2. Introducción:
La historia de la humanidad es también la historia de la interacción entre culturas cuya
impronta ha sido siempre la diversidad. Estas relaciones entre grupos sociales
heterogéneos y diversos se ha caracterizado por la dominación de unos sobre otros
diversas formas (desigualdad, control, subordinación y violencia) como factor distintivo.
De esta manera, si bien la humanidad ha sido consciente de la diferencia, la interacción
la diversidad cultural; tanto la equidad como la equivalencia en las relaciones nunca
estado presentes en el trato entre las culturas. Es a partir de estos elementos que se
analiza la interculturalidad, como un concepto en debate y construcción, y que en la
actualidad está cargado de significados diversos y hasta opuestos.
3. El concepto de Interculturalidad no es unívoco ni unidireccional, por el contrario, expresa situaciones y posiciones
distintas frente a las posibilidades de su construcción, desarrollo y resultados. En muchas ocasiones este se
confunde con el concepto de Multiculturalidad, siendo que ambos conceptos expresan situaciones y
posibilidades muy distintas.
En los mal llamados “países del primer mundo”, como Canadá, Europa y Estados Unidos, se ha asumido el
concepto de multiculturalidad, para designar la situación actual de sus sociedades metropolitanas (Bartolomé,
2006).
4. Para llegar a la idea de la interculturalidad en lo que debería primar en nuestras prácticas
profesionales, intentaré interpretar el presente del pueblo mapuche desde su pasado, para lo cual
bien señalare las principales situaciones que se han generado desde el estado chileno y sus
respectivos gobiernos que han dañado su existencia a lo largo de la vida republicana del país.
En cuanto a concebir al otro como objeto de estudio, se han cuestionado las viejas prácticas
antropológicas según las cuales se “estudia, [por ejemplo a los pueblos originarios], desde su misma
posición racionalista y positivista, [se les] incorpora dentro de su misma matriz de violencia
simbólica y epistemológica, con claro deseo de dominio. Se cumple así esa voluntad de poder que
encierra el saber en la modernidad” (Dávalos 2005: 27).
5. Los contextos Interculturales en los que hoy día están insertas nuestras
sociedades Latinoamericanas, amplían la complejidad de las problemáticas
sociales que afectan profunda y especialmente a los sectores más desfavorecidos
y a los grupos excluidos. Lo anterior refleja y sustenta la importancia que tiene
para la profesión del Trabajo Social el enfrentarse con una realidad en la que
intentan convivir culturas distintas. Sin ir más lejos, tenemos la formación
y la existencia de subculturas urbanas que experimentan conflictos con la cultura
dominante, por ejemplo la presencia de grupos humanos de extranjeros como los
Venezolanos, los grupos de pandillas raperas y punks, cuyos orígenes podríamos
decir que son externos al país, pero también existen otros grupos discriminados como los
homosexuales, etc. Lo que tienen en común todos los grupos humanos citados es que
constituyen minorías y que demandan mejores condiciones de calidad de vida, ante lo cual
una sociedad rígida bajo los cánones el modelo neoliberal no da respuestas satisfactorias.
Las preguntas que surgen desde nosotras como alumnas de Trabajo Social, son;
¿Cómo enfrentar equitativamente desde las sociedades Latinoamericanas las
problemáticas interculturales?, ¿qué papel juega en esta dinámica el Trabajo
Social?.
6. El Trabajo Social se ve enfrentado cada vez más a
intervenir en contextos
culturales diferentes, desde donde surgen nuevas
problemáticas sociales que
requieren formas creativas de atención e intervención,
dada las demandas que
emergen desde los grupos excluidos, entonces podemos
preguntarnos si el
Trabajo Social está preparado para estos nuevos desafíos
profesionales, el
siguiente paso es revalorizar la profesión e instaurar una
mirada intercultural a las
problemáticas sociales del nuevo siglo, de manera que la
experiencia que trae
consigo la profesión, -nos referimos a los tipos de
intervención tradicionales
7. posee un pasado histórico rico en tradiciones y manifestaciones
culturales propias, pero además se trata de un pasado histórico
caracterizado por la dominación y la desintegración, para nada
exento de la llamada marginalidad en décadas pasadas, y las
actuales formas de discriminación en todas las áreas del vivir
cotidiano, es decir; culturalmente marginados. ¿Constituye este
un campo de acción para los Trabajadores Sociales?. Se abren así
nuevos desafíos frente al tema; uno de los campos por los que
parte nuestra intención de vincular de
interculturalidad a nivel societal, es el respeto por lo diferente a
partir de la Educación.
8. La interculturalidad invita al cuestionamiento de la
construcción de la realidad sociocultural y de las
identidades, por otro lado, interculturalidad significa
según una educadora ”…interrelación, horizontalidad,
contacto en lugar de asimilación entre las culturas,
pluralidad cultural, participación social (en especial en el
propio ámbito escolar), generación de prácticas sociales
productivas y
comunicativas, apropiación selectivas de otras prácticas y
experiencias, legitimación de los saberes propios y de la
lengua indígena. Se convierte en
horizonte socializador y problematizador de la realidad
que se busca transformar a favor de los indígenas”
9. Si pensamos en un Trabajo Social, que se enmarca dentro
de un contexto
intercultural y en el cual “nos” planteamos como
“educadores sociales”, capaces
de desarrollar en los individuos aptitudes y
potencialidades propias a ellos, así
mismo capaces de forjar su propia historia social a pesar
de la existencia de
contextos adversos y aún más considerando el grupo o
comunidad como un punto
de encuentro de necesidades sentidas y donde se realizan
interacciones que
crean y recrean lazos de pertenencia y afectivos, todo ello
resumido con la idea de
la “autogestión” por tanto que se hace imprescindible la
necesidad de que nuestro
quehacer profesional sea un “potenciador, educador, etc.
de personas”.