El documento resume la liturgia de la misa de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced para el séptimo domingo del tiempo ordinario. Incluye la bienvenida, el acto penitencial, las moniciones a las lecturas, el evangelio sobre el perdón y el amor a los enemigos, y las oraciones universales por la iglesia, los gobernantes, los que buscan sentido y los marginados.
1. PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
LITURGIA DEL VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – ALema: En la alegría de María de la Merced… unidos construimos nuestro ser cristiano.
Monición de entrada:
Bienvenidos hermanos y hermanas. Cada vez que nos reunimos en la Eucaristía
para celebrar nuestra fe, venimos con alegrías y esperanzas, y también con tristezas y
sufrimientos. Es decir, venimos a misa con la vida a cuestas. Todo lo que forma parte
de nuestra vida diaria lo ponemos sobre la mesa del Señor, para que El nos dé luz,
esperanza y fuerza para seguir viviendo según el evangelio. Si venimos con la vida a
cuestas, es para que al terminar, salgamos con el compromiso de amar a los demás
como Dios nos ama a nosotros.
Gozosos lo celebramos agradecidos. Nos ponemos de pie para iniciar nuestra
celebración cantando.
Saludo:
El Señor, que nos asiste para que amemos a Dios y a los hermanos, esté siempre
con ustedes.
Acto penitencial:
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para el enojo y de gran misericordia.
Confiando en su amor imploremos su perdón.
- Tú, Jesús, que eres compasivo con todos y perdonas nuestras debilidades. Señor, ten
piedad.
- Tú, Jesús, que nos enseñas a amar y perdonar a nuestros enemigos. Cristo, ten
piedad.
- Tú, Jesús, que nos invitas a no juzgar, para no ser juzgados; a dar, para que se nos dé.
Señor, ten piedad.
MONICIONES A LAS LECTURAS:
Primera Lectura.
El secreto de la santidad es el amor. Amor a Dios, observando sus preceptos y
que se concreta en el amor al prójimo. Estos mandamientos encierran toda la Ley. Esta
página del Levítico nos prepara para escuchar luego a Jesús en el Evangelio.
Salmo:
2. Segunda Lectura.
San Pablo nos recuerda que somos templo de Dios y que todas nuestras acciones
le son conocidas. Por tanto, todas nuestras acciones deben ser dignas de aquel que
habita en nosotros, y nos llama a la unidad y la santidad.
Evangelio.
Nos disponemos a escuchar en el Evangelio la continuación del sermón de la
montaña. Hoy nos plantea dos nuevos ejemplos a modo de antítesis, y que tratan
sobre la venganza y el perdón y sobre el amor a los enemigos. Puestos de pie
cantamos aleluya.
Homilía:
Oraciones universales:
Confiados en el auxilio del Señor, le presentamos nuestras oraciones diciendo:
Escúchanos, Padre.
1. Por la Iglesia, para que sea fiel reflejo del amor de Dios a todos los
hombres. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de pueblos y naciones, para que trabajen por la paz, la
justicia y la solidaridad, de manera especial por el pueblo de
Venezuela. Roguemos al Señor.
3. Por los que buscan dar sentido a su vida, para que puedan encontrar en los
cristianos el testimonio del Evangelio que Jesús predicó. Roguemos al Señor.
4. Por los que no se sienten queridos, son rechazados o viven marginados por la
sociedad, para que encuentren apoyo en Cristo libertador del
hombre. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos ayude a vivir
perdonando, acogiendo y amando al que nos rodea. Roguemos al Señor.