1. Guachimontones (o Huachimontones) es el nombre de un centro ceremonial y antiguo
asentamiento prehispánico ubicado en la ciudad y municipio de Teuchitlán, aproximadamente
a una hora al oeste de la ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco. Este asentamiento fue
bautizado así por el nombre del lugar donde se descubrió este primer sitio arqueológico;
posteriormente se han descubierto otros asentamientos de la misma Tradición Teuchitlán una
compleja sociedad que probablemente existió desde 300 a.C. hasta 900 d.C.
Este centro ceremonial incluye varias construcciones con un estilo arquitectónico peculiar,
entre ellas varios túmulos cónicos escalonados o pirámides (una de ellas con restos de un palo
de volador) rodeadas de patios circulares, dos juegos de pelota, un anfiteatro y algunas
terrazas y edificios menores. Dadas sus grandes dimensiones, actualmente el sitio continúa en
fase de exploración y requiere de una investigación de largo alcance.
Se desconoce quién bautizó como "Los Guachimontones" a este sitio en las cercanías de
Teuchitlán. La palabra Guachimontón o Huachimontón es un término mestizo, relativamente
moderno, y procede del prefijo nahuatl cuautli-, árbol; chinamitli, muralla; y del castellano
montón. También se cree que “guachi” o “guaje” proviene de la palabra náhuatl “huaxe” que
combinándola con la palabra “montón” que es de origen castellano, se podría traducir
entonces como “montón de guajes”, ya que en la zona abundan los árboles de dicha especie
(Leucaena leucocephala).
Por su parte, el topónimo Teuchitlán se deriva de la voz “teotzitlán” o “teutzitlán” que se
interpreta como “lugar dedicado a la divinidad” o “lugar dedicado al dios reverenciado”
Posiblemente la fundación del poblado se remonta a la migración de los mexicas, en su
peregrinaje hacia el centro de México-Tenochtitlan. Aunque fue ocupado por integrantes de
las tribus nahuatlacas que colonizaron el centro de México en el periodo postclásico, sin
embargo se sabe que las construcciones vecinas a Teuchitlán son anteriores a tal colonización.
La cultura creadora de las construcciones en los Guachimontones recibe el nombre de
Tradición Teuchitlán, y tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C,
desapareciendo hacia el año 900 d. C., posiblemente antes del arribo de los colonizadores
mexicas. Más tarde, en el siglo XIV Teuchitlán fue un cacicazgo dependiente del señorío de
Etzatlán y lo habitaron las tribus de los tecos, quienes en el siglo de la conquista entraron en
contacto con los españoles.
El estilo arquitectónico particular de este asentamiento recibe el nombre de Guachimontón, y
se asigna a los túmulos y estructuras hechos de niveles circulares escalonados. Se cree que
tales estructuras, en el caso particular del asentamiento en Teuchitlán, eran utilizadas para
ceremonias en honor al dios del viento Ehécatl, y que incluían un análogo de la ceremonia
ritual de los Voladores, donde un sacerdote subía a un poste elevado para rendir honores a la
divinidad; poste que se colocaba en la cima de los túmulos. Este concepto es particularmente
importante para Teuchitlán, porque lo sitúa entre los sitios identificados más antiguos,
relacionados con esta tradición,1
que se creía más bien arraigada entre aztecas y totonacas del
centro y oriente de México.
Como sitio arqueológico el lugar fue descubierto en 1970 y su investigación sistemática
empezó en 1996, como reconocimiento oficial del trabajo del arqueólogo Phil Weigand, su
esposa Arcelia García y su equipo de investigación. A partir de los estudios de este equipo, se
2. propone que el auge de esta ciudad ocurrió entre los años 200 y 400 d.C. y su caída se produjo
hacia el 900 d.C, aunque se sabe que su antigüedad es de más de 2 mil años.
El sitio actual abarca 19 hectáreas, aunque se estima que durante su apogeo tenía 24 mil, y
que fue habitado por alrededor de 40 mil personas.
Como en muchos otros sitios del continente, es un común denominador, por ejemplo en
Calixtlahuaca y en Tiahuanaco, Bolivia. Las construcciones de Guachimontones han tenido
maltratos a lo largo de los años, y muchas piedras de las ruinas se han usado para empedrar
calles y levantar casas en el pueblo.
Es un sitio a gran escala, diseñado y creado como elemento de la sociedad. El entorno es
considerado por los arqueólogos como "político", compuesto de estructuras diseñadas para
imponer o preservar la unidad y el orden dentro de un territorio o para hacerle ajustes a gran
escala o largo plazo.
El sitio consiste en estructuras circulares concéntricas, probablemente para adorar a sus
dioses, principalmente a Ehécatl (Dios del Viento). El edificio ceremonial es un círculo
perfecto así como las estructuras perimetrales.
Los conjuntos circulares sugieren un acceso restringido y de uso exclusivo para las familias
de gobernantes y la casta sacerdotal. Los recintos circulares del occidente son únicos, pero su
geometría sigue principios ampliamente cosmológicos, comprendidos y compartidos por los
pueblos de Mesoamérica.
En el microcosmos arquitectónico de Teuchitlán, los gobernantes observaron un programa de
festivales rituales cíclicos y la sociedad en general, vivía bajo este concepto ritual.