1. Los niños y la consulta al psicólogo
Cada vez es más habitual que los padres requieran una ayuda de los profesionales para orientarse
con relación a la pautas a seguir con los hijos, sobre todo, si éstos presentan problemas de conducta,
o bien, si como padres deben afrontar cambios que afectan la vida de sus hijos.
Los síntomas más habituales padecidos en la actualidad por los niños, siendo además los que más
preocupación generan en los padres, se manifiestan en el ámbito escolar (fracaso reiterativos y
dificultades en el aprendizaje, hiperactividad y dificultad de atención), en la dependencia y
cautividad relacionada con los nuevos objetos de la tecnología (ordenador, móviles, televisión,...) y
en la alimentación.
Por otra parte, a la consultas del pediatra llegan con bastante frecuencia niños con estados de
angustia, ansiedad o tristeza que, adecuadamente, son remitidos al psicólogo. Normalmente, las
edades de consulta van desde los 4 años hasta los 15 ó 16 años, aunque también se pueden presentar
síntomas en niños de menor edad.
Al ser los padres quienes realizan la consulta -y no directamente el propio niño-, la consulta se torna
un tanto más compleja. Por tanto, es necesario valorar y distinguir entre el sufrimiento de los padres
y el que verdaderamente aqueja al niño.Si la conducta de un niño es reiterativa e inquieta a los
padres, es preferible realizar una consulta que permita detectar cuál es el problema, evitando pensar
que se resolverá con el tiempo.
Efectuar esta consulta no es un asunto sencillo para los padres. En general, cuando se tratan
problemas, trastornos o síntomas que padece el niño, los padres son quienes en primer lugar se
sienten concernidos, cada uno de un modo diferente. Sin embargo, es muy frecuente que los
motivos que llevan a unos padres a realizar la consulta no coincidan con los que pueda expresar el
propio niño.
Por esa razón, es importante que los padres tengan en cuenta algunas cuestiones:
• Existe una falsa creencia que considera que los problemas de los niños son más simples que
los de los adultos. Aunque resulte sorprendente, los niños están capacitados para hablar de lo
que les pasa, de su sufrimiento y de encontrar por sí mismos, con la ayuda de un profesional,
la solución a su malestar.
• No siempre está claro que un niño necesite una psicoterapia. Es el profesional quien después
de escuchar a los padres puede valorar si es necesario realizar una entrevista con el niño y si
es necesario que realice una terapia.
• Para ello, es importante detectar cuáles son las circunstancias familiares que pueden estar
interviniendo en el sufrimiento del niño. A veces, es suficiente que asistan a la consulta sólo
los padres para recibir ayuda sobre cómo tratar los motivos que pueden intervenir en la
problemática del hijo. Muchos problemas se resuelven cuando los padres han sabido
plantear donde está la raíz del problema.
En cualquier modo, es muy importante no obligar a un niño a ir a ver a un psicólogo si él no quiere.
Sin embargo, hay situaciones que pueden alimentar las razones de este rechazo y que ha de ser
discernido en cada caso:
• Puede que no tenga problemas, y que los padres guiados por sus propias experiencias y
vivencias en la infancia estimen que los problemas de su hijo sea una repetición de lo que les
sucedió a ellos.
• Puede que exista algún problema pero el niño no sufre. Por ejemplo, los padres están muy
inquietos, justificadamente, por su fracaso escolar pero al niño no le afecta.
• El niño no se siente concernido por lo que le pasa, porque esta habituado a que sus padres
decidan o se anticipen a determinar lo que le sucede sin contar con él.
2. • La situación es confortable para él, nunca ha sido sancionado ni reprimido. En este caso, los
padres se sienten culpables y se imaginan que ellos son la causa del problema.
• El niño/a puede sentir que su síntoma es necesario para el equilibrio familiar, y no quiere
curarse porque siente que sostiene y evita que alguno de los padres enferme, por ejemplo,
caiga en una depresión.
• Lo importante es que los niños pueden tener problemas, sufrir por ello y no saber cómo
pedir ayuda. A veces, el síntoma de dicho malestar puede manifestarse en la manera de pedir
dicha ayuda. Es importante que los padres estén atentos y escuchen a sus hijos. Si la
conducta de un niño es reiterativa e inquieta a los padres, es preferible realizar una consulta
que permita detectar cuál es el problema, evitando pensar que se resolverá con el tiempo.
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/psicologia/san005143wr.html
3. El estrés en el futbolista de élite
La gran mayoría de los futbolistas de la alta competición sufren psicológicamente la presión, a
menudo excesiva, de los medios de comunicación, del miedo a la frustración de las expectativas y
del agotamiento por el alto número de competiciones vigentes.
Esta realidad se sitúa justo en el otro extremo de los recientes casos protagonizados por jugadores
de importantes clubes nacionales de conducta excesivamente relajada a nivel profesional.
De los colores a la marca. El fútbol siempre ha sido emocional, ha conmovido a ¿las masas¿ pero,
además, en la última década ha vivido la eclosión de su dimensión mediática. En los últimos años,
el fútbol ha pasado en los medios de comunicación de ser noticia a ser espectáculo.
Por otra parte, la emoción de los terrenos de juego se ha ampliado hacia la fidelidad a una marca.
Los grandes clubes lo saben bien: el fútbol es juego, son los colores, y también es negocio. De ahí,
que los estímulos que provocan las emociones de los hinchas no provengan tan sólo de los
resultados del equipo sino también del mercado.
Pero los hinchas y aficionados no son los únicos ¿afectados¿ por esta realidad mediática y
comercial que vive el mundo del fútbol. Obviamente, los jugadores son piezas claves en este
entramado de marcas globales y omnipresencia mediática. De hecho, en la mayoría de los casos,
ellos son los rostros y las voces de las marcas, así como el espejo en el que se proyectan las
expectativas de los aficionados (que previamente han sido influenciados por el bombo y platillo
marketiniano y audiovisual).
En los siguientes párrafos veremos cómo este rol afecta psicológicamente a los futbolistas,
considerados socialmente como deportistas de élite. Previamente, esbozaremos las líneas maestras
de la psicología del deporte así como del entrenamiento psicológico.
La psicología aplicada al fútbol profesional"Problemas como el estrés, el agotamiento, los
trastornos alimenticios o las fobias son comunes entre los futbolistas de élite. La desmotivación,
como primera consecuencia de dichos problemas, puede hacer que los futbolistas jueguen sin
ilusión, lo que va en detrimento del espectáculo, del propio juego y de la emoción".
Psicología del Deporte
Muchos hinchas se preguntarán cuál es el fin de la atención psicológica a la plantilla de jugadores
de fútbol. Básicamente, podría concretarse en dos funciones: ayudar a los deportistas a mejorar su
rendimiento deportivo, y colaborar en el desarrollo psicológico del individuo desde la comprensión
de su actividad profesional.
De este modo, se investigan los fundamentos psicológicos de las capacidades motrices, del
entrenamiento y de la competición, y se profundiza en las características de la personalidad del
jugador.
Con estos objetivos, la psicología del deporte trabaja fundamentalmente en el control y dominio de
cuatro ámbitos:
• La tensión (referida al control de la ansiedad antes, durante y después de la competición).
• La concentración.
• La confianza (en el entorno de las capacidades y posibilidades propias del deportista).
• La motivación.
El entrenamiento psicológico
Ya lo decía Johan Cruyff "no basta con entrenar fuerte, hay que entrenar inteligentemente". De
hecho, el objetivo del entrenamiento psicológico pretende la preparación mental de los deportistas,
4. maximizando tanto la capacidad de concentración de los mismos como el incentivo de sus
motivaciones.
Según afirma H.M. Valdés, autor del libro La preparación psicológica del deportista, el
entrenamiento psicológico, aplicado en este caso al fútbol, "es un proceso pedagógico para
incrementar el rendimiento deportivo mediante el desarrollo de un control efectivo sobre las
variables de orden psicológico relacionadas con el logro futbolístico, formando además recursos y
cualidades útiles para el desempeño del futbolista en otros ámbitos de su vida".
A este respecto, el entrenamiento psicológico, que debe estar integrado junto a los entrenamientos
físico, táctico y técnico, suele estar basado en una planificación que aborda los siguientes ámbitos:
pretemporada, prepartido/partido/post-partido, y preparación competitiva, que es permanente y
cíclica. "El gran logro que tiene pendiente aún la psicología deportiva es hacerse notar como
medida preventiva".
Estrés y otros trastornos del futbolista de élite actual
Hoy día, en un mundo deportivo cada vez más internacional, más global, y ante la responsabilidad
de los jugadores de representar la marca respectiva que es su club y de ser vistos socialmente como
modelos de conducta, los futbolistas están más expuestos que nunca al miedo más común de los
deportistas de élite: el miedo al fracaso.
Por otro lado, el citado entorno mediático y comercial que rodea actualmente al fútbol conlleva un
alto número de encuentros en las diferentes competiciones vigentes a nivel nacional e internacional.
Esta situación hace que los futbolistas soporten mucha presión, que se encuentren en ocasiones al
límite físico, que caigan en el sobrentrenamiento y, por tanto, en lesiones.
Por ello, problemas como el estrés, el agotamiento, los trastornos alimenticios o las fobias son
comunes entre los futbolistas de élite. La desmotivación, como primera consecuencia de dichos
problemas, puede hacer que los futbolistas jueguen sin ilusión, lo que va en detrimento del
espectáculo, del propio juego y de la emoción. De este modo, y en un segundo nivel, la depresión y
la ansiedad están a la vuelta de la esquina, lo que implicaría la inactividad temporal del jugador
afectado.
En los casos de depresión y ansiedad nadie pone en duda la necesidad de una asistencia psicológica,
es obvia. El gran logro que tiene pendiente aún la psicología deportiva es hacerse notar como
medida preventiva. Es decir, hacer ver al mundo del fútbol profesional y a la sociedad en general la
idoneidad y la necesidad del trabajo psicológico previo individual y colectivo, que puede llegar a
evitar situaciones de trastornos psicológicos.
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/psicologia/san005140wr.html
5. Manejo de la ira
MANEJO DE LA IRA Y LAS MANIFESTACIONES DE ENFADO Y CÓLERA
Es muy probable que usted haya experimentado el sentimiento de ira o manifestaciones coléricas en
algún momento de su vida. Es una emoción humana natural como la felicidad, la tristeza y el miedo,
y forma parte de todo ser humano. Sin embargo, hay personas que sufren episodios frecuentes e
intensos de ira, que interfieren seriamente en su vida diaria, desembocando en un comportamiento
destructivo. Entender la ira y empezar a manejarla es algo muy diferente.
• ¿Todo le produce ira?
• ¿Qué le molesta?
• Rojo de ira.
• La ira, cercana al peligro.
• Cálmese.
• Pasos a seguir.
¿TODO LE PRODUCE IRA?
Un estudio reciente realizado en Reino Unido revela que muchas personas creen que es un país en
el que abundan las personas que descontrolan su ira.
En España se piensa que puede suceder lo mismo. Más de una de cada diez personas admiten que
tienen un problema a la hora de controlar su ira, pero menos de uno de cada siete buscan ayuda para
solucionar el problema. Esto significa que, por regla general, la población no sabe manejar esta
emoción, lo que lleva a un detrimento de las relaciones familiares, el trabajo y el bienestar de las
personas que le rodean.
¿QUÉ LE MOLESTA?
Todo el mundo se enfada por diversas cosas. En la sociedad de hoy en día, tener prisa debido a los
horarios, fallos tecnológicos o relaciones turbulentas entre amigos, parejas o compañeros de trabajo
son fuentes comunes de ira. Aunque estas situaciones son modernas, la causa subyacente de la ira es
la misma hoy que hace siglos. Por ejemplo, se pondría furioso si tanto usted como su pareja
estuvieran ante una amenaza física, si ha perdido sus recursos o si alguien intenta destruir algo que
aprecia. La ira ha evolucionado para mantener su cuerpo y su mente estimulados y preparados para
la acción y para situaciones estresantes.
ROJO DE IRA
Cuando algo le hace enfadarse puede sentir diversas emociones. Estos sentimientos tienen un
impacto fisiológico directo en el resto de su cuerpo: el corazón comienza a latir más deprisa, la
presión sanguínea y la temperatura se incrementan, su ritmo respiratorio se acelera y comienza a
sudar más.
6. Cada persona expresa su ira de una forma diferente. Puede reaccionar inmediatamente ante
cualquier cosa que le provoque ira o reprimir sus sentimientos por completo. Es posible que
acumular ira sea la causa de que llegue a “explotar” cuando se encuentra frente a situaciones
dificultosas –muchas personas describen este sentimiento como “estar rojo de ira”.
Mucha gente es capaz de mantener su ira bajo control, pero si siente incapaz de controlar su
temperamento o si éste afecta a las personas que le rodean, debe consultar con su médico de
cabecera.
LA IRA, CERCANAAL PELIGRO
Los efectos físicos de la ira afectan a su salud a corto y largo plazo. Pasar por periodos regulares e
intensos de ira puede provocar problemas a diversos niveles :
• Digestión – puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la colitis ulcerosa
(inflamación y úlceras en las paredes del intestino delgado), gastritis (inflamación de las
paredes del estómago) o Síndrome del Colon Irritable.
• Sistema inmune –ser más propenso a infectarse por el virus de la gripe y recuperarse más
lentamente de accidentes u operaciones.
• Corazón y sistema circulatorio – puede incrementar el riesgo de sufrir una enfermedad
coronaria del corazón o un derrame cerebral.
• Salud mental –puede provocar depresión, adicción, autolesiones, compulsividad y u
comportamientos intimidatorios.
Si la ira le produce problemas es recomendable que siga un tratamiento, quizás incluyendo
medicación.
CÁLMESE
La vida puede llegar a ser, en ocasiones, estresante, siendo muy fácil que la presión a la que estamos
sometidos aumente. Debe intentar hacer pequeños cambios en su estilo de vida si sufre un problema
con el manejo de la ira. Por ejemplo, una carencia de ciertos nutrientes le pude hacer sentirse
irritable y débil. Trate de seguir una dieta sana y equilibrada, dormir las horas suficientes y darse a
sí mismo placeres o recompensas por acciones, actitudes y pensamientos positivos.
Además, no beba alcohol en exceso ni tome drogas ilegales (especialmente estimulantes, como las
anfetaminas y la cocaína) ya que incrementará el riesgo de desarrollar un problema a la hora de ser
capaz de manejar su ira.
Incluso cosas sencillas como darse un baño relajante, un paseo o leer un buen libro le pueden
ayudar. El ejercicio físico previene que la ira se acumule en su organismo y mejora su autoestima.
Trate de hacer cosas que le diviertan y le entretengan, como bailar o practicar footing.
PROGRAMAS DE AYUDA
Existen programas y sesiones diseñadas para personas que sufren episodios aislados de violencia, o
que tuvieron una actitud violenta en el pasado y ahora se sienten incapaces de realizar cambios en
su comportamiento. Puede seguir un tratamiento individual o en grupo, que le ayudará a superar y
vencer sus problemas de ira. Algunos programas duran unos días mientras que otros se alargan
durante semanas o meses.
AYUDA PROFESIONAL
La terapia cognitiva-conductual es un tipo de apoyo psicológico que ayuda a cambiar su forma de
pensar sobre ciertas situaciones y a comportarse y afrontar los problemas de otra forma. No se trata
de centrarse en su comportamiento del pasado, sino en concentrarse en diversas formas de mejorar
7. sus mecanismos para el futuro.
PASOS A SEGUIR
• Tranquilícese. Cuando comience a sentir que la ira comienza a crecer dentro de usted, pare y
recapacite por un momento. Esto el dará tiempo para reflexionar sobre la situación y
considerar cual es el mejor comportamiento para responder a la misma. Como se suele decir:
“Respire hondo y cuente hasta diez antes de hablar”.
• Márchese. Si se siente tan furioso que no puede hablar o considera que puede ser violento
con otra persona, lo mejor es marcharse de la situación. Trate de hallar qué le hace sentirse
furioso y así sabrá cuando debe dejar la situación a un lado.
• Resuelva problemas del pasado. Esto es importante en todo el sentido de la palabra. Si se
siente capaz de entender qué le hace sentir ira, podrá resolver temas pasados y prevenir que
este sentimiento vuelva a acumularse en el futuro.
• Sea constructivo, no destructivo. Cuando se encuentra irritado por algo, controle sus
emociones y cuente a la gente que se encuentra a su alrededor por qué está enfadado. Si
habla tranquilo y calmado y realiza peticiones antes que exigencias, los otros respetarán sus
argumentos y le escucharán.
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/psicologia/manejodelaira.html
8. ¿Qué es la psicología?
Es una ciencia muy joven y, a la vez, muy antigua que se ocupa de investigar todas aquellas
cuestiones que nos preocupan sobre nosotros mismos, nuestros sentimientos, nuestra percepción.
¿Qué motiva nuestro comportamiento?, ¿cómo funciona nuestra mente?, ¿por qué sufrimos?
¿Es una ciencia fiable?
Es importante tener en cuenta que de toda ciencia esperamos que arroje resultados exactos y
certeros. Sin embargo, la psicología es una ciencia que sabe que no va a obtener un saber exacto, al
contrario de como ocurre con la física y las matemáticas.
¿Qué queremos decir con esto? Pues que el ser humano no es como una máquina perfecta y exacta,
no es un ordenador al que introduciéndole una serie de datos va a arrojar exactamente lo que se
espera de él.
Existe en cada uno de nosotros una diversidad de factores internos y externos que impide que lo
humano se reduzca a la esencia de un objeto predecible y calculable. Es este aspecto humano el que
la psicología estudia y valora para alcanzar a comprender la conducta del hombre.
Si las personas no somos objeto de experimento, ¿cómo se investiga en psicología?
En este sentido, la psicología debe necesariamente recurrir a otros saberes que le permitan ordenar
el ‘puzzle’ que es el ser humano. Su laboratorio de estudio se compone de todos aquellos saberes
que estudian los distintos aspectos que intervienen en la constitución y desarrollo del ser humano:
antropología, biología, sociología, etnología, lingüística, filosofía.
La emigración puede ser el desencadenante, a veces traumático, de trastornos psicosomáticos
(trastornos de la alimentación: anorexia-bulimia, alcoholismo) y son muy frecuentes los estados
depresivos y de ansiedad crónica.
9. Existe en cada uno de nosotros una diversidad de factores internos y externos que impide que lo
humano se reduzca a la esencia de un objeto predecible y calculable. Más allá de todas estas
formulaciones teóricas que podemos encontrar en los abundantes manuales, has de saber que para la
psicología en cada persona se presentan de un modo indisoluble la dimensión biológica y la social.
¿Esto que significa? Pues que, a la hora de abordar cualquier trastorno psicológico, el
psicoterapeuta tendrá en cuenta los factores genéticos y los culturales, es decir, los que llevamos
incorporados al nacer y los que vamos adquiriendo a lo largo de la vida en nuestra relación con las
personas y con la sociedad. Es decir lo que nos viene determinado por nuestros antecesores, así
como por las experiencias que vivimos y que van organizando nuestra vida.
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/psicologia/san005147wr.html
10. Cómo controlar la ira
odos no sentimos furiosos en algún momento. La ira es una respuesta normal del ser humano
cuando se siente amenazado o frustrado. No obstante, si no se controla bien, puede convertirse en
un problema y poner en peligro tu carrera, tus relaciones y todos los aspectos de tu vida.
Para controlar una ira excesiva, debes aprender a expresar tus sentimientos de manera más
saludable, de modo que la ira se convierta en una reacción útil y controlada a las frustraciones
cotidianas.
1. ¿Qué es un problema de ira?
La ira es un estado emocional de intensidad variable, desde una ligera irritación hasta una furia
violenta. Al igual que otras emociones, se acompaña de cambios corporales, como un aumento de
los niveles de adrenalina y la aceleración de los latidos del corazón.
Algunas personas son capaces de expresar su ira de forma controlada y constructiva, mientras que
otras ‘explotan’ de modo agresivo e incontrolado, bien sea de inmediato o tras la acumulación de
muchos sentimientos. El resultado puede ser una conducta intimidante, violenta o amedrentadora
que pone en peligro a otras personas. La ira puede incluso culminar en autolesiones.
Si crees que tu ira está fuera de control y que está afectando a tus relaciones y a tu calidad de vida,
puedes mejorar cambiando el modo en que controlas tu sentimientos de ira.
Intenta expresar los sentimientos de enfado con seguridad, utilizando palabras lógicas y tranquilas,
en vez de recurrir a la violencia.
2. Ayúdate
Existen varias formas de controlar la ira. Debes hacer frente a tus sentimientos de ira y buscar un
modo mejor de expresarte. Para algunas personas resulta útil comprender porqué se ponen tan
furiosas.
3. Tranquilízate
Si sientes que te estás enfadando, no permitas que se acumule la ira hasta explotar de forma
violenta. Procura respirar profundamente desde el diafragma con respiraciones largas y lentas, para
que el corazón pueda latir más despacio. Mientras respiras, imagina un fuerte núcleo en tu interior.
Repítete palabras como ‘tranquilo’ o ‘relájate’ mientras respiras.
Después, concédete tiempo para pensar. En caso necesario, sal de la situación y busca a alguien para
hablar de ello, lo que te ayudará a calmarte. Intenta pensar de forma lógica en la causa de tu ira.
Piensa si se trata de un malentendido y si realmente estás enfadado por este motivo o por otro
distinto, como algún problema económico o personal.
4. Aprende a expresarte con calma
Intenta expresar los sentimientos de enfado con seguridad, utilizando palabras lógicas y tranquilas,
en vez de recurrir a la violencia. Si tienes una discusión acalorada, o temes que se produzca,
recuerda lo siguiente:
11. • Habla más despacio: piensa cuidadosamente lo que quieres decir.
• Procura pensar qué hay detrás de tu ira.
• Expresa con claridad lo que quieres y cómo puedes conseguirlo. Intenta utilizar frases como
“estoy enfadado contigo porque...”
• Escucha atentamente a la otra persona; no olvides que todo el mundo tiene derecho a tener
su propia opinión.
• Mantén la calma pese a tu enfado y al de la otra persona.
• Quizá te sientas ofendido porque te están criticando. Procura no desconcertarte y sigue
adelante.
• Ten paciencia y formula preguntas para llegar al meollo del problema.
• Intenta mostrarte seguro de ti mismo, en lugar de sarcástico o agresivo.
5. Comprende tu ira
Las personas enfadadas y agresivas deben asumir la responsabilidad de sus acciones; no sirve de
ayuda culpar a los demás. No obstante, recordar el pasado puede ayudarte a comprender porqué te
comportas con ira. Por ejemplo, si tus padres o algún familiar con influencia fueron un mal ejemplo
y tendían a resolver los conflictos con agresividad, es posible que no hayas aprendido a controlar la
ira de modo constructivo. Piensa en los patrones de ira que has aprendido y en cómo puedes
cambiarlos.
6. Cambia tu estilo de vida
Algunos aspectos de nuestro estilo de vida pueden empeorar los sentimientos de ira. Basta con
introducir unos pequeños cambios para obtener grandes beneficios:
• El ejercicio físico practicado de manera habitual te ayudará a evitar que la tensión se
acumule y te permitirá alejarte un tiempo de las tensiones cotidianas.
• Los ejercicios de relajación, como el yoga y la meditación, son útiles para liberar tensión de
forma sana y controlada.
• Si bebes alcohol, procura no superar el consumo diario recomendado de 2-3 unidades para
las mujeres o de 3-4 para los varones. El alcohol reduce tus inhibiciones, lo que puede
desencadenar una conducta violenta.
• Modifica tu entorno: busca alternativas a las situaciones que te causan estrés y déjate tiempo
libre para relajarte y desconectar.
• Aprende a expresar tus sentimientos, ya sea hablando con un amigo o desahogándote de
otras maneras, por ejemplo, de forma creativa a través de la pintura o la escritura.
7. Busca ayuda si tienes un problema a causa de tu ira
8. Ejercicios de reafirmación personal
Algunas personas necesitan más ayuda para solucionar su problema. Los servicios profesionales
podrán ayudarte a controlar mejor tu ira.
Los ejercicios de reafirmación personal enseñan a expresar los sentimientos y las necesidades con
calma y consideración, respetando a los demás. Resultan útiles cuando el problema implica una
dificultad para expresar la ira de modo constructivo. Procura no elegir libros ni cursillos centrados
en enseñar a las personas tímidas a utilizar su ira. Tu problema es muy distinto.
9. Asistencia psicológica
La asistencia psicológica puede ayudarte a estudiar los pensamientos y las conductas que se asocian
a tu ira. Existen varios tipos de asistencia psicológica: es conveniente que digas al posible asistente
que quieres aprender a controlar tu ira y que le preguntes los métodos que emplea.
10. Programa para controlar la ira
12. Existen programas más especializados, diseñados para personas que han tenido un episodio violento
aislado o que han sido violentas en el pasado y ahora se sienten capaces de cambiar. Algunos son
cursillos de un día o un fin de semana, y otros duran hasta ocho semanas.
Constan de sesiones individuales y de trabajo en grupo. En general, los participantes aprenden
reglas para controlar la ira, estudian los sentimientos y aprenden a expresar su ira con seguridad y
de forma sana. Consulta con tu médico de cabecera.
11. Conclusión
No puedes eliminar la ira de tu vida. Más tarde o más temprano, te encontrarás en una situación que
despierte tu ira. La clave para hacerle frente es asumir la responsabilidad de tus propias reacciones y
de tu conducta afrontando los sentimientos de ira con nuevos mecanismos y respuestas de control.
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/psicologia/san005146wr.html