2. Apocalipsis 3:15-17
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente,
te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y
no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo.
3. LAODICEA es la última de las siete iglesias del
Apocalipsis. El nombre significa “un pueblo juzgado”.
Laodicea estaba ubicada en un amplio valle en el sudoeste
de Turquía. Era una capital financiera importante y un
centro educativo y médico. Sus habitantes eran
independientes, con confianza propia, y ricos. Sin embargo,
el recurso natural que le faltaba a la ciudad era el agua.
Esta era conducida por medio de acueductos de un
manantial termal a unos ocho kilómetros de la ciudad.
Cuando llegaba a Laodicea, estaba tibia.
4. ¿Cuál es la gran necesidad de esta Iglesia?
Nuestro Señor Jesús usó el símbolo de como llegaba
el agua para representar la condición tibia de su
iglesia de los últimos días, descrita como llena de
confianza propia, complaciente, apática y
espiritualmente indiferente. Es una iglesia que
perdió su pasión; necesita un reavivamiento
espiritual.
5. Romanos 13: 11
“Y esto, conociendo el tiempo, que
es ya hora de levantarnos del
sueño; porque ahora está más
cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos.”
6. Los diccionarios lo definen como: El Acto o la instancia de
revivir, Es moverse de un estado de mortandad, Es la
condición de ser revivido. Para los Cristianos: “Es moverse
de la Apostasía, de la Indiferencia y del formalismo religioso
a una vibrante relación con Dios.”
“El reavivamiento significa una renovación de la vida
espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del
corazón, una resurrección de la muerte espiritual”.
7. ¿Hay esperanza para Laodicea?
Hay esperanza para Laodicea, así como hay esperanza
para todos los que están afligidos con apatía e
indiferencia espirituales. Nuestro Señor tiene el remedio
divino.
El hecho de que Dios hable a su iglesia muestra que
existe esperanza para ella, si su pueblo acepta y sigue su
consejo.
8. Apocalipsis 3: 18, 20
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro
refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras
blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza
de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que
veas… 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno
oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él,
y él conmigo.
9. “Jesús va de puerta en puerta, proclamando: ‘Estoy a la puerta,
y llamo’. Él abre sus tesoros y exclama: ‘Compra de mí oro
afinado en fuego, para que seas rico; y ropas blancas, para que
puedas vestirte, y que no se vea la vergüenza de tu desnudez’.
El oro que ofrece no tiene mezcla, es el más precioso; porque es
la fe y el amor. “La ropa blanca que él invita a que el alma vista,
es su propio manto de justicia, y el aceite para ungir es el aceite
de su gracia, que dará visión espiritual al alma que está
enceguecida y en la oscuridad.
Abran las puertas, dice Jesús, el poseedor de riquezas
espirituales, y realicen sus compras conmigo. Soy yo, vuestro
Redentor, que les aconseja comprar de mí”
11. 1) LA ORACIÓN: EL CORAZÓN DEL REAVIVAMIENTO
Isaías 55: 6 – 9. “Buscad a Jehová mientras puede
ser hallado”
Atreves de la oración pedir el Reavivamiento
Habacuc 3: 2
Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová,
aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio
de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate
de la misericordia.
12. DIOS SE MUEVE CON PODER cuando su pueblo ora.
Los grandes reavivamientos descritos en las Escrituras estuvieron
saturados de oración. El Antiguo Testamento registra la
intercesión de los patriarcas y los profetas mientras procuraban
lograr un reavivamiento.
Moisés, David y Daniel suplicaron poder del Todopoderoso. El
libro de Hechos revela que los creyentes del Nuevo Testamento
imploraron sobre sus rodillas el derramamiento del Espíritu
Santo.
La vida de oración de Jesús revela una dependencia constante de
su Padre celestial. Los evangelios nos muestran la fuente de su
poder espiritual. Sobre sus rodillas, solo con el Padre, el Salvador
recibió su mayor fortaleza.
13. 2) La Palabra: Fundamento del Reavivamiento
Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.
La Palabra de Dios sienta las bases de todo reavivamiento genuino.
Es nuestra lampara y una guía.
14. 3) PREPÁRATE MÁS PARA RECIBIRLO
QUITA EL PECADO QUE TE ESTORBA
• Josué 24:14 “Ahora pues temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y
quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro
lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová”.
• Génesis 35:2 “… Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, limpiaos y
mudad vuestros vestidos”.
“Como cristianos, debemos trabajar para eliminar del camino las
piedras de tropiezo. Debemos retirar cada obstáculo. Confesemos y
abandonemos cada pecado, para que pueda estar parejo el camino del
Señor, para que él pueda impartirnos su gracia.”
15. Confiesa y Arrepiéntete de tu pecado
• 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
• Romanos 2:4 “… Su benignidad te guía al Arrepentimiento…”
Arrepentimiento es más que estar tristes por el pecado, es más que tener
remordimiento por un acto cometido, es más que desear que nunca hubiese pasado
o de hacer una resolución de ser mejores en el futuro. El Arrepentimiento es un
cambio de mente lo que conlleva a un cambio de corazón, y lo cual da como
resultado en un cambio de acción.
16. Acércate a Dios
• Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo,
purificad vuestros corazones.”
Escucha su Palabra, Cree en Dios y Obedécele para que él transforme tu
vida, y te haga vivir. Sólo cuando nos acercamos a Dios con humildad y
sinceridad es cuando recibimos de él la presencia del Espíritu Santo.
17. 4) Y DERRAMARÉ MI ESPÍRITU
Joel 2:15-17,28 “Tocad trompeta en Sion, proclamad
ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la
reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a
los que manan, salga de su cámara el novio, y de su tálamo
la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes
ministros de Jehová...
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne,
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros
ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones”.
18. Lucas 11:9-13 “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe;
y el que busca halla; y al que llama se le abrirá. ¿Qué
hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará
una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión?
Pues si vosotros siendo malos sabéis dar buenas dadivas a
vuestros hijos, cuanto más vuestro Padre Celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan”.
19. La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento
espiritual
1. Pidamos con humildad un reavivamiento a nuestro Señor, que su Espíritu Santo
descienda sobre nosotros, y sobre nuestra Iglesia y nos utilice como sus instrumentos.
2. Preparemos nuestros corazones para la recepción de su presencia, limpiándonos de
todo pecado y liberémonos de toda cadena de maldad que nos ate a este mundo.
3. Recibamos la plenitud de su Presencia y alumbremos a este mundo con el poder de
Jesús, antes de su venida en gloria y majestad. Llamado: El mundo está sumergido en
pecado y Cristo muy pronto vendrá por Segunda vez en gloria y majestad. Hay tibieza
dentro de la Iglesia. Un gran reavivamiento esta por tomar parte en este tiempo final
que preparará el camino para la Segunda Venida de Cristo.
Hay una urgente necesidad por el derramamiento del Espíritu Santo. Ahora nos toca a
nosotros decidir si queremos seguir siendo tibios o levantarnos y vivir para el Señor.