El documento critica la decisión del Ayuntamiento de Calvia de conceder el suministro de agua a una empresa privada. Argumenta que la explicación del Sr. Bonafé para justificar la concesión no es convincente, ya que la empresa pública Calvia 2000 seguirá gestionando la plantilla y supervisando el cumplimiento del contrato por la empresa privada. La concesión parece favorecer a un amigo y no resolver los problemas de deuda de Calvia 2000 como afirma el Sr. Bonafé. El autor pide hablar con honestidad sobre la corrupción en lugar de ocultarla
1. CALVIA 2000 CANTINFLAS Y EL SEÑOR BONAFE.
He recibido , como seguramente todos los vecinos del municipio, un comunicado
firmado por el señor Bartolomé Bonafé Ramis, 2º Teniente de Alcalde y Presidente de
Calvia 2000, donde se dan una serie de explicaciones sobre la concesión y suministro
de aguas del municipio, tachando a la oposición y a algunos medios de información de
demagógicos.
En el citado documento se hacen una serie de valoraciones, por lo demás anodinas,
sobre tarifas de agua, el personal de Calvia 2000, el personal que trabaja en el servicio
de agua y el “objetivo que persigue el Ayuntamiento con la concesión del ciclo de agua
potable en el sentido de prestar un mejor servicio” habida cuenta de que la empresa
Calvia 2000 se encargara de supervisar que el concesionario cumpla con lo estipulado
en el contrato ¿?.
El señor Bonafé nos cuenta su verdad, una verdad a medias, porque con sus
explicaciones lo que hace es enarbolar la bandera del Alcalde Delgado: ¡Sin
Complejos! Porque pretende ocultar lo inocultable: Veamos si no. ¿Se da la concesión
de aguas porque Calvia 2000 gestiona mal el servicio? No. Se nos dice inclusive que
Calvia 2000 vigilara el cumplimiento de la concesión para que se desarrolle en los
términos estipulados por el contrato. ¿Si esto es así cual es el sentido de esta
concesión?
Se afirma también que los 17 funcionarios que trabajan en el ciclo de agua seguirán
perteneciendo a la plantilla de Calvia 2000 y que quien quiera podrá pasarse a la nueva
empresa. Según esta premisa ¿Qué es lo que va a hacer la nueva empresa si los
empleados seguirán perteneciendo a la nomina de Calvia 2000 y la vigilancia del
cumplimiento de la concesión dependerá de Calvia 2000? ¿Qué clase de gestión es la
que va a realizar?
El Señor Bonafé afirma que lo que se pretende con la concesión además de prestar un
mejor servicio es sanear la empresa pública que mantiene una importante deuda con
el AYUNTAMIENTO. Es decir, Señor Bonafé, que Calvia 2000 a gestionado mal los
recursos que genera el suministro de agua y que, en consecuencia, pagarle a una
empresa particular para que administre, manteniendo la plantilla de Calvia 2000 y la
vigilancia para el cumplimiento del contrato por parte de Calvia 2000. Sacara a la
empresa adelante y podrá asumir las deudas que tiene con el Ayuntamiento. ¡Ni
Cantinflas lo había explicado mejor! Este galimatías que entiende Ud. perfectamente,
Señor Bonafé, no demuestra otra cosa que la mala fe de sus gestores. Díganle a los
ciudadanos que lo que querían era favorecer a un amigo con esta concesión y no nos
den más vueltas porque con sus explicaciones no hacen sino demostrar nuestro aserto,
confirmado además con la explicación de que solo se delega parte de la gestión del
2. agua. Y a esto no se le llama un pelotazo. ¡Que Dios lo entienda señor Bonafé!
Nosotros, los ciudadanos del montón carecemos de sus “Luces e ingenio” para explicar
lo inexplicable…
Los ciudadanos tenemos que entender, en este tipo de casos, que callarse es un insulto
cuando la memoria es lastimada por los recuerdos: la corrupción utiliza todo tipo de
vericuetos para ocultar la verdad; esconder las heridas es fomentar los resentimientos;
el silencio es insano porque no conduce a la redención, fomentando que la sombra de
la duda recaiga sobre víctimas inocentes, impidiendo que se defienda a cara
descubierta la razón de la justicia, cubriendo con el lodo de la infamia hasta los
descendientes. Debemos levantar la voz ante cualquier amenaza, defender los
principios de paz y justicia social a cara descubierta, lejos de lo políticamente correcto,
pensando siempre en la legitimidad de nuestras opciones: el derecho a pensar de
manera distinta; el poder expresarnos en lenguas diferentes dentro de la mayor
cordialidad y en el supuesto practico de que aun así podemos entendernos; llevar
sobre nuestra piel el color propio del país o región de donde somos trasuntos con las
peculiaridades tan propias de su índole, sin que esta singularidad se convierta en un
lastre que conculque derechos y castigue cargando aun mas deberes y obligaciones;
impedir que recaigan sobre los más débiles las imposiciones desmedidas de quienes
detentan el poder; creer en dioses diferentes, en ideologías diversas sin que ello
impida adherirse a soluciones que pretenden mejorar las sociedades en que vivimos,
en síntesis, protestar contra la infamia, provenga ella de donde provenga y en contra
de quien la organiza. Esta es la única garantía de que no seremos mañana sujetos
pasivos de sórdidas y aviesas malas gentes.
Carlos Herrera Rozo.