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Artistes y trabajadoras del arte feminista
B i b l i o t e c a P o p u l a r P a c o U r o n d o
Revista digital Nº 2 | Septiembre 2020
Obra + género
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Hola!
Quienes hacemos la Biblioteca Popular Paco Urondo consideramos
fundamental la construcción y difusión de miradas diversas que habi-
liten la pluralidad, permitan repensar -y dar por tierra- estereotipos,
hábitos y valores patriarcales. Creemos que esta tarea es integral y
transversal y, en este sentido, la responsabilidad es colectiva y coti-
diana.
Por eso, este segundo número de nuestra revista digital fue realizado
de modo colaborativo. Invitamos a artistes visuales y diseñadores
feministas para que nos compartan sus perspectivas de género.
Todes recibieron las mismas 5 preguntas:
1. ¿Qué fuiste primero: feminista o artista?
2. ¿Cuándo tuviste tu epifanía para una y otra cosa?
3. ¿Cuáles son tus estrategias para modificar/alterar o alertar los pro-
cedimientos e iconos visuales de la sociedad patriarcal?
4. ¿Qué implica para vos “lo normal”?
5. ¿Qué normalidad hay que combatir o aceptar?
A todes elles, muchísimas gracias por permitir que nos acerquemos a
sus trabajos.
Les invitamos a descubrir y disfrutar sus sensibilidades diversas.
Nuestro equipo
Hola!
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LaCuil
Lacuil Cuilci
lauracuil
Me autoapodo Lacuil
(aunque me llamo Laura)
y soy dibujanta y humo-
rista. Publico en redes
sociales.
F
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ui feminista, aunque sin saberlo. Como para que te des una idea
a mi primera muñeca la llamé Huevo frito y la rapé.... Luego, jamás
fantaseé con casarme y tener hijitos y todo ese tipo de cosas que
en general se persiguen como objetivos. No quiero decir que eso
esté mal, simplemente no funciona ni funcionó para mí. Tampoco
soy una feminista militante, sólo me rebelo ante las injusticias que,
en su gran mayoría, se dan contra las mujeres. Desde que tengo
uso de razón (aunque con largos intervalos en los que no), he di-
bujado y escrito historias pero nunca me tragué ninguna "verdad
revelada". Entonces definirme como artista, qué sé yo...
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La palabra artista es conflictiva porque te sube a un pedestal fic-
ticio en donde por ahí te creés que sos Miguel Ángel y eso es
muy peligroso porque podés convertirte en una persona desa-
certada, divorciada con la realidad. Nadie está por encima de
nadie. Soy más bien una dibujanta que trata de interpelarse
permanentemente a través del humor. Y esto lo descubrí re-
cién hace pocos años, cuando decidí publicar mi trabajo casi
cotidianamente. Inconscientemente vivo en permanente disi-
dencia. No sé si llamarlo "estrategia" pero no me sale dibujar
lindo, prolijo y correcto (lo cual sería mucho más fácil en tér-
minos de buscar popularidad).
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Y en ese camino trato de mostrar belleza en caras y cuerpos fuera
de la norma, mezclar colores fuertes que en teoría no combinan
con perspectivas mayormente falladas, usando líneas peludas y
desprolijas en donde creo ser mucho más honesta y exponiendo
casi todo lo que una mujer no debería hacer. Amo jugar con todo
eso y descubrir que de pronto (no siempre por supuesto) estoy
conforme con el resultado. Del mismo modo los planteos y pala-
bras que salen de la boca de mis personajes casi nunca son "co-
rrectos" y sí vulnerables y falibles, como creo que de verdad so-
mos.
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Del mismo modo los planteos y palabras que salen de la boca de mis
personajes casi nunca son "correctos" y sí vulnerables y falibles, como
creo que de verdad somos. Lo normal no existe,es una construcción más.
No soy quién para decir qué es la normalidad como tampoco lo fueron
quienes escribieron las normas. Creo más bien en que todo lo que dé pla-
cer o sea útil sin jorobar ni faltarle el respeto a los demás está muy bien. Y
sería maravilloso que como sociedad pudiéramos aceptarlo sin prejui-
cios. Cada uno debe sentir la libertad de buscar su propia felicidad
como le salga.
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Alina
Calzadilla
AlinaCalzadilla
alinacalzadilla
e participado en proyectos culturales colaborativos, soy co-
fundadora del Festival Furioso de Dibujo y peleo contra el
tiempo para desarrollar miss proyectos personales.
Creo que primero me asumí como artista y luego como femi-
nista. O también puedo pensar que mi práctica era feminista
sin saberlo y que fue con otras mujeres, a lo largo de mi vida,
que pude entenderme sin temores como feminista.
Dibujo desde siempre, pero lo tome como una profesión a
partir de los 32, luego de recibirme de dos carreras que no
estaban relacionadas con la ilustración. Entiendo al dibujo
como una herramienta para manifestar aquellas problemáticas
que me atraviesan en lo cotidiano, como dice la frase “lo per-
sonal siempre es político”.
H
Trabajo y vivo en Ro-
sario. Soy ilustradora y
diseñadora gráfica.
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La “normalidad” de que el trabajo doméstico y de cuidado
no remunerado recaiga únicamente en las mujeres, creo que
es una problemática que de a poco se empieza a visibilizar y
hay mucho por legislar. En principio “lo normal” es una
construcción sociocultural que excluye a la mayoría, por lo
tanto no me llevo muy bien con esa idea.
Mis estrategias para modificar/alterar procedimientos de la
sociedad patriarcal…
Trabajar con otras mujeres, lo colectivo siempre me convo-
ca. Estar en un diálogo constante, compartiendo experien-
cias laborales, personales, nunca sola, las estrategias de
transformación siempre son colectivas.
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La teoría de arte feminista es una caja de herramientas
que puede ser empleada para analizar a diferentes ar-
tistas.
El arte, a partir de sus herramientas activistas, puede
desarrollar acciones en marchas, puede desarrollar ac-
ciones en diferentes espacios públicos que llevan la
concienciación a una gran cantidad de personas.
María Laura Rosa
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Trewelina
TrewelinaDibujanta
trewelina
Mi nombre es Trewelina Dibu-
janta. Desde muy chica estuve
relacionada con el dibujo, y
nunca paré de dibujar.
uería ser como Hanna Barbera, que pensaba que era una sola
persona. Pero después descubrí que eran dos.
Me encontré con el feminismo a mis 30, o sea hace 10 años, y ya
no pude no acompañar cada dibujo con alguna frase que escu-
chaba en la calle, entre las compañeras. En aquel momento tam-
bién empece a militar con feministas. En ese sentido se podría
decir que primero fui dibujanta y luego feminista. Sin embargo,
esa forma de medir el tiempo tampoco es del todo real. Porque
lo cierto es que fue como un renacer el encontrarme con estas
frases que tenían un diálogo permanente con mis dibujos.
La epifanía fue más o menos por ese momento, año 2010/11,
época en la cual me encuentro con el feminismo y empiezo a re-
tratar, muy de a poco, íconos feministas; a dibujar las banderas
con las cuales saliamos a reclamar.
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Pero creo que fue el laburar colectivamente y entender que lo co-
lectivo es el camino, que nos alimenta reciprocamente y nos sana,
lo que trazó ese momento plenamente transformador. Creo en las
cooperativas, me parece que es la manera de laburar.
Una de las primeras instituciones que me parece fundamental
deconstruir es la familia tracidional, a través de nuestras nuevas
formas de armar familia: les amigues como familia, les vincules
como familia.
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Me interesa tomar partido por una familia disidente y desde ahí
combatir, o desde ahí mostrar esta nueva realidad, este nuevo
modelo de cuerpos gestantes; combatir a los antiderechos, a los
pro vida, pero no desde el odio sino desde el amor visibilizando
la lucha que venimos llevando de crear nuevos espacios, de crear
nuevas construcciones familiares, de sostener nuestras luchas
para crear más derechos.
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Kq
kquiu
S
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oy KQ. Ilustro, dibujo para vivir y para mi. Estudie en la UBA
diseño gráfico, al tiempo me di cuenta que lo que me gus-
taba era ilustrar y el Roller Derby. Dos cosas que toman todo
mi tiempo en un buen sentido.
Empecé a dibujar cuando entraba en la pubertad y como
cualquier adolescente empecé a descubrir que había dis-
cursos que no encajaban con mi visión. Como nos pasó a
muches, el machismo estuvo latente en los ámbitos en los
que me iba desarrollando y frente a ello mi forma de prote-
germe era aislandome en el dibujo.
El feminismo fue algo que en cierta forma siempre estuvo
presente en mi manera de ver y sentir las cosas, incluso en
esos momentos en dónde tenía que enfrentarme a algunas
personas .
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Cuestionar todo y representar todo de una forma fantástica que
saque de su lugar al otro creo que es mi estrategia para marcar
una alerta sobre los procedimientos patriarcales.
Es super difícil hablar o debatir con quienes no se ponen en otros
lugares o no entienden que algunas personas viven diferente. No
soy una persona muy abierta a sociabilizar y creo que un poco
viene de no poder sentirme en un lugar de comodidad. Dibujar
me permitió contar las cosas de otra forma.
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Hay que combatir todas las normalidades, porque sentirnos
cómodes en una hace que no podamos abrir el espacio a cosas
nuevas. Para mi lo normal implica empezar a poner barreras
que separan a las personas, es una palabra que no me gusta
para nada.
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Denunciemos públicamente que la exclusión
de la obra de las artistas mujeres produce una
censura sistémica y sistemática de nuestras
sensibilidades, nuestras poéticas y formas de
conocimiento, que permanecen silenciadas
para lxs receptorxs, quienes a su vez se ven li-
mitadxs a percibir y conocer formas masculinas
de ver y estar en el mundo.
Nosotras proponemos
Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte
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Hexico
eshexico
hexico_
Nací en Carhué, lugar que abandoné por las inundaciones y al
que jamás volví pero que trato de acercarme a través de mis di-
bujos.
Dibujar o expresarme a través de las imágenes lo hice desde
siempre, pero tal vez podría decir que soy artista desde que en-
contré un lenguaje que me permite crear y explorar mundos,
mundos, mundos.
Empezando por las pequeñas luchas en mi adolescencia por
tener control sobre mi cuerpo y mi identidad, pasando por
textos, música, películas, charlas con otras personas fui concep-
tualizando más el feminismo como una lucha radical e inter-
esante siempre desde la conexión con otras luchas igual de
importantes como el antirracismo y el anticapitalismo.
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Explorar los espectros más profundos de las emociones huma-
nas, del agobio de vivir en este mundo, capaz. Podría ser mi es-
trategia para poner en estado de alerta los procedimientos e
iconos visuales de la sociedad patriarcal.
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Desde mi adolescen-
cia mi manera de en-
tender lo fascinante,
dulce, tierno, alegre,
no concuerda con
una cierta normali-
dad de esos concep-
tos. Al mismo tiempo
me interesa política-
mente chocar con la
idea de la vida happy-
happy. Y a veces estas
dos cosas coinciden.
La elección de la pa-
leta, que forma parte
de mi identidad como
ilustradora, refleja
esta idea. Podríamos
preguntarnos cómo
este azul grisáceo nos hace pensar en muerte, terror, depresión,
angustia. Otra vez, esta tensión mía: ¿de qué manera puedo plan-
tear la felicidad, bienestar, la alegría que refleje cómo yo veo el
mundo? En mis dibujos suelo tratar el tema de la compañía, la ca-
maradería, la amistad, el amor, entre humanxs y también entre otras
especies. También momentos de soledad, contemplación, y refle-
xión consigo mismx, lo cual para mí son momentos de felicidad. ¿Y
qué pasa cuando esto viene de la mano de una paleta considerada
“triste”?
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Cintia
Rodriguez
_cinrodriguez
Estudié Diseño en Comunicación Visual
en la Facultad de Artes de la UNLP, pero
siento el diseño más como vocación que
como profesión.
iempre que puedo me gusta dibujar y, aunque lo hago con bastante
inseguridad, siento que es lo que más me llena y lo que siempre elegi-
ría, día a día.También me gustan los gatos, las papas de crema y cebolla
del Día, dormir hasta tarde y el agitar de los pañuelos verdes por las ca-
lles.
Primero fui feminista. Creo que no me identifico como artista.
Simplemente me gusta dibujar, me hace bien y es lo que intento
hacer cada vez que puedo. Mientras que el feminismo es una
causa que he abrazado desde hace unos años. No sé si tuve un
momento de epifanía, creo que todo forma parte de un proceso.
Hoy miro en retrospectiva y siento que muchas de las luchas del
movimiento feminista, ya las abrazaba cuando incluso ni sabía
qué era feminismo.
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Con el tiempo se pueden ver mejor esas cosas: las transformaciones, los
aprendizajes, la posibilidad de repensarse. Y con el dibujo pasa lo mis-
mo: siempre me gustó dibujar, desde chica, pero en el medio hubo un
montón de cosas: frustraciones, enojos, años sin dibujar, retomar luego,
aprender cuestiones más técnicas, etc…
¿Qué estrategias pongo en juego para cuestionar? Qué pregunta! Me
cuesta identificar la presencia de una estrategia explícita. Sí trato de
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cuestionarme respecto a la presencia de ciertos estereotipos vi-
suales a la hora de hacer algo. Intento repensar si estoy replican-
do algo que contribuya a la construcción de un sentido que hoy
en día siento que es obsoleto. Entiendo que cuando hago una
ilustración, ya sea para un trabajo o para compartir con un grupo
reducido de personas en las redes sociales, eso va a ser visto por
otres y quiero ser responsable respecto a lo que estoy diciendo.
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Medio obvio, pero entiendo que normalidad es todo aquello que
surge de la construcción de una norma. Normas que son funcio-
nales a un sistema que, en este caso, excluye a muches y se tor-
nan injustas, violentas y opresivas. En términos generales, pienso
que toda normalidad debe ser repensada con cierta frecuencia
para que sea inclusiva y que todes podamos tener igualdad de
derechos y cada quien pueda ser lo que tenga ganas de ser.
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Anilina
mágica
anilinamagica
oy Analía Almada, algunxs me conocen bajo el pseudónimo de
Anilina Mágica. Podría definirme como una artista interdisciplina-
ria pero la mayoría de las veces me siento más identificada siendo
una Obrera del Arte que pone su fuerza de trabajo principalmen-
te en dinámicas colectivas como en el campo audiovisual o la
(gestada en pandemia y recién nacida) Plataforma Cultural a la
que pertenezco: MERCURIA. Cada tanto alterno con ese otro as-
pecto más personal de la faceta de una “artista” que produce
obra en los más diversos formatos (Dibujo, pintura, mural, texto,
instalación, videoarte, libro álbum). Esa alternancia es la que me
permite encontrar el equilibrio entre un trabajo backstage y el ha-
cerme cargo de tomar posición y exponerme al producir mis pro-
pios discursos visuales en un campo en el que el porcentaje de
feminidades sigue siendo tan bajo que la propia visibilidad (por
incómoda que me sea) se convierte en un acto de resistencia.
S
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Primero feminista o artista… es una pregunta compleja, cuya res-
puesta sería casi ficcional o simbólica como instituir la fecha o
acontecimiento exacto en el que nace una revolución o un movi-
miento. No hay forma lineal de contarlo sin que se transforme eso
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En principio, lo que intento modificar primero son las dinámicas
heredadas de ese sistema (que no sólo es patriarcal sinó que tam-
bién es cisheteronor-
mado, clasista, racista,
etc), por ejemplo, ar-
mando redes en espa-
cios diversos en lugar
de querer ocupar un lu-
gar jerárquico desde el
cual ejercer un poder
verticalista que es una
practica netamente pa-
triarcal así la estuviese
ejerciendo una mujer.
En ese sentido, lo colec-
tivo me parece funda-
mental como estrategia
para subvertir los pro-
cedimientos patriarca-
les. Así que en esos es-
pacios mis recursos, mis
conocimientos y mi
fuerza de trabajo están
puestos a favor de amplificar
más voces y visibilizar otras formas que tal vez no me tengan de
protagonista. Luego está esa otra faceta individual en la que me
tengo que hacer un poco cargo de mí misma y ahí el desafío es
poder hacerlo siempre desde un lugar genuino, sin apropiarse de
discursos de colectivos a los que no pertenezco ni transformar mi
propio discurso adaptándolo a un slogan. Entonces el contenido
https://www.instagram.com/stories/highlights/
17864380535062874/
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Antes que nada la norma se cuestiona, no desde un lugar capri-
choso, sinó desde el simple hecho de preguntarnos por qué es
esa la vara que rige y no otra u otras, y recién AHÍ una vez visible,
sabremos si es necesario combatirla o aceptarla. Lo peligroso de
lo que construye “NORMALIDAD” es siempre su cualidad invisible
porque opera sobre la sociedad sin ser cuestionada en actos tan
aceptados como perforar los lóbulos de las orejas de un bebé
que nace con vulva o vestir de celeste a un bebé que nace con
pene. Entonces ese acto (o la falta de él) se convierte desde ese
momento en el símbolo visible de una genitalidad que van a en-
señarle a ocultar en su cuerpo pero exteriorizarla en prendas
asignadas de forma binaria para cada género. En esa línea todas
las normas consiguientes que se desprenden de la binariedad
van a constituir una Sociedad que se resista a pensar como po-
sible cualquier configuración identitaria que no se adapte a ella.
Ese tipo de normas de las que se desprenden luego discursos de
odio son las que definitivamente hay que combatir.
Y siendo, como ya dije antes, alguien que en muchos aspectos
encaja en la norma, siento el deber de ocupar lugares muchas ve-
ces incómodos, preguntarme por lo aparentemente obvio para
sentir que esa pregunta me atraviesa el cuerpo y no se queda
sólo en discurso. A veces esa pregunta me lleva a cuestionarme
también en torno a mi propia producción, a los dispositivos y re-
cursos a mi alcance y en cómo puede la imagen compartir esas
preguntas dentro de un mar vertiginoso de otras imágenes. En-
tonces trato de no apurarme a producir porque es lo que debe-
ría hacer sinó más bien a gestar la pregunta que quiero compar-
tir.
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apareciendo una intención más clara, cargada de conciencia, en el
posicionamiento feminista. Pero me cuesta decir qué fui primero,
ya que considero a ambas dentro de una construcción, me atravie-
san en forma permanente y me moldean con el pasar del tiempo.
Por otro lado, me gusta pensarme y considerarme como trabajado-
ra del arte, más que artista, con una perspectiva feminista entre otras,
que constituyen partes de mí ser y están en diálogo constante.
Decir cuándo, me lleva a pensar en un tiempo medible, como un an-
tes y un después y no puedo trasladarlo a un momento puntual. Su
gestación interna surge a partir de vivencias tanto personales como
colectivas, inquietudes, búsquedas, deseos y podría seguir pensan-
do en experiencias transitadas, pero lo cierto es que trabajar desde
el arte como medio, me permite comunicarme, vincularme y expre-
sarme. Cada día elijo, me deconstruyo y reconstruyó en este transi-
tar dinámico del feminismo.
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Para que exista lo normal tiene que existir lo anormal, lo
que se nos plantea como normal es una construcción social
donde el poder del patriarcado es quien impone los patro-
nes y parámetros de normalidad.
También consi-
dero que hoy esa
n o r m a l i d a d s e
está deconstru-
y e n d o y t ra n s-
formando hacia
una mirada in-
c l u s i v a , d o n d e
n o q u e p a l o
"normal" sino un
c o s m o s d ó n d e
quepamos todes.
T e n e m o s q u e
seguir trabajan-
do mucho para
ampliar horizon-
tes y conquistar
derechos.
Acción,
tengo cielo para rato
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El feminismo es el proyecto de despatriarcali-
zación, de descolonización; es un proyecto
de transformación cultural y política, pro-
bablemente el más amplio y profundo que se
puede imaginar.
A través del arte es posible discutir y negociar
sin cesar las representaciones y los lenguajes
disidentes. Un lugar de disenso y de confronta-
ción democrática y no de consenso normativo,
para construir nuevos imaginarios sociales.
Paul B. Preciado
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Hacete socix de la biblio!
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