El documento discute el tratamiento mediático del caso de La Manada y cómo los juristas trataban de explicar los términos legales durante los debates, pero a menudo eran interrumpidos con la frase "gracias por la lección de derecho". Esto socavaba sus explicaciones y reducía sus argumentos a simples monsergas. Además, la frase demuestra cómo la ignorancia ya no se avergüenza del conocimiento y se enorgullece de opiniones no informadas.
1. España is not Spain
Gracias por la lección de derecho
JUAN SOTO IVARS
El Confidencial, 06/07/2018
El tratamiento mediático del caso de La Manada se ha convertido en material de
tesis doctoral, así que aquí va esta pequeña observación
Aprovecho el calor para ver en cadena un montón de programas de debate sobre
La Manada en internet. Indago en cómo se ha manipulado el contenido de la
sentencia desde el minuto uno (con mi inestimable ayuda, desgraciadamente), y
encuentro algunas pistas. Por ejemplo, una constante en esos debates que
podríamos llamar cultural y que os voy a comentar. El tratamiento mediático del
caso de La Manada se ha convertido en material de tesis doctoral, así que aquí va
esta pequeña observación.
Cuando aparecían juristas en las tertulias de televisión, en general trataban de
justificar a los jueces. La calle exclamaba, a coro con la prensa, que era un
escándalo que no se condenase por violación a los agresores, así que los juristas
de la tele trataban de explicar que en el lenguaje jurídico no existe la 'violación',
sino que está escindida en 'abuso' y 'agresión', y que se llama 'prevalimiento' a lo
que la calle llama intimidación y violencia.
Argumentaban que 'intimidación' y 'violencia', en lenguaje jurídico, tienen un
plus de fuerza bruta que empeora la condena, y que por eso es importante la
figura del 'prevalimiento' para violadores que intimidan sin llegar a romperte un
brazo, puesto que los que pegan además de violarte merecen una condena más
dura. Una cosa bastante sencilla y de sentido común.
He examinado decenas de sentencias por abuso sexual con prevalimiento en la
página del Consejo General del Poder Judicial. Las condenas y el hecho son
parecidas a las de los miembros de La Manada. Se manda a chirona, por ejemplo,
a hombres que violaron a sus hijas valiéndose de su intimidante poder. Una
lectura comparada de sentencias demuestra que el prevalimiento es
exactamente lo que la calle y los blogs feministas llaman “violencia por
superioridad”, y que en cambio, cuando en las sentencias aparece la 'violencia',
se condena por agresión sexual a violadores que han forzado a la víctima con la
fuerza bruta.
Pero las tertulias políticas españolas funcionan de otra manera. La explicación
de los juristas no solo no se entendía, sino que la propia tertulia estaba ideada
para que no se entendiera. Los juristas estaban en minoría y casi siempre en el
lado derecho del escenario, reservado a tertulianos del espectro conservador.
Con frecuencia, se les sentaba junto al abogado de La Manada, cuyos argumentos
eran naturalmente sesgados. Enfrente tenían mujeres del mundo del periodismo
y del activismo feminista, o periodistas de izquierdas cuya posición en el debate
era sostener que la calle es muy sabia y que en España existe una Justicia
patriarcal.
Pues bien. Había una expresión en la bancada izquierda que se repetía
constantemente. Cuando juristas como Beatriz de Vicente explicaban qué ha
pasado en este juicio, las réplicas venían muchas veces introducidas por una
2. fórmula irónico-cateta que se resume con estas palabras: “Pues muchas gracias
por la lección de derecho, pero lo que las mujeres sienten es...”.
Es decir: los tertulianos (y a veces los moderadores) encargados de mantener la
postura contraria a la sentencia lanzaban una fórmula retórica para minar el
discurso ilustrado de los juristas y reducirlo a monserga incomprensible.
“Gracias por la lección de derecho” se utiliza siempre de forma irónica y
arrogante. Lo siguiente es por lo general una diatriba ajena a la 'lección de
derecho', que queda pisoteada por eslóganes de fácil absorción.
Imaginemos un debate sobre las vacunas en el que un científico trata de explicar
por qué son necesarias y los antivacunas responden que "gracias por la lección
de biología, pero". El mayor problema de esta sentencia ha sido la incomprensión
de la ciudadanía de unos términos jurídicos que están diciendo, a grandes
rasgos, que La Manada hizo exactamente lo mismo que piensa la calle. Es decir:
más allá del enloquecido juicio paralelo, político y mediático, la extrañeza
lingüística ha sido aquí un problema capital.
Pero la jocosa fórmula “gracias por la lección de derecho” nos indica otro
problema mayor. Es la manifestación visible de ese proceso lento del que han
alertado los gruñones sabios desde hace mil años, en el que la ignorancia deja de
acobardarse ante el conocimiento y se convierte en un mérito vulgar por el que
se puede sentir orgullo. El necio no solo no se achanta ante el que sabe, sino que
no tolera que este le dé lecciones. Lo acusa de arrogante y de condescendiente
porque él ya tiene una opinión, que además es la opinión de la calle.