1. ALFONSO RODRIGUEZ BADAL
La condigna sanción en las urnas se verá cuando Alfonso Rodríguez Badal derrote a sus
adversarios, sus legítimos contradictores, con el voto de los ciudadanos que no creen
en discursos vacios, chismes, dizques, diretes y calumnias sino en las soluciones
concretas a la problemática de nuestro municipio. Creo y creen la mayoría de los
ciudadanos de Calvià que Alfonso Rodríguez representa no solo un cambio
generacional en las estructuras del partido socialista de Calvià sino que, a la vez, ofrece
una concepción nueva en la solución de los problemas fundamentales del municipio en
el convencimiento de que las reformas que propone solo serán posibles con el
concurso ciudadano, tanto en las urnas, como posteriormente, con la activa
participación ciudadana en la gobernanza municipal.
Yo entiendo que el mundo en que vivimos es el mismo y que cada cual lo ve de una
manera diferente de acuerdo a su ideología, a su filosofía de vida o a la suma de
intereses que nos acucian; de todas maneras cuando lo entendemos como una
carrera, como un desgaste, como una competición somos incapaces de comprender, a
la luz de la fría razón, de lo estrictamente razonado y razonable, los hilos que lo
mueven. La forma en que definimos los problemas es esencial para descubrir las
soluciones. Las metáforas con las que definimos la vida, la existencia, determinan
como la vivimos. Así, pues, existen metáforas que resultan útiles para la convivencia y,
otras, que serán devastadoras, destructivas para el humano vivir. Los discursos vacios
son aquellos carentes de contenido o, aquellos otros, que el contenido induce a error.
También existe un discurso vacio cuando en lugar de buscar la contradicción en las
causas de las cosas o de los hechos pretendemos, por razones de conveniencia y
ocultación de la verdad, buscarlas en el argumento del legítimo contradictor. Practicar
así la dialéctica induce a error tanto al desprevenido oyente o lector como a quien
así la práctica. Solo cuando nos damos cuenta, a través de análisis desinteresado, frio
y racional, de que los esquemas sobre los que se sustenta el humano vivir están
distorsionados por intereses ajenos a la colectividad es cuando se produce la
verdadera liberación. Es cierto que la vida, individualmente vista, es una guerra sin
tregua en la que morimos con las armas en la mano, al pie del cañón; pero la guerra
colectiva, el enfrentamiento social con verdades aparentes, mentiras, chismes, diretes,
calumnias y a favor de espurios intereses es el sometimiento de la razón a la
barbarie, tanto más grave y mas delictivo si quienes practican este modus operandi lo
hacen prevalidos del estado de derecho que dicen defender, patrocinado el viaje, de
muchas generaciones de ciudadanos, al corazón de las tinieblas: Es difícil, cuando
leemos la prensa o escuchamos los medios de comunicación, no recordar la tremenda
exclamación de Kurz, el personaje de Konrrad, en el Corazón de las Tinieblas: ¡Ah, El
2. Horror! ¡El Horror! Y es que dan vértigo y escalofrió los cientos de casos de
corrupción, que las listas electorales se llenen de imputados por delitos de
malversación de fondos públicos, que las calumnias pululen sin que den vergüenza,
que el agravio y la maledicencia sean los programas de gobierno y que las soluciones
a los problemas públicos estén en manos de los especuladores del erario público azas
de un estado de derecho cojitranco dando palos de ciego ante la evidencia de los
delitos que tienen la obligación de condenar. Se equivocan quienes creen que la
solución de los problemas del municipio de Calvià está en el enfrentamiento personal
entre los líderes de los partidos y los ciudadanos que los siguen bordeando todos los
abismos y no en la dialéctica de las ideas. Mientras no se combatan las causas de la
descomposición social, la pérdida del buen ritmo económico, causes nuevos para el
desarrollo turístico, medidas justas en la contratación laboral y una redistribución del
ingreso equitativa nada se conseguirá fuera de seguir incrementando la inseguridad
ciudadana y la sin razón, que gracias al miedo, tan buenos resultados electorales
produce justamente en quien menos lo merece por su comportamiento
antidemocrático. Los ultra liberales de extrema derecha recortando el bienestar
social, la educación, la salud pública, abriendo las puertas al libre mercado de trabajo,
a las multinacionales, sacrificando el medio ambiente son solo la punta del iceberg de
lo inconfesable, de la guerra sucia contra los ciudadanos y de la trastienda que se
oculta y legitima detrás de las políticas de cambio prometidas.
Seguramente sigo navegando dentro de un discurso vacio de contenidos pero sigo
pensando, y convendrán conmigo, que la vida no es una carrera sino un tiro al blanco,
que lo que importa no es el ahorro de tiempo, cueste lo que cueste, para llegar
primero sino la capacidad que se ha de tener para encontrar la diana, la disposición
inequívoca de que las soluciones a los problemas solo se encontraran consultando, en
primer término, al ciudadano que ha de recibir el beneficio o el daño de las decisiones
que se tomen, es decir, que quien asuma la responsabilidad de gobernar el municipio
ha de contar con la opinión y el beneplácito de los ciudadanos en las decisiones que
los afecten.
“El Arte de la Guerra” del General Sun Tzu, es un libro sobre practica militar de dos mil
años de antigüedad. Aun que es un libro sobre la guerra son muchos los ejecutivos
que lo leen porque ven útiles sus consejos para su profesión. En la política la guerra
también lo impregna todo, pero esta guerra tiene que ser dialéctica, comprendiendo,
sin atajos, que el avance de la vida de los estrados y de la de sus ciudadanos es un
viaje en el que no existen caminos llanos sino pendientes pronunciados y bajadas de
vértigo que hay que aprender a manejar con tacto, mejor buena voluntad y
entendimiento desinteresado, razonado y razonable. Afirmaba Proust que, “el
verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en mirar
con nuevos ojos”. Creo y creen los ciudadanos que la presencia de Alfonso Rodríguez
Badal y las gentes jóvenes que le rodean SON UNA GARANTIA DE RESPONSABILIDAD Y
3. CAMBIO EN EL MUNICIPIO. Si así fuere, los ciudadanos y el municipio os lo agradecerán
y lo tendrán en cuenta, si no fuere así, el municipio y los ciudadanos os lo
demandaran.
Carlos Herrera Rozo.