Coaching: vemos barreras donde no las hay para evitar hacer lo que nos da miedo. Por esta razón la mayoría de nosotros somos reactivos y no proactivos.
Ante el maleficio de la crisis, los beneficios del coaching
Coaching: Los limites que nos ponemos
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Coaching : Los límites que nos
p o n e m o s y l a p r o a c t i v i d a d.
Por @Esther_Roche
Coaching: vemos barreras donde no las hay para evitar hacer lo que nos da miedo.
En Coaching, como ya muchos sabéis, intentamos apoyar a las personas para que
descubran sus propios recursos y también lo que en realidad les apasiona. También en
Coaching tenemos claro que, cuando vemos todos estos obstáculos, es en gran
medida derivado de nuestros miedos. Esta semana pasada hablaba con una amiga
sobre la falta de fe en uno mismo y cómo nos imponemos límites que percibimos como
insalvables a nosotros mismos. No daré su nombre real aquí, pongamos que se llama
Alicia.
Alicia no está en un proceso de Coaching. Diría yo que ni siquiera está preparada para
un proceso de Coaching. Alicia está en un proceso de búsqueda de trabajo porque en
breve finalizará su contrato con la empresa para la que trabaja. Todo comenzó cuando
le pregunté si tenía novedades respecto a entrevistas, etc. y además volví a recordarle
una de sus verdaderas pasiones, que no es la contabilidad (a lo que se dedica
profesionalmente desde hace años), sino la moda y el estilismo. Alicia tiene un gusto
exquisito para vestir y además le gusta “asesorar” informalmente a sus compañeras/os y
amigas/os. A continuación resumo nuestra conversación (que no es una conversación
típica de Coaching sino más bien de traspaso de conocimientos, por lo que en lugar de
denominarse Coaching sería más bien mentoring):
Esther: “¿No tienes novedades? ¿Entrevistas? ¿Algo? Tía, ¿por qué no te piensas lo de
hacerte asesora de imagen? ¿Has buscado info?”
Alicia: “Qué va, no he buscado nada… pero ahora está todo hasta arriba de estilistas…,
Roche… No creo que sobreviviera en ese mundo... Te lo digo yo…”
Esther: No, con esas ganas, lo dudo. Tienes razón. Ahora, una pequeña reflexión: ¿qué
habría sido de Ferrán Adriá si hubiese pensado que no merecía la pena montar un
restaurante porque ya hay muchos? ¿Qué sería de mí si pensase que hay miles de
coaches solamente en Madrid? ¿Qué habría pasado si Juan Roig hubiese tenido
suficiente con la carnicería que tenía? Etc, etecé, eteceeeeee
Alicia: Y ¿qué pasaría con todas esas personas que han visto sus sueños truncados… y
sus cuentas corrientes en números rojos? También se fracasa, eh…?
Esther: Todas esas personas que han visto sus sueños truncados,… hm, existen varias
explicaciones y varias posibilidades:
Esther Roche Polo
Coach Personal y Emprendedores
658810144 – http://end2endcoaching.es
2. Eran caprichos y no verdaderamente su pasión, por ello no pusieron los medios y
el esfuerzo necesario.
En caso de sí serlo, no supieron canalizarlo. No supieron trazarse un plan, prever
los obstáculos, etc.
No han sido realistas. Grandes soñadores se quedan en eso si no analizan sus
posibilidades y las de su entorno. No han analizado ni la realidad o la situación
presente ni han tenido en cuenta el futuro. Hay que saber cómo es la realidad,
realmente, y cómo vas a hacer para conseguir lo que quieres.
Han comenzado con ilusión pero sin organización. Ir andando el camino: error.
Plan, plan, plan.
Han tenido miedo en algún punto del trayecto y no han sabido superarlo.
Han fracasado sólo porque han tirado la toalla al 2º, 3er, 4º, 5º intento. Han
perdido la confianza en sí mismos.
En los 2º, 3er, 4º… intentos, lo hacen sin modificar nada, lo intentan haciendo lo
mismo. Si lo intentas de mil veces de igual forma, mil veces obtendrás el mismo
resultado. Es uno de los principales motivos de fracaso, lógico.
No hacen falta grandes inversiones para empezar un camino. Los que se quedan
en números rojos fallan en la planificación.
Bill Gates, Amancio Ortega, Steve Jobs, no son gente con suerte. Son gente que se lo ha
currado y se lo ha sabido currar. Han sido proactivos y han asumido la responsabilidad
en lugar de quejarse y dejar que la corriente les llevase. Precisamente ayer escribía yo
en mi presentación sobre la proactividad:
“Respecto a la suerte sólo quiero puntualizar un par de cosas. La actitud es
nuestra perspectiva personal de nosotros mismos y de nuestras circunstancias.
Nuestra visión de las cosas, nuestra disposición ante ellas. Muchas cosas afectan
nuestras actitudes: nuestro carácter, nuestro espíritu, nuestra autoestima, nuestra
confianza en nosotros mismos, la percepción de otros sobre nosotros y sus
expectativas…
Un indicador muy interesante acerca de nuestra actitud básica en la vida es
cómo pensamos acerca de la suerte, qué papel o función cumple la suerte en
nuestras vidas.
Los que aman lo que hacen suelen describirse a sí mismos como afortunados,
dicen que tienen suerte; así como quienes dicen tener suerte, suelen hacer lo que
les gusta. Y viceversa, la gente a quienes no les gusta lo que están haciendo con
sus vidas se consideran desafortunados. Esto me lleva a pensar que la suerte tiene
muchas más implicaciones que el mero azar, o la casualidad. No es sólo lo que
NOS OCURRE lo que hace la diferencia en nuestra vida, sino nuestra actitud
hacia aquello que nos ocurre. Porque DESCRIBIRNOS COMO AFORTUNADOS O
DESAFORTUNADOS SUGIERE QUE SOMOS SIMPLEMENTE LOS BENEFICIARIOS O LAS
VICTIMAS DEL AZAR.
Los llamados “high-achievers”, la gente de éxito, los triunfadores, a menudo
comparten ciertas actitudes entre ellos, como la tenacidad, la seguridad en ellos
mismos, el optimismo, la ambición… y la proactividad.
Esther Roche Polo
Coach Personal y Emprendedores
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3. La forma en que cada uno de nosotros percibimos nuestras propias
circunstancias, cómo reaccionamos ante ellas y cómo creamos y tomamos las
oportunidades que se nos presentan, dependen en gran medida en lo que
NOSOTROS ESPERAMOS DE NOSOTROS MISMOS.
William James, uno de los fundadores de la psicología moderna dijo: “El mayor
descubrimiento de mi generación es que el ser humano puede alterar su vida alterando su actitud
mental. Si cambias tu mente, puedes cambiar tu vida”.
Ante esta explicación… Alicia se quedó muda.
Esther Roche Polo
Coach Personal y
Emprendedores
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