Huaynapicchu es parte del esqueleto natural producto de la evolución geológica que ha sabido ser cómplice de extraordinarias acciones hechas por los Incas.
2. bservo por la ventana la
secuencia continua del pato
de los torrentes, están
jugando en las agua del Vilcanota, se
posan en las rocas para acicalarse, el
cielo está nublado abrazando las
montañas imponentes de granito, es
domingo, después de tantos intentos
fallidos por fin podemos subir junto a la
montaña, nos dirigimos hacia la
estación de buses de CONSETUR S.A.C.
abordamos siguiendo la ruta Hiram
Binghman. Tras muchas curvas
contemplando el majestuoso cañón del
Urubamba, el Putuqk’usi… hasta
entonces has pasado treinta minutos
arribando a la Llaqta Inka de
Machupicchu, pasamos la zona de
control, nos registramos atravesamos la
ciudad. Nuevamente pasamos el
control de Huaynapicchu cuya
capacidad de carga diaria antes de la
COVID -19 era 500 personas diarias,
pudiendo permanecer en la cima hasta
máximo el medio día. Hay mucha
expectativa por caminar por gradería
Inca y subir está prominencia, se inicia
el trayecto semiplano, luego las
graderías se divisan estrechas, subimos
poco a poco junto al Sr. David y
Cristhiam; por momentos el aire parece
detenerse por la altura; sin embargo, las
postales del paisaje nos envuelven en su
magia accidentada llenándonos de
alivio constante, el Salkantay nos mira
risueño, riéndose de nosotros. Conforme
subimos las escalinatas de piedra se
vuelve muy angostas, el viento sopla a
raudales, la euforia enternece,
pasamos por un pequeño túnel,
estamos allí en la cima contemplando
la majestuosidad de la evolución
geológica, natural, como humana, es
parte del corazón del Santuario
Histórico de Machupicchu. Proseguimos
avanzando con dirección al templo de
la Luna, las escalinatas líneas abajo son
más perfectas y la arquitectura se torna
más compleja, el bosque es nuestro
cómplice, al arribar las hornacinas
trapezoidales protagonizan la escena,
lugar de sacrificios y mucho que contar.
Permanecemos un rato, para continuar,
estando iniciando el retorno un jergón
se cruza como señal de custodia de su
casa.
Avanzamos nuevamente con dirección
hacia Machupicchu, cerca de está
decidimos desviarnos en hacia la
derecha, esta vez subimos a
Huchuy’picchu, mirador menor que
permite tener otra perspectiva de la
Llaqta Inka. Es satisfactorio comprender
parte del sello ancestral reviviéndola a
través de sus evidencias materiales e
inmateriales.
Escrito: Cindy Díaz Horna
Yamanua
O