Arquitectura romana: características y obras clave
1. INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO
SANTIAGO MARIÑO
EXTENSION BARINAS
ARQUITECTURA ROMANA
Alumno: Carlos Acosta
C.I.: 20.055.396
Prof.Deyanira Mujica
Curso: Historia de la Arquitectura l
2. Características de la Arquitectura romana y su influencia en la Arquitectura actual
El Abovedamiento
La bóveda es una obra de fábrica curvada que sirve para cubrir el espacio comprendido entre dos
muros o entre varios pilares.
En el periodo del románico pleno la bóveda más empleada para cubrir la nave principal del templo es
la de medio cañón (bóveda de directriz continua semicircular) con arcos transversales de refuerzo o
fajones, cabalgando sobre las arquerías inferiores. Esas enormes bóvedas ejercían una fuerza no sólo
vertical sino transversal que tenía que ser contrarrestada con otras naves laterales o la presencia en
el exterior de los muros de poderosos y macizos contrafuertes.
Aunque la bóveda de medio cañón longitudinal fue -como decimos- la más ampliamente usada para
la nave principal, no se dejaron de inventar, durante el período románico, nuevas e ingeniosas formas
de cubrición.
Por ejemplo, en lugares del sur y oeste de Francia como Angulema, Périgueux, Cahors, Solignac,
Souillac, etc., durante las primeras décadas del siglo XII, se construyeron edificios de una sola y
amplia nave, que se cubría con una serie de cúpulas semiesféricas sobre pechinas.
3. Características de la Arquitectura romana y su influencia en la Arquitectura actual
Fachadas y portadas
Las puertas monumentales o portadas ornamentadas mediante sucesivas arquivoltas abocinadas que
apoyaban sobre columnas se abrían normalmente en el muro occidental o meridional o en ambos. En los
templos más ambiciosos podía haber numerosas puertas de entrada para abarcar todos los muros del
edificio. En este caso, la puerta principal está normalmente en el hastial occidental. Esta fachada, además
de la puerta monumentalizada, puede tener otros ventanales y óculos o rosetones de iluminación (en el
tardorrománico).
Si la puerta era muy ancha se colocaba como refuerzo una columna central llamada parteluz o mainel. En
templos importantes se solían añadir estatuas de personajes bíblicos a las columnas o/y a las arquivoltas
(en sentido radial frente a la orientación longitudinal del gótico). Otro elemento destacado de las portadas
románicas es la presencia de tímpanos esculpidos bajo las arquivoltas.
Es en estas puertas, en los capiteles de las columnas interiores y en los canecillos que soportaban los
aleros del tejado donde se concentraba la mayor parte de la escultura monumental que acompañaba
indisolublemente a la arquitectura románica de los periodos pleno y tardío.
4. Obras relevantes de la Arquitectura Romana
El templo de Antonino y Faustina
es el edificio mejor conservado del Foro Romano. Se abre a la Vía Sacra, al este de la Basílica
Emilia, frente a la Regia. Se compone de una cella construida en bloques de Toba Volcánica, en
origen revestida de mármol veteado, un pronaos de seis columnas de orden corintio en el
frente y otras dos en cada lateral, de una altura de unos 17 metros. El friso presenta una
decoración de grifos enfrentados y motivos vegetales.
Este templo, aunque de pequeñas dimensiones, es de un gran interés por su conservación, su
simplicidad, la severidad y la pureza de su estilo. Su construcción es de una perfección que se
encuentra rara vez en los monumentos de esta época. El estilo es corintio próstilo y hexástilo.
Sus columnas, de una bella proporción, presentan los capiteles tallados en mármol blanco, así
como las basas que reúnen sencillez y belleza. El cornisamento es uno de los más sencillos del
orden corintio y no lleva ni dentículos ni modillones. El friso, ejecutado de un modo admirable,
está compuesto de grifos, candelabros y otros variados adornos. En una palabra, este templo es
uno de los tipos más bellos de arquitectura corintia. Descansa sobre un estilóbato, disposición
que se encuentra en los templos primitivos y que fue generalmente adoptada desde el tiempo
de Domiciano.
5. Obras relevantes de la Arquitectura Romana
El Teatro de Marcelo
El Teatro de Marcelo es un teatro edificado en la Antigua Roma, parcialmente
conservado. Fue promovido por Julio César y acabado por Augusto entre los años 1311 a. C. Fue dedicado a Marco Claudio Marcelo, sobrino de Augusto, en un acto de
piedad, ya que este príncipe murió prematuramente en el 23 a. C., antes de que este
edificio se levantase en el Campo de Marte. En el año 17 a. C., cuando las obras aún no
habían sido terminadas, Augusto hizo celebrar en el teatro los famosos ludi saecularis,
cantados por Horacio. El día de la inauguración Augusto sufrió un ligero contratiempo:
el asiento oficial cedió y el emperador se cayó de espaldas.
Se calcula que la cávea (129,80 metros de diámetro) podía albergar entre 15 000 y
20 000 espectadores, convirtiéndose así en el segundo teatro más grande de la Roma de
los Césares, por detrás del de Pompeyo. El espacio destinado al coro tiene 37 metros de
diámetro; el escenario, del que no quedan restos, estaba flanqueado por dos salas con
ábside, de una de las cuales quedan aún en pie una pilastra y una columna. Detrás del
escenario había una gran exedra semicircular con los dos pequeños templos.
El material de fachada es travertino de la cantera del Barco, cerca de los Baños de Tívoli,
el mismo que el del Coliseo. Y también como en éste las arquerías se revisten de los
órdenes clásicos superpuestos, en este caso el dórico (toscano) abajo y el jónico encima.
En el siglo XIII, el edificio fue ocupado por la noble familia Savelli; en el XVIII pasó a ser
propiedad de los Orsini. El hermoso palacio renacentista que ocupa el tercer piso de la
fachada externa de la cavea es obra del arquitecto Baldassarre Peruzzi.
El Teatro de Marcelo, tal y como lo vemos hoy, es fruto de una meritoria labor de
restauración y liberación de postizos y ocupantes llevada a cabo entre 1926 y 1932.
6. Obras relevantes de la Arquitectura Romana
(Basílica de San Ambrosio)
Arquitectura
El material de construcción empleado es pobre (principalmente ladrillos de diversos colores,
piedra y yeso blanco) y su proveniencia es local. Con los mismos materiales se realizaron los
edificios del entorno. La renuncia a emplear materiales más preciosos traídos de Oriente se
debe a la sensibilidad del tiempo, que ya no piensa en la materia opuesta al espíritu.
Respecto a la iglesia original, la nueva hereda escrupulosamente la planta: tres naves, ábsides y
cuadripórtico. La planta interna de la basílica es longitudinal y tiene las mismas dimensiones del
pórtico (si se excluyen de las medidas los ábsides).
La fachada es larga y baja, típica también de las demás edificaciones de campo; su forma
expresa el apego a la tierra que tanto influye en la concepción que fundamenta el proyecto de la
iglesia. Presenta dos logias sobrepuestas. La inferior tiene tres arcos iguales y se une con el
perímetro interno del pórtico. En cambio, la superior tiene cinco arcos que aumentan en altura
siguiendo el perfil de las pendientes.
El interior
El interior fue estructurado según estilos transalpinos, con el uso de la bóveda
de crucería. Las bóvedas de las naves laterales, con intercolumnios de
dimensiones iguales a la mitad del lado de un intercolumnio de la nave central,
se apoyan en pilares menores y sostienen los matroneos. Estos últimos ocupan
todo el espacio disponible para el claristorio.
El cuadripórtico
El cuadripórtico tenía la función de recoger a los grupos de catecúmenos al lado
de la iglesia. Sin embargo, desde inicios del siglo XI, con la costumbre
del bautismo de niños, por lo que el cuadripórtico perdió su función original. Al
asumir un rol nuevo, terminó por emplearse como lugar descubierto para
reuniones. Desde la logia superior de la fachada el obispo da su bendición a los
ciudadanos.