SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 3
Descargar para leer sin conexión
Miércoles 8 de agosto de 2007
BARBARITA




Le llamábamos Barbarita. Era una chica venida de las profundidades de la selva. ¿Quien
la trajo a casa? Ya no lo recuerdo. Solo recuerdo que una mañana se presentaron con
ella en casa y que nuestra sorpresa fue mayúscula, no porque fuera una indígena, sino
por las pinturas o tatuajes sobre su piel. ¿Cuántos años tenía? No lo sé, pero frisaban
entre la pubertad y la adolescencia, por su estatura y su cuerpo menudo se adivinaba que
aun era una niña. Al principio de su estancia en nuestra casa su comportamiento fue
osco, huraño, desconfiado y retraído. Se ocultaba de todo y de todos y buscaba para ello
los lugares más apartados y oscuros. Sus ojos grandes y negros miraban con
desconcierto, asustados, fijamente, como mira un felino el próximo movimiento de su
presa o de un casual oponente. Su actitud nos producía sorpresa y perplejidad. Aun que
nos esforzábamos no acertábamos en el trato, el lenguaje se había convertido en una
barrera casi infranqueable impidiéndonos una comunicación aceptable. Barbarita
aunque entendía algunas palabras del castellano se empeñaba en hablar la lengua de los
Muiscas levantando una barrera mas en nuestra difícil relación. Por todo ello el lenguaje
muchas veces más que servirnos de vínculo de unión sirvió para desatar tempestades.
Barbarita se enfurecía, no manifestaba sus estados de ánimo llorando, simplemente se
ocultaba y la recatábamos de su escondite no sin cierta dificultad, con muchas risas,
muchos dulces y mucho deseo de agradar: Salía de su refugio con una amplia sonrisa
pero sus ojos delataban malestar.

Barbarita no era bonita ni fea, tenia bien marcados los rasgos propios de su etnia: piel
cetrina, fina, del color del aceite de olivas, de un amarillo verdoso intenso; pelo largo,
negro y liso; baja de estatura pero bien conformada; Cara ovalada, casi redonda, donde
los ojos de mirada fija y recta indicaban la altivez y el orgullo de su raza, su inteligencia
y un extraño conocimiento del entorno donde lo que le era ajeno lo asimilaba con
curiosidad y rapidez sin límite. Todo lo escrutaba como si quisiera poseerlo, no hacerlo
suyo por el prurito de la propiedad sino por pasar a pertenecer de ese otro, asimilarse,
hacer vida en común con él, comulgar de alguna manera con lo desconocido. Esta
actitud era quizás lo más singular de Barbarita. Tengo, aun hoy, la profunda impresión
de que sus ojos no le pertenecían, eran ajenos a su cuerpo, habían sido puestos en su
cara para que miraran más allá del espejo...

Su comportamiento también era extraño. Nunca protestaba, no se le oía una mala
palabra, no era sumisa, al contrario, manifestaba permanentemente su independencia.
Sus ojos condenaban toda actitud que indicara servidumbre tanto más si se aplicaba a
ella, manteniéndose en callado silencio. Cuando se le reconvenía, de buenas formas,
porque había cometido alguna pequeña falta, contestaba con naturalidad, ingenuamente:
-decía- "no tenia sueño", "quería probarlo", "se me ha caído", "tenía hambre”, " no me
gusta", "no quería hacerlo" etc., etc., etc., desarmando cualquier actitud sancionadora,
convirtiendo el desaguisado en una anécdota humorística.

Barbarita tenía una vida espiritual muy amplia y profunda. Muchas veces le pregunte
sobre sus Dioses sin recibir respuesta. Eran suyos y los guardaba como un tesoro. Mito
o Tabú eran parte de su interioridad, de su ser estremecido ante la deidad. Su
recogimiento era real. Se extasiaba en sus meditaciones, su espíritu navegaba, entonces,
rutas desconocidas, complejas invocaciones que lo hacían más antiguo, más viejo, más
sabio y su rostro y su actitud cada vez más joven, mas preparado para la vida diaria.
Mientras estaba absorta se convertía en una extraña criatura, su mirada se perdía en el
vacío, su cara de niña tomaba las connotaciones de una anciana invadida por una paz
espiritual que imponía respeto. Nadie se hubiera atrevido a tocarla en aquellos instantes.
Estaba tan lejana. En aquellos momentos su tristeza era tan antigua como su espíritu. Yo
la vi muchas veces en estado de éxtasis. Tuve miedo por ella. Entonces, simplemente
velaba su estado en silencio esperando a que regresara del más allá. De pronto, en unos
segundos, volvía a la vida, se activaba como un cachorro e iba de un lad0 a otro
desarrollando las labores que había dejado pendientes hasta terminarlas.

Cuando regresaba de ese viaje misterioso era más luminosa, como si en ese lugar al que
viajaba la cambiaran, le dieran vida y más seguridad en sí misma. Se portaba como si
hubiera bebido de la fuente de la sabiduría, de una fuente antigua y eterna a la que
solamente ella sabia llegar para calmar su sed de conocimiento y sin desvelar jamás su
misterio. Misterio que nunca pude aclarar a pesar de mi insistencia. Siempre quise saber
en qué profundidades se sumergía y hasta donde llegaba su sabiduría o su ignorancia o
mi supina estulticia respecto de sus creencias y cultura. Nunca pude averiguarlo. La
única certidumbre que tengo es que Barbarita era analfabeta, un alma buena y de una
curiosidad sin límite.

Su curiosidad nos llevaba de sorpresa en sorpresa, no había cosa sobre la que no
preguntara, sobre la que no indagara. Le atraían los libros, las revistas, los periódicos y
en general todo lo que estaba impreso, pero no lo hacía por las fotografías, dibujos o por
las historietas, que también por todo ello, sino por las letras, los extraños símbolos que
allí se reunían y que ella no entendía y sobre los que terminaba inquiriendo a quien
estuviera presente sobre lo que querían decir, sobre su significado. Ahí no terminaba su
curiosidad, lápiz en mano imitaba los símbolos, los copiaba y memorizaba sus nombres
y los repetía como un loro: "a", "e", "i", "o", "u", "l", "x", "y", "z", etc. Su memoria
gráfica y verbal eran sorprendentes, tanto más si se tiene en cuenta que, antes de llegar a
nuestra casa, no había visto una letra. Su mundo hasta entonces había sido la
frondosidad de la selva tropical, su exuberancia y colorido, sus múltiples sonidos, la
diversidad del mundo animal y los rústicos objetos de la vida diaria.

Poco a poco fue cambiando de costumbres, se aplicaba en las labores diarias ganándole
tiempo a su devoción: Las revistas, los periódicos y los libros. Pasado algún tiempo no
volvió a hacer preguntas, se aplicaba en las páginas, las pasaba una a una, regresaba y
repasaba, seguía adelante imperturbable, abstraída en las páginas impresas que tenía
entre sus manos. Su rostro serio nos impedía preguntarle lo que hacía y, como no
molestaba, la dejábamos hacer, al fin ya había cumplido con sus deberes. Su actitud no
me molestaba, me inquietaba, me llenaba de curiosidad. ¿Qué hacia? ¡Si no sabe leer!
Un día cualquiera, cogió un libro de la biblioteca, se sentó en una silla y, como de
costumbre se sumió en un profundo silencio pasando las hojas con lentitud, como si
leyera. Yo la observaba curioso. Al fin, en un receso de su actividad, en un momento en
que levanto sus ojos del libro pude interrogarla:
-¿Qué haces Barbarita? ¿Quieres que te explique algo?
Me miro en silencio, sonrió, bajo su mirada a las páginas del libro y leyó en voz alta:
-"Veinte mil leguas de viaje submarino"....

Más contenido relacionado

Destacado (19)

Fórum Brasil-Coreia - Elyas Medeiros
Fórum Brasil-Coreia - Elyas MedeirosFórum Brasil-Coreia - Elyas Medeiros
Fórum Brasil-Coreia - Elyas Medeiros
 
.NET Tendencias e Mercado de TI
.NET Tendencias e Mercado de TI.NET Tendencias e Mercado de TI
.NET Tendencias e Mercado de TI
 
Img006
Img006Img006
Img006
 
Tiffany Moore Resume 1 (1)
Tiffany Moore Resume 1 (1)Tiffany Moore Resume 1 (1)
Tiffany Moore Resume 1 (1)
 
Diapositiva electricaribe
Diapositiva electricaribeDiapositiva electricaribe
Diapositiva electricaribe
 
Solicitud de empleo dev c++
Solicitud de empleo dev c++ Solicitud de empleo dev c++
Solicitud de empleo dev c++
 
Índia Tradicional
Índia TradicionalÍndia Tradicional
Índia Tradicional
 
Calameo
CalameoCalameo
Calameo
 
Cantigasimpressmac
CantigasimpressmacCantigasimpressmac
Cantigasimpressmac
 
Actividades complementarias grado 11 2014
Actividades complementarias grado 11 2014Actividades complementarias grado 11 2014
Actividades complementarias grado 11 2014
 
Capítulo2
Capítulo2Capítulo2
Capítulo2
 
Diciembre 16 del 2009
Diciembre  16 del 2009Diciembre  16 del 2009
Diciembre 16 del 2009
 
Censo 2012
Censo 2012Censo 2012
Censo 2012
 
Las islas encantadas1
Las islas encantadas1Las islas encantadas1
Las islas encantadas1
 
3rd term Atletas do Mês
3rd term Atletas do Mês3rd term Atletas do Mês
3rd term Atletas do Mês
 
Capuchinho vermelho
Capuchinho vermelhoCapuchinho vermelho
Capuchinho vermelho
 
All is now
All is nowAll is now
All is now
 
Bio
BioBio
Bio
 
1 explorando mis_competencias
1 explorando mis_competencias1 explorando mis_competencias
1 explorando mis_competencias
 

Similar a Barbarita

LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa Romá
LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa RomáLA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa Romá
LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa RomáJulioPollinoTamayo
 
Seyren trasfondo
Seyren trasfondoSeyren trasfondo
Seyren trasfondopapapa
 
Si tuviese que contar mi vida a alguien2
Si tuviese que contar mi vida a alguien2Si tuviese que contar mi vida a alguien2
Si tuviese que contar mi vida a alguien2papapa
 
Powerpoint La Cultura
Powerpoint La CulturaPowerpoint La Cultura
Powerpoint La Culturagilabert
 
Ella por Verónica Edith Oliva
Ella por Verónica Edith OlivaElla por Verónica Edith Oliva
Ella por Verónica Edith OlivaVeronica Oliva
 
Ella presentacion como libro completo
Ella presentacion como libro completoElla presentacion como libro completo
Ella presentacion como libro completoVeronica Oliva
 
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdf
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdfPessoa-Libro-Desasosiego.pdf
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdfCaceresAlejandra1
 
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranos
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranosLos regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranos
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranosYoly Gómez
 
edgardoCuentoilustracion
edgardoCuentoilustracionedgardoCuentoilustracion
edgardoCuentoilustracionvonprz007
 
Trabajo final etica y deontologia
Trabajo final etica y deontologiaTrabajo final etica y deontologia
Trabajo final etica y deontologiaRodrigo Escobar
 
Regalo K-chan
Regalo K-chanRegalo K-chan
Regalo K-chanMer-Mer
 
Regalo k
Regalo kRegalo k
Regalo kMer-Mer
 

Similar a Barbarita (20)

Cuento para la igualdad
Cuento para la igualdadCuento para la igualdad
Cuento para la igualdad
 
LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa Romá
LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa RomáLA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa Romá
LA MARAÑA DE LOS CIEN HILOS (1976) Rosa Romá
 
Seyren trasfondo
Seyren trasfondoSeyren trasfondo
Seyren trasfondo
 
Si tuviese que contar mi vida a alguien2
Si tuviese que contar mi vida a alguien2Si tuviese que contar mi vida a alguien2
Si tuviese que contar mi vida a alguien2
 
Ella te vio
Ella te vioElla te vio
Ella te vio
 
Powerpoint La Cultura
Powerpoint La CulturaPowerpoint La Cultura
Powerpoint La Cultura
 
Ella por Verónica Edith Oliva
Ella por Verónica Edith OlivaElla por Verónica Edith Oliva
Ella por Verónica Edith Oliva
 
Ella presentacion como libro completo
Ella presentacion como libro completoElla presentacion como libro completo
Ella presentacion como libro completo
 
entrampado.docx
entrampado.docxentrampado.docx
entrampado.docx
 
Candy1
Candy1Candy1
Candy1
 
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdf
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdfPessoa-Libro-Desasosiego.pdf
Pessoa-Libro-Desasosiego.pdf
 
Candy1
Candy1Candy1
Candy1
 
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranos
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranosLos regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranos
Los regalos-del-nino-jesus-llegan-por-caminos-extranos
 
edgardoCuentoilustracion
edgardoCuentoilustracionedgardoCuentoilustracion
edgardoCuentoilustracion
 
Trabajo final etica y deontologia
Trabajo final etica y deontologiaTrabajo final etica y deontologia
Trabajo final etica y deontologia
 
Compilación
CompilaciónCompilación
Compilación
 
Regalo K-chan
Regalo K-chanRegalo K-chan
Regalo K-chan
 
Regalo k
Regalo kRegalo k
Regalo k
 
01.2.texto narrativo
01.2.texto narrativo01.2.texto narrativo
01.2.texto narrativo
 
Kilima 108 - Diciembre 2015
Kilima 108 - Diciembre 2015Kilima 108 - Diciembre 2015
Kilima 108 - Diciembre 2015
 

Más de Carlos Herrera Rozo

A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...
A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...
A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...Carlos Herrera Rozo
 
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)Carlos Herrera Rozo
 
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacionalVivimos en una democracia o en una dictadura internacional
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacionalCarlos Herrera Rozo
 
Somos ciudadanos libres o somos esclavos
Somos ciudadanos libres o somos esclavosSomos ciudadanos libres o somos esclavos
Somos ciudadanos libres o somos esclavosCarlos Herrera Rozo
 
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)Reeditar la historia de la infamia (carlos1)
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)Carlos Herrera Rozo
 
Reeditar la historia de la infamia 1
Reeditar la historia de la infamia 1Reeditar la historia de la infamia 1
Reeditar la historia de la infamia 1Carlos Herrera Rozo
 
Reeditar la historia de la infamia
Reeditar la historia de la infamiaReeditar la historia de la infamia
Reeditar la historia de la infamiaCarlos Herrera Rozo
 
Proyecto educativo planeta tierra
Proyecto educativo  planeta tierraProyecto educativo  planeta tierra
Proyecto educativo planeta tierraCarlos Herrera Rozo
 
Para qué sirve la politica (carlos1)
Para qué sirve la politica (carlos1)Para qué sirve la politica (carlos1)
Para qué sirve la politica (carlos1)Carlos Herrera Rozo
 
Mucho ruido y pocas nueces (carlos1)
Mucho  ruido y pocas nueces (carlos1)Mucho  ruido y pocas nueces (carlos1)
Mucho ruido y pocas nueces (carlos1)Carlos Herrera Rozo
 

Más de Carlos Herrera Rozo (20)

Pregunta al-experto-2011
Pregunta al-experto-2011Pregunta al-experto-2011
Pregunta al-experto-2011
 
A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...
A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...
A vueloo de neblí aligero. a proporsito de...
 
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional (carlos1)
 
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacionalVivimos en una democracia o en una dictadura internacional
Vivimos en una democracia o en una dictadura internacional
 
Una maleta agradable
Una maleta agradableUna maleta agradable
Una maleta agradable
 
Sueños
SueñosSueños
Sueños
 
Somos espejos vivientes
Somos espejos vivientesSomos espejos vivientes
Somos espejos vivientes
 
Somos ciudadanos libres o somos esclavos
Somos ciudadanos libres o somos esclavosSomos ciudadanos libres o somos esclavos
Somos ciudadanos libres o somos esclavos
 
Sobre daa
Sobre daaSobre daa
Sobre daa
 
Se inicia la campaña
Se inicia la campañaSe inicia la campaña
Se inicia la campaña
 
Ronda doha
Ronda dohaRonda doha
Ronda doha
 
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)Reeditar la historia de la infamia (carlos1)
Reeditar la historia de la infamia (carlos1)
 
Reeditar la historia de la infamia 1
Reeditar la historia de la infamia 1Reeditar la historia de la infamia 1
Reeditar la historia de la infamia 1
 
Reeditar la historia de la infamia
Reeditar la historia de la infamiaReeditar la historia de la infamia
Reeditar la historia de la infamia
 
Querido alberto
Querido albertoQuerido alberto
Querido alberto
 
Proyecto educativo planeta tierra
Proyecto educativo  planeta tierraProyecto educativo  planeta tierra
Proyecto educativo planeta tierra
 
Para qué sirve la politica (carlos1)
Para qué sirve la politica (carlos1)Para qué sirve la politica (carlos1)
Para qué sirve la politica (carlos1)
 
Para qué sirve la politica
Para qué sirve la politicaPara qué sirve la politica
Para qué sirve la politica
 
Nostalgia
NostalgiaNostalgia
Nostalgia
 
Mucho ruido y pocas nueces (carlos1)
Mucho  ruido y pocas nueces (carlos1)Mucho  ruido y pocas nueces (carlos1)
Mucho ruido y pocas nueces (carlos1)
 

Barbarita

  • 1. Miércoles 8 de agosto de 2007 BARBARITA Le llamábamos Barbarita. Era una chica venida de las profundidades de la selva. ¿Quien la trajo a casa? Ya no lo recuerdo. Solo recuerdo que una mañana se presentaron con ella en casa y que nuestra sorpresa fue mayúscula, no porque fuera una indígena, sino por las pinturas o tatuajes sobre su piel. ¿Cuántos años tenía? No lo sé, pero frisaban entre la pubertad y la adolescencia, por su estatura y su cuerpo menudo se adivinaba que aun era una niña. Al principio de su estancia en nuestra casa su comportamiento fue osco, huraño, desconfiado y retraído. Se ocultaba de todo y de todos y buscaba para ello los lugares más apartados y oscuros. Sus ojos grandes y negros miraban con desconcierto, asustados, fijamente, como mira un felino el próximo movimiento de su presa o de un casual oponente. Su actitud nos producía sorpresa y perplejidad. Aun que nos esforzábamos no acertábamos en el trato, el lenguaje se había convertido en una barrera casi infranqueable impidiéndonos una comunicación aceptable. Barbarita aunque entendía algunas palabras del castellano se empeñaba en hablar la lengua de los Muiscas levantando una barrera mas en nuestra difícil relación. Por todo ello el lenguaje muchas veces más que servirnos de vínculo de unión sirvió para desatar tempestades. Barbarita se enfurecía, no manifestaba sus estados de ánimo llorando, simplemente se ocultaba y la recatábamos de su escondite no sin cierta dificultad, con muchas risas, muchos dulces y mucho deseo de agradar: Salía de su refugio con una amplia sonrisa pero sus ojos delataban malestar. Barbarita no era bonita ni fea, tenia bien marcados los rasgos propios de su etnia: piel cetrina, fina, del color del aceite de olivas, de un amarillo verdoso intenso; pelo largo, negro y liso; baja de estatura pero bien conformada; Cara ovalada, casi redonda, donde los ojos de mirada fija y recta indicaban la altivez y el orgullo de su raza, su inteligencia y un extraño conocimiento del entorno donde lo que le era ajeno lo asimilaba con curiosidad y rapidez sin límite. Todo lo escrutaba como si quisiera poseerlo, no hacerlo suyo por el prurito de la propiedad sino por pasar a pertenecer de ese otro, asimilarse, hacer vida en común con él, comulgar de alguna manera con lo desconocido. Esta actitud era quizás lo más singular de Barbarita. Tengo, aun hoy, la profunda impresión de que sus ojos no le pertenecían, eran ajenos a su cuerpo, habían sido puestos en su cara para que miraran más allá del espejo... Su comportamiento también era extraño. Nunca protestaba, no se le oía una mala palabra, no era sumisa, al contrario, manifestaba permanentemente su independencia. Sus ojos condenaban toda actitud que indicara servidumbre tanto más si se aplicaba a ella, manteniéndose en callado silencio. Cuando se le reconvenía, de buenas formas, porque había cometido alguna pequeña falta, contestaba con naturalidad, ingenuamente: -decía- "no tenia sueño", "quería probarlo", "se me ha caído", "tenía hambre”, " no me gusta", "no quería hacerlo" etc., etc., etc., desarmando cualquier actitud sancionadora,
  • 2. convirtiendo el desaguisado en una anécdota humorística. Barbarita tenía una vida espiritual muy amplia y profunda. Muchas veces le pregunte sobre sus Dioses sin recibir respuesta. Eran suyos y los guardaba como un tesoro. Mito o Tabú eran parte de su interioridad, de su ser estremecido ante la deidad. Su recogimiento era real. Se extasiaba en sus meditaciones, su espíritu navegaba, entonces, rutas desconocidas, complejas invocaciones que lo hacían más antiguo, más viejo, más sabio y su rostro y su actitud cada vez más joven, mas preparado para la vida diaria. Mientras estaba absorta se convertía en una extraña criatura, su mirada se perdía en el vacío, su cara de niña tomaba las connotaciones de una anciana invadida por una paz espiritual que imponía respeto. Nadie se hubiera atrevido a tocarla en aquellos instantes. Estaba tan lejana. En aquellos momentos su tristeza era tan antigua como su espíritu. Yo la vi muchas veces en estado de éxtasis. Tuve miedo por ella. Entonces, simplemente velaba su estado en silencio esperando a que regresara del más allá. De pronto, en unos segundos, volvía a la vida, se activaba como un cachorro e iba de un lad0 a otro desarrollando las labores que había dejado pendientes hasta terminarlas. Cuando regresaba de ese viaje misterioso era más luminosa, como si en ese lugar al que viajaba la cambiaran, le dieran vida y más seguridad en sí misma. Se portaba como si hubiera bebido de la fuente de la sabiduría, de una fuente antigua y eterna a la que solamente ella sabia llegar para calmar su sed de conocimiento y sin desvelar jamás su misterio. Misterio que nunca pude aclarar a pesar de mi insistencia. Siempre quise saber en qué profundidades se sumergía y hasta donde llegaba su sabiduría o su ignorancia o mi supina estulticia respecto de sus creencias y cultura. Nunca pude averiguarlo. La única certidumbre que tengo es que Barbarita era analfabeta, un alma buena y de una curiosidad sin límite. Su curiosidad nos llevaba de sorpresa en sorpresa, no había cosa sobre la que no preguntara, sobre la que no indagara. Le atraían los libros, las revistas, los periódicos y en general todo lo que estaba impreso, pero no lo hacía por las fotografías, dibujos o por las historietas, que también por todo ello, sino por las letras, los extraños símbolos que allí se reunían y que ella no entendía y sobre los que terminaba inquiriendo a quien estuviera presente sobre lo que querían decir, sobre su significado. Ahí no terminaba su curiosidad, lápiz en mano imitaba los símbolos, los copiaba y memorizaba sus nombres y los repetía como un loro: "a", "e", "i", "o", "u", "l", "x", "y", "z", etc. Su memoria gráfica y verbal eran sorprendentes, tanto más si se tiene en cuenta que, antes de llegar a nuestra casa, no había visto una letra. Su mundo hasta entonces había sido la frondosidad de la selva tropical, su exuberancia y colorido, sus múltiples sonidos, la diversidad del mundo animal y los rústicos objetos de la vida diaria. Poco a poco fue cambiando de costumbres, se aplicaba en las labores diarias ganándole tiempo a su devoción: Las revistas, los periódicos y los libros. Pasado algún tiempo no volvió a hacer preguntas, se aplicaba en las páginas, las pasaba una a una, regresaba y repasaba, seguía adelante imperturbable, abstraída en las páginas impresas que tenía entre sus manos. Su rostro serio nos impedía preguntarle lo que hacía y, como no molestaba, la dejábamos hacer, al fin ya había cumplido con sus deberes. Su actitud no me molestaba, me inquietaba, me llenaba de curiosidad. ¿Qué hacia? ¡Si no sabe leer! Un día cualquiera, cogió un libro de la biblioteca, se sentó en una silla y, como de costumbre se sumió en un profundo silencio pasando las hojas con lentitud, como si leyera. Yo la observaba curioso. Al fin, en un receso de su actividad, en un momento en
  • 3. que levanto sus ojos del libro pude interrogarla: -¿Qué haces Barbarita? ¿Quieres que te explique algo? Me miro en silencio, sonrió, bajo su mirada a las páginas del libro y leyó en voz alta: -"Veinte mil leguas de viaje submarino"....