Este documento resume las cualidades fundamentales de un buen maestro desde una perspectiva humanista. Un buen maestro muestra afecto por sus alumnos, es exigente pero también empático, optimista y congruente. Busca ayudar a sus alumnos a comprender el valor de la realidad y a encontrar razones para vivir y luchar. Tiene una vocación por la enseñanza y toma decisiones que favorecen el desarrollo humano de los estudiantes.