas mañanas de verano, en las que, con qué placer y con qué alegría, entres en puertos nunca vistos antes. Que pases por los mercados fenicios y compres cosas bellas: madreperla y coral, ámbar y ébano, sensuales perfumes de toda clase, que visites diversas ciudades egipcias, para aprender y aprender de sus maestros.
9. No te olvides nunca de Itaca: llegar a ella es tu último destino, pero no te apures en tu viaje, es mejor que se alargue por años, y que seas viejo para cuando amarres en la isla, enriquecido con todo lo que ganaste en el camino, sin esperar riquezas de Itaca. Itaca es quien te dio ese viaje maravilloso, sin ella nunca hubieras partido, y ahora ya no tiene nada para darte. Y si ahora la encontrás pobre, no es que te haya engañado: con la sabiduría y experiencia que ganaste, ya entenderás de sobra qué significan todas estas Itacas.