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CONSECUENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS DE UN EXPERIMENTO
NATURAL EN LA LIGA ARGENTINA DE FUTBOL PROFESIONAL
Autor:
DAVID PINSKI
Tesis
Presentada a la Division of Social Sciences del
New College of Florida
En cumplimiento parcial de los requisitos para el título de
Bachelor of Arts
Tutor de Tesis: Richard Coe
Sarasota, Florida, Estados Unidos de América
Mayo de 2017
Índice
CAPÍTULO 1: Introducción 1
CAPÍTULO 2: La teoría de la externalidad y su aplicación 17
CAPÍTULO 3: Efectos generales de la veda de hinchas visitantes 32
CAPÍTULO 4: Concurrencia a los estadios 48
CAPÍTULO 5: Mercados de apuestas 61
CAPÍTULO 6: Conclusión 70
Anexo 73
Bibliografía 74
Agradecimientos
	
A mi familia, gracias por su apoyo y por estar siempre allí para mí. Me han brindado las
dosis perfectas de amor, libertad y sabiduría. Quiero darle un agradecimiento especial a
mi tia Florencia, quien tradujo este documento en su totalidad. Gracias a ella, esta tésis
podrá ser leída por argentinos y hispanohablantes en todas partes.
Al Dr. Coe, gracias por haber sido mi consejero en estos últimos cuatro años y por ser el
tutor de esta tesis. Usted es en gran medida responsable de que mi experiencia en el New
College haya sido satisfactoria.
A los doctores Yu y Yildirim, muchas gracias por participar de mi comité. He disfrutado
muchísimo de sus clases en el New College.
	
A mis amigos del New College y más allá, gracias por los recuerdos. No podría haber
elegido un grupo de gente mejor para compartir estos años.
Capítulo Uno: Introducción	
Desde su introducción a finales del siglo XIX, el futbol ha tenido un rol principal
en la cultura popular Argentina. De acuerdo con la FIFA (Fédération	Internationale	de	
Football	Association), el futbol es el deporte más popular de Argentina en términos de
cantidad de jugadores. Argentina también se jacta de poseer una de las tradiciones del
futbol más antiguas: su liga nacional es la tercera más antigua del mundo, mientras que su
asociación nacional de futbol (AFA) es la octava. Esta tradición histórica sin dudas ha
contribuido al éxito de la Argentina en los mundiales de futbol; el país ha ganado la copa
mundial en dos oportunidades (1978, 1986), y resultado finalista en otras tres (1930,
1990, 2014). Al nivel de clubes, este éxito también es claro: los equipos de futbol
argentinos han ganado la Copa Libertadores (el principal torneo de clubes internacional
de América del Sur) un total de 24 veces, más que cualquier otro país de la región. Sin
embargo, tal vez el mejor indicador de los logros del futbol argentino provenga de la
figura de Lionel Messi; en la actualidad el mejor jugador de futbol del mundo (y para
muchos, el mejor de todos los tiempos). El argentino Messi ha ganado cinco veces el
premio al mejor jugador de futbol que otorga la FIFA.
Similarmente a lo que ocurrió en otros países de América del Sur, en la Argentina
el futbol fue introducido y más tarde institucionalizado por inmigrantes ingleses. Muchos
de estos inmigrantes llegaron al país de la mano del desarrollo de la industria ferroviaria,
dado que muchas compañías de capitales ingleses expandieron sus operaciones en el
territorio argentino. Su influencia aún se advierte en los nombres de muchos equipos
profesionales de la Argentina, como Newell’s Old Boys and Ferro Carril Oeste
(traducción literal del inglés “Western railroad”). Muchos de estos primeros equipos
excluían a los jugadores no ingleses. En respuesta a ello, se organizaron los primeros
equipos de jugadores argentinos. Para comienzos del 1900 había en la Argentina cientos
de equipos; la popularidad del juego fue en aumento mientras que el control y la
influencia de los pobladores ingleses se fueron diluyendo.
La liga argentina de futbol se volvió profesional en 1931. Hasta ese entonces, se
trataba de una liga amateur. La profesionalización de la liga permitió el fortalecimiento
de las cuatro relaciones primarias que rodean el futbol argentino: el Estado (en ese
momento, una junta militar), la Asociación de Futbol Argentino (AFA), los clubes y los
simpatizantes (Duke y Crolley 2001). Desgraciadamente, estos cambios fueron
acompañados por el creciente problema de la violencia en el futbol. La primera muerte
relacionada con el futbol argentino tuvo lugar en 1922 (Salvemos al Futbol). Si bien las
hinchadas rivales existían ya para los años 30 y los 40, la mayor violencia se dirigía al
árbitro y a los jugadores del equipo rival (Archetti y Romero 1994). Durante este período,
los excesos policiales causaron varias muertes durante partidos de futbol: por ejemplo, en
1958, tras la suspensión de un partido por la agresión de los simpatizantes contra el
arquero de un equipo, la policía lanzó un proyectil de gas lacrimógeno para dispersar a la
multitud. El proyectil hirió a un simpatizante en la cabeza y causó su muerte unas horas
más tarde.
La naturaleza de la violencia en el futbol argentino cambió durante la segunda
mitad del siglo XX. En 1967 un incidente en el cual un hincha de Huracán fue asesinado
por simpatizantes rivales se considera el inicio de esta era (Scher and Palomino 1988). En
especial, la violencia alrededor del futbol se tornó más militarizada y politizada con la
irrupción de las barras bravas. Las barras bravas son grupos de simpatizantes que apoyan
a sus equipos de modo similar a los ultras y hooligans del futbol europeo. Las
características principales de las barras bravas incluyen liderar los cantitos de la hinchada
(desde una posición central dentro de la tribuna) y colgar grandes banderas del equipo en
los estadios. Más importante, las barras bravas tienen una estructura jerárquica bien
organizada que les ha permitido obtener una gran influencia en el futbol argentino.
Para entender mejor a las barras bravas y el rol que juegan en el futbol argentino
moderno, es necesario examinar su desarrollo y evolución. Como se ha mencionado, los
vínculos entre la política, el Estado y el futbol se incrementaron en la argentina durante
las décadas del 30 y del 40. Esto es especialmente cierto durante el gobierno peronista
(1946-1955). El presidente Perón creía en la utilidad del deporte como herramienta para
la integración nacional. La relación entre la AFA y el gobierno argentino, ya cercana
gracias a una puerta giratoria de subsidios a los clubes, se fortaleció en la medida en que
los funcionarios públicos comenzaron a actuar como “padrinos” de los clubes, ofreciendo
respaldo financiero y ocupado altos cargos en sus órganos de administración. Dado que
muchos funcionarios de los clubes tenían interés en obtener cargos en el gobierno (y a la
vez mantener sus cargos dentro de los clubes) hicieron grandes esfuerzos para seducir a
los simpatizantes de los clubes que votaban tanto en las elecciones de los clubes como en
las elecciones partidarias. Varias hinchadas daban apoyo a políticos determinados. De
hecho, la situación en la Argentina actual presenta una de las mejores evidencias del
fuerte vínculo entre futbol y política: Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina,
inició su carrera política como presidente del Club Boca Juniors a finales de la década del
noventa. Estas circunstancias cimentaron el surgimiento de las barras bravas (Duke y
Crolley 2001).
A medida que aumenta la injerencia política, junto con una mayor presión por el
éxito, en los años sesenta los grupos rivales comienzan a usar la violencia más a menudo,
al tiempo que se incrementan las recompensas potenciales. Durante este lapso, los barras
comenzaron a involucrarse en la actividad política de manera más formal (usualmente
expresando su apoyo por un candidato determinado a la presidencia del club) a cambio de
una retribución. En la era moderna, las formas de retribución más comunes incluyen el
transporte gratuito a los estadios donde el equipo juega de visitante y entradas gratis, que
luego son vendidas en el mercado negro. En una entrevista, Diego Borinsky también
reveló que los barras pueden recibir remuneración por cobrar el estacionamiento en las
calles linderas al estadio los días de partido; a pesar de que se trata de lugares donde el
estacionamiento es libre. Los concurrentes están obligados a pagar, salvo que prefieran
encontrarse al volver con el auto rayado y con las ventanillas rotas. A medida que
progresan en la jerarquía, los barras pueden empezar a vender comida y camisetas de
futbol (no originales) alrededor del estadio. Gustavo Grabia, un periodista argentino
especializado en corrupción del futbol en la Argentina, afirma que los barras de mayor
jerarquía también reciben hasta un 30% de los pagos por transferencia de jugadores a
otros equipos y hasta el 20% de los salarios de algunos de los jugadores. No hace falta
aclarar que nada de esto podría ser posible sin la complicidad de las fuerzas de seguridad
y de los administradores del club.
Los barras también realizan otras funciones que se consideran necesarias para el
club pero que sin embargo su realización no resulta atractiva para sus funcionarios. Una
de estas funciones es sobornar y amenazar a los jugadores que no están jugando bien. De
acuerdo con Duke y Crolley (2001), “cuando los clubes se quieren sacar de encima a un
jugador o a veces a un administrador, es fácil para ellos pagar a los barras para obtener
información sobre sus vidas privadas y luego usar esa información para chantajearlos”.
Por lo tanto, no es raro que los jugadores se relacionen con los barras más reconocidos.
Ha habido casos de barras que atentaron físicamente contra los jugadores y managers de
su propio club.
Las últimas décadas han mostrado un marcado crecimiento de la violencia
barrabrava. A finales de la temporada 2002, en la cual cinco personas murieron y muchas
más resultaron heridas, el gobierno argentino declaró a la violencia en el futbol una
emergencia nacional. Lo notable sobre este incremento de la violencia es que la misma
no se restringía únicamente a los estadios. Las barras rivales se enfrentan en batallas
campales en las calles de la ciudad, y muchos alegan que esta violencia del futbol se ha
expandido al resto de la sociedad Argentina (Romero 1986). La violencia entre los
miembros de la misma barra brava también creció en los comienzos del siglo XXI, en la
medida en que el dinero involucrado en los negocios de las barras fue en aumento. Es
común que dentro de una misma barra existan facciones rivales, cada una con su propio
líder.
El año 2013 marcó un punto de inflexión en la violencia del futbol en la
Argentina. En uno de los partidos finales de la temporada 2012-13, Estudiantes vs.
Lanús, un enfrentamiento violento entre la hinchada visitante de Lanús y la policía dejó
como saldo a un hincha muerto y a otro gravemente herido. En respuesta, al día siguiente
la AFA anunció que quedaba prohibida la concurrencia de hinchadas visitantes a los
partidos hasta nuevo aviso. Esa medida fue tomada en forma conjunta con el gobierno
federal y se aplicó a todas las divisiones del futbol argentino (la medida ya se había
puesto en vigencia para la segunda división varios años antes). En un principio, la
prohibición solo se aplicaría a los partidos que se jugaran en la provincia de Buenos
Aires, pero a las pocas horas se extendió a todo el país (Casal 2013). Al anunciar la
prohibición, un funcionario del gobierno afirmó: “Esto	 se	 acabó.	 En	 la	 provincia	 de
Buenos	Aires	no	va	a	haber	más	público	visitante	en	ninguna	división	hasta	que	la	
AFA	nos	pueda	garantizar	que	no	habrá	más	violencia	en	las	canchas	de	futbol".	
Puede decirse que la prohibición constituyó la medida más drástica en la batalla
de décadas contra la violencia y el hooliganismo en el futbol no sólo en la Argentina sino
en todo el mundo. Ningún otro país antes había vedado la entrada de simpatizantes
visitantes a los partidos por tiempo indeterminado. Habían existido casos particulares en
los cuales determinados partidos se jugaban sin simpatizantes visitantes (generalmente
por razones de seguridad) o partidos que eran jugados sin público (generalmente a modo
de sanción al equipo local por alguna infracción). La veda para todos los simpatizantes
visitantes era algo que nunca se había visto antes. En la Argentina, las hinchadas
visitantes contribuyen de modo significativo al ambiente de juego en los partidos. Era
razonable suponer que una medida de este tipo solo podría tomarse en circunstancias
extremas – y si consideramos que hasta el dictado de la prohibición en junio de 2013,
setenta hinchas habían encontrado la muerte en incidentes relacionados con la violencia
en el futbol – advertimos que la gravedad de las circunstancias ameritaba una respuesta
drástica.
Junto con la importancia histórica de una medida como la prohibición de
hinchadas visitantes, la medida nos da la oportunidad de hacer un análisis más a fondo.
La prohibición efectivamente constituye un experimento natural que permite analizar los
efectos de la política de veda de las parcialidades visitantes en varios aspectos de la liga.
Antes y después de la prohibición, otros aspectos de la liga se mantuvieron constantes.
Por ejemplo, la cantidad de contendientes se mantuvo en los mismos veinte equipos. El
formato de la liga tampoco cambió: cada equipo se enfrentó con dos demás equipos en
dos oportunidades (de local y de visitante) y la liga se dividió en dos mitades por un total
de 380 partidos jugados en la temporada. Los equipos recibieron la misma cantidad de
puntos por partido ganado, perdido o empatado. Por lo tanto, la prohibición de hinchadas
visitantes sirve como una fuente de variable exógena en la liga. Esta tesis pretende
examinar la eficacia de la política de prohibición de hinchadas visitantes con relación al
objetivo perseguido, así como los efectos generados en la liga, en la concurrencia a los
partidos y en los mercados de apuestas.
Reseña Bibliográfica
Muchos otros trabajos han usado al futbol como herramienta para analizar y
evaluar teorías sociales y económicas. Desde una perspectiva amplia, la prohibición de
hinchadas visitantes puede ser vista como un cambio de incentivos. A pesar de que en un
principio no surgen claramente los incentivos que se están modificando, un cambio
plausible es que los equipos tienen menos incentivo para ganar partidos en los que juegan
de visitante. Acaso el cambio de incentivos más importante que se dio en el futbol
internacional haya sido el número de puntos que se otorgan por cada partido ganado.
Previo a los noventas, la mayoría de las ligas de futbol otorgaban dos puntos por triunfo,
un punto por empate y cero puntos por derrota. Para el año 1995, la FIFA había adoptado
formalmente un sistema nuevo que otorgaba tres puntos por triunfo, manteniendo aún un
punto por empate y cero por derrota. El fundamento de este cambio fue que el futbol se
volvería más entretenido si la retribución del triunfo era mayor; y los equipos intentarían
meter más goles. Antes del cambio, un empate se consideraba un resultado relativamente
bueno, luego del cambio, se esperaba que los equipos dieran más de sí para romper un
empate, dado que ello implicaba obtener dos puntos más en vez de solo uno.
Garicano y Palacios-Huerta (2006) logran analizar con éxito el impacto que tuvo
en la primera división el cambio a tres puntos por partido ganado: los autores utilizaron
como grupo de control un campeonato de eliminación directa de España (la Copa
Española). Así, dado que los equipos jugaron en ambas competencias en los años
anteriores y posteriores al cambio en los puntos otorgados por triunfo, el método les ha
permitido aislar el impacto del cambio de incentivos de manera satisfactoria. Los autores
encontraron que mientras se verificó el deseado aumento de esfuerzo ofensivo, no se
advirtieron cambios significativos en los goles convertidos antes y después del cambio de
incentivo. La razón para esto es que además de incrementar el esfuerzo ofensivo, los
equipos aumentaron el llamado “juego sucio” (definido como comisión de faltas, tarjetas
amarillas y rojas). El resultado es que no se advierte un cambio en la cantidad de goles,
dado que el incremento del esfuerzo ofensivo se vio eficazmente cancelado por el
incremento del juego sucio. Si bien las recompensas por ganar son más altas, las
recompensas por proteger el liderazgo son altas también: los equipos que ganaban luego
del cambio de incentivo luego jugaban de modo más conservador: desplegaban más
defensores en el campo de juego y atacaban con menor frecuencia. Un resultado similar
arrojó el caso del cambio de incentivo llamado “gol de oro”, que otorgaba el triunfo de un
partido empatado directamente al equipo que anotara el primer gol, en vez de consagrar
ganador a quien lograra anotar la mayor cantidad de goles durante un tiempo de juego
adicional (Brocas and Carrillo 2004).
Otro efecto descubierto por Garicano y Palacios-Huerta (2006) se relaciona con la
concurrencia de simpatizantes visitantes. Una cuestión interesante para considerar es el
modo en el cual el público reaccionó al incremento en el juego sucio con posterioridad al
cambio de incentivo. Los autores pueden aprovechar el hecho de que cada equipo debe
jugar en cada uno de los estadios: un equipo dado es visitado por otros diecinueve
equipos durante la temporada. Consecuentemente, el efecto que produce un equipo
visitante que juega relativamente “sucio” sobre la concurrencia puede ser analizado en
comparación con la asistencia promedio. Controlando los demás factores, se evidenció un
descenso significativo en la asistencia cuando un equipo determinado era visitado por un
equipo que jugaban más sucio. De hecho, puede concluirse que el juego más sucio
producido por el cambio de incentivo fue recibido de manera negativa por los
espectadores. Con respecto a la prohibición de entradas visitantes, esta literatura deja ver
la posibilidad de consecuencias no intencionadas (ni esperadas) del cambio de incentivo.
Un aspecto bien estudiado del futbol que tiene relevancia directa para esta tesis es
el de la ventaja del equipo local. La ventaja del equipo local refiere al beneficio que un
equipo recibe por jugar un partido como local. En el futbol, esto se refleja en un
porcentaje mayor de victorias para equipos locales sobre victorias de equipos visitantes.
Por ejemplo, de acuerdo con football-lineups.com, el porcentaje de triunfos locales para
la Premier League inglesa 2014-15 fue del 41%, mientras que el de los partidos visitantes
fue del 31%. La bibliografía sobre la ventaja del equipo local en el futbol generalmente
identifica como causa de la ventaja a cuatro factores principales: la familiaridad del
equipo local con su estadio y dependencias, la necesidad de viajar del equipo visitante,
los efectos de la hinchada sobre el equipo y la parcialidad del árbitro. (Dobson y Goddard
2011).
La evidencia sugiere que la hinchada es la fuente más importante de la ventaja del
equipo local. Sin embargo, esto no se debe al impacto directo de la hinchada sobre los
propios jugadores, sino más bien a las decisiones de los árbitros. (Nevill y Holder 1999).
Esta hipótesis se ve reforzada por un análisis efectuado sobre las ligas de futbol de
Inglaterra y Escocia; se advirtió que la mayor cantidad de asistencia contribuía a la
parcialidad del árbitro (se cobraban más faltas en contra del partido visitante y más
penales a favor del equipo local), lo que producía una mayor ventaja del equipo local
(Nevill, et. al. 1996). Boyko, Boyko, y Boyko (2007) confirman que la parcialidad del
árbitro es al menos en parte responsable por la ventaja para el equipo local que se observó
en la Premier League.
El efecto de la parcialidad del árbitro sobre la ventaja para el equipo local merece
mayor investigación, sobre todo en lo que se relaciona con el público. Garicano y
Palacios-Huerta (2005) utilizan el tiempo suplementario al final de los partidos de futbol
para demostrar el modo en el cual árbitros benefician sistemáticamente al equipo que
juega de local. La fuerza de este estudio yace en el hecho de que el tiempo adicional que
un árbitro acuerda al final del partido debería estar en función de situaciones particulares
que se hayan dado durante el partido, como ser lesiones y cambios de jugadores. Los
autores demuestran que los árbitros adicionan significativamente más tiempo cuando el
equipo local está perdiendo por un gol y significativamente menos tiempo cuando el
equipo local aventaja al visitante por un gol. En las situaciones en las cuales un gol
adicional tendría menor impacto, como ser en partidos con una diferencia de dos goles o
al final del primer tiempo de juego, este efecto es despreciable. Además, aquellos
públicos compuestos por una mayor proporción de simpatizantes visitantes resultan en
que el árbitro muestra menos parcialidad, sugiriendo que los árbitros son sensibles a las
preferencias del público. Pettersson-Lidbom y Priks (2010) encuentran un resultado que
tiene relación con esto en la liga italiana. Cuando se prohibía la concurrencia de
espectadores en ciertos partidos, la parcialidad del árbitro hacia el equipo local se
incrementaba. Esto sugiere que los árbitros favorecen por default a los equipos locales.
En el caso de la prohibición de hinchadas visitantes en Argentina, la parcialidad del
árbitro que produce la ventaja del equipo local puede haberse incrementado con la
ausencia de parcialidades visitantes.
Otro aspecto que también ha sido examinado en la bibliografía referida al futbol
son los determinantes de la concurrencia del público a los partidos. En el mundo del
deporte, la asistencia puede considerarse demanda. Por lo tanto, los determinantes de la
asistencia en los deportes con espectadores incluyen las variables económicas estándar
como ser precio de la entrada, ingresos del consumidor y precio de los sustitutos.
(Simmons 2006). Existen, sin embargo, determinantes de la demanda que son específicos
de los deportes, siendo el que puede considerarse el más importante la incertidumbre del
resultado. Usando las cuotas de los corredores de apuestas, Forrest y Simmons (2002)
encontraron evidencia de que – manteniéndose el resto de las variables estables – cuanto
mayor es la incertidumbre con relación al resultado más público atraen los partidos. Estos
resultados apoyan las conclusiones iniciales de Peel y Thomas (1988). Se ha demostrado
que los cambios exógenos en las reglas y estructura de la liga de futbol también han
tenido impacto en la asistencia a los partidos (Baranzini, et al. 2008). Estas conclusiones
sugieren que la prohibición de hinchadas visitantes posiblemente haya tenido un impacto
en la concurrencia del público los partidos de futbol en Argentina.
Los deportes, y en particular, el futbol, también nos dan la oportunidad de analizar
la eficacia de las hipótesis a través de los mercados de apuestas. Un área primaria de
investigación se relaciona con la eficacia informativa, que considera que toda la
información relevante se incorpora al instante a los mercados de precio (o cuotas de
apuestas). Esta es una extensión de la forma débil de la hipótesis del mercado eficiente
(HME), articulada por Fama (1970). La HME se basa en tres premisas básicas: (1) es
probable que todos los inversores sean racionales, (2) incluso si los inversores no son
todos racionales, los inversores no racionales se desviarían aleatoriamente y (3) incluso si
los desvíos irracionales no son aleatorios, existen arbitrajistas que podrán beneficiarse de
estos desvíos de la eficiencia. Si los mercados de apuestas no son eficientes, entonces
existe información relevante que no está incorporada a los precios, permitiendo la
oportunidad para una estrategia de apuestas lucrativa en caso de que esta información
relevante pudiera ser identificada y usada de manera exitosa.
Los mercados de apuestas de futbol que se usan más comúnmente para las
pruebas de eficacia son las apuestas de cuotas fijas. Las cuotas fijas se refieren al hecho
de que una vez que el individuo apuesta a cierto resultado bajo ciertas probabilidades,
sabe exactamente cuánto dinero ganará en caso de que el resultado sea el esperado. Sin
embargo, diferentes sujetos apostando al mismo resultado en diferentes momentos del
tiempo no encontrarán necesariamente las mismas cuotas de apuestas: ello es debido a
que los corredores de apuestas ajustan sus probabilidades en función del cambio en las
cantidades en juego para cada resultado a fin de asegurarse su ganancia. El corredor de
apuestas va a ajustar las cuotas de modo tal que el monto a pagar por cualquier resultado
sea inferior al monto recibido de los apostantes para lograr un saldo equilibrado. En el
caso del futbol, la suma de las probabilidades implícitas de cada resultado (triunfo,
derrota, empate) dadas por un corredor de apuestas van a superar 1; el monto por el cual
esta suma excede a 1, llamada “overround”, es la ganancia del corredor de apuestas
manteniendo un saldo equilibrado. Desde una perspectiva económica, las apuestas
representan la información sobre el resultado de un partido. Por lo tanto, si la hipótesis
del mercado eficiente es cierta, las probabilidades finales implícitas en las cuotas de
apuestas (una vez corregidas para ajustar la ganancia del corredor) deberían ser los
mejores predictores posibles para el resultado del partido (y, por extensión, no debería
existir ninguna posibilidad de ganancia). La bibliografía en los mercados de apuestas del
futbol ha hecho foco en la posibilidad de desarrollar estrategias de apuestas rentables
basadas en tres ideas: predisposiciones conductuales, modelaje de los resultados de los
partidos, y arbitraje.
La primera bibliografía sobre la eficacia de los mercados de apuestas de futbol
puso el foco en los sesgos sistémicos. En particular, el sesgo improbable favorito se
encontró repetidamente en estos mercados. Originalmente identificado en los mercados
de apuestas de carreras de caballos, sesgo improbable favorito se refiere a la tendencia de
los apostantes a sobrevalorar a los improbables a la vez que se infravaloran los favoritos.
En presencia de sesgo improbable favorito, es posible identificar una estrategia de
apuestas que va a contramano de las expectativas al apostar al equipo con cuotas
inferiores (el favorito). Analizando la información de la temporada 1991-1992 de la
Premier League, Cain, Law y Peel (2000) encuentran evidencia de sesgo improbable
favorito. Sin embargo, otros estudios no encontraron evidencia de sesgo improbable
favorito, y uno de ellos incluso encuentra evidencia de sesgo improbable favorito
negativo, en donde apostar por el favorito produce ganancias por debajo del promedio
(Dixon y Pope 2004). Más recientemente, Deschamps y Gergaud (2007) han encontrado
evidencia que respalda el sesgo improbable favorito en las cuotas de partidos de local y
visitante, pero encuentran lo contrario para las cuotas de empate; apostar a resultados más
improbables produce mejores ganancias que apostar al favorito. Sin embargo, mientras
que las estrategias de apuesta basadas en estas percepciones proporcionan ganancias
mejores a las esperadas, los autores concluyen que ninguna de estas estrategias puede
arrojar un retorno positivo. La evidencia sugiere que la causa de la sesgo improbable
favorito se enraíza en una mala percepción de la probabilidad (Snowberg y Wolfers
2010). También se ha encontrado evidencia del sesgo emocional, la tendencia de ofrecer
cuotas más favorables para los equipos que tienen una mayor base de simpatizantes
(Forrest y Simmons 2008; Franck, Verbeeck y Nuesch 2008).
Los análisis más rigurosos de la eficacia de los mercados involucran el uso de
modelos que predicen los probables resultados de los partidos utilizando datos históricos
y comparando luego estas predicciones con las cuotas ofrecidas por los corredores de
apuestas. El objetivo de estos modelos de predicción es incorporar información que no
está implícita en las cuotas del partido, dando de esta manera al apostante una ventaja que
puede redundar en una estrategia de apuestas rentable. Los modelos más fuertes explotan
las ineficiencias en las cuotas de apuestas y por lo tanto deberían producir estrategias de
apuestas más rentables. Una de dichas estrategias implica apostar a resultados en los
cuales el índice del modelo predictivo con relación a la probabilidad implícita del
corredor de apuestas excede determinado umbral; 1.2 ha sido identificado como el
umbral de una estrategia rentable (Dixon y Pope 2004). Otra estrategia implica
seleccionar las apuestas mejor clasificadas en el 15% superior al comparar la
probabilidad del modelo predictivo con la probabilidad implícita del corredor del
apuestas (Goddard y Asimakopoulos 2004). En un estudio más riguroso que incorpora las
apuestas por los resultados de medio tiempo, Dobson y Goddard (2011) concluyen que
una estrategia similar a las descriptas más arriba habría sido rentable durante un período
de muestreo de cinco temporadas. Un estudio con datos más recientes aplicando un
modelo similar concluye que mientras el modelo captura información no implícita en las
cuotas del corredor de apuestas, esta información no produce una estrategia de apuesta
tan rentable en el largo plazo como en los estudios previos (Williams y Siegel 2013). En
general, esta literatura sugiere que en los mercados de apuestas del futbol existen
ineficiencias de información que pueden ser explotadas.
La tercera noción que desafía la hipótesis del mercado eficiente es el arbitraje. El
arbitraje se define como la compra y venta simultánea de un bien para generar una
ganancia sin riesgos (Investopedia 2016). El ejemplo más común del arbitraje tiene que
ver con la compra de acciones en la Bolsa de Nueva York por el precio A y venderlas en
la Bolsa de Londres por un precio B, donde B > A. El arbitraje es un mecanismo
necesario para mantener mercados eficientes, pero la existencia de oportunidades de
arbitraje en el largo plazo es un indicador de un mercado ineficiente. En los mercados de
apuestas de futbol, existe una oportunidad de arbitraje si al apostar por los tres posibles
resultados, un apostador individual podría tener su ganancia garantizada. Esto solo es
posible si la suma de probabilidades implícita por las cuotas del juego es menor a uno;
por lo tanto, esto requiere el uso de múltiples corredores de apuestas dado que los
corredores individuales siempre se aseguran su ganancia haciendo que las probabilidades
implícitas excedan a uno.
La evidencia indica que las oportunidades de arbitraje rentables existen incluso en
los mercados de apuestas modernos. En un estudio que analizó los partidos del futbol
europeo, Vlastakis, Dotsis y Markellos (2009) encuentran que las oportunidades de
arbitraje ofrecen un retorno promedio de 21,78%, a pesar de que estas oportunidades
existieron solo en el 0,5% de los partidos. Otros estudios también han encontrado
evidencia de oportunidades de arbitraje rentables en los mercados de apuestas europeos
(Franck, Verbeek y Nuesch 2013; Constantinou y Fenton 2013). Schwartz (2016) sugiere
que las oportunidades de arbitraje en la Premier League inglesa se han incrementado en
los últimos años debido a la competencia entre los corredores de apuestas. En la
Argentina, el incremento esperado en el porcentaje de triunfos de equipos locales debido
a la prohibición de hinchadas visitantes presenta una excelente oportunidad para testear si
los mercados de apuestas pudieron ajustarse a este cambio. Podría existir la posibilidad
de que se hayan desarrollado estrategias de apuestas rentables para explotar la falta de
ajuste de las cuotas por parte de los corredores de apuestas.
El resto de esta tesis se organiza de la siguiente manera. En el Capítulo 2
emplearé la teoría de las externalidades para establecer las bases económicas para el
análisis de la violencia de los simpatizantes. En el Capítulo 3 usaré datos disponibles para
analizar la prohibición de las hinchadas visitantes en relación con su objetivo propuesto
de reducir la violencia de las hinchadas y además voy a examinar otros efectos que la
prohibición ha tenido sobre los equipos y la liga. En el Capítulo 4 analizaré el impacto de
la prohibición en la asistencia del público a los partidos. En el Capítulo 5 investigaré la
eficiencia de los mercados de apuestas. En el Capítulo 6 ofreceré las conclusiones.
Capítulo 2: La Teoría de la Externalidad y su Aplicación
Como se dijo previamente, la prohibición de hinchadas visitantes tuvo como
objetivo atender la cuestión de la violencia de las hinchadas (que surge de manera más
genérica del hooliganismo de las hinchadas) en la primera división del futbol de la
Argentina. Un marco apropiado para analizar la violencia de los simpatizantes es la teoría
de la externalidad. En economía, una externalidad es un costo o beneficio que afecta a un
tercero no relacionado con la transacción que produce dicho costo o beneficio. En el caso
de externalidades negativas, un bien o servicio se produce en exceso, dado que el costo
total para la sociedad no se toma en cuenta.
A fin de clasificar la violencia en el futbol como una externalidad negativa, es
necesario examinar los efectos de la violencia sobre aquellos individuos que no están
involucrados en la misma. Antes de continuar, debe hacerse notar que la violencia y el
hooliganismo son solo un aspecto de un partido de futbol, y que es posible que un partido
genere externalidades positivas a través de otros mecanismos. De hecho, Gouget y Barget
(2007) postulan que las externalidades positivas en eventos deportivos pueden generarse
a través de vínculos sociales (como ser mejoras en la cohesión social y el reconocimiento
social de grupos minoritarios), así como a través de dinámicas territoriales (imagen de la
marca). Sin embargo, los autores se apuran a identificar al hooliganismo como la forma
más común de impacto negativo en los eventos deportivos. Rosentraub y Ijla (2008), en
su análisis de las instalaciones deportivas como capital social, también se refieren a la
violencia de los simpatizantes como una externalidad negativa o “des-capital”.
Mientras que la racionalidad teórica para considerar la violencia de los
simpatizantes como una externalidad negativa es relativamente clara, los conceptos
abstractos tales como “cohesión social” si bien pueden asirse, no son los más
convincentes. No es difícil probar el modo en el cual la violencia en los partidos de futbol
tiene consecuencias reales sobre los espectadores que no forman parte del hecho violento.
Consideremos el caso más obvio, y posiblemente el más serio: la muerte de un
espectador. En 1967, un simpatizante de Racing de 15 años se encontró de pronto
rodeado de barras bravas de Huracán: fue atacado y asesinado. Salvemos al Futbol, una
ONG dedicada a resolver el problema de la violencia en el futbol argentino, lleva una
lista de simpatizantes asesinados por violencia relacionada con el futbol. En los últimos
cinco años, la cantidad supera las cincuenta víctimas. Afortunadamente, las muertes en
los partidos de futbol son menos comunes en la actualidad. Sin embargo, las
externalidades negativas causadas por la violencia en el futbol no necesariamente deben
ser tan graves como la muerte o las lesiones. Las consecuencias más comunes son el
atraso o la suspensión de los partidos. La gran multitud de simpatizantes pacíficos que
fueron a ver un partido que fue suspendido por hooliganismo o violencia pagan el costo
(en tiempo y dinero) de esos simpatizantes cuyo hooliganismo dio como resultado la
suspensión del partido.
La violencia de las hinchadas y el hooliganismo también pueden perjudicar las
finanzas del equipo. Una sanción resultante de un hecho de vandalismo puede implicar
que el equipo deba jugar sus siguientes partidos de local sin asistencia de público.
Dejando de lado los efectos negativos en los simpatizantes que no pueden asistir, los
equipos pierden las ganancias que hubieran podido recibir por la venta de entradas para el
partido. También pueden imponerse altas multas a los equipos como resultado del
hooliganismo o la violencia de los simpatizantes.
Un ejemplo reciente muestra qué tan costosa puede ser la externalidad negativa
impuesta por el hooliganismo y la violencia. En mayo de 2015, Boca Juniors y River
Plate (los dos equipos más importantes de la Argentina y también amargos rivales) se
enfrentaron por los octavos de final en la Copa Libertadores, el torneo de futbol más
importante de Sudamérica. Debían jugarse dos partidos: el primero en territorio de River
Plate y el segundo en la cancha de Boca Juniors; el equipo que anotara más goles en total
pasaría a la siguiente ronda. River ganó el primer partido 1-0, lo que significó que Boca
estaba obligado a anotar al menos un gol en el partido de retorno en su propia cancha. En
el segundo juego, los equipos estaban empatando en el entretiempo. Cuando los
jugadores de River estaban entrando al campo de juego para empezar el segundo tiempo,
un simpatizante de Boca roció el túnel con gas pimienta. El gas pimienta produjo
irritación a muchos de los jugadores de River, algunos no podían ver. El árbitro se vio
obligado a posponer el comienzo del segundo tiempo y, luego de media hora, cuando se
hizo evidente que los efectos del gas pimienta no iban a desaparecer, se suspendió el
partido.
Un día después, la CONMEBOL, la Federación Sudamericana de Futbol, anunció
oficialmente que Boca Juniors sería descalificado de la edición 2015 de la Copa
Libertadores como resultado de ese incidente. La descalificación fue acompañada por
otras tres sanciones. Primero, Boca debería jugar los próximos cuatro partidos
organizados por CONMEBOL a puertas cerradas. Segundo, se prohibió a Boca vender
entradas a sus simpatizantes para los próximos cuatro partidos organizados por la
CONMEBOL. Finalmente, se le impuso al club una sanción de USD 200.000. De lo
expresado surge claramente que muchos simpatizantes de Boca Juniors, además del
equipo mismo, recibieron el impacto negativo de las acciones de un hincha que logró
escabullir una pequeña lata de spray de gas pimienta a través de la seguridad del estadio.
Acaso el aspecto que enojó más a los simpatizantes fue que nunca se pudo completar el
Gráfico 2.1. Una descripción gráfica de una externalidad negativa de producción
impuesta por la producción de acero. Un impuesto pigouviano equivalente al daño
marginal de una unidad de acero ($100) daría el resultado óptimo, reduciendo la
producción de Q1 a Q2 (Gruber 2013).
segundo partido: si no hubiera ocurrido el incidente del gas pimienta, habrían existido
esos 45 minutos que podrían haberle permitido a Boca tratar de anotar un gol para
calificar para los cuartos de final.
Habiendo establecido la violencia y el hooliganismo como externalidades
negativas, el siguiente paso es discutir cómo estas externalidades negativas pueden
corregirse. Si bien existen aproximaciones de limitación de cantidad, el modo más
difundido de corregir una externalidad negativa es la intervención estatal a través del
impuesto pigouviano. El impuesto pigouviano corrige una externalidad negativa a través
de la imposición de un impuesto a los productores (o consumidores) de un monto igual al
daño marginal (DM) del bien o servicio que se produce o consume. El ejemplo clásico
tiene que ver con la contaminación: un impuesto pigouviano sobre un contaminador
(como ser una planta de generación de energía) va a dar por resultado una disminución en
la producción de energía dado que el daño marginal impuesto por la contaminación será
internalizado por la planta de energía. Esto lleva como resultado a un nivel de
contaminación socialmente óptimo.
La externalidad de la violencia de los simpatizantes y el hooliganismo difiere del
ejemplo tradicional de la contaminación en que se trata de una externalidad de consumo,
en vez de una externalidad de producción. Una externalidad de consumo ocurre cuando el
consumo de un bien impone costos en un tercero. En el caso de la violencia y el
hooliganismo, está en el hecho de que los simpatizantes están consumiendo un partido (a
través de la compra de entradas) que da lugar a la violencia y el hooliganismo. La
diferencia entre las externalidades de producción y de consumo se convierte en trivial, sin
embargo, cuando operan en el contexto de un impuesto pigouviano. Gráficamente, en el
caso de una externalidad de consumo, un impuesto que reduce la demanda del bien por el
daño marginal que impone su consumo logra el mismo resultado que un caso idéntico con
una externalidad de producción, donde el impuesto reduce la oferta del bien por el daño
marginal que impone su producción. En ambos casos, el nivel óptimo de producción y
consumo, así como la incidencia del impuesto serán iguales.
Gráfico 2.2. El caso de una externalidad negativa de consumo, ilustrado con el
consumo de cigarrillos. El consumo de un cigarrillo impone un costo de $0,40 a la
sociedad. Un impuesto pigouviano de $0,40 por cigarrillo produciría una
disminución en la curva de la demanda y ecualizaría el beneficio marginal social y
el beneficio marginal individual. El consumo caería de Q1 a Q2. En un escenario
hipotético en el cual se gravara la producción en vez del consumo de cigarrillos con
$0,40 de daño marginal, se mantendría el mismo resultado (Gruber 2013).
Uno podría preguntarse por qué en vez de implementar la prohibición de
hinchadas visitantes, la Asociación de Futbol Argentino no optó por imponer un impuesto
pigouviano a las entradas para los partidos. Después de todo, eran los propios
simpatizantes los responsables de la violencia y el hooliganismo, por lo que un impuesto
hubiera disuadido a algunos de los simpatizantes de concurrir a los partidos y así se
llegaría a un resultado cercano al nivel de violencia y hooliganismo “socialmente
óptimo”. Para comprender por qué un impuesto pigouviano no habría sido la mejor
herramienta de política en este escenario, es necesario aclarar los supuestos que subyacen
al impuesto pigouviano, así como algunos detalles específicos sobre los simpatizantes de
futbol argentinos.
Un impuesto pigouviano asume que el daño marginal es estimable. En el caso de
la contaminación, esto es razonable dado que los estudios científicos permiten medir de
manera metódica el impacto de una unidad adicional de contaminación sobre el ambiente;
si bien la decisión última sobre el modo de valuar la contaminación puede variar, las
maneras específicas en las cuales la contaminación impacta en el medio ambiente son
claras. Este no es el caso para la violencia en el futbol y el hooliganismo: existen muchos
caminos potenciales que pueden llevar a producir daño a terceros. Más aún, incluso si
estos caminos pueden ser identificados, puede que no exista información disponible con
respecto a ellos ¿Cuántos simpatizantes en promedio mueren o sufren lesiones por partido
a causa de la violencia y el hooliganismo? ¿Cuánta seguridad y policía adicional es
necesario emplear en un intento de prevenir incidentes? ¿Cómo podemos medir el grado
de sufrimiento del simpatizante promedio cuando se cancela un partido debido a un
incidente? ¿Cómo podemos medir el número de familias que eligen no ir a los partidos
por temor a la violencia? Estas son las preguntas que deberían poder responderse para
desarrollar un impuesto pigouviano efectivo sobre las entradas a los partidos.
Incluso si afirmamos por vía de hipótesis que todos los costos relacionados con la
violencia de los simpatizantes y el hooliganismo pueden ser identificados y calculados,
permanece el problema de la uniformidad del impuesto pigouviano.
El impuesto pigouviano asume que el daño marginal causado por la producción
o consumo de un bien es igual
para cada unidad. Esta es una
presunción que tiene sentido
en el caso en el cual el costo
social total que provoca la
producción o el consumo de
un bien se reparte de
manera equitativa entre
todos los individuos o
empresas. Tomemos como ejemplo el impuesto a la contaminación por carbono: no hay
razón para creer que ciertos emisores de CO2 (automóviles, plantas de energía, etc.)
imponen significativamente mayores costos sociales que otros emisores. El conocimiento
científico actual indica que dada una cantidad determinada de carbono que penetre en la
atmosfera afectará el planeta de manera muy similar, sin importar su fuente.
Estadísticamente, esto se representaría como una distribución normal de curva estrecha.
Este no es el caso de otros tipos de externalidades negativas, en las cuales los costos
sociales pueden variar entre los individuos y las empresas (Fleischer 2015). En otras
Gráfico 2.3. Los impuestos pigouvianos funcionan mejor
cuando la distribución del costo marginal es normal y
estrecha, en lugar de ancha o multimodal (Fleischer 2015).
palabras, el costo social promedio difiere significativamente del costo social marginal.
Esto se explica mejor a través de un ejemplo.
Consideremos proponer un impuesto pigouviano para las comidas altas en grasas.
El consumo de comidas altas en grasas es un factor de riesgo para la obesidad, la cual
crea costos externos a través de mayores primas de los seguros de salud. Dado un costo
social promedio de $1 por porción de comida, un impuesto de $1 sería el impuesto
pigouviano adecuado. Cuando los individuos varían en el costo social marginal que están
imponiendo, sin embargo, el impuesto pigouviano puede de hecho producir más daño que
beneficio. Supongamos que un individuo A es relativamente sano y consume comidas
altas en grasas solo de manera moderada, imponiendo un costo social de $0 por cada
porción de comida alta en grasa consumida. El individuo B, por el contrario, es obeso y
existe una alta probabilidad de que su consumo de comidas altas en grasa imponga costos
sobre los demás individuos: supongamos que este costo es de $2 por cada porción
consumida.
Bajo este impuesto, ambos individuos enfrentarían un aumento de $1 en el costo
marginal de consumir una porción de comida alta en grasa. Este impuesto no daría cuenta
del costo social total que impone el Individuo B, quien continúa imponiendo $1 de costo
a la sociedad. El Individuo A, por el contrario, reducirá el consumo de su nivel óptimo, y
se incurrirá en una pérdida de peso muerto. Debe mencionarse que en un mundo de
información perfecta y gratuita, los costos marginales individuales no serían un
impedimento para la implementación de un impuesto pigouviano efectivo: el Individuo A
no pagaría impuesto por su consumo de comidas altas en grasa, dado que su consumo no
impone costos a la sociedad, mientras que el Individuo B debería pagar $2, equivalente al
costo externo que impone. Existen algunas situaciones que permiten hacer este tipo de
discriminación. La congestión de tránsito es un buen ejemplo. Está claro que las
motocicletas, los automóviles y los camiones no contribuyen de manera igual a la
congestión de tránsito. Al implementar un impuesto a la congestión de tránsito, un
impuesto establecido sobre el costo social promedio no sería efectivo. Sin embargo, dado
que los vehículos en la ruta pueden ser identificados fácilmente, los impuestos
diferenciados (con motocicletas pagando el impuesto más bajo y los camiones el más
alto) se muestran como un instrumento efectivo de política pública para reducir la
congestión en las rutas.
En el caso de la violencia y el hooliganismo en la liga de futbol argentino, es
evidente que el problema de los
diferentes costos marginales es
relevante. Un pequeño grupo de
simpatizantes (barras bravas)
son los responsables de la mayor
parte de la violencia. La mayoría
de los simpatizantes no
participan de la violencia.
Victor Fleischer resume
esta cuestión de la mejor manera:
“por ejemplo, en una distribución
asimétrica del costo social marginal, donde unos pocos malos actores causan la mayor
parte del daño, un impuesto específico uniforme establecido en la tasa del costo social
promedio por individuo posiblemente no resulte efectivo dado que no sería suficiente
Gráfico 2.4. Asumiendo que los barras bravas
derivan la mayor utilidad por concurrir a los
partidos, la propuesta de un impuesto
pigouviano para sobre los simpatizantes
visitantes no disuadiría a los barras bravas de ir
al partido.
140000 4000 8000
26
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
24
Hinchas visitantes por partido
Preciodeentradaporpartido(USD)
O
DD-imp
Barras bravas
para disuadir a los malos actores y sobre-disuadiría a aquellos que causan poco o ningún
daño. En esas circunstancias, un instrumento de política distinto podría ser más efectivo y
menos costoso.”
El Gráfico 2.4 ilustra el problema de costos sociales marginales y promedio
divergentes con respecto a la externalidad de violencia de los simpatizantes y
hooliganismo. En la temporada 2012-13 las entradas a los partidos en la Argentina
costaban USD 12 y un promedio de 7.000 hinchas visitantes concurrían a cada partido.
La oferta de entradas para los partidos se considera perfectamente elástica porque había
asientos disponibles para prácticamente todos los partidos, mientras que la demanda por
entradas a los partidos se considera del modo illustrado. Los simpatizantes que derivan la
mayor utilidad (ilustrados en la cima de la curva de la demanda) son los barras bravas:
son los hinchas más apasionados, por supuesto también son los que tienden a causar la
mayoría de los problemas. Supongamos un impuesto pigouviano sobre las entradas a los
visitantes que asume el promedio de daño causado por la externalidad negativa de la
violencia y el hooliganismo en USD 4; para nuestro propósito en este trabajo, el número
es irrelevante. Dado que los barras bravas reciben un beneficio por encima de USD 4 por
ir al partido, van a continuar yendo a los partidos luego de la imposición del impuesto (y
continuar causando problemas). Los simpatizantes que reciben un beneficio inferior a
USD 4, pero no son responsables de la mayor parte de la violencia y el hooliganismos
serían injustamente castigados. Un resultado similar aplica a los barras bravas del equipo
local.
Incluso si suponemos que todos los barras bravas de Argentina son bien
conocidos y fácilmente categorizables, no está claro que un impuesto pigouviano
aplicado exclusivamente a los barras bravas sería más efectivo que prohibirles entrar a los
partidos. Para que un impuesto de este tipo sea efectivo, sería necesario conocer el daño
marginal: como vimos antes, éste es difícil de calcular. Si el impuesto pigouviano se
establece por debajo del daño marginal, la cantidad de barras bravas en la concurrencia (y
por lo tanto, la cantidad de violencia y hooliganismo) se seguiría manteniendo por encima
del nivel óptimo. Este es el escenario más probable, teniendo en cuenta que es probable
que los barras bravas tengan curvas de demanda altamente inelásticas. Si el impuesto se
estableciera por sobre el daño marginal, entonces el número de barras bravas estaría por
debajo del nivel óptimo. Una prohibición de barras bravas, mientras tanto, partiría del
supuesto razonable de que el daño marginal que impone la presencia de los barras bravas
es lo suficientemente alto como para que su nivel óptimo de asistencia sea igual a cero (o
tan cercano a cero como para que la prohibición resulte más eficiente que el impuesto,
teniendo en cuenta que la imposición de un tributo implica costos administrativos más
altos). Bajo este supuesto, un impuesto pigouviano que exceda el daño marginal
produciría, en la práctica, el mismo resultado que una prohibición de los barras bravas
dado el límite inferior cero; sin embargo, este impuesto seguramente implicaría costos
administrativos más altos.
En la realidad, no todos los barras bravas son identificables. Este hecho, sumado
con la influencia política que los barras bravas tienen en los deportes y la política en la
Argentina, hace que la imposición de un impuesto pigouviano sobre los barras bravas que
apunte a atender de manera efectiva el problema de la violencia y el hooliganismo sea
inviable. También fulmina a la promisoria herramienta de prohibir la entrada a los
partidos únicamente a los barras bravas. Con esto en mente, podemos advertir desde una
perspectiva económica en modo en el cual se configuró la prohibición de hinchadas
visitantes. Efectivamente es útil como un abordaje cuantitativo (regulatorio) para
enfrentar la externalidad en vez de un abordaje basado en precio (impuesto). Sin
embargo, debe quedar claro que esto no expresa un abierto apoyo a dicha política. La
gran mayoría de los simpatizantes que sufren la prohibición no son violentos, y la
prohibición de su asistencia a los partidos es análoga al impuesto sobre las comidas altas
en grasas sobre un individuo que no impone daño marginal a la sociedad por su consumo
de las mismas. La efectividad de la prohibición también se apoya en la suposición de que
los hinchas visitantes eran los responsables de una parte significativa de la violencia
dentro de los estados. Es posible que la prohibición haya tenido un efecto neto negativo si
la pérdida de peso muerto derivada de los simpatizantes no violentos que se encuentran
impedidos de asistir excede la ganancia derivada del menor nivel de violencia y
hooliganismo esperado.
Existen otras políticas para atacar la violencia y el hooliganismo que han dado
mejores resultados que directamente prohibir a las hinchadas visitantes. En 2003, el
Consejo de Europa llevó adelante una conferencia que apuntó a “preparar y adoptar
recomendaciones de política que proveerán lineamientos a las autoridades locales y
regionales para la prevención de la violencia en los eventos deportivos, especialmente en
los partidos de futbol” (de Quidt y Johnston 2003). Luego de identificar cuestiones
comunes con respecto a la prevención de la violencia en el deporte (como ser el rol de las
autoridades regionales y locales) se encomendó al Comité Permanente del Convenio
europeo sobre la violencia e irrupciones de espectadores con motivo de manifestaciones
deportivas y especialmente de partidos de futbol la elaboración de una lista de medidas
prácticas y recomendaciones para enfrentar el problema de la violencia en los deportes.
Se sugirieron cinco iniciativas principales y medidas preventivas: mejorar la relación
entre los clubes y sus simpatizantes, potenciar el rol del club en el medio social, brindar
instrucción a los hinchas, incrementar el rol de las autoridades locales y otras agencias,
emplear embajadas de simpatizantes y llevar adelante actividades para los habitantes
locales durante los torneos internacionales.
Con relación a la recomendación del incremento de la presencia de las autoridades
locales y otras agencias, se llevaron adelante varios estudios de caso en distintas ciudades
europeas. Si bien todas las ciudades implementaron políticas diferentes para enfrentar el
problema de la violencia y el hooliganismo, todos los casos sirven como ejemplos de
buenas prácticas. Liverpool, una ciudad plagada de violencia y hooliganismo en el
pasado, ha recogido los beneficios de la legislación británica que especifica la
distribución de responsabilidades y técnicas de control. Estos métodos han sido tan
exitosos que no solo se han exportado a otros países europeos sino que además han
servido como medio para prevenir la violencia urbana a través de programas como
“Futbol en Comunidad” (Football in the community). En Liège, Bélgica, el consejo
municipal se involucró en el acompañamiento a los hinchas; en este caso, trabajando en
colaboración con la universidad de la ciudad y la policía. En Berlín, el consejo municipal
implementó un abordaje similar con una organización de la juventud. El área de París vio
un éxito similar involucrando agencias locales a través de una aproximación contractual.
Estos casos de estudio nos brindan evidencia que las políticas que atacan la
violencia en el futbol pueden ser exitosas si a su diseño concurren suficiente reflexión e
investigación – algo que no ocurrió en la Argentina. Un punto para rebatir es que la
Argentina no parece tener los recursos financieros para llevar adelante las políticas
recomendadas como el acompañamiento a los aficionados y las embajadas de
simpatizantes, que demandan la contratación de profesionales experimentados. Otra
posible explicación es que el gobierno argentino estaba buscando una solución que
tendría un efecto psicológico inmediato, mientras que no debía necesariamente ser
efectiva en lo que estaba diseñada para hacer. Sin perjuicio de ello, la pregunta sigue ahí
con relación a qué tan efectiva fue la prohibición de los hinchas visitantes en su misión, y
también las otras consecuencias que tuvo dicha política. Nos enfocaremos en este punto
en el próximo capítulo.
Capítulo 3: Efectos generales de la veda de hinchas visitantes
Efectos sobre la Violencia
La prohibición de hinchadas visitantes tenía como objetivo disminuir la violencia
y el hooliganismo en la primera división de Argentina ¿Produjo el efecto deseado? Si
bien no hay una base de datos comprensiva que detalle toda la violencia relacionada con
el futbol en Argentina, la ONG Salvemos al Futbol mantiene un listado de todas las
muertes relacionadas con la violencia en el futbol. Este listado no es en modo alguno
exhaustivo, pero uno podría esperar que la prohibición de hinchadas visitantes hubiera
llevado a una disminución en las muertes de simpatizantes reportadas en la primera
división.
En las cinco temporadas que precedieron a la prohibición de hinchadas visitantes
(2008-2013), Salvemos al Futbol registró 53 muertes relacionadas con la violencia en el
futbol, un promedio de 8 por temporada. En la temporada inmediatamente posterior a la
prohibición de hinchadas visitantes, 2013-2014, se registraron 13 muertes. A primera
vista, esto parecería indicar que la prohibición de hinchadas visitantes de hecho
incrementó las muertes (y, por extensión, la violencia) en vez de disminuirlas. Sin
embargo, ésta sería una conclusión incompleta. El listado de muertes relacionadas con la
violencia en el futbol de Salvemos al Futbol tiene dos características importantes que
resultan relevantes en una análisis de la efectividad de la prohibición de las hinchadas
visitantes: incluye las muertes de todas las divisiones del futbol argentino (no solo de la
primera división) e incluye todos los tipos de incidentes y no solo las confrontaciones que
tuvieron lugar alrededor de los partidos involucrando hinchadas visitantes.
A fin de ajustar este punto, es necesario examinar todos los incidentes que
tuvieron lugar en la primera división en los cuales estuvieron involucrados hinchas
visitantes. Una vez que se lleva adelante esta distinción, no hay evidencia que muestre
que la prohibición de hinchadas visitantes haya sido efectiva en prevenir incidentes
fatales que involucraran hinchas visitantes. En las cinco temporadas previas a la
prohibición, murió un simpatizante en promedio por temporada víctima de violencia
involucrando hinchadas visitantes. Un simpatizante murió debido a violencia de hinchada
visitante con posterioridad a la implementación de la prohibición. Este curioso incidente
ocurrió en la ciudad de Rosario, tras un partido entre los dos equipos más grandes de la
ciudad y eternos rivales Newell’s Old Boys y Rosario Central. Este incidente ilustra
acerca de las limitaciones de la prohibición: en los casos en los que el equipo local y el
visitante están en la misma ciudad, la violencia igual puede tener lugar antes o después
del juego y no necesariamente dentro del estadio.
Un hecho que es necesario enfatizar es que las muertes involucrando hinchas
visitantes fueron solo el 20-25% de todas las muertes durante las temporadas analizadas.
La mayor parte de la violencia es interna, y surge de las facciones en competencia dentro
de los barras bravas del mismo equipo. Idealmente la política debería haber enfrentado
esta clase de violencia interna, dado que era la principal culpable; lamentablemente, la
gran influencia de los barras bravas lo hizo imposible. En ese tiempo, la prohibición de
las hinchadas visitantes puede haber sido la mejor opción.
Mientras que el efecto absoluto de la prohibición sobre las muertes es relevante
para evaluar la efectividad de la prohibición, es también igual de importante verificar si la
externalidad impuesta por la violencia fue corregida de alguna manera a través de la
prohibición. Si bien no hubo ningún cambio neto en la violencia y en vez de ello la
violencia simplemente se trasladó al exterior de los estadios, esto habría representado un
acercamiento a una asignación de recursos más eficiente.
Cuando la violencia tiene lugar fuera de los estadios, existe menos probabilidad
de afectar a terceros. No existen datos que sugieran que este fuera el caso. Sin embargo,
esto posiblemente resulte de la falta de datos general sobre incidentes específicos.
Un tipo diferente de datos, relacionados más con el hooliganismo de los
simpatizantes que con la violencia, puede resultar útil para brindarnos evidencia
concluyente respecto de la efectividad de la prohibición de las hinchadas visitantes. El
hooliganismo y la violencia muchas veces terminan en la demora o suspensión de un
partido como medida preventiva. Estas consecuencias negativas no siempre tienen que
ocurrir durante el partido en el cual tiene lugar el incidente, dado que los equipos son
usualmente sancionados obligándolos a jugar el partido siguiente a puertas cerradas (en
un estadio vacío). Las suspensiones, demoras y especialmente los partidos a puertas
cerradas son todos ejemplos de externalidades negativas toda vez que resultan en pérdida
de satisfacción de los simpatizantes. Es posible que las hinchadas visitantes fueran
responsables por una gran parte del hooliganismo que produjo como resultado estas
consecuencias, por lo tanto, la prohibición de hinchadas visitantes pudo ser efectiva en
Muertes en el futbol argentino
2008-
2009
2009-
10
2010-
11
2011-
12
2012-
13
2013-
14
Total 11 7 7 11 4 13
No de Primera
División 6 1 2 5 0 8
Primera División 5 6 5 6 4 5
Hinchas visitantes
involucrados 0 1 2 2 1 1
Internos 3 2 2 1 3 2
Otros 2 3 1 3 0 2
Gráfico 3.1. Muertes en el futbol argentino, 2008-2014. (Salvemos al Futbol)
reducir el número de partidos que fueron suspendidos, demorados o jugados a puertas
cerradas.
Incidentes que dieron lugar a modificaciones en los partidos de
primera división
2012-13
Problemas en las
instalaciones
Hinchas
locales
Hinchas
visitantes
Suspendido 2 1 2
Pospuesto/Demorado 3 1 0
Puertas cerradas/Otro estadio 0 2 1
2013-14
Problemas en las
instalaciones
Hinchas
locales 		
Suspendido 2 0 		
Pospuesto/Demorado 1 0 		
Puertas cerradas/Otro estadio 0 9 		
La información no indica que la prohibición haya disminuido la aplicación de este
tipo de medidas. Las hinchadas visitantes fueron responsables de tres de estas medidas en
2012-13, siendo las hinchadas locales responsables de cuatro. En la temporada 2013-14
las hinchadas locales fueron responsables de nueve de estas medidas, representando un
incremento de dos con respecto a la temporada anterior. Desafortunadamente, el
hooliganismo de las hinchadas locales parece haber sustituido el de las hinchadas
visitantes. Similarmente al caso de las muertes de simpatizantes, las hinchadas visitantes
son responsables por una pequeña proporción de las consecuencias iniciales de modo que
los beneficios de la prohibición de visitantes son extremadamente limitados.
Incluso bajo la suposición que la violencia y el hooliganismo dentro de los
estadios disminuyeron (y por lo tanto, la externalidad asociada a los mismos) este
Gráfico 3.2. Incidentes que dieron lugar a la suspensión, demoras o
juego a puertas cerradas y sus causas relacionadas. Desde que se
prohibió el ingreso de hinchas visitantes en la temporada 2013-14,
éstos no pudieron ser responsables de estas medidas (Football-
Lineups).
beneficio debe ser comparado con la inmensa pérdida de satisfacción de todos los
simpatizantes no violentos que ya no pueden concurrir a los partidos. Para hacer esta
comparación más precisa, necesitaríamos cuantificar la satisfacción que los hinchas
visitantes dejaron de recibir, la disminución de la externalidad de la violencia como
resultado de la prohibición, y todo otro efecto indirecto en el bienestar total. Esto sería
metodológicamente imposible. Sin embargo, la mejor deducción es que tomando en
cuenta el bajo número de muertes y medidas sobre los partidos que involucraban a los
hinchas visitantes en primer lugar, cualquier beneficio hipotético derivado de la solución
de la externalidad resultará pequeño en comparación con el beneficio que los
simpatizantes visitantes dejaron de recibir.
Efectos sobre los Equipos
Hasta aquí analizamos la prohibición de las hinchadas visitantes desde el punto de
vista del espectador individual. Un tema de interés es analizar si la prohibición afectó la
performance de los equipos en la liga. La bibliografía ha demostrado la importancia de la
ventaja de jugar de local sobre los resultados: sin hinchas visitantes presentes luego de la
prohibición, resulta razonable anticipar que el mecanismo del árbitro que constituye gran
parte de la ventaja de jugar de local se vea fortalecido. Sin embargo, dado que cada
equipo juega la misma cantidad de partidos de local y de visitante durante toda la
temporada, es posible que los efectos de la mejor performance de local se hayan visto
cancelados con una performance más débil de visitante, resultando en que ningún equipo
tuviera un efecto neto.
En la temporada 2013-14, el triunfo de equipos de local fue el porcentaje más alto
de cada una de las cinco temporadas inmediatamente anteriores, así como casi cuatro
puntos porcentuales mayor que el promedio de las cinco temporadas anteriores. El
porcentaje de victorias de equipos visitantes para 2013-14 fue el más bajo de cada una de
las cinco temporadas anteriores, y más de cuatro puntos porcentuales menor que el
promedio de esas cinco temporadas. En términos de goles, los goles de local en la
temporada 2013-14 no difirieron mucho del promedio de las cinco temporadas. Los goles
visitantes, sin embargo, fueron un 15% menos en la temporada 2013-14 que el promedio
de las cinco temporadas anteriores. La proporción entre los goles locales y visitantes
también es mayor en la temporada 2013-14 que en las cinco temporadas precedentes.
Estas estadísticas indican que la prohibición de hinchadas visitantes probablemente haya
tenido fuertes efectos, y posiblemente haya favorecido sistemáticamente a algunos
equipos sobre otros, dado que el incremento en el porcentaje de aumento de victorias de
equipos locales no es igual que la disminución en el porcentaje de victorias de los
equipos visitantes.
Estadísticas	descriptivas	
2008-
09
2009-
10
2010-
11
2011-
12
2012-
13
Promedio 5
temporadas
2013-
14
Porcentaje triunfos
local 46,05% 45,79% 40,53% 39,47% 41,05% 42,58% 46,32%
Porcentaje triunfos
visitante 26,32% 27,89% 29,74% 27,37% 24,74% 27,21% 22,89%
Porcentaje empate 27,63% 26,32% 29,74% 33,16% 34,21% 30,21% 30,79%
Total goles local 552 545 485 447 492 504,2 486
Total goles visitante 395 383 394 368 361 380,2 323
Relación Goles
Local/Visitante 1,397 1,423 1,231 1,215 1,363 1,326 1,505
Podemos usar una prueba de proporciones de dos muestras para verificar el efecto
de la prohibición de hinchadas visitantes tuvo sobre estas variables. Cuando usamos este
test para comparar las victorias locales en la temporada 2013-14 con los triunfos locales
Gráfico 3.3.	Estadísticas de porcentajes de triunfos y
goles anotados.
en las cinco temporadas anteriores, nos arroja un valor –p de aproximadamente 0,20.
Cuando realizamos lo mismo para los triunfos visitantes, nos arroja un valor –p de 0,09.
Usando un nivel de significancia de 𝛼 = 0,10, esto indicaría que los triunfos visitantes
recibieron el impacto de la prohibición mientras que los locales no lo hicieron. La
comparación de los goles de local como un porcentaje del total de goles de la temporada
2013-14 con las cinco temporadas anteriores arroja un resultado similar, con un valor –p
de aproximadamente 0,11.
A pesar de que estas estadísticas tienden a una mejor performance de los equipos
locales, esta evidencia sola no resulta suficiente para afirmar que la prohibición de
hinchadas visitantes tuvo un efecto significativo sobre la performance de los equipos.
Hay un aspecto importante del futbol que no se ha tomado en cuenta en estos análisis: los
partidos empatados. Es posible que la prohibición haya cambiado resultados de partidos
que hubieran sido una victoria visitante antes de la prohibición, convirtiéndolos en un
empate, más que en un cambio de equipo ganador. Mientras que podríamos esperar que
este descubrimiento esté contenido en el análisis de los goles anotados, es importante
considerar la prevalencia de partidos empatados cero a cero. En general, los empates no
son raros tampoco: usualmente entre el 20-30% de los partidos terminan en empate.
Dado que los empates otorgan puntos, sería útil comparar la proporción total de
puntos ganados por equipos visitantes antes y después de la prohibición. Una prueba de
proporciones de dos muestras comparando la proporción de puntos obtenidos por los
equipos visitantes en la temporada 2013-14 con la proporción de los ganados por los
equipos visitantes en las cinco temporadas anteriores arroja un valor –p de 0,009: un
resultado altamente significativo. Esto aporta clara evidencia sobre el impacto negativo
que la prohibición tuvo sobre los equipos visitantes.
Mientras resulta claro que la prohibición de hinchadas visitantes tuvo impacto
sobre los equipos visitantes, queda por ver si la veda perjudicó (o benefició) a algunos
equipos por sobre otros. A fin de contestar este interrogante, es crucial examinar cuales
equipos pudieron haber sido afectados de modo diferente por hinchadas visitantes en
primer término y por lo tanto han sido desproporcionadamente impactados por su
ausencia. El elemento central reside en la cantidad de visitantes en la concurrencia. Si
alguno de los equipos consistentemente convoca un mayor número de simpatizantes
visitantes, es probable que le vaya consistentemente mejor cuando juegan de visitante.
Dado que los hinchas visitantes son simplemente simpatizantes que concurren a los
partidos en los cuales su equipo juega de visitante, la afirmación puede generalizarse a
los equipos que tienen una gran base de simpatizantes. En Argentina, como en muchos
países del mundo, la base de simpatizantes no está distribuida de manera igual: unos
pocos equipos tienen la mayoría de los simpatizantes. En Argentina, los cinco equipos
históricamente más exitosos, conocidos como Los Cinco Grandes, son favorecidos por el
80% de la población argentina (Consultora Equis 2012).
Una hipótesis es que estos equipos (Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo,
Independiente y Racing) sufrieron mayor impacto negativo por la prohibición de
hinchadas visitantes que el resto de los equipos de la primera división. Dado que
Independiente no compitió en la primera división en la temporada 2012-13, podemos
examinar cómo resultaron afectados los cuatro equipos restantes. De hecho, una mirada a
las estadísticas indican que estos “Cuatro Grandes” equipos perdieron algo de la ventaja
que tenían en partidos visitantes sobre los demás dieciséis equipos de la liga.
Específicamente, con anterioridad a la veda, los cuatro grandes equipos ganaron el
41,67% de los puntos visitantes posibles comparado con el 34,76% para el resto de los
equipos – casi siete puntos porcentuales de diferencia. Luego de la implementación de la
veda, los cuatro grandes equipos ganaron el 35,09% de sus puntos de visitantes mientras
que el resto de los equipos ganaron el 32,68% de sus puntos de visitantes: su ventaja
disminuyó en 2,41 puntos porcentuales. Como se anticipaba, el porcentaje de puntos de
visitante adquirido por ambos tipos de equipos cayó, pero cayó mucho más para los
cuatro grandes equipos.
Temporada Categoría 4 Grandes Otros	
2012-13
Puntos Visitante 95 317	
Total Posible 228 912	
Porcentaje de Puntos 41,67% 34,76%	
Diferencia 6,91
2013-14
Puntos Visitante 80 298	
Total Posible 228 912	
Porcentaje de Puntos 35,09% 32,68%	
Diferencia 2,41
¿Es posible identificar el mecanismo que dio como resultado que los equipos
grandes se vean más negativamente impactados por la prohibición de las hinchadas
visitantes? Garicano y Palacios-Huerta (2005) mostraron como los árbitros
sistemáticamente favorecen a los equipos que juegan de local adicionando más tiempo
cuando el equipo local está perdiendo por diferencia de un gol y menos tiempo cuando el
equipo local está ganando por diferencia de un gol. Además, el público compuesto por
más cantidad de simpatizantes visitantes da lugar a una disminución de estas preferencias
por parte del árbitro. Dado que los equipos grandes siempre han tenido más cantidad de
simpatizantes, entonces puede ser el caso que antes de la prohibición, los árbitros
Gráfico 3.4. Proporción de puntos de visitante obtenidos por
equipo visitante.
mostraban menos sesgos sobre los grandes equipos cuando jugaban de visitantes. Luego
de la veda, los árbitros podrían estar exhibiendo su sesgo completamente (el que ya
estaban exhibiendo contra los equipos que no traían una gran cantidad de simpatizantes
visitantes). Si bien no hay información disponible sobre el tiempo añadido a los partidos,
la mejor opción siguiente es usar las decisiones más influyentes que un árbitro hace para
chequear si sus sesgos se modificaron con posterioridad a la veda. Los tiros de penal y las
tarjetas amarillas y rojas pueden alterar significativamente el curso de un partido: si los
árbitros han cambiado su modo de tratar a los grandes equipos con relación a los demás
equipos luego de la veda, ello sugeriría que el sesgo de los árbitros es en parte
responsable por el mayor declive en la performance de los equipos grandes cuando
juegan de visitante.
La variable más importante para analizar son los tiros de penal, dado que es muy
probable que terminen en gol. Para los equipos que no forman parte de los “Cuatro
Grandes”, la relación entre los penales que les cobraron a favor en partidos de local y de
visitante y los penales que les cobraron en contra en partidos de local y de visitante no
cambia demasiado después de la veda (menos del 15%). Para los “Cuatro Grandes” la
situación es distinta: la proporción de penales cobrados a favor aumentó a más del doble,
y la proporción de penales cobrados en contra aumentó casi en un 40%.
Para probar que el sesgo del árbitro cambió respecto de los “Cuatro Grandes” deberíamos
esperar que la proporción de penales a favor se incrementara (esto es, más cantidad de
penales cobrados a favor en los partidos de local y menos penales cobrados a favor en los
partidos de visitante) pero también deberíamos esperar que la proporción de penales en
contra se disminuyera (menos penales cobrados en contra en partidos de local y más
penales cobrados en partidos visitantes). Mientras que la información sobre penales
indica que el tratamiento de los árbitros a los equipos que no forman parte de los “Cuatro
Grandes” no cambió luego de la prohibición, es ambigua respecto del tratamiento que
recibieron los “Cuatro Grandes”: su performance de visitante se vio negativamente
influenciada en términos de penales cobrados a favor, pero positivamente impactada en
términos de penales cobrados en contra. La información relativa a las tarjetas amarillas y
rojas tampoco ofrece evidencia de un incremento en el sesgo de los árbitros para el caso
de equipos grandes en su rol de visitante.
Dado que el sesgo del árbitro no parece haber cambiado, la siguiente hipótesis nos
lleva a considerar que la hinchada visitante ha tenido un impacto directo en los jugadores
durante un partido; esto podría deberse al impacto positivo de la hinchada sobre sus
propios jugadores, o al impacto negativo de la hinchada sobre los jugadores del equipo
rival, o una combinación de ambos. A los fines de esta tesis, sin embargo, no resulta de
importancia crucial determinar el mecanismo que llevó a que los equipos grandes fueran
los más afectados. Futuras investigaciones sobre este tema podrán proporcionar una
respuesta más concluyente a esta cuestión.
Penales en la Primera División
2012-13
A favor local
A favor
visitante Índice
En contra
local
En contra
visitante Índice
4
Grandes 11 9 1,22 13 11 1,18
Otros 41 31 1,32 29 40 0,73
2013-14
4
Grandes 17 5 3,4 8 5 1,6
Otros 37 31 1,19 30 47 0,64
Gráfico 3.5. Penales cobrados a favor y en contra.
Tarjetas amarillas y rojas en Primera División
2012-13
Amarilla
Local
Amarilla
Visitante
Roja
Local
Roja
Visitante
Amarilla
Porcentaje
Roja
Porcentaje
4 Grandes 172 201 9 21 0.86 0,43
Otros 726 781 50 70 0.93 0,71
2013-14
4 Grandes 188 205 9 12 0.92 0.75
Otros 710 818 51 67 0.87 0.76
Antes de concluir que los equipos grandes fueron los más perjudicados por la
prohibición, existe otro impacto de la prohibición que vale la pena mencionar debido a la
influencia indebida que tiene sobre los equipos más chicos. El efecto se relaciona con la
venta de entradas, y fue discutida con el periodista deportivo Diego Borinsky. En la
Argentina, se entrega una cierta cantidad de entradas a los equipos visitantes, con el
producido de la venta de entradas del equipo local. Los equipos más pequeños, que nunca
lograron aproximarse a llenar sus estadios con sus propios hinchas, se veían muy
beneficiados cuando uno de los equipos grandes venía a jugar de visitante a sus estadios
porque estos partidos les atraían un gran número de simpatizantes, lo que se traducía en
altos ingresos para el equipo local. Después de la veda, esta fuente de ingresos
desapareció para los equipos más chicos.
A pesar de no existir datos sólidos sobre la proporción del ingreso preciso que
este tipo de venta de entradas generó para los equipos más chicos, está claro que se trató
de un número significante. Después de todo, la venta de entradas es en general muy
importante para los equipos chicos, dado que éstos en general no se benefician de
lucrativos contratos con sponsors ni del alto valor de los pases en la venta de sus
jugadores. Tratar de comparar este efecto financiero explícito sobre los equipos más
Gráfico 3.6. Tarjetas amarillas y rojas.
pequeños contra el efecto negativo en el desempeño de los equipos más grandes no
tendría sentido. Sin embargo, esto sigue siendo una consecuencia importante de la veda, y
puede haber afectado las posibilidades de los equipos más chicos de no ser relegados.
Distribución de Puntos
Otra cuestión de interés involucra analizar si la estructura de la liga en sí misma
se vio afectada por la prohibición. En particular, podemos examinar si la distribución de
puntos se modificó de manera significativa. Podemos partir de la base de que los puntos
deben seguir una distribución normal: en otras palabras, existen unos pocos equipos
excepcionalmente buenos, unos pocos equipos excepcionalmente malos y muchos
equipos mediocres. Una breve mirada al resumen de estadísticas para las tres temporadas
anteriores a la veda parece conformar este punto. Sin embargo, el resumen de estadísticas
de la temporada inmediata siguiente a la veda no parece indicar un desvío de la
normalidad, siendo el número promedio de puntos muy cercano al promedio.
Resumen de Estadísticas
2010-11 2011-12 2012-13 2013-14
Puntos mínimos 33 22 24 33
Puntos máximos 69 76 74 61
Rango 36 54 50 28
Media 51,05 50,7 50,5 50,85
Mediana 51 50 49.5 52
Desvio estándar 8,93 12,06 12,54 8,82
Una mirada a los histogramas revela diferencias que no resultan evidentes al mirar
solamente los números. La distribución de la temporada 2013-14 resulta mucho menos
normal que la distribución de las tres temporadas anteriores a la veda; de hecho, parece
ser trimodal. El test de Shapiro-Wilk para contrastar la normalidad nos puede indicar si
esta diferencia visual tiene significancia estadística. El test de Shapiro-Wilk opera bajo la
Gráfico 3.7. Estadísticas de puntos.
presunción de que población bajo análisis está distribuida de manera normal; por lo tanto,
un valor -p menor al nivel elegido de significancia nos proporciona evidencia de que la
distribución no es normal. En el caso de las cuatro temporadas bajo análisis, el test de
Shapiro-Wilk no es ambiguo: en las tres temporadas anteriores a la veda, no podemos
rechazar la hipótesis nula; en la temporada que siguió a la veda, la hipótesis nula es
rechazada (p < .05). Este resultado indica que las distribuciones de puntos en las tres
temporadas previas a la veda estaban distribuidas de manera normal, mientras que la
distribución de puntos en la temporada posterior a la veda no lo estaba.
Si bien un desvió de la normalidad es un resultado interesante, es necesario
examinar qué puede esto significar exactamente para la liga. El mero hecho que la
distribución de puntos difiera para la temporada 2013-14 no ofrece ninguna hipótesis
sobre qué es lo que ha cambiado. La manifestación más probable de esta distribución
diferente de puntos parece derivar de un aumento en la competitividad. La diferencia
entre el mejor y el peor equipo de la temporada 2013-14 es mucho menor que la misma
diferencia en las temporadas anteriores – 28 puntos, comparados contra los 50 puntos de
la temporada 2012-13. La desviación estándar de la temporada 2013-14 también es
menor que en las temporadas anteriores, a pesar de no resultar de relevancia estadística
de acuerdo con un test-F. Sin embargo, es la distribución trimodal la que ofrece la mejor
evidencia del aumento de la competitividad: ahora hay más equipos más cerca de la punta
de la tabla (luchando por el campeonato y la clasificación para torneos internacionales), y
también hay más equipos en el fondo de la tabla (peleando para no caer en la segunda
división). Los tres equipos en el tope de la tabla de posiciones estuvieron a un punto de
diferencia en la temporada 2013-14; en las tres temporadas anteriores a la veda, esta
diferencia era de al menos cinco puntos. Similarmente, los equipos al final de la tabla
estaban separados por cuatro puntos en la temporada 2013-14; mientras que en las tres
temporadas anteriores a la veda esta diferencia fue de al menos nueve puntos.
Una interpretación sobre este aumento de la competitividad surge del efecto
desproporcionado que la veda tuvo sobre los equipos más grandes. Los equipos más
grandes tienden a tener mejores posiciones que los equipos promedio; al menos uno de
los “Cuatro Grandes” está generalmente peleando por el campeonato. Dado que la veda
afectó más a los “Cuatro Grandes” (que estaban mejor que los demás en un principio),
esto en efecto niveló el campo de juego, luego de la imposición de la veda, le resultó más
difícil a un equipo grande el lograr una cantidad de puntos insalvable en el tope de la
tabla de posiciones, dado que su performance en los partidos visitantes se vio
severamente entorpecida. Por el otro lado, al jugar de locales, los equipos más flojos
tenían mejores chances contra los “Cuatro Grandes”, por lo que tenían mayores
posibilidades de obtener más puntos. Esta combinación lleva a una competencia más
compacta en la liga.
Gráfico 3.8. Distribuciones de puntos.
Para resumir, en tanto política pública, la prohibición de ingreso de hinchas
visitantes no alcanzó su objetivo de reducir la violencia y el hooliganismo en el futbol,
por lo menos de acuerdo a lo que surge de la información disponible. A pesar de ser
inefectiva en su propósito manifiesto, esta política tuvo consecuencias no previstas a
nivel de equipos: los equipos grandes fueron más afectados de manera negativa, y la liga
considerada en su conjunto se tornó más competitiva. En el próximo capítulo
analizaremos el impacto de la veda en los simpatizantes individuales.
Capítulo 4: Concurrencia a los estadios
En todo análisis de políticas públicas es necesario identificar y evaluar los
beneficios contra los costos. En el caso de la veda de hinchadas visitantes, en el capítulo
anterior vimos que sus beneficios esperados no se materializaron en la práctica. En este
capítulo nos concentraremos en los costos de esta política pública. El costo primario es la
satisfacción que los hinchas visitantes ya no pueden recibir por ir a ver a su equipo. Los
cambios en la conformación del público nos proporcionan una buena manera de medir
esta pérdida de satisfacción.
La teoría económica trabaja bajo la presunción que indica que los consumidores
individuales maximizan su utilidad. Si la compra de un buen producto o servicio trae un
beneficio que excede su costo, entonces el individuo va a consumir ese producto o
servicio: esta es la noción del excedente del consumidor. El escenario de ir a un partido
de futbol es un poco más complejo en virtud de la presencia de la incertidumbre. A pesar
de ello, podemos afirmar de modo general que los beneficios esperados deben al menos
ser equivalentes a los costos esperados. Existen muchos factores que pueden influir en el
hincha para ir a ver a su equipo en terreno visitante; estos factores incluyen, pero no se
limitan a: el costo de la entrada y del traslado, el día de la semana en que se juega, la
performance del equipo en los enfrentamientos anteriores recientes, la participación de
jugadores estrella y la importancia del partido. En cualquier caso, al concurrir a ver al
equipo en cancha visitante, el simpatizante nos revela que los beneficios esperados por ir
a ver al equipo son al menos tan altos como los costos derivados de ese accionar.
Cuando se elimina la posibilidad de ir a los partidos cuando el equipo juega de
visitante, los posibles candidatos a ver el partido no pueden atribuirse excedente del
consumidor. Pero aquí no termina el tema: también hay hinchas locales que pueden ir a
ver un partido luego de la veda que no hubieran ido a la cancha antes de la veda. Esto
puede deberse a la disminución de los costos (por ejemplo, se perciben menores
posibilidades de violencia y hooliganismo) o por mayores beneficios esperados (mayores
chances de ganar). Por lo tanto, puede ser posible que estos hinchas locales estén
recibiendo el excedente del consumidor de los potenciales hinchas visitantes. Idealmente,
la información sobre la concurrencia a los partidos debería estar separada entre los
simpatizantes locales y visitantes para tener un análisis más preciso. Lamentablemente
esto no es posible dado que el dato no se encuentra disponible. Está ampliamente
aceptado en la Argentina que los hinchas visitantes fueron históricamente un tercio de los
hinchas en el estadio, por lo que resulta poco probable que un incremento en la cantidad
de hinchas locales pueda haber sustituido este amplio descenso de la concurrencia
visitante.
Concurrencia a los partidos de la Primera División
2012-13 2013-14
Concurrencia
promedio
Concurrencia
total
Concurrencia
promedio
Concurrencia
total
21.280 8.076.800 18.486 6.991.500
Entre las temporadas 2012-13 y 2013-14 la concurrencia total a partidos
disminuyó en un 13%. Si tomamos en cuenta la concurrencia para los 17 equipos que
compitieron en ambas temporadas, la asistencia total cayó un 16%. Si asumimos que la
concurrencia visitante fue el 33% de la asistencia total de la temporada 2012-13, esto nos
sugiere que un incremento en la concurrencia de hinchas locales luego de la veda dio
cuenta de casi la mitad de la disminución que produjo la salida de hinchas visitantes. Esto
no resulta suficiente para impedir una disminución sustancial en la concurrencia a los
Gráfico 4.1. Cambio en la cocurrencia total entre 2012-13 y 2013-14
(Football-Lineups).
partidos de la liga considerada en general. Algunos equipos se vieron fuertemente
afectados: por ejemplo, la concurrencia de Arsenal de Sarandí bajó un 71%, la de
Quilmes un 45%, y la de Atlético Rafaela bajó un 42%1
. En general, esto afectó más a los
equipos con menor base de simpatizantes – un resultado previsible dado que las
hinchadas visitantes posiblemente conformaron una gran parte de la concurrencia a los
partidos de local de estos equipos en la temporada 2012-13. Que los equipos con una base
de simpatizantes fueron menos afectados explica la razón por la cual la disminución
media entre equipos (21%) es mayor que la discusión del 13% en el total de la
concurrencia de la liga.
De hecho, solo 3 equipos (de los 17 que jugaron en la primera división en ambas
temporadas) vieron aumentada la concurrencia en sus partidos de local luego de la veda.
El incremento más notable (12%) es el de Boca Juniors, del que puede decirse es el
equipo más popular de la Argentina. Esto se debe posiblemente al hecho de que Boca
Juniors mostró una performance particularmente pobre en la segunda mitad de la
temporada 2012-13; su juego mejoró muchísimo en la temporada siguiente, lo que
posiblemente trajo de vuelta a muchos hinchas que habían dejado ir a los partidos durante
el período de mala performance.
Hasta aquí, el análisis sugiere que los simpatizantes locales no sustituyeron
completamente la ausencia de hinchas visitantes. En términos económicos, el excedente
del consumidor perdido por los potenciales hinchas visitantes supera al excedente del
consumidor ganado por los hinchas locales que no hubieran concurrido al partido antes
de la veda. Este análisis puede formalizarse gráficamente para arrojar un estimado en
dólares del excedente del consumidor perdido. Para esto se necesitan dos tipos de
																																																								
1
Los números que reflejan los cambios en la concurrencia para los equipos se acompañan en el Anexo.
información: el precio promedio de la entrada al partido y la concurrencia promedio por
partido. Dado que los precios de las entradas los establece la AFA, el precio promedio es
el único precio: aproximadamente USD 12 para la temporada 2012-13 y USD 10,25 para
la temporada 2013-14. Cabe hacer notar que estos valores fueron convertidos de pesos
argentinos y ajustados por la variación del tipo de cambio; el valor de las entradas
aumentó nominalmente en pesos entre las temporadas, pero disminuyó en términos reales
luego del ajuste (los precios no siguieron el ritmo de la inflación). Si bien la concurrencia
total a los partidos está disponible, como explicamos más arriba, es necesario estimar la
concurrencia de hinchas visitantes. Se asume que las hinchadas visitantes constituyen un
tercio de la concurrencia total a los estadios antes de la veda.
Debemos realizar dos simplificaciones necesarias antes de proseguir. Las mismas
se refieren a la naturaleza de las curvas de oferta y demanda. En primer término, se
asume que la oferta es perfectamente elástica. Esto debido a que solo una muy pequeña
porción de los partidos se jugó con entradas agotadas; en general, la cantidad de entradas
vendidas solo se vio restringida por la demanda de las mismas. En segundo término, la
curva de demanda se asume como una línea recta: el intercepto –y se determina en base a
asumir que un 100% de disminución en la asistencia es causada por un 100% de
incremento en el precio. Debe notarse que se trata de un presupuesto conservador;
considerando la cantidad de hinchas apasionados, es posible que para reducir la demanda
a cero sería necesario más que doblar el precio de la entrada. Con estos supuestos
establecidos, podemos diagramar el mercado para las entradas a los partidos.
De la temporada 2012-13 a la temporada 2013-14 el excedente total se redujo a
USD 11.180.000 – un declive superior al 20%. Para calcular este número, debemos
multiplicar el excedente del consumidor de cada grafico (representado por la zona
sombreada) por 380, dado que se juegan 380 partidos por temporada. Es importante
destacar que esta diferencia no depende del número supuesto de hinchas visitantes, dado
que el precio de las entradas es igual tanto para hinchas visitantes como para locales. El
solo hecho de que la concurrencia descendió lleva a la disminución del excedente. Este
estimado de perdida de excedente de consumidor debería servir como límite inferior dado
que es posible que la elasticidad de la demanda de entradas para hinchas visitantes sea
más baja que la elasticidad de la demanda para entradas de equipos locales – aquellos
simpatizantes que ven a su equipo favorito jugar de visitante tienen menos alternativas
que los que ven al equipo jugar de local (en general debido a que muchos hinchas
visitantes viven en otras ciudades y tienen menos oportunidades de ver a su equipo jugar.
Gráfico 4.2. En la temporada 2012-13, el excedente del consumidor para los
hinchas locales fue de $31.920.000. Para los hinchas visitantes, el excedente del
consumidor fue de $15.960.000. El total del excedente del consumidor generado
fue de $47.880.000. En cada gráfico, la cantidad (el número de aficionados por
partido) surge de tomar el promedio de asistencia por partido de la temporada
(aprox. 21.000) y asumiendo que los hinchas visitantes resultan ser 1/3 de ese
número.
140000 4000 8000
26
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
24
Hinchas visitantes por partido
Preciodeentradaporpartido(USD)
D
O
280000 10,000 20,000
26
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
24
Hinchas locales por partido
Preciodeentradaporpartido(USD)
D
O
Si este fuera el caso, entonces el excedente del consumidor derivado de los hinchas
visitantes sería mayor que el estimado más arriba. Por ejemplo, si la elasticidad de la
demanda de entradas para partidos en cancha visitante fuera de 0,5 (en vez del 1 que
presupusimos), el excedente del consumidor derivado de los hinchas visitantes se
duplicaría de USD 15.960.000 a USD 31.920.000. Esto además más que duplicaría el
excedente total perdido como resultado de la veda.
Una limitación de este análisis
es que solo compara el impacto
inmediato sobre la concurrencia a los
estados. Una posibilidad es que la
concurrencia local se haya incrementado
aún más en la temporada siguiente a la
temporada 2013-14. Esto tendría sentido
bajo el presupuesto de que algunos
simpatizantes tomaron la temporada 2013-
14 como un período de prueba; los
simpatizantes podrían usar esta temporada para evaluar qué tanto disfrutaron de ir a ver
partidos sin hinchadas visitantes. Si más simpatizantes llegan a la conclusión de que les
gusta más de esa manera, entonces irían a más partidos en la temporada siguiente,
efectivamente incrementando en efecto de sustitución de los hinchas visitantes.
Este parece ser un camino para analizar. Mientras que la temporada de transición
2014, que siguió a la temporada 2013-14 y también se jugó sin hinchadas visitantes, fue
menor en duración que la anteriores, hubo 60 partidos que se jugaron en las temporadas
anteriores y posteriores a la veda y de los cuales hay información disponible. El número
Gráfico 4.3. En la temporada 2013-14,
con solo hinchas locales permitidos
asistir, el excedente del consumidor fue
de USD $36.708.000.
368000 12,000 24,000
20.5
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
Hinchas locales por partido
Preciodeentradaporpartido(USD)
D
O
total de espectadores de estos partidos se incrementó en un 4% (de 1,16 millones a 1,2
millones) entre las temporadas, dando cierto crédito a la hipótesis que los hinchas locales
incrementaron la sustitución de los hinchas visitantes en las temporadas siguientes. Sin
embargo, no debería tomarse como evidencia que ese incremento se debe de manera
única a esta hipótesis: como se explicara más arriba, hay muchos factores que concurren
a la decisión de un hincha de ir a ver un partido. Esto se ve ilustrado en que la
concurrencia total a los 298 partidos jugados en las temporadas 2011-12 y 2012-13
(cuando se permitían hinchas visitantes) se incrementó en un 2,5% -y esto obviamente no
tenía relación con la ausencia de hinchadas visitantes.
En un intento de desentrañar si este incremento en la concurrencia de hinchas
locales luego de la veda puede atribuirse a la ausencia de hinchas visitantes,
construiremos una regresión lineal. Como se mencionara con anterioridad, existe
literatura substancial que se concentra en modelar la concurrencia para los eventos
deportivos y para el futbol en particular. Esto resulta de interés para los economistas
porque las regresiones que modelan concurrencia pueden interpretarse como funciones de
la demanda. Existe, sin embargo, una diferencia fundamental entre la mayor parte de la
bibliografía referida a la concurrencia y el objetivo de esta regresión: esta regresión
pretende modelar un cambio en la concurrencia (por un partido determinado jugado en
varias temporadas) más que solo en el aspecto de la concurrencia. Como tal, las variables
explicativas serán variables que pueden razonablemente cambiar durante las distintas
temporadas. Debe notarse que una variable explicativa común, el precio de la entrada, no
se incluye por falta de datos.
Los porcentajes de asistencia en los modelos de regresión lineal cambian para un
partido dado. El propósito de la regresión es determinar cuánto (si es que algo) la veda
incrementó la asistencia de simpatizantes locales en la segunda temporada siguiente a la
veda. La regresión se diseñó de modo tal que los efectos fijos en el equipo se controlan
debido a las restricciones en las observaciones: solo se incluyen partidos que se jugaron
en las dos temporadas anteriores a la veda (2011-12 y 2012-13) y en las dos posteriores
(2013-14 y Transición 2014). Existe un total de 48 observaciones (cada observación es un
par de partidos jugados entre los mismos equipos) y se incluyen 11 equipos en el análisis.
A fin de capturar el efecto que producen en la concurrencia los cambios en la calidad del
juego del equipo, se utiliza el cambio en la probabilidad de triunfo del equipo local, como
en Peel y Thomas (1988). Esta información fue obtenida de las cuotas de apuestas
listadas en Betexplorer, que representa el promedio de las cuotas de triunfo local listadas
por varios corredores de apuestas. Para calcular la probabilidad implícita de un triunfo
local, simplemente necesitamos tomar la inversa de la cuota de triunfo local; por lo tanto,
si la cuota de triunfo local se listó como 2, eso quiere decir que la probabilidad implícita
de un triunfo local es 1/2, o 50%.
La interpretación de la variable es directa: un valor de 0,01 indica que el equipo
local ha incrementado su probabilidad de ganar por un punto porcentual relativo a la
temporada anterior. Otra variable que representa la calidad del equipo usa el cambio en la
posición final del equipo en la tabla de posiciones de la liga. Los valores positivos para
esta variable indican que el equipo ha terminado la temporada en una posición más alta
que en la temporada anterior. Para finalizar, debemos analizar los factores ambientales
(variables exógenas no relacionadas con la calidad del equipo) que pudieron haber
cambiado entre las temporadas. Ejemplos de dichas variables incluyen cambios en el
clima, estación del año, y día de la semana. Debido a limitaciones para la recolección de
datos, el cambio en el día de la semana (día de semana a fin de semana y fin de semana a
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Consecuencias sociales y económicas de un experimento natural en la liga argentina de futbol profesional

  • 1. CONSECUENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS DE UN EXPERIMENTO NATURAL EN LA LIGA ARGENTINA DE FUTBOL PROFESIONAL Autor: DAVID PINSKI Tesis Presentada a la Division of Social Sciences del New College of Florida En cumplimiento parcial de los requisitos para el título de Bachelor of Arts Tutor de Tesis: Richard Coe Sarasota, Florida, Estados Unidos de América Mayo de 2017
  • 2. Índice CAPÍTULO 1: Introducción 1 CAPÍTULO 2: La teoría de la externalidad y su aplicación 17 CAPÍTULO 3: Efectos generales de la veda de hinchas visitantes 32 CAPÍTULO 4: Concurrencia a los estadios 48 CAPÍTULO 5: Mercados de apuestas 61 CAPÍTULO 6: Conclusión 70 Anexo 73 Bibliografía 74
  • 3. Agradecimientos A mi familia, gracias por su apoyo y por estar siempre allí para mí. Me han brindado las dosis perfectas de amor, libertad y sabiduría. Quiero darle un agradecimiento especial a mi tia Florencia, quien tradujo este documento en su totalidad. Gracias a ella, esta tésis podrá ser leída por argentinos y hispanohablantes en todas partes. Al Dr. Coe, gracias por haber sido mi consejero en estos últimos cuatro años y por ser el tutor de esta tesis. Usted es en gran medida responsable de que mi experiencia en el New College haya sido satisfactoria. A los doctores Yu y Yildirim, muchas gracias por participar de mi comité. He disfrutado muchísimo de sus clases en el New College. A mis amigos del New College y más allá, gracias por los recuerdos. No podría haber elegido un grupo de gente mejor para compartir estos años.
  • 4. Capítulo Uno: Introducción Desde su introducción a finales del siglo XIX, el futbol ha tenido un rol principal en la cultura popular Argentina. De acuerdo con la FIFA (Fédération Internationale de Football Association), el futbol es el deporte más popular de Argentina en términos de cantidad de jugadores. Argentina también se jacta de poseer una de las tradiciones del futbol más antiguas: su liga nacional es la tercera más antigua del mundo, mientras que su asociación nacional de futbol (AFA) es la octava. Esta tradición histórica sin dudas ha contribuido al éxito de la Argentina en los mundiales de futbol; el país ha ganado la copa mundial en dos oportunidades (1978, 1986), y resultado finalista en otras tres (1930, 1990, 2014). Al nivel de clubes, este éxito también es claro: los equipos de futbol argentinos han ganado la Copa Libertadores (el principal torneo de clubes internacional de América del Sur) un total de 24 veces, más que cualquier otro país de la región. Sin embargo, tal vez el mejor indicador de los logros del futbol argentino provenga de la figura de Lionel Messi; en la actualidad el mejor jugador de futbol del mundo (y para muchos, el mejor de todos los tiempos). El argentino Messi ha ganado cinco veces el premio al mejor jugador de futbol que otorga la FIFA. Similarmente a lo que ocurrió en otros países de América del Sur, en la Argentina el futbol fue introducido y más tarde institucionalizado por inmigrantes ingleses. Muchos de estos inmigrantes llegaron al país de la mano del desarrollo de la industria ferroviaria, dado que muchas compañías de capitales ingleses expandieron sus operaciones en el territorio argentino. Su influencia aún se advierte en los nombres de muchos equipos profesionales de la Argentina, como Newell’s Old Boys and Ferro Carril Oeste (traducción literal del inglés “Western railroad”). Muchos de estos primeros equipos excluían a los jugadores no ingleses. En respuesta a ello, se organizaron los primeros
  • 5. equipos de jugadores argentinos. Para comienzos del 1900 había en la Argentina cientos de equipos; la popularidad del juego fue en aumento mientras que el control y la influencia de los pobladores ingleses se fueron diluyendo. La liga argentina de futbol se volvió profesional en 1931. Hasta ese entonces, se trataba de una liga amateur. La profesionalización de la liga permitió el fortalecimiento de las cuatro relaciones primarias que rodean el futbol argentino: el Estado (en ese momento, una junta militar), la Asociación de Futbol Argentino (AFA), los clubes y los simpatizantes (Duke y Crolley 2001). Desgraciadamente, estos cambios fueron acompañados por el creciente problema de la violencia en el futbol. La primera muerte relacionada con el futbol argentino tuvo lugar en 1922 (Salvemos al Futbol). Si bien las hinchadas rivales existían ya para los años 30 y los 40, la mayor violencia se dirigía al árbitro y a los jugadores del equipo rival (Archetti y Romero 1994). Durante este período, los excesos policiales causaron varias muertes durante partidos de futbol: por ejemplo, en 1958, tras la suspensión de un partido por la agresión de los simpatizantes contra el arquero de un equipo, la policía lanzó un proyectil de gas lacrimógeno para dispersar a la multitud. El proyectil hirió a un simpatizante en la cabeza y causó su muerte unas horas más tarde. La naturaleza de la violencia en el futbol argentino cambió durante la segunda mitad del siglo XX. En 1967 un incidente en el cual un hincha de Huracán fue asesinado por simpatizantes rivales se considera el inicio de esta era (Scher and Palomino 1988). En especial, la violencia alrededor del futbol se tornó más militarizada y politizada con la irrupción de las barras bravas. Las barras bravas son grupos de simpatizantes que apoyan a sus equipos de modo similar a los ultras y hooligans del futbol europeo. Las características principales de las barras bravas incluyen liderar los cantitos de la hinchada
  • 6. (desde una posición central dentro de la tribuna) y colgar grandes banderas del equipo en los estadios. Más importante, las barras bravas tienen una estructura jerárquica bien organizada que les ha permitido obtener una gran influencia en el futbol argentino. Para entender mejor a las barras bravas y el rol que juegan en el futbol argentino moderno, es necesario examinar su desarrollo y evolución. Como se ha mencionado, los vínculos entre la política, el Estado y el futbol se incrementaron en la argentina durante las décadas del 30 y del 40. Esto es especialmente cierto durante el gobierno peronista (1946-1955). El presidente Perón creía en la utilidad del deporte como herramienta para la integración nacional. La relación entre la AFA y el gobierno argentino, ya cercana gracias a una puerta giratoria de subsidios a los clubes, se fortaleció en la medida en que los funcionarios públicos comenzaron a actuar como “padrinos” de los clubes, ofreciendo respaldo financiero y ocupado altos cargos en sus órganos de administración. Dado que muchos funcionarios de los clubes tenían interés en obtener cargos en el gobierno (y a la vez mantener sus cargos dentro de los clubes) hicieron grandes esfuerzos para seducir a los simpatizantes de los clubes que votaban tanto en las elecciones de los clubes como en las elecciones partidarias. Varias hinchadas daban apoyo a políticos determinados. De hecho, la situación en la Argentina actual presenta una de las mejores evidencias del fuerte vínculo entre futbol y política: Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina, inició su carrera política como presidente del Club Boca Juniors a finales de la década del noventa. Estas circunstancias cimentaron el surgimiento de las barras bravas (Duke y Crolley 2001). A medida que aumenta la injerencia política, junto con una mayor presión por el éxito, en los años sesenta los grupos rivales comienzan a usar la violencia más a menudo, al tiempo que se incrementan las recompensas potenciales. Durante este lapso, los barras
  • 7. comenzaron a involucrarse en la actividad política de manera más formal (usualmente expresando su apoyo por un candidato determinado a la presidencia del club) a cambio de una retribución. En la era moderna, las formas de retribución más comunes incluyen el transporte gratuito a los estadios donde el equipo juega de visitante y entradas gratis, que luego son vendidas en el mercado negro. En una entrevista, Diego Borinsky también reveló que los barras pueden recibir remuneración por cobrar el estacionamiento en las calles linderas al estadio los días de partido; a pesar de que se trata de lugares donde el estacionamiento es libre. Los concurrentes están obligados a pagar, salvo que prefieran encontrarse al volver con el auto rayado y con las ventanillas rotas. A medida que progresan en la jerarquía, los barras pueden empezar a vender comida y camisetas de futbol (no originales) alrededor del estadio. Gustavo Grabia, un periodista argentino especializado en corrupción del futbol en la Argentina, afirma que los barras de mayor jerarquía también reciben hasta un 30% de los pagos por transferencia de jugadores a otros equipos y hasta el 20% de los salarios de algunos de los jugadores. No hace falta aclarar que nada de esto podría ser posible sin la complicidad de las fuerzas de seguridad y de los administradores del club. Los barras también realizan otras funciones que se consideran necesarias para el club pero que sin embargo su realización no resulta atractiva para sus funcionarios. Una de estas funciones es sobornar y amenazar a los jugadores que no están jugando bien. De acuerdo con Duke y Crolley (2001), “cuando los clubes se quieren sacar de encima a un jugador o a veces a un administrador, es fácil para ellos pagar a los barras para obtener información sobre sus vidas privadas y luego usar esa información para chantajearlos”. Por lo tanto, no es raro que los jugadores se relacionen con los barras más reconocidos.
  • 8. Ha habido casos de barras que atentaron físicamente contra los jugadores y managers de su propio club. Las últimas décadas han mostrado un marcado crecimiento de la violencia barrabrava. A finales de la temporada 2002, en la cual cinco personas murieron y muchas más resultaron heridas, el gobierno argentino declaró a la violencia en el futbol una emergencia nacional. Lo notable sobre este incremento de la violencia es que la misma no se restringía únicamente a los estadios. Las barras rivales se enfrentan en batallas campales en las calles de la ciudad, y muchos alegan que esta violencia del futbol se ha expandido al resto de la sociedad Argentina (Romero 1986). La violencia entre los miembros de la misma barra brava también creció en los comienzos del siglo XXI, en la medida en que el dinero involucrado en los negocios de las barras fue en aumento. Es común que dentro de una misma barra existan facciones rivales, cada una con su propio líder. El año 2013 marcó un punto de inflexión en la violencia del futbol en la Argentina. En uno de los partidos finales de la temporada 2012-13, Estudiantes vs. Lanús, un enfrentamiento violento entre la hinchada visitante de Lanús y la policía dejó como saldo a un hincha muerto y a otro gravemente herido. En respuesta, al día siguiente la AFA anunció que quedaba prohibida la concurrencia de hinchadas visitantes a los partidos hasta nuevo aviso. Esa medida fue tomada en forma conjunta con el gobierno federal y se aplicó a todas las divisiones del futbol argentino (la medida ya se había puesto en vigencia para la segunda división varios años antes). En un principio, la prohibición solo se aplicaría a los partidos que se jugaran en la provincia de Buenos Aires, pero a las pocas horas se extendió a todo el país (Casal 2013). Al anunciar la prohibición, un funcionario del gobierno afirmó: “Esto se acabó. En la provincia de
  • 9. Buenos Aires no va a haber más público visitante en ninguna división hasta que la AFA nos pueda garantizar que no habrá más violencia en las canchas de futbol". Puede decirse que la prohibición constituyó la medida más drástica en la batalla de décadas contra la violencia y el hooliganismo en el futbol no sólo en la Argentina sino en todo el mundo. Ningún otro país antes había vedado la entrada de simpatizantes visitantes a los partidos por tiempo indeterminado. Habían existido casos particulares en los cuales determinados partidos se jugaban sin simpatizantes visitantes (generalmente por razones de seguridad) o partidos que eran jugados sin público (generalmente a modo de sanción al equipo local por alguna infracción). La veda para todos los simpatizantes visitantes era algo que nunca se había visto antes. En la Argentina, las hinchadas visitantes contribuyen de modo significativo al ambiente de juego en los partidos. Era razonable suponer que una medida de este tipo solo podría tomarse en circunstancias extremas – y si consideramos que hasta el dictado de la prohibición en junio de 2013, setenta hinchas habían encontrado la muerte en incidentes relacionados con la violencia en el futbol – advertimos que la gravedad de las circunstancias ameritaba una respuesta drástica. Junto con la importancia histórica de una medida como la prohibición de hinchadas visitantes, la medida nos da la oportunidad de hacer un análisis más a fondo. La prohibición efectivamente constituye un experimento natural que permite analizar los efectos de la política de veda de las parcialidades visitantes en varios aspectos de la liga. Antes y después de la prohibición, otros aspectos de la liga se mantuvieron constantes. Por ejemplo, la cantidad de contendientes se mantuvo en los mismos veinte equipos. El formato de la liga tampoco cambió: cada equipo se enfrentó con dos demás equipos en dos oportunidades (de local y de visitante) y la liga se dividió en dos mitades por un total
  • 10. de 380 partidos jugados en la temporada. Los equipos recibieron la misma cantidad de puntos por partido ganado, perdido o empatado. Por lo tanto, la prohibición de hinchadas visitantes sirve como una fuente de variable exógena en la liga. Esta tesis pretende examinar la eficacia de la política de prohibición de hinchadas visitantes con relación al objetivo perseguido, así como los efectos generados en la liga, en la concurrencia a los partidos y en los mercados de apuestas. Reseña Bibliográfica Muchos otros trabajos han usado al futbol como herramienta para analizar y evaluar teorías sociales y económicas. Desde una perspectiva amplia, la prohibición de hinchadas visitantes puede ser vista como un cambio de incentivos. A pesar de que en un principio no surgen claramente los incentivos que se están modificando, un cambio plausible es que los equipos tienen menos incentivo para ganar partidos en los que juegan de visitante. Acaso el cambio de incentivos más importante que se dio en el futbol internacional haya sido el número de puntos que se otorgan por cada partido ganado. Previo a los noventas, la mayoría de las ligas de futbol otorgaban dos puntos por triunfo, un punto por empate y cero puntos por derrota. Para el año 1995, la FIFA había adoptado formalmente un sistema nuevo que otorgaba tres puntos por triunfo, manteniendo aún un punto por empate y cero por derrota. El fundamento de este cambio fue que el futbol se volvería más entretenido si la retribución del triunfo era mayor; y los equipos intentarían meter más goles. Antes del cambio, un empate se consideraba un resultado relativamente bueno, luego del cambio, se esperaba que los equipos dieran más de sí para romper un empate, dado que ello implicaba obtener dos puntos más en vez de solo uno. Garicano y Palacios-Huerta (2006) logran analizar con éxito el impacto que tuvo en la primera división el cambio a tres puntos por partido ganado: los autores utilizaron
  • 11. como grupo de control un campeonato de eliminación directa de España (la Copa Española). Así, dado que los equipos jugaron en ambas competencias en los años anteriores y posteriores al cambio en los puntos otorgados por triunfo, el método les ha permitido aislar el impacto del cambio de incentivos de manera satisfactoria. Los autores encontraron que mientras se verificó el deseado aumento de esfuerzo ofensivo, no se advirtieron cambios significativos en los goles convertidos antes y después del cambio de incentivo. La razón para esto es que además de incrementar el esfuerzo ofensivo, los equipos aumentaron el llamado “juego sucio” (definido como comisión de faltas, tarjetas amarillas y rojas). El resultado es que no se advierte un cambio en la cantidad de goles, dado que el incremento del esfuerzo ofensivo se vio eficazmente cancelado por el incremento del juego sucio. Si bien las recompensas por ganar son más altas, las recompensas por proteger el liderazgo son altas también: los equipos que ganaban luego del cambio de incentivo luego jugaban de modo más conservador: desplegaban más defensores en el campo de juego y atacaban con menor frecuencia. Un resultado similar arrojó el caso del cambio de incentivo llamado “gol de oro”, que otorgaba el triunfo de un partido empatado directamente al equipo que anotara el primer gol, en vez de consagrar ganador a quien lograra anotar la mayor cantidad de goles durante un tiempo de juego adicional (Brocas and Carrillo 2004). Otro efecto descubierto por Garicano y Palacios-Huerta (2006) se relaciona con la concurrencia de simpatizantes visitantes. Una cuestión interesante para considerar es el modo en el cual el público reaccionó al incremento en el juego sucio con posterioridad al cambio de incentivo. Los autores pueden aprovechar el hecho de que cada equipo debe jugar en cada uno de los estadios: un equipo dado es visitado por otros diecinueve equipos durante la temporada. Consecuentemente, el efecto que produce un equipo
  • 12. visitante que juega relativamente “sucio” sobre la concurrencia puede ser analizado en comparación con la asistencia promedio. Controlando los demás factores, se evidenció un descenso significativo en la asistencia cuando un equipo determinado era visitado por un equipo que jugaban más sucio. De hecho, puede concluirse que el juego más sucio producido por el cambio de incentivo fue recibido de manera negativa por los espectadores. Con respecto a la prohibición de entradas visitantes, esta literatura deja ver la posibilidad de consecuencias no intencionadas (ni esperadas) del cambio de incentivo. Un aspecto bien estudiado del futbol que tiene relevancia directa para esta tesis es el de la ventaja del equipo local. La ventaja del equipo local refiere al beneficio que un equipo recibe por jugar un partido como local. En el futbol, esto se refleja en un porcentaje mayor de victorias para equipos locales sobre victorias de equipos visitantes. Por ejemplo, de acuerdo con football-lineups.com, el porcentaje de triunfos locales para la Premier League inglesa 2014-15 fue del 41%, mientras que el de los partidos visitantes fue del 31%. La bibliografía sobre la ventaja del equipo local en el futbol generalmente identifica como causa de la ventaja a cuatro factores principales: la familiaridad del equipo local con su estadio y dependencias, la necesidad de viajar del equipo visitante, los efectos de la hinchada sobre el equipo y la parcialidad del árbitro. (Dobson y Goddard 2011). La evidencia sugiere que la hinchada es la fuente más importante de la ventaja del equipo local. Sin embargo, esto no se debe al impacto directo de la hinchada sobre los propios jugadores, sino más bien a las decisiones de los árbitros. (Nevill y Holder 1999). Esta hipótesis se ve reforzada por un análisis efectuado sobre las ligas de futbol de Inglaterra y Escocia; se advirtió que la mayor cantidad de asistencia contribuía a la parcialidad del árbitro (se cobraban más faltas en contra del partido visitante y más
  • 13. penales a favor del equipo local), lo que producía una mayor ventaja del equipo local (Nevill, et. al. 1996). Boyko, Boyko, y Boyko (2007) confirman que la parcialidad del árbitro es al menos en parte responsable por la ventaja para el equipo local que se observó en la Premier League. El efecto de la parcialidad del árbitro sobre la ventaja para el equipo local merece mayor investigación, sobre todo en lo que se relaciona con el público. Garicano y Palacios-Huerta (2005) utilizan el tiempo suplementario al final de los partidos de futbol para demostrar el modo en el cual árbitros benefician sistemáticamente al equipo que juega de local. La fuerza de este estudio yace en el hecho de que el tiempo adicional que un árbitro acuerda al final del partido debería estar en función de situaciones particulares que se hayan dado durante el partido, como ser lesiones y cambios de jugadores. Los autores demuestran que los árbitros adicionan significativamente más tiempo cuando el equipo local está perdiendo por un gol y significativamente menos tiempo cuando el equipo local aventaja al visitante por un gol. En las situaciones en las cuales un gol adicional tendría menor impacto, como ser en partidos con una diferencia de dos goles o al final del primer tiempo de juego, este efecto es despreciable. Además, aquellos públicos compuestos por una mayor proporción de simpatizantes visitantes resultan en que el árbitro muestra menos parcialidad, sugiriendo que los árbitros son sensibles a las preferencias del público. Pettersson-Lidbom y Priks (2010) encuentran un resultado que tiene relación con esto en la liga italiana. Cuando se prohibía la concurrencia de espectadores en ciertos partidos, la parcialidad del árbitro hacia el equipo local se incrementaba. Esto sugiere que los árbitros favorecen por default a los equipos locales. En el caso de la prohibición de hinchadas visitantes en Argentina, la parcialidad del
  • 14. árbitro que produce la ventaja del equipo local puede haberse incrementado con la ausencia de parcialidades visitantes. Otro aspecto que también ha sido examinado en la bibliografía referida al futbol son los determinantes de la concurrencia del público a los partidos. En el mundo del deporte, la asistencia puede considerarse demanda. Por lo tanto, los determinantes de la asistencia en los deportes con espectadores incluyen las variables económicas estándar como ser precio de la entrada, ingresos del consumidor y precio de los sustitutos. (Simmons 2006). Existen, sin embargo, determinantes de la demanda que son específicos de los deportes, siendo el que puede considerarse el más importante la incertidumbre del resultado. Usando las cuotas de los corredores de apuestas, Forrest y Simmons (2002) encontraron evidencia de que – manteniéndose el resto de las variables estables – cuanto mayor es la incertidumbre con relación al resultado más público atraen los partidos. Estos resultados apoyan las conclusiones iniciales de Peel y Thomas (1988). Se ha demostrado que los cambios exógenos en las reglas y estructura de la liga de futbol también han tenido impacto en la asistencia a los partidos (Baranzini, et al. 2008). Estas conclusiones sugieren que la prohibición de hinchadas visitantes posiblemente haya tenido un impacto en la concurrencia del público los partidos de futbol en Argentina. Los deportes, y en particular, el futbol, también nos dan la oportunidad de analizar la eficacia de las hipótesis a través de los mercados de apuestas. Un área primaria de investigación se relaciona con la eficacia informativa, que considera que toda la información relevante se incorpora al instante a los mercados de precio (o cuotas de apuestas). Esta es una extensión de la forma débil de la hipótesis del mercado eficiente (HME), articulada por Fama (1970). La HME se basa en tres premisas básicas: (1) es probable que todos los inversores sean racionales, (2) incluso si los inversores no son
  • 15. todos racionales, los inversores no racionales se desviarían aleatoriamente y (3) incluso si los desvíos irracionales no son aleatorios, existen arbitrajistas que podrán beneficiarse de estos desvíos de la eficiencia. Si los mercados de apuestas no son eficientes, entonces existe información relevante que no está incorporada a los precios, permitiendo la oportunidad para una estrategia de apuestas lucrativa en caso de que esta información relevante pudiera ser identificada y usada de manera exitosa. Los mercados de apuestas de futbol que se usan más comúnmente para las pruebas de eficacia son las apuestas de cuotas fijas. Las cuotas fijas se refieren al hecho de que una vez que el individuo apuesta a cierto resultado bajo ciertas probabilidades, sabe exactamente cuánto dinero ganará en caso de que el resultado sea el esperado. Sin embargo, diferentes sujetos apostando al mismo resultado en diferentes momentos del tiempo no encontrarán necesariamente las mismas cuotas de apuestas: ello es debido a que los corredores de apuestas ajustan sus probabilidades en función del cambio en las cantidades en juego para cada resultado a fin de asegurarse su ganancia. El corredor de apuestas va a ajustar las cuotas de modo tal que el monto a pagar por cualquier resultado sea inferior al monto recibido de los apostantes para lograr un saldo equilibrado. En el caso del futbol, la suma de las probabilidades implícitas de cada resultado (triunfo, derrota, empate) dadas por un corredor de apuestas van a superar 1; el monto por el cual esta suma excede a 1, llamada “overround”, es la ganancia del corredor de apuestas manteniendo un saldo equilibrado. Desde una perspectiva económica, las apuestas representan la información sobre el resultado de un partido. Por lo tanto, si la hipótesis del mercado eficiente es cierta, las probabilidades finales implícitas en las cuotas de apuestas (una vez corregidas para ajustar la ganancia del corredor) deberían ser los mejores predictores posibles para el resultado del partido (y, por extensión, no debería
  • 16. existir ninguna posibilidad de ganancia). La bibliografía en los mercados de apuestas del futbol ha hecho foco en la posibilidad de desarrollar estrategias de apuestas rentables basadas en tres ideas: predisposiciones conductuales, modelaje de los resultados de los partidos, y arbitraje. La primera bibliografía sobre la eficacia de los mercados de apuestas de futbol puso el foco en los sesgos sistémicos. En particular, el sesgo improbable favorito se encontró repetidamente en estos mercados. Originalmente identificado en los mercados de apuestas de carreras de caballos, sesgo improbable favorito se refiere a la tendencia de los apostantes a sobrevalorar a los improbables a la vez que se infravaloran los favoritos. En presencia de sesgo improbable favorito, es posible identificar una estrategia de apuestas que va a contramano de las expectativas al apostar al equipo con cuotas inferiores (el favorito). Analizando la información de la temporada 1991-1992 de la Premier League, Cain, Law y Peel (2000) encuentran evidencia de sesgo improbable favorito. Sin embargo, otros estudios no encontraron evidencia de sesgo improbable favorito, y uno de ellos incluso encuentra evidencia de sesgo improbable favorito negativo, en donde apostar por el favorito produce ganancias por debajo del promedio (Dixon y Pope 2004). Más recientemente, Deschamps y Gergaud (2007) han encontrado evidencia que respalda el sesgo improbable favorito en las cuotas de partidos de local y visitante, pero encuentran lo contrario para las cuotas de empate; apostar a resultados más improbables produce mejores ganancias que apostar al favorito. Sin embargo, mientras que las estrategias de apuesta basadas en estas percepciones proporcionan ganancias mejores a las esperadas, los autores concluyen que ninguna de estas estrategias puede arrojar un retorno positivo. La evidencia sugiere que la causa de la sesgo improbable favorito se enraíza en una mala percepción de la probabilidad (Snowberg y Wolfers
  • 17. 2010). También se ha encontrado evidencia del sesgo emocional, la tendencia de ofrecer cuotas más favorables para los equipos que tienen una mayor base de simpatizantes (Forrest y Simmons 2008; Franck, Verbeeck y Nuesch 2008). Los análisis más rigurosos de la eficacia de los mercados involucran el uso de modelos que predicen los probables resultados de los partidos utilizando datos históricos y comparando luego estas predicciones con las cuotas ofrecidas por los corredores de apuestas. El objetivo de estos modelos de predicción es incorporar información que no está implícita en las cuotas del partido, dando de esta manera al apostante una ventaja que puede redundar en una estrategia de apuestas rentable. Los modelos más fuertes explotan las ineficiencias en las cuotas de apuestas y por lo tanto deberían producir estrategias de apuestas más rentables. Una de dichas estrategias implica apostar a resultados en los cuales el índice del modelo predictivo con relación a la probabilidad implícita del corredor de apuestas excede determinado umbral; 1.2 ha sido identificado como el umbral de una estrategia rentable (Dixon y Pope 2004). Otra estrategia implica seleccionar las apuestas mejor clasificadas en el 15% superior al comparar la probabilidad del modelo predictivo con la probabilidad implícita del corredor del apuestas (Goddard y Asimakopoulos 2004). En un estudio más riguroso que incorpora las apuestas por los resultados de medio tiempo, Dobson y Goddard (2011) concluyen que una estrategia similar a las descriptas más arriba habría sido rentable durante un período de muestreo de cinco temporadas. Un estudio con datos más recientes aplicando un modelo similar concluye que mientras el modelo captura información no implícita en las cuotas del corredor de apuestas, esta información no produce una estrategia de apuesta tan rentable en el largo plazo como en los estudios previos (Williams y Siegel 2013). En
  • 18. general, esta literatura sugiere que en los mercados de apuestas del futbol existen ineficiencias de información que pueden ser explotadas. La tercera noción que desafía la hipótesis del mercado eficiente es el arbitraje. El arbitraje se define como la compra y venta simultánea de un bien para generar una ganancia sin riesgos (Investopedia 2016). El ejemplo más común del arbitraje tiene que ver con la compra de acciones en la Bolsa de Nueva York por el precio A y venderlas en la Bolsa de Londres por un precio B, donde B > A. El arbitraje es un mecanismo necesario para mantener mercados eficientes, pero la existencia de oportunidades de arbitraje en el largo plazo es un indicador de un mercado ineficiente. En los mercados de apuestas de futbol, existe una oportunidad de arbitraje si al apostar por los tres posibles resultados, un apostador individual podría tener su ganancia garantizada. Esto solo es posible si la suma de probabilidades implícita por las cuotas del juego es menor a uno; por lo tanto, esto requiere el uso de múltiples corredores de apuestas dado que los corredores individuales siempre se aseguran su ganancia haciendo que las probabilidades implícitas excedan a uno. La evidencia indica que las oportunidades de arbitraje rentables existen incluso en los mercados de apuestas modernos. En un estudio que analizó los partidos del futbol europeo, Vlastakis, Dotsis y Markellos (2009) encuentran que las oportunidades de arbitraje ofrecen un retorno promedio de 21,78%, a pesar de que estas oportunidades existieron solo en el 0,5% de los partidos. Otros estudios también han encontrado evidencia de oportunidades de arbitraje rentables en los mercados de apuestas europeos (Franck, Verbeek y Nuesch 2013; Constantinou y Fenton 2013). Schwartz (2016) sugiere que las oportunidades de arbitraje en la Premier League inglesa se han incrementado en los últimos años debido a la competencia entre los corredores de apuestas. En la
  • 19. Argentina, el incremento esperado en el porcentaje de triunfos de equipos locales debido a la prohibición de hinchadas visitantes presenta una excelente oportunidad para testear si los mercados de apuestas pudieron ajustarse a este cambio. Podría existir la posibilidad de que se hayan desarrollado estrategias de apuestas rentables para explotar la falta de ajuste de las cuotas por parte de los corredores de apuestas. El resto de esta tesis se organiza de la siguiente manera. En el Capítulo 2 emplearé la teoría de las externalidades para establecer las bases económicas para el análisis de la violencia de los simpatizantes. En el Capítulo 3 usaré datos disponibles para analizar la prohibición de las hinchadas visitantes en relación con su objetivo propuesto de reducir la violencia de las hinchadas y además voy a examinar otros efectos que la prohibición ha tenido sobre los equipos y la liga. En el Capítulo 4 analizaré el impacto de la prohibición en la asistencia del público a los partidos. En el Capítulo 5 investigaré la eficiencia de los mercados de apuestas. En el Capítulo 6 ofreceré las conclusiones.
  • 20. Capítulo 2: La Teoría de la Externalidad y su Aplicación Como se dijo previamente, la prohibición de hinchadas visitantes tuvo como objetivo atender la cuestión de la violencia de las hinchadas (que surge de manera más genérica del hooliganismo de las hinchadas) en la primera división del futbol de la Argentina. Un marco apropiado para analizar la violencia de los simpatizantes es la teoría de la externalidad. En economía, una externalidad es un costo o beneficio que afecta a un tercero no relacionado con la transacción que produce dicho costo o beneficio. En el caso de externalidades negativas, un bien o servicio se produce en exceso, dado que el costo total para la sociedad no se toma en cuenta. A fin de clasificar la violencia en el futbol como una externalidad negativa, es necesario examinar los efectos de la violencia sobre aquellos individuos que no están involucrados en la misma. Antes de continuar, debe hacerse notar que la violencia y el hooliganismo son solo un aspecto de un partido de futbol, y que es posible que un partido genere externalidades positivas a través de otros mecanismos. De hecho, Gouget y Barget (2007) postulan que las externalidades positivas en eventos deportivos pueden generarse a través de vínculos sociales (como ser mejoras en la cohesión social y el reconocimiento social de grupos minoritarios), así como a través de dinámicas territoriales (imagen de la marca). Sin embargo, los autores se apuran a identificar al hooliganismo como la forma más común de impacto negativo en los eventos deportivos. Rosentraub y Ijla (2008), en su análisis de las instalaciones deportivas como capital social, también se refieren a la violencia de los simpatizantes como una externalidad negativa o “des-capital”. Mientras que la racionalidad teórica para considerar la violencia de los simpatizantes como una externalidad negativa es relativamente clara, los conceptos abstractos tales como “cohesión social” si bien pueden asirse, no son los más
  • 21. convincentes. No es difícil probar el modo en el cual la violencia en los partidos de futbol tiene consecuencias reales sobre los espectadores que no forman parte del hecho violento. Consideremos el caso más obvio, y posiblemente el más serio: la muerte de un espectador. En 1967, un simpatizante de Racing de 15 años se encontró de pronto rodeado de barras bravas de Huracán: fue atacado y asesinado. Salvemos al Futbol, una ONG dedicada a resolver el problema de la violencia en el futbol argentino, lleva una lista de simpatizantes asesinados por violencia relacionada con el futbol. En los últimos cinco años, la cantidad supera las cincuenta víctimas. Afortunadamente, las muertes en los partidos de futbol son menos comunes en la actualidad. Sin embargo, las externalidades negativas causadas por la violencia en el futbol no necesariamente deben ser tan graves como la muerte o las lesiones. Las consecuencias más comunes son el atraso o la suspensión de los partidos. La gran multitud de simpatizantes pacíficos que fueron a ver un partido que fue suspendido por hooliganismo o violencia pagan el costo (en tiempo y dinero) de esos simpatizantes cuyo hooliganismo dio como resultado la suspensión del partido. La violencia de las hinchadas y el hooliganismo también pueden perjudicar las finanzas del equipo. Una sanción resultante de un hecho de vandalismo puede implicar que el equipo deba jugar sus siguientes partidos de local sin asistencia de público. Dejando de lado los efectos negativos en los simpatizantes que no pueden asistir, los equipos pierden las ganancias que hubieran podido recibir por la venta de entradas para el partido. También pueden imponerse altas multas a los equipos como resultado del hooliganismo o la violencia de los simpatizantes. Un ejemplo reciente muestra qué tan costosa puede ser la externalidad negativa impuesta por el hooliganismo y la violencia. En mayo de 2015, Boca Juniors y River
  • 22. Plate (los dos equipos más importantes de la Argentina y también amargos rivales) se enfrentaron por los octavos de final en la Copa Libertadores, el torneo de futbol más importante de Sudamérica. Debían jugarse dos partidos: el primero en territorio de River Plate y el segundo en la cancha de Boca Juniors; el equipo que anotara más goles en total pasaría a la siguiente ronda. River ganó el primer partido 1-0, lo que significó que Boca estaba obligado a anotar al menos un gol en el partido de retorno en su propia cancha. En el segundo juego, los equipos estaban empatando en el entretiempo. Cuando los jugadores de River estaban entrando al campo de juego para empezar el segundo tiempo, un simpatizante de Boca roció el túnel con gas pimienta. El gas pimienta produjo irritación a muchos de los jugadores de River, algunos no podían ver. El árbitro se vio obligado a posponer el comienzo del segundo tiempo y, luego de media hora, cuando se hizo evidente que los efectos del gas pimienta no iban a desaparecer, se suspendió el partido. Un día después, la CONMEBOL, la Federación Sudamericana de Futbol, anunció oficialmente que Boca Juniors sería descalificado de la edición 2015 de la Copa Libertadores como resultado de ese incidente. La descalificación fue acompañada por otras tres sanciones. Primero, Boca debería jugar los próximos cuatro partidos organizados por CONMEBOL a puertas cerradas. Segundo, se prohibió a Boca vender entradas a sus simpatizantes para los próximos cuatro partidos organizados por la CONMEBOL. Finalmente, se le impuso al club una sanción de USD 200.000. De lo expresado surge claramente que muchos simpatizantes de Boca Juniors, además del equipo mismo, recibieron el impacto negativo de las acciones de un hincha que logró escabullir una pequeña lata de spray de gas pimienta a través de la seguridad del estadio. Acaso el aspecto que enojó más a los simpatizantes fue que nunca se pudo completar el
  • 23. Gráfico 2.1. Una descripción gráfica de una externalidad negativa de producción impuesta por la producción de acero. Un impuesto pigouviano equivalente al daño marginal de una unidad de acero ($100) daría el resultado óptimo, reduciendo la producción de Q1 a Q2 (Gruber 2013). segundo partido: si no hubiera ocurrido el incidente del gas pimienta, habrían existido esos 45 minutos que podrían haberle permitido a Boca tratar de anotar un gol para calificar para los cuartos de final. Habiendo establecido la violencia y el hooliganismo como externalidades negativas, el siguiente paso es discutir cómo estas externalidades negativas pueden corregirse. Si bien existen aproximaciones de limitación de cantidad, el modo más difundido de corregir una externalidad negativa es la intervención estatal a través del impuesto pigouviano. El impuesto pigouviano corrige una externalidad negativa a través de la imposición de un impuesto a los productores (o consumidores) de un monto igual al daño marginal (DM) del bien o servicio que se produce o consume. El ejemplo clásico tiene que ver con la contaminación: un impuesto pigouviano sobre un contaminador (como ser una planta de generación de energía) va a dar por resultado una disminución en la producción de energía dado que el daño marginal impuesto por la contaminación será internalizado por la planta de energía. Esto lleva como resultado a un nivel de contaminación socialmente óptimo.
  • 24. La externalidad de la violencia de los simpatizantes y el hooliganismo difiere del ejemplo tradicional de la contaminación en que se trata de una externalidad de consumo, en vez de una externalidad de producción. Una externalidad de consumo ocurre cuando el consumo de un bien impone costos en un tercero. En el caso de la violencia y el hooliganismo, está en el hecho de que los simpatizantes están consumiendo un partido (a través de la compra de entradas) que da lugar a la violencia y el hooliganismo. La diferencia entre las externalidades de producción y de consumo se convierte en trivial, sin embargo, cuando operan en el contexto de un impuesto pigouviano. Gráficamente, en el caso de una externalidad de consumo, un impuesto que reduce la demanda del bien por el daño marginal que impone su consumo logra el mismo resultado que un caso idéntico con una externalidad de producción, donde el impuesto reduce la oferta del bien por el daño marginal que impone su producción. En ambos casos, el nivel óptimo de producción y consumo, así como la incidencia del impuesto serán iguales. Gráfico 2.2. El caso de una externalidad negativa de consumo, ilustrado con el consumo de cigarrillos. El consumo de un cigarrillo impone un costo de $0,40 a la sociedad. Un impuesto pigouviano de $0,40 por cigarrillo produciría una disminución en la curva de la demanda y ecualizaría el beneficio marginal social y el beneficio marginal individual. El consumo caería de Q1 a Q2. En un escenario hipotético en el cual se gravara la producción en vez del consumo de cigarrillos con $0,40 de daño marginal, se mantendría el mismo resultado (Gruber 2013).
  • 25. Uno podría preguntarse por qué en vez de implementar la prohibición de hinchadas visitantes, la Asociación de Futbol Argentino no optó por imponer un impuesto pigouviano a las entradas para los partidos. Después de todo, eran los propios simpatizantes los responsables de la violencia y el hooliganismo, por lo que un impuesto hubiera disuadido a algunos de los simpatizantes de concurrir a los partidos y así se llegaría a un resultado cercano al nivel de violencia y hooliganismo “socialmente óptimo”. Para comprender por qué un impuesto pigouviano no habría sido la mejor herramienta de política en este escenario, es necesario aclarar los supuestos que subyacen al impuesto pigouviano, así como algunos detalles específicos sobre los simpatizantes de futbol argentinos. Un impuesto pigouviano asume que el daño marginal es estimable. En el caso de la contaminación, esto es razonable dado que los estudios científicos permiten medir de manera metódica el impacto de una unidad adicional de contaminación sobre el ambiente; si bien la decisión última sobre el modo de valuar la contaminación puede variar, las maneras específicas en las cuales la contaminación impacta en el medio ambiente son claras. Este no es el caso para la violencia en el futbol y el hooliganismo: existen muchos caminos potenciales que pueden llevar a producir daño a terceros. Más aún, incluso si estos caminos pueden ser identificados, puede que no exista información disponible con respecto a ellos ¿Cuántos simpatizantes en promedio mueren o sufren lesiones por partido a causa de la violencia y el hooliganismo? ¿Cuánta seguridad y policía adicional es necesario emplear en un intento de prevenir incidentes? ¿Cómo podemos medir el grado de sufrimiento del simpatizante promedio cuando se cancela un partido debido a un incidente? ¿Cómo podemos medir el número de familias que eligen no ir a los partidos
  • 26. por temor a la violencia? Estas son las preguntas que deberían poder responderse para desarrollar un impuesto pigouviano efectivo sobre las entradas a los partidos. Incluso si afirmamos por vía de hipótesis que todos los costos relacionados con la violencia de los simpatizantes y el hooliganismo pueden ser identificados y calculados, permanece el problema de la uniformidad del impuesto pigouviano. El impuesto pigouviano asume que el daño marginal causado por la producción o consumo de un bien es igual para cada unidad. Esta es una presunción que tiene sentido en el caso en el cual el costo social total que provoca la producción o el consumo de un bien se reparte de manera equitativa entre todos los individuos o empresas. Tomemos como ejemplo el impuesto a la contaminación por carbono: no hay razón para creer que ciertos emisores de CO2 (automóviles, plantas de energía, etc.) imponen significativamente mayores costos sociales que otros emisores. El conocimiento científico actual indica que dada una cantidad determinada de carbono que penetre en la atmosfera afectará el planeta de manera muy similar, sin importar su fuente. Estadísticamente, esto se representaría como una distribución normal de curva estrecha. Este no es el caso de otros tipos de externalidades negativas, en las cuales los costos sociales pueden variar entre los individuos y las empresas (Fleischer 2015). En otras Gráfico 2.3. Los impuestos pigouvianos funcionan mejor cuando la distribución del costo marginal es normal y estrecha, en lugar de ancha o multimodal (Fleischer 2015).
  • 27. palabras, el costo social promedio difiere significativamente del costo social marginal. Esto se explica mejor a través de un ejemplo. Consideremos proponer un impuesto pigouviano para las comidas altas en grasas. El consumo de comidas altas en grasas es un factor de riesgo para la obesidad, la cual crea costos externos a través de mayores primas de los seguros de salud. Dado un costo social promedio de $1 por porción de comida, un impuesto de $1 sería el impuesto pigouviano adecuado. Cuando los individuos varían en el costo social marginal que están imponiendo, sin embargo, el impuesto pigouviano puede de hecho producir más daño que beneficio. Supongamos que un individuo A es relativamente sano y consume comidas altas en grasas solo de manera moderada, imponiendo un costo social de $0 por cada porción de comida alta en grasa consumida. El individuo B, por el contrario, es obeso y existe una alta probabilidad de que su consumo de comidas altas en grasa imponga costos sobre los demás individuos: supongamos que este costo es de $2 por cada porción consumida. Bajo este impuesto, ambos individuos enfrentarían un aumento de $1 en el costo marginal de consumir una porción de comida alta en grasa. Este impuesto no daría cuenta del costo social total que impone el Individuo B, quien continúa imponiendo $1 de costo a la sociedad. El Individuo A, por el contrario, reducirá el consumo de su nivel óptimo, y se incurrirá en una pérdida de peso muerto. Debe mencionarse que en un mundo de información perfecta y gratuita, los costos marginales individuales no serían un impedimento para la implementación de un impuesto pigouviano efectivo: el Individuo A no pagaría impuesto por su consumo de comidas altas en grasa, dado que su consumo no impone costos a la sociedad, mientras que el Individuo B debería pagar $2, equivalente al costo externo que impone. Existen algunas situaciones que permiten hacer este tipo de
  • 28. discriminación. La congestión de tránsito es un buen ejemplo. Está claro que las motocicletas, los automóviles y los camiones no contribuyen de manera igual a la congestión de tránsito. Al implementar un impuesto a la congestión de tránsito, un impuesto establecido sobre el costo social promedio no sería efectivo. Sin embargo, dado que los vehículos en la ruta pueden ser identificados fácilmente, los impuestos diferenciados (con motocicletas pagando el impuesto más bajo y los camiones el más alto) se muestran como un instrumento efectivo de política pública para reducir la congestión en las rutas. En el caso de la violencia y el hooliganismo en la liga de futbol argentino, es evidente que el problema de los diferentes costos marginales es relevante. Un pequeño grupo de simpatizantes (barras bravas) son los responsables de la mayor parte de la violencia. La mayoría de los simpatizantes no participan de la violencia. Victor Fleischer resume esta cuestión de la mejor manera: “por ejemplo, en una distribución asimétrica del costo social marginal, donde unos pocos malos actores causan la mayor parte del daño, un impuesto específico uniforme establecido en la tasa del costo social promedio por individuo posiblemente no resulte efectivo dado que no sería suficiente Gráfico 2.4. Asumiendo que los barras bravas derivan la mayor utilidad por concurrir a los partidos, la propuesta de un impuesto pigouviano para sobre los simpatizantes visitantes no disuadiría a los barras bravas de ir al partido. 140000 4000 8000 26 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 Hinchas visitantes por partido Preciodeentradaporpartido(USD) O DD-imp Barras bravas
  • 29. para disuadir a los malos actores y sobre-disuadiría a aquellos que causan poco o ningún daño. En esas circunstancias, un instrumento de política distinto podría ser más efectivo y menos costoso.” El Gráfico 2.4 ilustra el problema de costos sociales marginales y promedio divergentes con respecto a la externalidad de violencia de los simpatizantes y hooliganismo. En la temporada 2012-13 las entradas a los partidos en la Argentina costaban USD 12 y un promedio de 7.000 hinchas visitantes concurrían a cada partido. La oferta de entradas para los partidos se considera perfectamente elástica porque había asientos disponibles para prácticamente todos los partidos, mientras que la demanda por entradas a los partidos se considera del modo illustrado. Los simpatizantes que derivan la mayor utilidad (ilustrados en la cima de la curva de la demanda) son los barras bravas: son los hinchas más apasionados, por supuesto también son los que tienden a causar la mayoría de los problemas. Supongamos un impuesto pigouviano sobre las entradas a los visitantes que asume el promedio de daño causado por la externalidad negativa de la violencia y el hooliganismo en USD 4; para nuestro propósito en este trabajo, el número es irrelevante. Dado que los barras bravas reciben un beneficio por encima de USD 4 por ir al partido, van a continuar yendo a los partidos luego de la imposición del impuesto (y continuar causando problemas). Los simpatizantes que reciben un beneficio inferior a USD 4, pero no son responsables de la mayor parte de la violencia y el hooliganismos serían injustamente castigados. Un resultado similar aplica a los barras bravas del equipo local. Incluso si suponemos que todos los barras bravas de Argentina son bien conocidos y fácilmente categorizables, no está claro que un impuesto pigouviano aplicado exclusivamente a los barras bravas sería más efectivo que prohibirles entrar a los
  • 30. partidos. Para que un impuesto de este tipo sea efectivo, sería necesario conocer el daño marginal: como vimos antes, éste es difícil de calcular. Si el impuesto pigouviano se establece por debajo del daño marginal, la cantidad de barras bravas en la concurrencia (y por lo tanto, la cantidad de violencia y hooliganismo) se seguiría manteniendo por encima del nivel óptimo. Este es el escenario más probable, teniendo en cuenta que es probable que los barras bravas tengan curvas de demanda altamente inelásticas. Si el impuesto se estableciera por sobre el daño marginal, entonces el número de barras bravas estaría por debajo del nivel óptimo. Una prohibición de barras bravas, mientras tanto, partiría del supuesto razonable de que el daño marginal que impone la presencia de los barras bravas es lo suficientemente alto como para que su nivel óptimo de asistencia sea igual a cero (o tan cercano a cero como para que la prohibición resulte más eficiente que el impuesto, teniendo en cuenta que la imposición de un tributo implica costos administrativos más altos). Bajo este supuesto, un impuesto pigouviano que exceda el daño marginal produciría, en la práctica, el mismo resultado que una prohibición de los barras bravas dado el límite inferior cero; sin embargo, este impuesto seguramente implicaría costos administrativos más altos. En la realidad, no todos los barras bravas son identificables. Este hecho, sumado con la influencia política que los barras bravas tienen en los deportes y la política en la Argentina, hace que la imposición de un impuesto pigouviano sobre los barras bravas que apunte a atender de manera efectiva el problema de la violencia y el hooliganismo sea inviable. También fulmina a la promisoria herramienta de prohibir la entrada a los partidos únicamente a los barras bravas. Con esto en mente, podemos advertir desde una perspectiva económica en modo en el cual se configuró la prohibición de hinchadas visitantes. Efectivamente es útil como un abordaje cuantitativo (regulatorio) para
  • 31. enfrentar la externalidad en vez de un abordaje basado en precio (impuesto). Sin embargo, debe quedar claro que esto no expresa un abierto apoyo a dicha política. La gran mayoría de los simpatizantes que sufren la prohibición no son violentos, y la prohibición de su asistencia a los partidos es análoga al impuesto sobre las comidas altas en grasas sobre un individuo que no impone daño marginal a la sociedad por su consumo de las mismas. La efectividad de la prohibición también se apoya en la suposición de que los hinchas visitantes eran los responsables de una parte significativa de la violencia dentro de los estados. Es posible que la prohibición haya tenido un efecto neto negativo si la pérdida de peso muerto derivada de los simpatizantes no violentos que se encuentran impedidos de asistir excede la ganancia derivada del menor nivel de violencia y hooliganismo esperado. Existen otras políticas para atacar la violencia y el hooliganismo que han dado mejores resultados que directamente prohibir a las hinchadas visitantes. En 2003, el Consejo de Europa llevó adelante una conferencia que apuntó a “preparar y adoptar recomendaciones de política que proveerán lineamientos a las autoridades locales y regionales para la prevención de la violencia en los eventos deportivos, especialmente en los partidos de futbol” (de Quidt y Johnston 2003). Luego de identificar cuestiones comunes con respecto a la prevención de la violencia en el deporte (como ser el rol de las autoridades regionales y locales) se encomendó al Comité Permanente del Convenio europeo sobre la violencia e irrupciones de espectadores con motivo de manifestaciones deportivas y especialmente de partidos de futbol la elaboración de una lista de medidas prácticas y recomendaciones para enfrentar el problema de la violencia en los deportes. Se sugirieron cinco iniciativas principales y medidas preventivas: mejorar la relación entre los clubes y sus simpatizantes, potenciar el rol del club en el medio social, brindar
  • 32. instrucción a los hinchas, incrementar el rol de las autoridades locales y otras agencias, emplear embajadas de simpatizantes y llevar adelante actividades para los habitantes locales durante los torneos internacionales. Con relación a la recomendación del incremento de la presencia de las autoridades locales y otras agencias, se llevaron adelante varios estudios de caso en distintas ciudades europeas. Si bien todas las ciudades implementaron políticas diferentes para enfrentar el problema de la violencia y el hooliganismo, todos los casos sirven como ejemplos de buenas prácticas. Liverpool, una ciudad plagada de violencia y hooliganismo en el pasado, ha recogido los beneficios de la legislación británica que especifica la distribución de responsabilidades y técnicas de control. Estos métodos han sido tan exitosos que no solo se han exportado a otros países europeos sino que además han servido como medio para prevenir la violencia urbana a través de programas como “Futbol en Comunidad” (Football in the community). En Liège, Bélgica, el consejo municipal se involucró en el acompañamiento a los hinchas; en este caso, trabajando en colaboración con la universidad de la ciudad y la policía. En Berlín, el consejo municipal implementó un abordaje similar con una organización de la juventud. El área de París vio un éxito similar involucrando agencias locales a través de una aproximación contractual. Estos casos de estudio nos brindan evidencia que las políticas que atacan la violencia en el futbol pueden ser exitosas si a su diseño concurren suficiente reflexión e investigación – algo que no ocurrió en la Argentina. Un punto para rebatir es que la Argentina no parece tener los recursos financieros para llevar adelante las políticas recomendadas como el acompañamiento a los aficionados y las embajadas de simpatizantes, que demandan la contratación de profesionales experimentados. Otra posible explicación es que el gobierno argentino estaba buscando una solución que
  • 33. tendría un efecto psicológico inmediato, mientras que no debía necesariamente ser efectiva en lo que estaba diseñada para hacer. Sin perjuicio de ello, la pregunta sigue ahí con relación a qué tan efectiva fue la prohibición de los hinchas visitantes en su misión, y también las otras consecuencias que tuvo dicha política. Nos enfocaremos en este punto en el próximo capítulo.
  • 34. Capítulo 3: Efectos generales de la veda de hinchas visitantes Efectos sobre la Violencia La prohibición de hinchadas visitantes tenía como objetivo disminuir la violencia y el hooliganismo en la primera división de Argentina ¿Produjo el efecto deseado? Si bien no hay una base de datos comprensiva que detalle toda la violencia relacionada con el futbol en Argentina, la ONG Salvemos al Futbol mantiene un listado de todas las muertes relacionadas con la violencia en el futbol. Este listado no es en modo alguno exhaustivo, pero uno podría esperar que la prohibición de hinchadas visitantes hubiera llevado a una disminución en las muertes de simpatizantes reportadas en la primera división. En las cinco temporadas que precedieron a la prohibición de hinchadas visitantes (2008-2013), Salvemos al Futbol registró 53 muertes relacionadas con la violencia en el futbol, un promedio de 8 por temporada. En la temporada inmediatamente posterior a la prohibición de hinchadas visitantes, 2013-2014, se registraron 13 muertes. A primera vista, esto parecería indicar que la prohibición de hinchadas visitantes de hecho incrementó las muertes (y, por extensión, la violencia) en vez de disminuirlas. Sin embargo, ésta sería una conclusión incompleta. El listado de muertes relacionadas con la violencia en el futbol de Salvemos al Futbol tiene dos características importantes que resultan relevantes en una análisis de la efectividad de la prohibición de las hinchadas visitantes: incluye las muertes de todas las divisiones del futbol argentino (no solo de la primera división) e incluye todos los tipos de incidentes y no solo las confrontaciones que tuvieron lugar alrededor de los partidos involucrando hinchadas visitantes. A fin de ajustar este punto, es necesario examinar todos los incidentes que tuvieron lugar en la primera división en los cuales estuvieron involucrados hinchas
  • 35. visitantes. Una vez que se lleva adelante esta distinción, no hay evidencia que muestre que la prohibición de hinchadas visitantes haya sido efectiva en prevenir incidentes fatales que involucraran hinchas visitantes. En las cinco temporadas previas a la prohibición, murió un simpatizante en promedio por temporada víctima de violencia involucrando hinchadas visitantes. Un simpatizante murió debido a violencia de hinchada visitante con posterioridad a la implementación de la prohibición. Este curioso incidente ocurrió en la ciudad de Rosario, tras un partido entre los dos equipos más grandes de la ciudad y eternos rivales Newell’s Old Boys y Rosario Central. Este incidente ilustra acerca de las limitaciones de la prohibición: en los casos en los que el equipo local y el visitante están en la misma ciudad, la violencia igual puede tener lugar antes o después del juego y no necesariamente dentro del estadio. Un hecho que es necesario enfatizar es que las muertes involucrando hinchas visitantes fueron solo el 20-25% de todas las muertes durante las temporadas analizadas. La mayor parte de la violencia es interna, y surge de las facciones en competencia dentro de los barras bravas del mismo equipo. Idealmente la política debería haber enfrentado esta clase de violencia interna, dado que era la principal culpable; lamentablemente, la gran influencia de los barras bravas lo hizo imposible. En ese tiempo, la prohibición de las hinchadas visitantes puede haber sido la mejor opción. Mientras que el efecto absoluto de la prohibición sobre las muertes es relevante para evaluar la efectividad de la prohibición, es también igual de importante verificar si la externalidad impuesta por la violencia fue corregida de alguna manera a través de la prohibición. Si bien no hubo ningún cambio neto en la violencia y en vez de ello la violencia simplemente se trasladó al exterior de los estadios, esto habría representado un acercamiento a una asignación de recursos más eficiente.
  • 36. Cuando la violencia tiene lugar fuera de los estadios, existe menos probabilidad de afectar a terceros. No existen datos que sugieran que este fuera el caso. Sin embargo, esto posiblemente resulte de la falta de datos general sobre incidentes específicos. Un tipo diferente de datos, relacionados más con el hooliganismo de los simpatizantes que con la violencia, puede resultar útil para brindarnos evidencia concluyente respecto de la efectividad de la prohibición de las hinchadas visitantes. El hooliganismo y la violencia muchas veces terminan en la demora o suspensión de un partido como medida preventiva. Estas consecuencias negativas no siempre tienen que ocurrir durante el partido en el cual tiene lugar el incidente, dado que los equipos son usualmente sancionados obligándolos a jugar el partido siguiente a puertas cerradas (en un estadio vacío). Las suspensiones, demoras y especialmente los partidos a puertas cerradas son todos ejemplos de externalidades negativas toda vez que resultan en pérdida de satisfacción de los simpatizantes. Es posible que las hinchadas visitantes fueran responsables por una gran parte del hooliganismo que produjo como resultado estas consecuencias, por lo tanto, la prohibición de hinchadas visitantes pudo ser efectiva en Muertes en el futbol argentino 2008- 2009 2009- 10 2010- 11 2011- 12 2012- 13 2013- 14 Total 11 7 7 11 4 13 No de Primera División 6 1 2 5 0 8 Primera División 5 6 5 6 4 5 Hinchas visitantes involucrados 0 1 2 2 1 1 Internos 3 2 2 1 3 2 Otros 2 3 1 3 0 2 Gráfico 3.1. Muertes en el futbol argentino, 2008-2014. (Salvemos al Futbol)
  • 37. reducir el número de partidos que fueron suspendidos, demorados o jugados a puertas cerradas. Incidentes que dieron lugar a modificaciones en los partidos de primera división 2012-13 Problemas en las instalaciones Hinchas locales Hinchas visitantes Suspendido 2 1 2 Pospuesto/Demorado 3 1 0 Puertas cerradas/Otro estadio 0 2 1 2013-14 Problemas en las instalaciones Hinchas locales Suspendido 2 0 Pospuesto/Demorado 1 0 Puertas cerradas/Otro estadio 0 9 La información no indica que la prohibición haya disminuido la aplicación de este tipo de medidas. Las hinchadas visitantes fueron responsables de tres de estas medidas en 2012-13, siendo las hinchadas locales responsables de cuatro. En la temporada 2013-14 las hinchadas locales fueron responsables de nueve de estas medidas, representando un incremento de dos con respecto a la temporada anterior. Desafortunadamente, el hooliganismo de las hinchadas locales parece haber sustituido el de las hinchadas visitantes. Similarmente al caso de las muertes de simpatizantes, las hinchadas visitantes son responsables por una pequeña proporción de las consecuencias iniciales de modo que los beneficios de la prohibición de visitantes son extremadamente limitados. Incluso bajo la suposición que la violencia y el hooliganismo dentro de los estadios disminuyeron (y por lo tanto, la externalidad asociada a los mismos) este Gráfico 3.2. Incidentes que dieron lugar a la suspensión, demoras o juego a puertas cerradas y sus causas relacionadas. Desde que se prohibió el ingreso de hinchas visitantes en la temporada 2013-14, éstos no pudieron ser responsables de estas medidas (Football- Lineups).
  • 38. beneficio debe ser comparado con la inmensa pérdida de satisfacción de todos los simpatizantes no violentos que ya no pueden concurrir a los partidos. Para hacer esta comparación más precisa, necesitaríamos cuantificar la satisfacción que los hinchas visitantes dejaron de recibir, la disminución de la externalidad de la violencia como resultado de la prohibición, y todo otro efecto indirecto en el bienestar total. Esto sería metodológicamente imposible. Sin embargo, la mejor deducción es que tomando en cuenta el bajo número de muertes y medidas sobre los partidos que involucraban a los hinchas visitantes en primer lugar, cualquier beneficio hipotético derivado de la solución de la externalidad resultará pequeño en comparación con el beneficio que los simpatizantes visitantes dejaron de recibir. Efectos sobre los Equipos Hasta aquí analizamos la prohibición de las hinchadas visitantes desde el punto de vista del espectador individual. Un tema de interés es analizar si la prohibición afectó la performance de los equipos en la liga. La bibliografía ha demostrado la importancia de la ventaja de jugar de local sobre los resultados: sin hinchas visitantes presentes luego de la prohibición, resulta razonable anticipar que el mecanismo del árbitro que constituye gran parte de la ventaja de jugar de local se vea fortalecido. Sin embargo, dado que cada equipo juega la misma cantidad de partidos de local y de visitante durante toda la temporada, es posible que los efectos de la mejor performance de local se hayan visto cancelados con una performance más débil de visitante, resultando en que ningún equipo tuviera un efecto neto. En la temporada 2013-14, el triunfo de equipos de local fue el porcentaje más alto de cada una de las cinco temporadas inmediatamente anteriores, así como casi cuatro puntos porcentuales mayor que el promedio de las cinco temporadas anteriores. El
  • 39. porcentaje de victorias de equipos visitantes para 2013-14 fue el más bajo de cada una de las cinco temporadas anteriores, y más de cuatro puntos porcentuales menor que el promedio de esas cinco temporadas. En términos de goles, los goles de local en la temporada 2013-14 no difirieron mucho del promedio de las cinco temporadas. Los goles visitantes, sin embargo, fueron un 15% menos en la temporada 2013-14 que el promedio de las cinco temporadas anteriores. La proporción entre los goles locales y visitantes también es mayor en la temporada 2013-14 que en las cinco temporadas precedentes. Estas estadísticas indican que la prohibición de hinchadas visitantes probablemente haya tenido fuertes efectos, y posiblemente haya favorecido sistemáticamente a algunos equipos sobre otros, dado que el incremento en el porcentaje de aumento de victorias de equipos locales no es igual que la disminución en el porcentaje de victorias de los equipos visitantes. Estadísticas descriptivas 2008- 09 2009- 10 2010- 11 2011- 12 2012- 13 Promedio 5 temporadas 2013- 14 Porcentaje triunfos local 46,05% 45,79% 40,53% 39,47% 41,05% 42,58% 46,32% Porcentaje triunfos visitante 26,32% 27,89% 29,74% 27,37% 24,74% 27,21% 22,89% Porcentaje empate 27,63% 26,32% 29,74% 33,16% 34,21% 30,21% 30,79% Total goles local 552 545 485 447 492 504,2 486 Total goles visitante 395 383 394 368 361 380,2 323 Relación Goles Local/Visitante 1,397 1,423 1,231 1,215 1,363 1,326 1,505 Podemos usar una prueba de proporciones de dos muestras para verificar el efecto de la prohibición de hinchadas visitantes tuvo sobre estas variables. Cuando usamos este test para comparar las victorias locales en la temporada 2013-14 con los triunfos locales Gráfico 3.3. Estadísticas de porcentajes de triunfos y goles anotados.
  • 40. en las cinco temporadas anteriores, nos arroja un valor –p de aproximadamente 0,20. Cuando realizamos lo mismo para los triunfos visitantes, nos arroja un valor –p de 0,09. Usando un nivel de significancia de 𝛼 = 0,10, esto indicaría que los triunfos visitantes recibieron el impacto de la prohibición mientras que los locales no lo hicieron. La comparación de los goles de local como un porcentaje del total de goles de la temporada 2013-14 con las cinco temporadas anteriores arroja un resultado similar, con un valor –p de aproximadamente 0,11. A pesar de que estas estadísticas tienden a una mejor performance de los equipos locales, esta evidencia sola no resulta suficiente para afirmar que la prohibición de hinchadas visitantes tuvo un efecto significativo sobre la performance de los equipos. Hay un aspecto importante del futbol que no se ha tomado en cuenta en estos análisis: los partidos empatados. Es posible que la prohibición haya cambiado resultados de partidos que hubieran sido una victoria visitante antes de la prohibición, convirtiéndolos en un empate, más que en un cambio de equipo ganador. Mientras que podríamos esperar que este descubrimiento esté contenido en el análisis de los goles anotados, es importante considerar la prevalencia de partidos empatados cero a cero. En general, los empates no son raros tampoco: usualmente entre el 20-30% de los partidos terminan en empate. Dado que los empates otorgan puntos, sería útil comparar la proporción total de puntos ganados por equipos visitantes antes y después de la prohibición. Una prueba de proporciones de dos muestras comparando la proporción de puntos obtenidos por los equipos visitantes en la temporada 2013-14 con la proporción de los ganados por los equipos visitantes en las cinco temporadas anteriores arroja un valor –p de 0,009: un resultado altamente significativo. Esto aporta clara evidencia sobre el impacto negativo que la prohibición tuvo sobre los equipos visitantes.
  • 41. Mientras resulta claro que la prohibición de hinchadas visitantes tuvo impacto sobre los equipos visitantes, queda por ver si la veda perjudicó (o benefició) a algunos equipos por sobre otros. A fin de contestar este interrogante, es crucial examinar cuales equipos pudieron haber sido afectados de modo diferente por hinchadas visitantes en primer término y por lo tanto han sido desproporcionadamente impactados por su ausencia. El elemento central reside en la cantidad de visitantes en la concurrencia. Si alguno de los equipos consistentemente convoca un mayor número de simpatizantes visitantes, es probable que le vaya consistentemente mejor cuando juegan de visitante. Dado que los hinchas visitantes son simplemente simpatizantes que concurren a los partidos en los cuales su equipo juega de visitante, la afirmación puede generalizarse a los equipos que tienen una gran base de simpatizantes. En Argentina, como en muchos países del mundo, la base de simpatizantes no está distribuida de manera igual: unos pocos equipos tienen la mayoría de los simpatizantes. En Argentina, los cinco equipos históricamente más exitosos, conocidos como Los Cinco Grandes, son favorecidos por el 80% de la población argentina (Consultora Equis 2012). Una hipótesis es que estos equipos (Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo, Independiente y Racing) sufrieron mayor impacto negativo por la prohibición de hinchadas visitantes que el resto de los equipos de la primera división. Dado que Independiente no compitió en la primera división en la temporada 2012-13, podemos examinar cómo resultaron afectados los cuatro equipos restantes. De hecho, una mirada a las estadísticas indican que estos “Cuatro Grandes” equipos perdieron algo de la ventaja que tenían en partidos visitantes sobre los demás dieciséis equipos de la liga. Específicamente, con anterioridad a la veda, los cuatro grandes equipos ganaron el 41,67% de los puntos visitantes posibles comparado con el 34,76% para el resto de los
  • 42. equipos – casi siete puntos porcentuales de diferencia. Luego de la implementación de la veda, los cuatro grandes equipos ganaron el 35,09% de sus puntos de visitantes mientras que el resto de los equipos ganaron el 32,68% de sus puntos de visitantes: su ventaja disminuyó en 2,41 puntos porcentuales. Como se anticipaba, el porcentaje de puntos de visitante adquirido por ambos tipos de equipos cayó, pero cayó mucho más para los cuatro grandes equipos. Temporada Categoría 4 Grandes Otros 2012-13 Puntos Visitante 95 317 Total Posible 228 912 Porcentaje de Puntos 41,67% 34,76% Diferencia 6,91 2013-14 Puntos Visitante 80 298 Total Posible 228 912 Porcentaje de Puntos 35,09% 32,68% Diferencia 2,41 ¿Es posible identificar el mecanismo que dio como resultado que los equipos grandes se vean más negativamente impactados por la prohibición de las hinchadas visitantes? Garicano y Palacios-Huerta (2005) mostraron como los árbitros sistemáticamente favorecen a los equipos que juegan de local adicionando más tiempo cuando el equipo local está perdiendo por diferencia de un gol y menos tiempo cuando el equipo local está ganando por diferencia de un gol. Además, el público compuesto por más cantidad de simpatizantes visitantes da lugar a una disminución de estas preferencias por parte del árbitro. Dado que los equipos grandes siempre han tenido más cantidad de simpatizantes, entonces puede ser el caso que antes de la prohibición, los árbitros Gráfico 3.4. Proporción de puntos de visitante obtenidos por equipo visitante.
  • 43. mostraban menos sesgos sobre los grandes equipos cuando jugaban de visitantes. Luego de la veda, los árbitros podrían estar exhibiendo su sesgo completamente (el que ya estaban exhibiendo contra los equipos que no traían una gran cantidad de simpatizantes visitantes). Si bien no hay información disponible sobre el tiempo añadido a los partidos, la mejor opción siguiente es usar las decisiones más influyentes que un árbitro hace para chequear si sus sesgos se modificaron con posterioridad a la veda. Los tiros de penal y las tarjetas amarillas y rojas pueden alterar significativamente el curso de un partido: si los árbitros han cambiado su modo de tratar a los grandes equipos con relación a los demás equipos luego de la veda, ello sugeriría que el sesgo de los árbitros es en parte responsable por el mayor declive en la performance de los equipos grandes cuando juegan de visitante. La variable más importante para analizar son los tiros de penal, dado que es muy probable que terminen en gol. Para los equipos que no forman parte de los “Cuatro Grandes”, la relación entre los penales que les cobraron a favor en partidos de local y de visitante y los penales que les cobraron en contra en partidos de local y de visitante no cambia demasiado después de la veda (menos del 15%). Para los “Cuatro Grandes” la situación es distinta: la proporción de penales cobrados a favor aumentó a más del doble, y la proporción de penales cobrados en contra aumentó casi en un 40%. Para probar que el sesgo del árbitro cambió respecto de los “Cuatro Grandes” deberíamos esperar que la proporción de penales a favor se incrementara (esto es, más cantidad de penales cobrados a favor en los partidos de local y menos penales cobrados a favor en los partidos de visitante) pero también deberíamos esperar que la proporción de penales en contra se disminuyera (menos penales cobrados en contra en partidos de local y más penales cobrados en partidos visitantes). Mientras que la información sobre penales
  • 44. indica que el tratamiento de los árbitros a los equipos que no forman parte de los “Cuatro Grandes” no cambió luego de la prohibición, es ambigua respecto del tratamiento que recibieron los “Cuatro Grandes”: su performance de visitante se vio negativamente influenciada en términos de penales cobrados a favor, pero positivamente impactada en términos de penales cobrados en contra. La información relativa a las tarjetas amarillas y rojas tampoco ofrece evidencia de un incremento en el sesgo de los árbitros para el caso de equipos grandes en su rol de visitante. Dado que el sesgo del árbitro no parece haber cambiado, la siguiente hipótesis nos lleva a considerar que la hinchada visitante ha tenido un impacto directo en los jugadores durante un partido; esto podría deberse al impacto positivo de la hinchada sobre sus propios jugadores, o al impacto negativo de la hinchada sobre los jugadores del equipo rival, o una combinación de ambos. A los fines de esta tesis, sin embargo, no resulta de importancia crucial determinar el mecanismo que llevó a que los equipos grandes fueran los más afectados. Futuras investigaciones sobre este tema podrán proporcionar una respuesta más concluyente a esta cuestión. Penales en la Primera División 2012-13 A favor local A favor visitante Índice En contra local En contra visitante Índice 4 Grandes 11 9 1,22 13 11 1,18 Otros 41 31 1,32 29 40 0,73 2013-14 4 Grandes 17 5 3,4 8 5 1,6 Otros 37 31 1,19 30 47 0,64 Gráfico 3.5. Penales cobrados a favor y en contra.
  • 45. Tarjetas amarillas y rojas en Primera División 2012-13 Amarilla Local Amarilla Visitante Roja Local Roja Visitante Amarilla Porcentaje Roja Porcentaje 4 Grandes 172 201 9 21 0.86 0,43 Otros 726 781 50 70 0.93 0,71 2013-14 4 Grandes 188 205 9 12 0.92 0.75 Otros 710 818 51 67 0.87 0.76 Antes de concluir que los equipos grandes fueron los más perjudicados por la prohibición, existe otro impacto de la prohibición que vale la pena mencionar debido a la influencia indebida que tiene sobre los equipos más chicos. El efecto se relaciona con la venta de entradas, y fue discutida con el periodista deportivo Diego Borinsky. En la Argentina, se entrega una cierta cantidad de entradas a los equipos visitantes, con el producido de la venta de entradas del equipo local. Los equipos más pequeños, que nunca lograron aproximarse a llenar sus estadios con sus propios hinchas, se veían muy beneficiados cuando uno de los equipos grandes venía a jugar de visitante a sus estadios porque estos partidos les atraían un gran número de simpatizantes, lo que se traducía en altos ingresos para el equipo local. Después de la veda, esta fuente de ingresos desapareció para los equipos más chicos. A pesar de no existir datos sólidos sobre la proporción del ingreso preciso que este tipo de venta de entradas generó para los equipos más chicos, está claro que se trató de un número significante. Después de todo, la venta de entradas es en general muy importante para los equipos chicos, dado que éstos en general no se benefician de lucrativos contratos con sponsors ni del alto valor de los pases en la venta de sus jugadores. Tratar de comparar este efecto financiero explícito sobre los equipos más Gráfico 3.6. Tarjetas amarillas y rojas.
  • 46. pequeños contra el efecto negativo en el desempeño de los equipos más grandes no tendría sentido. Sin embargo, esto sigue siendo una consecuencia importante de la veda, y puede haber afectado las posibilidades de los equipos más chicos de no ser relegados. Distribución de Puntos Otra cuestión de interés involucra analizar si la estructura de la liga en sí misma se vio afectada por la prohibición. En particular, podemos examinar si la distribución de puntos se modificó de manera significativa. Podemos partir de la base de que los puntos deben seguir una distribución normal: en otras palabras, existen unos pocos equipos excepcionalmente buenos, unos pocos equipos excepcionalmente malos y muchos equipos mediocres. Una breve mirada al resumen de estadísticas para las tres temporadas anteriores a la veda parece conformar este punto. Sin embargo, el resumen de estadísticas de la temporada inmediata siguiente a la veda no parece indicar un desvío de la normalidad, siendo el número promedio de puntos muy cercano al promedio. Resumen de Estadísticas 2010-11 2011-12 2012-13 2013-14 Puntos mínimos 33 22 24 33 Puntos máximos 69 76 74 61 Rango 36 54 50 28 Media 51,05 50,7 50,5 50,85 Mediana 51 50 49.5 52 Desvio estándar 8,93 12,06 12,54 8,82 Una mirada a los histogramas revela diferencias que no resultan evidentes al mirar solamente los números. La distribución de la temporada 2013-14 resulta mucho menos normal que la distribución de las tres temporadas anteriores a la veda; de hecho, parece ser trimodal. El test de Shapiro-Wilk para contrastar la normalidad nos puede indicar si esta diferencia visual tiene significancia estadística. El test de Shapiro-Wilk opera bajo la Gráfico 3.7. Estadísticas de puntos.
  • 47. presunción de que población bajo análisis está distribuida de manera normal; por lo tanto, un valor -p menor al nivel elegido de significancia nos proporciona evidencia de que la distribución no es normal. En el caso de las cuatro temporadas bajo análisis, el test de Shapiro-Wilk no es ambiguo: en las tres temporadas anteriores a la veda, no podemos rechazar la hipótesis nula; en la temporada que siguió a la veda, la hipótesis nula es rechazada (p < .05). Este resultado indica que las distribuciones de puntos en las tres temporadas previas a la veda estaban distribuidas de manera normal, mientras que la distribución de puntos en la temporada posterior a la veda no lo estaba. Si bien un desvió de la normalidad es un resultado interesante, es necesario examinar qué puede esto significar exactamente para la liga. El mero hecho que la distribución de puntos difiera para la temporada 2013-14 no ofrece ninguna hipótesis sobre qué es lo que ha cambiado. La manifestación más probable de esta distribución diferente de puntos parece derivar de un aumento en la competitividad. La diferencia entre el mejor y el peor equipo de la temporada 2013-14 es mucho menor que la misma diferencia en las temporadas anteriores – 28 puntos, comparados contra los 50 puntos de la temporada 2012-13. La desviación estándar de la temporada 2013-14 también es menor que en las temporadas anteriores, a pesar de no resultar de relevancia estadística de acuerdo con un test-F. Sin embargo, es la distribución trimodal la que ofrece la mejor evidencia del aumento de la competitividad: ahora hay más equipos más cerca de la punta de la tabla (luchando por el campeonato y la clasificación para torneos internacionales), y también hay más equipos en el fondo de la tabla (peleando para no caer en la segunda división). Los tres equipos en el tope de la tabla de posiciones estuvieron a un punto de diferencia en la temporada 2013-14; en las tres temporadas anteriores a la veda, esta diferencia era de al menos cinco puntos. Similarmente, los equipos al final de la tabla
  • 48. estaban separados por cuatro puntos en la temporada 2013-14; mientras que en las tres temporadas anteriores a la veda esta diferencia fue de al menos nueve puntos. Una interpretación sobre este aumento de la competitividad surge del efecto desproporcionado que la veda tuvo sobre los equipos más grandes. Los equipos más grandes tienden a tener mejores posiciones que los equipos promedio; al menos uno de los “Cuatro Grandes” está generalmente peleando por el campeonato. Dado que la veda afectó más a los “Cuatro Grandes” (que estaban mejor que los demás en un principio), esto en efecto niveló el campo de juego, luego de la imposición de la veda, le resultó más difícil a un equipo grande el lograr una cantidad de puntos insalvable en el tope de la tabla de posiciones, dado que su performance en los partidos visitantes se vio severamente entorpecida. Por el otro lado, al jugar de locales, los equipos más flojos tenían mejores chances contra los “Cuatro Grandes”, por lo que tenían mayores posibilidades de obtener más puntos. Esta combinación lleva a una competencia más compacta en la liga. Gráfico 3.8. Distribuciones de puntos.
  • 49. Para resumir, en tanto política pública, la prohibición de ingreso de hinchas visitantes no alcanzó su objetivo de reducir la violencia y el hooliganismo en el futbol, por lo menos de acuerdo a lo que surge de la información disponible. A pesar de ser inefectiva en su propósito manifiesto, esta política tuvo consecuencias no previstas a nivel de equipos: los equipos grandes fueron más afectados de manera negativa, y la liga considerada en su conjunto se tornó más competitiva. En el próximo capítulo analizaremos el impacto de la veda en los simpatizantes individuales.
  • 50. Capítulo 4: Concurrencia a los estadios En todo análisis de políticas públicas es necesario identificar y evaluar los beneficios contra los costos. En el caso de la veda de hinchadas visitantes, en el capítulo anterior vimos que sus beneficios esperados no se materializaron en la práctica. En este capítulo nos concentraremos en los costos de esta política pública. El costo primario es la satisfacción que los hinchas visitantes ya no pueden recibir por ir a ver a su equipo. Los cambios en la conformación del público nos proporcionan una buena manera de medir esta pérdida de satisfacción. La teoría económica trabaja bajo la presunción que indica que los consumidores individuales maximizan su utilidad. Si la compra de un buen producto o servicio trae un beneficio que excede su costo, entonces el individuo va a consumir ese producto o servicio: esta es la noción del excedente del consumidor. El escenario de ir a un partido de futbol es un poco más complejo en virtud de la presencia de la incertidumbre. A pesar de ello, podemos afirmar de modo general que los beneficios esperados deben al menos ser equivalentes a los costos esperados. Existen muchos factores que pueden influir en el hincha para ir a ver a su equipo en terreno visitante; estos factores incluyen, pero no se limitan a: el costo de la entrada y del traslado, el día de la semana en que se juega, la performance del equipo en los enfrentamientos anteriores recientes, la participación de jugadores estrella y la importancia del partido. En cualquier caso, al concurrir a ver al equipo en cancha visitante, el simpatizante nos revela que los beneficios esperados por ir a ver al equipo son al menos tan altos como los costos derivados de ese accionar. Cuando se elimina la posibilidad de ir a los partidos cuando el equipo juega de visitante, los posibles candidatos a ver el partido no pueden atribuirse excedente del consumidor. Pero aquí no termina el tema: también hay hinchas locales que pueden ir a
  • 51. ver un partido luego de la veda que no hubieran ido a la cancha antes de la veda. Esto puede deberse a la disminución de los costos (por ejemplo, se perciben menores posibilidades de violencia y hooliganismo) o por mayores beneficios esperados (mayores chances de ganar). Por lo tanto, puede ser posible que estos hinchas locales estén recibiendo el excedente del consumidor de los potenciales hinchas visitantes. Idealmente, la información sobre la concurrencia a los partidos debería estar separada entre los simpatizantes locales y visitantes para tener un análisis más preciso. Lamentablemente esto no es posible dado que el dato no se encuentra disponible. Está ampliamente aceptado en la Argentina que los hinchas visitantes fueron históricamente un tercio de los hinchas en el estadio, por lo que resulta poco probable que un incremento en la cantidad de hinchas locales pueda haber sustituido este amplio descenso de la concurrencia visitante. Concurrencia a los partidos de la Primera División 2012-13 2013-14 Concurrencia promedio Concurrencia total Concurrencia promedio Concurrencia total 21.280 8.076.800 18.486 6.991.500 Entre las temporadas 2012-13 y 2013-14 la concurrencia total a partidos disminuyó en un 13%. Si tomamos en cuenta la concurrencia para los 17 equipos que compitieron en ambas temporadas, la asistencia total cayó un 16%. Si asumimos que la concurrencia visitante fue el 33% de la asistencia total de la temporada 2012-13, esto nos sugiere que un incremento en la concurrencia de hinchas locales luego de la veda dio cuenta de casi la mitad de la disminución que produjo la salida de hinchas visitantes. Esto no resulta suficiente para impedir una disminución sustancial en la concurrencia a los Gráfico 4.1. Cambio en la cocurrencia total entre 2012-13 y 2013-14 (Football-Lineups).
  • 52. partidos de la liga considerada en general. Algunos equipos se vieron fuertemente afectados: por ejemplo, la concurrencia de Arsenal de Sarandí bajó un 71%, la de Quilmes un 45%, y la de Atlético Rafaela bajó un 42%1 . En general, esto afectó más a los equipos con menor base de simpatizantes – un resultado previsible dado que las hinchadas visitantes posiblemente conformaron una gran parte de la concurrencia a los partidos de local de estos equipos en la temporada 2012-13. Que los equipos con una base de simpatizantes fueron menos afectados explica la razón por la cual la disminución media entre equipos (21%) es mayor que la discusión del 13% en el total de la concurrencia de la liga. De hecho, solo 3 equipos (de los 17 que jugaron en la primera división en ambas temporadas) vieron aumentada la concurrencia en sus partidos de local luego de la veda. El incremento más notable (12%) es el de Boca Juniors, del que puede decirse es el equipo más popular de la Argentina. Esto se debe posiblemente al hecho de que Boca Juniors mostró una performance particularmente pobre en la segunda mitad de la temporada 2012-13; su juego mejoró muchísimo en la temporada siguiente, lo que posiblemente trajo de vuelta a muchos hinchas que habían dejado ir a los partidos durante el período de mala performance. Hasta aquí, el análisis sugiere que los simpatizantes locales no sustituyeron completamente la ausencia de hinchas visitantes. En términos económicos, el excedente del consumidor perdido por los potenciales hinchas visitantes supera al excedente del consumidor ganado por los hinchas locales que no hubieran concurrido al partido antes de la veda. Este análisis puede formalizarse gráficamente para arrojar un estimado en dólares del excedente del consumidor perdido. Para esto se necesitan dos tipos de 1 Los números que reflejan los cambios en la concurrencia para los equipos se acompañan en el Anexo.
  • 53. información: el precio promedio de la entrada al partido y la concurrencia promedio por partido. Dado que los precios de las entradas los establece la AFA, el precio promedio es el único precio: aproximadamente USD 12 para la temporada 2012-13 y USD 10,25 para la temporada 2013-14. Cabe hacer notar que estos valores fueron convertidos de pesos argentinos y ajustados por la variación del tipo de cambio; el valor de las entradas aumentó nominalmente en pesos entre las temporadas, pero disminuyó en términos reales luego del ajuste (los precios no siguieron el ritmo de la inflación). Si bien la concurrencia total a los partidos está disponible, como explicamos más arriba, es necesario estimar la concurrencia de hinchas visitantes. Se asume que las hinchadas visitantes constituyen un tercio de la concurrencia total a los estadios antes de la veda. Debemos realizar dos simplificaciones necesarias antes de proseguir. Las mismas se refieren a la naturaleza de las curvas de oferta y demanda. En primer término, se asume que la oferta es perfectamente elástica. Esto debido a que solo una muy pequeña porción de los partidos se jugó con entradas agotadas; en general, la cantidad de entradas vendidas solo se vio restringida por la demanda de las mismas. En segundo término, la curva de demanda se asume como una línea recta: el intercepto –y se determina en base a asumir que un 100% de disminución en la asistencia es causada por un 100% de incremento en el precio. Debe notarse que se trata de un presupuesto conservador; considerando la cantidad de hinchas apasionados, es posible que para reducir la demanda a cero sería necesario más que doblar el precio de la entrada. Con estos supuestos establecidos, podemos diagramar el mercado para las entradas a los partidos.
  • 54. De la temporada 2012-13 a la temporada 2013-14 el excedente total se redujo a USD 11.180.000 – un declive superior al 20%. Para calcular este número, debemos multiplicar el excedente del consumidor de cada grafico (representado por la zona sombreada) por 380, dado que se juegan 380 partidos por temporada. Es importante destacar que esta diferencia no depende del número supuesto de hinchas visitantes, dado que el precio de las entradas es igual tanto para hinchas visitantes como para locales. El solo hecho de que la concurrencia descendió lleva a la disminución del excedente. Este estimado de perdida de excedente de consumidor debería servir como límite inferior dado que es posible que la elasticidad de la demanda de entradas para hinchas visitantes sea más baja que la elasticidad de la demanda para entradas de equipos locales – aquellos simpatizantes que ven a su equipo favorito jugar de visitante tienen menos alternativas que los que ven al equipo jugar de local (en general debido a que muchos hinchas visitantes viven en otras ciudades y tienen menos oportunidades de ver a su equipo jugar. Gráfico 4.2. En la temporada 2012-13, el excedente del consumidor para los hinchas locales fue de $31.920.000. Para los hinchas visitantes, el excedente del consumidor fue de $15.960.000. El total del excedente del consumidor generado fue de $47.880.000. En cada gráfico, la cantidad (el número de aficionados por partido) surge de tomar el promedio de asistencia por partido de la temporada (aprox. 21.000) y asumiendo que los hinchas visitantes resultan ser 1/3 de ese número. 140000 4000 8000 26 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 Hinchas visitantes por partido Preciodeentradaporpartido(USD) D O 280000 10,000 20,000 26 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 Hinchas locales por partido Preciodeentradaporpartido(USD) D O
  • 55. Si este fuera el caso, entonces el excedente del consumidor derivado de los hinchas visitantes sería mayor que el estimado más arriba. Por ejemplo, si la elasticidad de la demanda de entradas para partidos en cancha visitante fuera de 0,5 (en vez del 1 que presupusimos), el excedente del consumidor derivado de los hinchas visitantes se duplicaría de USD 15.960.000 a USD 31.920.000. Esto además más que duplicaría el excedente total perdido como resultado de la veda. Una limitación de este análisis es que solo compara el impacto inmediato sobre la concurrencia a los estados. Una posibilidad es que la concurrencia local se haya incrementado aún más en la temporada siguiente a la temporada 2013-14. Esto tendría sentido bajo el presupuesto de que algunos simpatizantes tomaron la temporada 2013- 14 como un período de prueba; los simpatizantes podrían usar esta temporada para evaluar qué tanto disfrutaron de ir a ver partidos sin hinchadas visitantes. Si más simpatizantes llegan a la conclusión de que les gusta más de esa manera, entonces irían a más partidos en la temporada siguiente, efectivamente incrementando en efecto de sustitución de los hinchas visitantes. Este parece ser un camino para analizar. Mientras que la temporada de transición 2014, que siguió a la temporada 2013-14 y también se jugó sin hinchadas visitantes, fue menor en duración que la anteriores, hubo 60 partidos que se jugaron en las temporadas anteriores y posteriores a la veda y de los cuales hay información disponible. El número Gráfico 4.3. En la temporada 2013-14, con solo hinchas locales permitidos asistir, el excedente del consumidor fue de USD $36.708.000. 368000 12,000 24,000 20.5 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 Hinchas locales por partido Preciodeentradaporpartido(USD) D O
  • 56. total de espectadores de estos partidos se incrementó en un 4% (de 1,16 millones a 1,2 millones) entre las temporadas, dando cierto crédito a la hipótesis que los hinchas locales incrementaron la sustitución de los hinchas visitantes en las temporadas siguientes. Sin embargo, no debería tomarse como evidencia que ese incremento se debe de manera única a esta hipótesis: como se explicara más arriba, hay muchos factores que concurren a la decisión de un hincha de ir a ver un partido. Esto se ve ilustrado en que la concurrencia total a los 298 partidos jugados en las temporadas 2011-12 y 2012-13 (cuando se permitían hinchas visitantes) se incrementó en un 2,5% -y esto obviamente no tenía relación con la ausencia de hinchadas visitantes. En un intento de desentrañar si este incremento en la concurrencia de hinchas locales luego de la veda puede atribuirse a la ausencia de hinchas visitantes, construiremos una regresión lineal. Como se mencionara con anterioridad, existe literatura substancial que se concentra en modelar la concurrencia para los eventos deportivos y para el futbol en particular. Esto resulta de interés para los economistas porque las regresiones que modelan concurrencia pueden interpretarse como funciones de la demanda. Existe, sin embargo, una diferencia fundamental entre la mayor parte de la bibliografía referida a la concurrencia y el objetivo de esta regresión: esta regresión pretende modelar un cambio en la concurrencia (por un partido determinado jugado en varias temporadas) más que solo en el aspecto de la concurrencia. Como tal, las variables explicativas serán variables que pueden razonablemente cambiar durante las distintas temporadas. Debe notarse que una variable explicativa común, el precio de la entrada, no se incluye por falta de datos. Los porcentajes de asistencia en los modelos de regresión lineal cambian para un partido dado. El propósito de la regresión es determinar cuánto (si es que algo) la veda
  • 57. incrementó la asistencia de simpatizantes locales en la segunda temporada siguiente a la veda. La regresión se diseñó de modo tal que los efectos fijos en el equipo se controlan debido a las restricciones en las observaciones: solo se incluyen partidos que se jugaron en las dos temporadas anteriores a la veda (2011-12 y 2012-13) y en las dos posteriores (2013-14 y Transición 2014). Existe un total de 48 observaciones (cada observación es un par de partidos jugados entre los mismos equipos) y se incluyen 11 equipos en el análisis. A fin de capturar el efecto que producen en la concurrencia los cambios en la calidad del juego del equipo, se utiliza el cambio en la probabilidad de triunfo del equipo local, como en Peel y Thomas (1988). Esta información fue obtenida de las cuotas de apuestas listadas en Betexplorer, que representa el promedio de las cuotas de triunfo local listadas por varios corredores de apuestas. Para calcular la probabilidad implícita de un triunfo local, simplemente necesitamos tomar la inversa de la cuota de triunfo local; por lo tanto, si la cuota de triunfo local se listó como 2, eso quiere decir que la probabilidad implícita de un triunfo local es 1/2, o 50%. La interpretación de la variable es directa: un valor de 0,01 indica que el equipo local ha incrementado su probabilidad de ganar por un punto porcentual relativo a la temporada anterior. Otra variable que representa la calidad del equipo usa el cambio en la posición final del equipo en la tabla de posiciones de la liga. Los valores positivos para esta variable indican que el equipo ha terminado la temporada en una posición más alta que en la temporada anterior. Para finalizar, debemos analizar los factores ambientales (variables exógenas no relacionadas con la calidad del equipo) que pudieron haber cambiado entre las temporadas. Ejemplos de dichas variables incluyen cambios en el clima, estación del año, y día de la semana. Debido a limitaciones para la recolección de datos, el cambio en el día de la semana (día de semana a fin de semana y fin de semana a