1. A VUELO DE NEBLÍ ALIGERO X
NICOLAS MAQUIAVELO, (1469-1527). “EL PRINCIPE”
Nos encontramos en el Renacimiento, más que una época, es un movimiento intelectual que
se inicia a fines del Sig. XV, y se extiende hasta bien entrado el Sig. XVI. Los hombres del
Renacimiento se propusieron sacudir las estructuras intelectuales de la edad media y volver a
la antigüedad clásica, en sus textos, en las obras de sus humanistas, y no a través de la
interpretación y transmisión cristiana de sus escritos. De otra parte, con el renacimiento, la
construcción política e ideológica medieval, que reposa en la autoridad papal en lo espiritual, y
en el emperador, en lo temporal, se derrumba definitivamente. Se reafirman las instituciones
monárquicas: Inglaterra, España y Francia, cuyos soberanos ponen en duda las pretensiones
del papa y del emperador. Además con el descubrimiento de América y la nueva ruta hacia la
India, por el cabo, descubierta por Vasco de Gama, cambian para siempre la economía
mundial. Se añade a todo lo ya dicho, el trastorno causado por la aparición de la imprenta que
modifica profundamente la transmisión de la cultura y por ende del espíritu humano.
Nicolás Maquiavelo se nos presenta, aun hoy, como una incógnita sin solución. De él se han
dicho tantas cosas, se ha escrito tanto, hay tantas interpretaciones de su pensamiento y tan
contradictorias lecturas, que parecen fluctuar entre el chisme, el disque, el direte y la sin
razón: Inmoral, amoral, absolutista, autoritario, nacionalista, republicano, manual para tiranos,
lecciones de cómo ser cruel en el ejercicio del poder, preceptos impúdicos, concejos cínicos
etc. Seguramente todos tienen razón. Maquiavelo lega al mundo de la política un manual sin el
cual difícilmente se hubiera entendido el estado moderno y a las lenguas modernas un
sustantivo, maquiavelismo, y un adjetivo, maquiavélico. Representa así mismo una época, el
renacimiento; una ciudad, Florencia; la aspiración de un estado, Italia y, porque no decirlo, al
hombre bueno, al funcionario brillante que dedica lo mejor de su vida al servicio de su patria.
Maquiavelo se formo culturalmente en la Florencia de Lorenzo “El Magnífico” e ingreso al
servicio público por 1498, en la república Florentina, con el cargo de Secretario. Era una
época de transición y cambios políticos, de situaciones confusas e injerencias extranjeras en
los asuntos de Florencia y de la península Italiana, su cargo de secretario y los encargos
diplomáticos ante el Papa Julio II, Luis XII de Francia, Maximiliano I y Cesar Borgia le
suministraron la posición de privilegio que le permitió analizar los grandes problemas políticos
de su tiempo. En 1512 las tropas de los Medici, apoyadas por los Españoles, entran en
Florencia y recuperan el poder. Maquiavelo es desposeído de su cargo, confinado y
posteriormente liberado. Es en esta etapa de su vida, retirado en San Casiano, donde escribe
sus obras histórico políticas: Los discursos sobre “La Primera Década de Tito Libio” y El
Príncipe. A partir de 1519 realizo algunos encargos diplomáticos a petición de los Medici.
Muere en 1527 poco después de haber sido restablecida la República. Su obra está
condicionada por la situación política Florentina e italiana: resquebrajamiento de las
instituciones en el interior y debilidad exterior. Maquiavelo busca superar la crisis mediante
una renovación de las formas de gobierno entre las que diferencia la república y el principado.
A la república le dedica sus discursos sobre Tito Libio; al Principado le dedica “El Príncipe”. La
concepción política de Maquiavelo presenta fundamentalmente una novedad: QUE EL PODER
2. Y LA COACCION SON UN ELENMENTO ESENCIAL DE LA POLITICA. Sus obras han influido
esencialmente en la formación de príncipes y reyes y sigue siendo, a día de hoy, un libro de
consulta para los gobernantes y para quienes aspiran a tener influencia en la vida política de
los pueblos..
Maquiavelo fue el creador de una teoría política, describió la política tal y como siempre se
había ejercido, despojándola del velo con que siempre se la ha cubierto y con el cual siempre
sale disfrazada.
PARA REFLEXIONAR
La gente siempre se queda impresionada por la apariencia superficial de las cosas…El
gobernante debería, en épocas adecuadas del año, mantener a la gente ocupada y
distraída con festividades y espectáculos.
Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”
Desde hace mucho tiempo no he dicho lo que creía, ni nunca creo lo que digo, y si en
efecto alguna vez sucede que digo la verdad, la escondo entre tantas mentiras que es
difícil de descubrir.
Nicolás Maquiavelo, carta a Francesco Guicciardini
Hay muchas clases de personas en el mundo y no se puede dar por hecho que todo el
mundo reaccionara ante una estrategia de la misma manera. Si se engaña o se manipula
a determinadas personas, pasaran el resto de sus vidas buscando venganza., Son lobos
vestidos con piel de oveja. Por tanto, es necesario elegir bien las victimas y los
oponentes: Nunca se debe ofender o engañar a la persona equivocada.
Anónimo.
No es agradable reconocerlo, pero en el aspecto de la permanencia en el
poder, los consejos de Nicolás Maquiavelo continúan siendo válidos —o, mejor
dicho, no válidos, pero sí aplicados— para tratar por todos los medios de
conservarlo.
De esta manera, en los sistemas democráticos normales en nuestros días y
dejando a un lado los regímenes dictatoriales donde el afán de permanencia
es más evidente, las elecciones se convierten en la obsesión de los políticos
y el deseo de ganarlas condiciona conductas, promueve promesas, sacrifica
criterios y subordina lo que en rigor debe hacerse a lo que se supone que los
votantes quiere que se haga.
Los políticos ponen más entusiasmo y esfuerzo en preparar unas elecciones
y ganarlas, que después en gobernar. Y, además, cuando gobiernan no dejan de
pensar ya en los próximos comicios y en lo que los electores desean escuchar,
más que en lo que deberían decirles.
Por otro lado, la alternancia en el poder, aunque tenga grandes ventajas,
puede dar lugar a que los partidos, los gobiernos y los países se muevan a
bandazos, pero sin que se tomen en consideración las opiniones opuestas que
pudieran ser acertadas, en un tejer y destejer que no reporta ningún bien.
Sabino Fernández Campo.
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