1. A PROPOSITO DE LOS DISCURSOS VACIOS EN EL
ACONTECER POLÍTICO.
Ha sido corta la respuesta pero significativa: "La
condigna sanción en las urnas se verá cuando se
derrote a los legítimos contradictores con el voto de
los que no creen en discursos vacíos sino en la
solución concreta a la problemática colombiana"
Yo entiendo que el mundo en que vivimos es el
mismo y que cada cual lo ve de una manera
diferente de acuerdo a su ideología o a la suma de
intereses que nos acucian; de todas maneras
cuando lo entendemos como una carrera, como un
desgaste, como una competición somos incapaces
de comprender, a la luz de la fría razón, los hilos
que lo mueven. La forma en que definimos los
problemas es esencial para descubrir las soluciones.
Las metáforas con las que definimos la vida, la
existencia, determinan como la vivimos. Así, pues,
existen metáforas que resultan útiles para la
convivencia y, otras, que serán devastadoras,
2. destructivas. Los discursos vacíos son aquellos
carentes de contenido o, aquellos otros que el
contenido induce a error. También existe un
discurso vacío cuando en lugar de buscar la
contradicción en las causas de las cosas o de los
hechos pretendemos, por razones de conveniencia
y ocultación de la verdad, buscarlas en el
argumento del legítimo contradictor. Practicada así
la dialéctica induce a error tanto al desprevenido
lector como a quien así la práctica. Solo cuando nos
damos cuenta, a través del análisis desinteresado,
frió y racional, de que los esquemas sobre los que
se sustenta el humano vivir están distorsionados
por intereses ajenos a la colectividad es cuando se
produce la verdadera liberación. Es cierto que la
vida, individualmente vista, es una guerra sin tregua
en la que morimos con las armas en la mano; pero
la guerra colectiva, el enfrentamiento social armado
es el sometimiento de la razón a la barbarie, tanto
más grave si quienes desde el estado de derecho
orquestan estos hechos patrocinando el viaje, de
muchas generaciones de ciudadanos, al corazón de
las tinieblas: Es difícil, cuando leemos la prensa o
escuchamos los medios de comunicación, no
recordar la tremenda exclamación de Kurz, el
3. personaje de Konrad, en el Corazón de las
Tinieblas: "¡Ah, el horror! ¡El horror! Y es que dan
vértigo y escalofrió los miles de desplazados, los
miles de muertos anónimos, los falsos positivos, los
grupos armados sin ningún control y un estado de
derecho cojitranco dando palos de ciego. Se
equivocan quienes creen que la solución de los
problemas colombianos está en la guerra, en el
combate cuerpo a cuerpo entre colombianos, hasta
cuando gane el más fuerte por la imposición de las
armas. Mientras no se combatan las causas de la
descomposición social del país nada se conseguirá
fuera de seguir incrementando la violencia y la sin
razón que tan buenos resultados electorales les ha
deparado a las huestes de los Partidos Políticos:
Toda su gestión, su manera de empezar sus
mandato como ultra liberales de extrema derecha,
recortando el bienestar social, educación y salud
pública, abriendo las puertas al libre mercado a
expensas de los intereses nacionales, entregando
las tierras a las multinacionales agrícolas o a las
mafias, sacrificando el medio ambiente y a los
campesinos, la sesión a empresas extranjeras de los
recursos hídricos, las siete bases norte americanas,
son tan sólo la punta del iceberg de la política de lo
4. inconfesable, de la guerra sucia y de la trastienda
que se oculta y legitima detrás de la "Política de
seguridad democrática"
Seguramente sigo navegando dentro de un discurso
vacío de contenidos pero sigo pensando, y
convendrán con migo, que la vida no es una carrera,
sino un tiro al blanco, que lo que importa no es el
ahorro de tiempo para llegar primero, sino la
capacidad que se ha de tener para encontrar la
diana. "El arte de la guerra" del general Sun Tzu, es
un libro sobre practica militar de dos mil años de
antigüedad. Aun que es un libro sobre la guerra son
muchos los ejecutivos que lo leen porque ven útiles
sus consejos para su profesión. En la política, la
guerra también lo impregna todo, pero esta guerra
tiene que ser dialéctica comprendiendo, sin atajos,
que el avance de la vida de los estados y de la de
sus ciudadanos es un viaje en el que no existen
caminos llanos sino pendientes pronunciadas y
bajadas de vértigo que hay que aprender a manejar
con tacto y mejor razonamiento. Afirmaba Proust
que, El verdadero viaje de descubrimiento no
consiste en buscar nuevos paisajes sino en mirar
con nuevos ojos