1. CURSO TRANSVERSAL 81
DESARROLLO HUMANO - I
Reglas de Oro del Perfecto Caballero Dama.
Este tema nos lleva irremediablemente a recordar las siguientes reglas que
espero las practique, así las mujeres encontraran más hombres educados y
galantes.
Un hombre cortés abre siempre la puerta del ascensor, de la oficina, del cine
o del restaurante así mientras le cede el paso.
Al subir o bajar de un automóvil, igualmente abrirá la puerta, la ayudará;
cerrará la puerta con suavidad y amabilidad, el complemento de esta rutina
tan olvidada.
Evite fumar, pero si ella muestra intención de encender un cigarrillo, él debe
ofrecer el fuego.
Durante la cena, él se preocupará de llenarle la copa de agua o de vino cuando
esté vacía.
Cuando una mujer se incorpora al grupo, o cuando llega a una reunión, el
hombre debe ponerse de pie.
Deber ser puntual y no hacerla esperar.
Le retira la silla al llegar a la mesa para que ella pueda sentarse.
Debe ofrecerse a cargar cualquier objeto que lleve la dama que lo acompaña
y también si ella está sola.
Tomarla ligeramente del brazo al cruzar una calle, al ingresar a un lugar
público o a una reunión social, aun sin ser pareja.
Cuando ella se pone de pie, él la imita mientras la ve marchar. Se repite el,
mismo gesto cuando ella regresa. Este detalle puede parecer difícil a muchos
saludar.
Los eventuales mimos o galanterías deben hacerse con educación y respeto.
Jamás grite ni trate mal a una dama (a solas o
delante de otras personas), aun con gente de
mucha confianza.
Cuando va por la vereda acompañándola, el
caballero se coloca al lado de la pista.
El perfecto caballero pide la cuenta y
discretamente la paga, sin permitir que ella vea
el importe de la factura.
tivo se da a los encargados
de atender una mesa. Por cierto, no es denigrante ni hiriente; aun cuando es
peor llamarlo con la mano o aplaudiendo. Cuentan que el escritor Abraham
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DESARROLLO HUMANO - I
Valdelomar, en el Paláis Concert, llamaba al mozo dando un par de palmadas
quechua xtravagancia del escritor no
tendría sentido.
En estas épocas, la etiqueta y el perfecto caballero permiten a una mujer
invitar y pagar facturas. En países desarrollados bastantes menos que en
América Latina las mujeres ejecutivas consideran como parte integral de su
trabajo, asumir el pago de las cuentas.
El hombre educado toca el timbre de la casa y nunca la bocina del automóvil.
Así mismo, respeta la hora de visitar o recoger a una dama. Si surgiera un
contratiempo: el teléfono para las disculpas del caso.
Debe estar pendiente de ella y la ayuda a quitarse y ponerse el saco o el
abrigo.
Debe respetar los compromisos, actividades y responsabilidades que ella
pueda tener. No la interrumpe, ni debe amenazarla convirtiéndose en estorbo
de su realización como mujer, esposa, madre o profesional.
Tampoco menosprecie las labores que ella realiza, por más pequeñas que
sean; y mucho menos las critica o ridiculiza ante todos.
Debe ayudarla a superarse como mujer, como profesional, como pareja o
compañera de labores.
Igualmente debe abstenerse de mirar descaradamente a otras mujeres
etiqueta es el resultado de la consideración y el respeto al prójimo.
Al llegar a una puerta, la abre y la mantiene así cediéndole el paso; ¡sin tirarle
la puerta en la cara!
Le cede el asiento en un vehículo, avión, tren, y la ayuda a subir y a bajar de
cualquier vehículo o en otras circunstancias.
Debe acostumbrarse a regalar ocasionalmente flores, chocolates o un detalle
y no solamente en las fechas tradicionales. ¡Es interesante observar cómo
cambia su pareja si la sorprende con ciertos gestos!
Son tan escasos los hombres que ponen en práctica estos pequeños detalles tan
importantes, que las mujeres se han vuelto suspicaces, tanto así, que cuando la
lástima!
La costumbre y la rutina los ha llevado a dejar de ser corteses, amables,
educados, considerados y sobre todo caballeros con su pareja. Pero ojo, que no
me ciego. También puede ocurrir, a la inversa con las mujeres